miércoles, 28 de febrero de 2018

Aquellos maravillosos pioneros.

  Tras semanas dedicándome en exclusiva a mi historia, que por cierta, cuenta ya con miles de lecturas, retomo la dinámica de lo que ha sido este blog durante casi dos años.
 Este fin de semana pasado, tuve suelta desde Consell (Mallorca) y desde Formentera. Ya os contaré que tal me fue. Lo que sí puedo adelantaros es que para volar en las condiciones actuales, uno necesita mayor selección si cabe. Muchas variables han cambiado, y la dificultad es máxima. En breve os daré mi punto de vista, pero esto es un reto en toda regla. Quizá pueden ser las mismas distancias de siempre, misma geografía, mismas palomas, mismo mar Mediterráneo, pero con otras condiciones muy diferentes, que hacen de la carrera,  más compleja.
Hoy os acerco un relato de 1887, cuando en Mallorca, los pioneros, aquellos entusiastas con una pasión sin límites, daban rienda suelta a su particular forma de abrirse camino. Cuando uno lee apasionadamente lo que el texto nos narra, yo al menos, me sumerjo de lleno en aquellas aventuras colombófilas, donde una simple marcada de 50 km podía ser un gran logro. 
Los comienzos son siempre difíciles pero no me negaréis que en ese contexto, la envidia y la mala leche, no podían prosperar.¿Qué tenía aquella gente? Ilusión, sin duda, una enorme ilusión. Mi respeto por todos ellos.

Disfrutadlo. 




PabS.

jueves, 22 de febrero de 2018

Decimoséptima parte. Fin de la historia.






  Una vez finalizada la temporada, lo mejor para mi, fue sin duda alguna, darme de baja del puñetero grupo de WhatsApp del club y descansar unos meses de todo aquello.  Sí, estaba decepcionado, pero también sabía, que el tiempo lo cura todo. En eso tenemos mucha experiencia los colombófilos. 
El verano pasó, y ya nos acercábamos al último trimestre del año, momento en el que se realizan los preparativos para la campaña. La época estival suele ayudar colocar todo en su sitio. Aprovechamos para lamernos las heridas, y a pesar de que mi decisión de tomarme  un año sabático era firme, a medida que el calor iba desapareciendo, mis sueños en forma de pluma, comenzaban a despertar de su  letargo. Dormir el "mono" por las palomas es una labor para gente con las ideas muy claras.

Para esta temporada 2018, Pedro, en un previsible giro de tuerca más, decidió que la fecha para entregar la relación de palomas a volar y a pagar sería el 15 de Noviembre de 2017, con todas las palomas pasadas con chip por el reloj. ¿El 15 de Noviembre? ¿de verdad? Ni Mallorca a pelo, ni historias. El día 15 de Noviembre yo no estoy pensando ni en la temporada. 
Con ese panorama, comenzaba a practicar la colombófila que Pedro quería que yo y otros ejerciéramos.  Pues no, dije basta, hasta aquí hemos llegado. Un club dirigido por ricos que sólo piensan en ellos, y que obliga con normas estúpidas, pues no, después de todo lo que había sucedido durante los dos últimos lustros, fue la gota que colmó el vaso.
  Unas semanas antes de que la fecha 15 de Noviembre se marcara en el calendario, Pedro organizó  una comida con algunos de sus más allegados. En el desarrollo de la misma, soltó que él pensaba dar de alta 80 pichones más allá de ese 15 de Noviembre.¿Queeéeee? Uno de los comensales, contrariado, le marcó rápidamente. ¿La fecha es para todos, no?. Como podéis comprobar esto hace mucho tiempo que se había convertido en el cortijo de unos pocos.
 Otro socio, hizo como yo, decidió no volar este año por ese célebre 15 de Noviembre. Sucedió sin embargo, viendo que éramos tres los que habíamos tomado la decisión de  no volar este año, que a éste en concreto finalmente se le dejo entregar la lista en pleno mes de Enero de 2018 y no el 15 de Noviembre. Pudo hacer entrenos, cribar palomas. Pedro, a ojos de todos los demás, le había dado permiso. Como entenderéis la gente no es tonta, otra cosa es que callen.
  Por mi parte, ya tenía suficiente. Solicité la baja de mi club, sin más. ¿Unos sí, otros no?,pero, ¿qué es esto? 
Realmente no sabía que iba a hacer. Si tomarme un año sabático, volar en el Club vecino de Ciudadela, ni idea. Estaba cansado de tanta norma. La colombofíla necesita buenos colombófilos no normas que nos ahoguen. 
Todo esto que escribo no es algo que sólo viera yo, pero a la gente le cuesta un mundo salir de su zona de confort, porque si sales, acabas siendo un raro, un conflictivo, y es mejor, mucho mejor no salir del rebaño, eso seguramente deben pensar. Eso sí, te reconocen e idenetifican cada uno de estos párrafos, pero lo hacen en privado. En público, prefieren callar. No, no es mi estilo.No soy así.
  Me resulta increíble haber sido antorcha de una colombófila que vivió toda su historia en penumbra y pagar un precio tan alto por nada. ¿Por qué?¿Por escribir en un blog?

Al mismo tiempo mi amigo Loren, que se había encargado del reloj del Club los últimos años, decidió tomarse un descanso. Quería desconectar de esa labor tan desagradecida e ingrata. Y esta decisión, muy meditada por él, y muy personal, fue entendida por el club como alguna estrategia mía. ¡Lo que me faltaba por escuchar por dios!
Realmente parecía que esta gente lo entendía todo al revés.
 Loren comenzó a sentir  miradas, comentarios y estupideces de unos compañeros, que mostraron su cara más verdadera, una que Loren conocía, pero sólo cuando los protagonistas eran otras personas, gente como yo. Su decepción fue  grande, mayúscula me atrevería a añadir. Y en un momento determinado, me confesó que ahora me entendía perfectamente. Una cosa es verlo desde la barrera, otra estar en el ruedo. ¿Qué había hecho mal Loren para merecer ese trato? Absolutamente nada.
Él mismo podría empuñar la pluma en estos momentos y seguir con el texto, y contaros mil situaciones esperpénticas vividas los dos últimos meses, pero al final, cada uno vive su propia historia.
  Con ese panorama, Loren recordó un comentario mío, tan sólo, unas semanas atrás, en el que charlando, le apunté la posibilidad de irme a volar al Club de Ciudadela, y pensó,  ¿por qué no? e hizo suya la idea, y es entonces cuando a mi se me enciende una luz, y valoro la posibilidad de volar allí también. 
Lo que no sabía, es que algunos de mi ex-club, los de siempre, ya habían movido ficha para que esto no sucediera, al menos no en mi caso. Lograr que un compañero de afición no volara sus palomas, cuando te llamas Pablo, es visto como una gran victoria por algunos. Vivimos en un mundo de estupidez supina.

En el club de Ciudadela tengo buenos amigos, pero jamás de los jamases me hubiera imaginado una negativa por parte de otros que ni tan siquiera conozco. Podía entender el viejo juego de la rivalidad de pueblos, lo típico de villa arriba y villa abajo, pero impedir que un compañero tuviera que renunciar a la afición, por el hecho de escribir en un blog y por publicar sus experiencias y resultados. No, aquello me llegó al corazón. ¡Qué bárbaro!
  Hubo, al menos, tres personas que se negaron en rotundo. ¿Las razones de semejante negativa? Fueron incapaces, ante la incredulidad de los presentes, de esgrimir una sola de ellas, porque simplemente, no la había.Vergonzoso.
Presionaron, y amenazaron con marcharse si a mi se me daba de alta, y lo consiguieron. Sentí vergüenza ajena. Resultaba más que obvio que tras esa negativa, había alguien de Mahón detrás de aquella oposición. Lo tengo claro.
  Vayamos por partes. El primero se llama Ramis. Hablamos de un colombófilo sin resultados de ningún tipo, desconozco si tan siquiera ha marcado de la península en alguna ocasión, pero esto es lo de menos .¿De dónde procede esa rabia?
Retrocedamos un par de años para entender su postura. Me llaman desde Mallorca, porque se iba a celebrar una subasta de un gran colombófilo mallorquín, Sion Mut, y un socio de Ciudadela les había llamado para pujar por una paloma. Me preguntan si le conozco y si es de fiar. Mi respuesta es que no sé quien es, pero que si está interesado en una paloma, no habrá ningún problema. 
El caso es que Ramis en esa conversación con este mallorquín, aprovechó para ponerme de vuelta y media. ¡Qué fácil es hacer eso! Mi sorpresa fue mayúscula, porque ni le conocía, pero no me sorprendió porque es el deporte oficial de la isla.
Más tarde me entero, preguntando por el tal Ramis,  que éste es amigo de Juan Antonio Benejam (a éste lo dejo para el final), y comienzo a cerrar el círculo.  Éstos, son del tipo de personas que si tu amigo piensa rosa, ellos piensan rosa, incapaces de formarse su propia opinión. Le tomé la matrícula y a otra cosa.
  Años más tarde mi amigo Toni Salord viene a Mahón a soltar las palomas del Club de Ciudadela, y lo hace acompañado de un tal Ramis. Habíamos quedado para ver la suelta y charlar un rato. Me lo presenta, y no, no puedo reprimirme. De forma educada, le mostré los whatsapps, y le afeé su conducta. ¿Cómo puedes hablar tan mal de alguien sin conocerle? ¿Su reacción? Tierra trágame, y sus mejillas, ciertamente sonrojadas. Pasó un mal rato. No quise hacer aquello más grande, pero yo voy de cara, y quise aclararlo. Entiendo que esa situación le sentara a cuerno quemado, pero uno debe ser responsable  de sus actos. Y él lo hizo mal.
Esta y no otra fue la razón de Ramis para evitar mi entrada. Bueno, esto, y la enorme presión que  Benejam ejerce por detrás.

Luego está Camps, siempre él. Un colombófilo que en su día tuvo muy buenos resultados y que desde hace lo menos 13 o 14 años se arrastra por la colombofília, y con él pretende hacerlo al resto de los integrantes de su Club, que por otra parte, sorprendentemente, se dejan. Lo curioso de Camps es que estuvo hace uno años en mi casa, y yo en la suya. No le he vuelo a ver, y ha sido el que más oposición ha mostrado, influenciado por alguien de la isla.
 El año pasado le cogí una paloma y con motivo de su devolución charlamos más de media hora sobre palomas. A mi esta bipolaridad de algunos me deja a cuadros.

Y por último, tenemos a su presidente, Biel. Con él que hablé hasta en dos ocasiones por teléfono para darme de alta. No le conocía. ¿Qué me encontré? Un hombre cansado, que no le apetecía dar de alta a nadie, no sólo a mi, a nadie, Y eso a pesar de que su club esté herido de muerte, más dormido que despierto. 
 Colombófilos que me recuerdan a lo que sucedía en Mahón allá por el 2002. Sin energía, asumiendo su destino. Año  tras año, temporada tras temporada, perdiendo el 80 ó 90 % de sus palomas antes de que lleguen los penínsulas. 
Las conversaciones con Biel para entrar a formar parte de Ciudadela discurrieron dentro de la normalidad, salvo por un pequeño detalle: Me engañó. De lo contrario, no me habría expuesto a tal linchamiento. Eso no le gusta a nadie.
Si desde el primer momento hubiera sido claro conmigo, pero no, no lo fue. Llego el día y se inventaron una votación para no dejarme entrar. De hecho esa supuesta votación como tal, la habrían perdido de haberse efectuado.  La tensión se podía cortar con un cuchillo, porque los había que no entendían que no dejaran a un compañero darse de alta en su Club. De hecho, los hubo que sintieron vergüenza por aquel esperpento.
 Finalmente tuvieron que jugarse la carta de amenaza. La de si él viene, nosotros nos vamos. Yo tampoco quería eso, claro que no. Soy de los que piensa que cuantos más mejor, y si además los mejores vienen a mi club, mejor todavía.  Finalmente mis defensores tuvieron que volver a  filas. Habían ganado los "malos".
  Todo esto tenía lugar en un club que se está muriendo, donde hacen falta socios como el hambre y sobre todo,  romper con el pasado, tratando de emular  lo que en Mahón está sucediendo.  Gente como Pepe de Ciudadela,  con ganas de romper a pana, como Salord, años y años luchando contra molinos de viento. Lito, Tomeu. Sí, allí hay gente que les gustaría volar de otra manera, pero  se ven lastrados por la mentalidad de otros, que llevan amargados décadas, atrapados por el barro, y lo peor, muy a gusto en él, sin ganas de salir. 
  Obviamente no asistí a esa reunión, porque no fui invitado, con gusto lo habría hecho, y si me hubieran dejado, me habría podido explicar, y a buen seguro, defenderme de tanta difamación e injusticia. 
  Había quedado con Biel, el presi, que al finalizar la reunión, éste me llamaría para darme la noticia, del signo que fuere, porque yo tenía que mover ficha en otro club. El tiempo se acababa, estábamos a finales de Diciembre y había que entregar los censos. No volví a tener noticias de él. La educación brillaba por su ausencia. Le envié un WhatsApp agradeciéndole su "hospitalidad y educación". Caray con la gente.
  
  El problema de raíz, no es ya, la mezquindad de unas personas a las que no conozco. Tampoco el origen de esa resistencia, aunque con esto último puedo hacerme una idea. No,  el mayor problema fue, que en los Estatutos del Club de Ciudadela, el menos esos que estaban redactados  en el mes de Diciembre, que fue cuando quise darme de alta, no consta por ningún lugar que se tenga que realizar una votación, es más, lo que hicieron, tras su lectura, es absolutamente ilegal
  Asesorado por la Federación Balear de Colombófila, mi Federación, la de todos, le fui dando forma a aquello, y estos días he decidido demandarles. ¿Gano algo con ello? Pues no, pero me da rabia que esto quede así. Uno debe defender sus derechos, y no dejarse pisotear, y más cuando sabes a ciencia cierta, que lo han hecho mal.

  Tras eso, traté de darme de alta en un Club de Mallorca. La Palmesana, y ahí sale otro que se niega en rotundo a que me acepten.¿Queeeee´? Me pregunto,  ¿Pero que está pasando aquí? ¿Un complot?, pero ¿donde está la cámara oculta? No, no salía de mi asombro.
Resulta que la persona en cuestión, un tal Arnau, está en contacto directo con alguno de Ciudadela, y con aquel socio de Mahón que el año anterior me había robado una paloma en el club. Todo iba cuadrando. Las mentiras repetidas por muchos, llegan a hacer daño.
Mi amigo David, presidente del Club La Palmesana, decide dimitir ante tanta incongruencia e injusticia, y algunos compañeros de ese Club se ponen en contacto conmigo por privado, expresando su vergüenza y lamentando la situación.
Arnau tampoco pudo dar una respuesta razonada de tal negativa. Bueno sí, una: "Por sus huevos", llegó a decir.
Personalmente sentí decepción, no sé, tristeza, de ver como determinadas personas ejercen su poder de una forma tan mezquina y sin justificación alguna.

Esto me recuerda la entrevista que se me hizo en la web de la
Federación Balear de Colombófilia, donde di mi visión de la colombófila Balear, todo opiniones, argumentadas, pero opiniones personales al fin y al cabo. Libertad de expresión, señores, sin más.  Yo vivo la colombófila de una forma muy apasionada, sin acritud, sin maldad, la vivo como la siento. Soy una persona que camina derecho, de las que te puede fiar, de la que dará la cara por ti, de los que, sin duda, te ayudará, como he hecho infinidad de veces con muchos colombófilos de Mallorca y Menorca y de otras comunidades. Y las opiniones, son eso, sólo opiniones. Ojalá hubieran más, y diferentes. Todo ello enriquece. El que no lo vea así, para mi, tiene un grave problema de difícil solución. 

 Tras tan sorprendentes  jornadas,  que a día de hoy, todavía trato de asimilar, finalmente, a través de unos amigos, encuentro cobijo en el Club de Binissalem (Mallorca), a los que tengo que agradecerles enormemente su hospitalidad. Me dieron de alta en su Club, y en el grupo de WhatsApp del mismo, y yo lo que vengo observando es un grupo de personas muy sano, con buen rollo entre ellos. Un club muy bien organizado con su presidente Guiem Martí a la cabeza.
 Mi mayor problema es que estoy a casi 150 km, y que cada enjaule me suponen 18 horas y claro, dormir allí, etc. Este año lo estoy haciendo así, el futuro ya dirá.

Podría alargar esta historia, pero creo que toca a su fin. El objeto de este texto, de este cuento, es que comprendáis que a veces las cosas solo parecen ser de un color, cuando en realidad son del otro. Inventar por detrás es gratuito, y no deja rastro. En cambio se van creando monstruos que no existen, y aquellas personas que en realidad construyen, iluminan y contagian ilusión al resto,  se ven abocadas por cuatro "mamones" a abandonar esta bella afición.

Antes de finalizar me gustaría hablaros de Benejam. Le he dejado para el final porque resume un poco el afán de ciertas personas por huir de la sinceridad. Cizañeros profesionales.
  En realidad, no tengo nada contra él, no soy tan superficial. Eso sí, como  colombófilo, y esto no es un secreto para nadie, probablemente sea de los peores colombófilos de la isla de siempre.  No estoy siendo sarcástico, aquí lo pensamos casi todos. Y sus resultados así lo confirman año tras año. Tiene, eso sí, una gran pasión por ellas, y a pesar de los mil batacazos que se da,  es capaz de levantarse una y otra vez, pero esto de las palomas, nunca fue lo suyo. 
 Su mayor problema sin embargo, no es ese, sino toda la mierda que escupe por detrás.Es de esos que debería cepillarse más a menudo los dientes. 
 Hasta hace dos meses, teníamos contacto. En Diciembre le cogí varias palomas de una suelta, se las comuniqué (como siempre hago), y se las solté, tal y como él me indicó. No le regresaron. De hecho, cada vez que le recupero alguna paloma, le comento que si quiere hacer algo,  mejor que cambie de línea de palomas. Cuando las veo aparecer por casa, ya sé que son de él. ¡No sirven, Benejam!, le suelo decir. Estás perdiendo el tiempo con esos animales. No había otra intención en mis comentarios que la de ayudarle.
 El caso es que como en tantas y tantas ocasiones que le he recuperado palomas, éstas no le regresaron a su casa. Estamos a 40 km de distancia, el otro extremo de la isla. Palomas entregadas, con el miedo en el cuerpo. Pues tras soltarlas, semanas más tarde llega a mis oídos que va diciendo por ahí, que se las he robado, que me las he quedado. ¡Vaya!. Aquí me dije...buuuuf...la gente está fatal. Me puse en contacto con él para aclarar semejante mentira, y me bloqueo el WhatsApp. Lo malo de todo esto es que Benajam se inventó esto para oficializar el enfado. Benejam hace lo que Pedro le pida. Lo malo, es que con esta forma de proceder, falló a un amigo, Loren. Los amigos no hacen eso.

 Más tarde comprendí todo. Para que os hagáis una idea, el año pasado Benejam si marcó una paloma de península fue todo. Está en una media de 4 ó 5 palomas por año, de un total de 200 que cría. ¿Por qué quería yo quedarme una paloma suya? Sé que en el Club de Mahón fue repitiendo esta cantinela, y también llegó a mis oídos que se rieron de él. En definitiva, una pesadilla en toda regla.
Lo peor, es que siempre que puede, aprovecha por detrás para hacerme daño. Creo que hay gente a la que no se la puede cambiar. 
No quería  olvidarme de Pep Sánchez de Lloseta, amigo íntimo también de Benejam. En un WhatsApp suyo que conservo y que me pasaron, se regocijaba en insultos hacia mi persona en un grupo. En fin, a todos estos, gente sin educación que repiten y repiten mentiras tratando de conseguir que se transforme en una verdad, a todos, los quiero lejos de mi.

  Y así, uno va despertando de lo que fue un sueño, uno colombófilo, uno muy grande. No sé, hay días, en los que sigo entrando en el palomar, y toco a alguna de mis campeonas, y vuelve a brotar en mi, quizás tan sólo, por unos segundos, toda la pasión que llevo dentro. En ese instante, te olvidas de todo.
 ¿Qué sucederá ahora? Pues no lo sé, de verás que no lo sé.
 La semana pasada volví a Mallorca a soltar mis palomas desde Consell (135km). Las lleve todas, 104. Fueron soltadas en 4 bandos. La cosa acabó con 92 en el día, y un buen  94 de 104 al día siguiente. Mi intención es tan sólo poder enjaular en el Marbella de este año, para poder disfrutar de una jornada inolvidable, que es para lo que luchamos los guerreros colombófilos. No hay más. De ello, si las fuerzas me acompañan, iré narrando las pocas sueltas que vaya realizando y las grandes dificultades a las que, a buen seguro, se van  a enfrentar. Ir sólo a Mallorca, semana tras semana , al margen de un gran sacrificio, está repleto de  dificultades.

Mi historia hasta Febrero del presente 2018 ya la conocéis. He tratado de ser sincero a rabiar. Algunos compañeros cercanos me echan en cara, porque la conocen de primera mano, que he sido muy condescendiente, muy light, más blando de lo esperado, menos Pablo. Quizá tengan razón, quizá sí,  pero es que mi intención fue únicamente contar una historia, la mía. Tal y como la he vivido y sentido. Sin aditivos.

Mi enorme agradecimiento desde aquí a Pedro Mir, y a otros como él, por conseguir que alguien que cambio el rumbo de una colombófila, que aportó energía nueva,  un simple apasionado por las plumas, haya acabado hastiado de tanta mierda.
 Sé, porque me lo han contado, que él está encantado con mi ausencia, entre otras cosas, porque de este modo, él se lo come, él se lo guisa. 
Si alguna vez logro desengancharme de esta pasión que son las palomas, mi mayor satisfacción será sin duda, la de alejarme de personas como él, y otras a las que he ido nombrando en esta historia.

Me apasionan las mensajeras, pero me molesta vivir una mentira. Y lo que Pedro está haciendo en la isla lo es. Decidir, suspender enjaules, manejar información que comparte en el último minuto, poner las parejas en postura y buscar su propio interés. Enjaular cuando le conviene. Trato diferente a compañeros de Club, y lo peor, poner a la gente en tu contra. Esto último, lo peor con gran diferencia.  Quizá a los demás les valga, a mi no. Si esta es la colombófila que ellos quieren, toda para ellos.

Para finalizar. Si me he atrevido a contar mi historia, a hacerlo sin miedo, y es una obviedad que no soy de los que  esconde nada, asumo que a alguno no le haya gustado, pero son tantas las mentiras clavadas por detrás, que llega un momento que uno debe decidir. Quizá no vuelva a volar nunca mas palomas en la isla, quizá este sea mi último año, quizá lo deje todo para siempre,...pero soy de los que muere de pie, no arrodillado.

No es ni la primera ni la última vez que esto sucede. Vicente Roca estuvo sin volar en el club de Mahón durante más de 7 años. Vicente podría contar muchas cosas que él también vivió, pero esa historia  es suya. Otros, simplemente abandonaron para siempre. 
En definitiva, el tiempo dirá...



PabS.

martes, 20 de febrero de 2018

Mi historia. (Decimosexta parte). Un mal año lo acaba teniendo cualquiera.



  Como decíamos ayer, por fin llegó la gran semana. Marzo del 2017. Me las prometía más que felices, pero mi peor pesadilla estaba a punto de tomar forma. Y  como es costumbre en estos casos, las semanas previas, uno tiene todos sus sentidos puestos en cualquier mínimo detalle. Todo es importante. La colombófila elevada al concepto de arte.

  Unos tres días antes del enceste, me doy cuenta que una de mis palomas tiene una sutil inflamación en el ojo. Me resultó sorprendente, porque tenía claro que las palomas estaban en un gran estado de forma. Me giro, y observo que otra presenta el mismo cuadro. ¿Qué está pasando aquí? Se me cayó el mundo encima. Los siguientes días, cada hora que transcurría había más palomas que presentaban idénticos signos. Herpes virus, o lo que fuere. El caso es que fueron cayendo una a una. El vuelo diario comenzó a resentirse. Todo se había ido a la mierda en el peor momento posible. Un escenario que no deseo ni a mi peor enemigo.

  Reconstruyendo el puzzle, constaté que el origen de todo esto lo hallamos unas semanas antes. A algunos compañeros les había sucedido lo mismo. Otros, no sólo les había sucedido, sino que además,  a la vista de otros, enjaularon palomas con esos signos visibles, y de este modo se inició una rueda. Mi sensación fue que aquel virus, como todo virus, las bajo, y para que negarlo, a partir de ahí, la temporada, en su recta final,  se torció. Mi trabajo se fue desvaneciendo.

Llegó el gran día, y tenía enjaule para Alcantarilla (520km) y Marbella(880km). Ya habíamos efectuado 5 de las 8 penínsulas. Hacía tres días que había detectado las primeras palomas con síntomas. Muchas habían ido "cayendo", pero el contagio transcurría en un desesperante modo cámara lenta. 
Las palomas en las manos por otra parte estaban estupendas, pero presentaban un ligero hinchazón en un párpado, y el vuelo, en su conjunto, se había resentido. Me planteé qué hacer. ¿Qué podía hacer? Decidí en última instancia enjaular aquellas palomas que no presentaran dichos signos, y así lo hice. Después de ese fin de semana, tan sólo quedaría una suelta. En realidad, estábamos acabando.

Enjaular en esa condiciones me recomía por dentro. Cuando enjaulo casi siempre, ya sé como va a finalizar la suelta. Se produce una simbiosis entre entrenador y pupilas. La experiencia te indica como van esas palomas a suelta. En mi caso, es así. Podría parecer una locura, pero no lo es. Naturalmente que no sabes a ciencia cierta como va a salir, a pitonisa no me alcanza, pero dispones de la experiencia del pasado y de cómo tienes las palomas, de tu propia confianza en tu trabajo, y esas sensaciones acaban por trasladarse en el resultado final. 
Y sabía, era plenamente consciente que no tendría un final feliz . Eso sí, desconocía la influencia del virus. ¿Hasta donde las limitaría?, ¿hasta donde iría mal? Y fue precisamente por eso, por lo que finalmente enjaulé, bueno por eso, y porque a veces no queremos ver lo obvio. Me faltaba experiencia en esas circunstancias. Y no enjaular, casi habría sido peor para mi cabeza. Si hoy me volviera a suceder, no enjaularía.

  En la suelta del 520km, enjaulé 5 palomas con muchísima experiencia, algunas de ellas palomas de tres años y a por su 7º península y con varios grandes fondos. Una barbaridad. Sólo llegó Asombrosa. La suelta en el club fue del 35%, y yo tenía un 20%, lo normal es que hubiera hecho 4/5. En cualquier otra circunstancia, debería haber sido así. Ahora ya sabía que la suelta reina no acabaría bien para mi. Me estaba desangrando, pero las cartas estaban sobre el tapete.

En Marbella había enjaulado mucha paloma. Y lo hice, porque mi objetivo era eso,  MARBELLA. Sin este episodio, estoy convencido de que el número de palomas marcado habría superado de lejos la docena, pero me quedé con las ganas. Marqué 8. Obtuve el mismo % del Club, lo cual ya de por sí es sinónimo de malo para mi. Esa es mi vara de medir. No fue un Marbella como el del año anterior, el día, el viento, ayudaron a que fuera una suelta del 20%. Si no hubiera padecido aquel virus, igualmente me habría inundado una sensación de desesperación poco entendible para los demás. No, no trabajo todo el año, para que aparezcan palomas de Marbella en el día. Yo quiero animales superiores. Mi decepción era doble.

Volviendo al momento de la suelta. Me sentí fatal, primero por las palomas y obviamente por mi mismo también. Selecciono pero lo hago con el colchón que me da la preparación. En esta ocasión, obligado por las circunstancias, fui incapaz de no enjaular. Y me equivoqué. Esto es lo que sucede cuando estás esperando un día en concreto todo un año. Mil cosas pueden suceder. Se torció todo. Una temporada que tenía pinta de maravillosa, acabó en una para olvidar. Me ahogué en la orilla, siendo un experto en natación.

Un virus de esas características si te cae en las velocidades, antes de empezar, o en un momento menos inoportuno, es subsanable, pero aquello fue como una bomba. Si en aquel instante, hubiéramos preguntado a alguien en la isla que mi temporada iba a terminar de aquella forma, nadie nos hubiera creído. Yo tampoco.

 Tras el doblete Alcantarilla/Marbella, al  repasar  las clasificaciones, sorprendentemente seguía yendo primero. Eso puede dar una idea de al ventaja que llevaba a mis perseguidores. Se me presentaban dos problemas. 
Las palomas ya no "estaban". Habían ido creciendo a lo largo de la temporada, dando el callo en muchas sueltas terribles. Tenía palomas muy cascadas, algunas llevaban dos Bazas del 16% y 20% en sus alas, y el palomar en conjunto no se había recuperado, no en cuanto al vuelo se refiere. El virus había bajado el estado físico de la colonia. 
Quedaba tan solo Almuñecar (770km). Precisamente ese año habíamos introducido un gran fondo más. ¡Vaya por dios! Y para más inri, la última suelta de la temporada solía ser terrible. Así que disponía de pocos efectivos, en proceso de recuperación (el virus siguió atacando a las que no enjaulé), y no tenía ni idea de cuando sería el próximo enjaule.
  Si de veras hubiera ido a por el Campeonato, no habría enjaulado mis mejores animales a Marbella, o habría enjaulado al primer Ibiza. No fui a este primer Ibiza porque sabía que iban a soltar con un huracán en el culo, como así fue. De hecho las palomas llegaron a más de 2000mm. Si algo soy, es consecuente. Trato de serlo. 
Si hubiera querido competir de verdad me habría dejado un buen equipo para la última suelta, pero aunque había sido fiel en mi modo de pensar, no lo fui tanto, en el sentido de que no aprendí del año anterior. No debí llevar el reloj al club en todas las sueltas de la temporada. Tendí mi propia trampa.

Quedaba una sola suelta,  y tenía un  desagradable mal sabor de boca por  todo lo  sucedido. Así que, al menos, tenía la posibilidad real de ganar, y con el paso de los días, acabe viendo las cosas de otro modo. Hay que levantarse siempre tras una caída. Necesitaba algún premio, algo que me recompensara. Volví a equivocarme, no debí enjaular tampoco en esa última carrera. Aquí, y es muy humano, no fui consecuente, y me dejé llevar por el impulso de un campeonato, que es cierto, tenía en la mano. Uno, que no había buscado, pero que de algún modo, me obligaba a enjaular.

La suelta se demoró al menos diez días. Me habría ido bien ponerlas al natural, pero ¿cómo saberlo?. A toro pasado, supe que Pedro Mir, las había puesto al natural para esa suelta, así que en realidad, hasta que el "hombre orquesta" no las tuviera en una postura adecuada, no enjaularíamos. Eso lo sé hoy. En aquel momento, no tenía ni idea. Sólo él, el que gano, y quizá algún otro, lo sabían. Lo de siempre.

La temporada, en cuanto a enjaules y suspensiones, había sido perfecta, porque la Federación había obligado a justificar eso excesos. Las subvenciones estaban encima de la mesa. De ese modo, el calendario se había cumplido escrupulosamente. El problema radicaba en que aquella última suelta no era Regional/Nacional, con lo que Pedro tenía barra libre para hacer y deshacer a su gusto. Como así fue. Su frase  en los días previos fue: "Vamos a buscar un buen día, vamos a acabar bien".

No hace falta que os explique que eso NO es colombófila. Lo comento, por si alguno, todavía albergaba alguna duda.

Llego el día, y mis palomas no habían recuperado el maravilloso vuelo que habían manifestado toda la temporada. Fijaos que sensibles pueden llegar a ser. 
La suelta fue muy complicada. Ideal para palomas no desgastadas, y con un estado emocional perfecto. Sólo llegó el 6% por lo que es deducible que el 94% no lo hizo. Marqué una paloma, pero al no ser designada, lo perdí todo. De haber sido designada,...fue un todo o nada. Y salió nada.
Pedro que había tenido una temporada horrorosa, hizo una buena suelta y acabó con un buen sabor de boca. Así, todos contentos. La información es poder.


Comprobé 77 palomas de península con los mejores % de la isla, y eso a pesar de haber enterrado una barbaridad de palomas en las dos últimas pruebas. Como dije recientemente, CINCUENTA Y DOS (52) palomas de gran fondo los dos últimos años. Nadie, ni de cerca ni de lejos, simplemente  se puede aproximar  a esos registros.
 Tenéis más información de aquella temporada en este post
http://plumanegras.blogspot.com.es/2018/01/trofeos-y-otras-cosas.html




Fue una pésima temporada para mi. Rescato, quizá, el récord de palomas marcadas en una única suelta en toda la historia menorquina desde Calpe (400km) y desde Marbella (880km), y varios títulos a nivel nacional como,  3º en el CAMPEONATO NACIONAL INSULAR DE MEDIO FONDO3º en el CAMPEONATO NACIONAL INSULAR DE SEGURIDAD3º en la COPA S.M EL REY
Estos trofeos, a pesar del batacazo final resumen lo bien que iba encaminada la temporada.



(Continuará...)




PabS.


lunes, 19 de febrero de 2018

Mi historia. (Decimoquinta parte). Volví a caer en la tentación.


  Retomemos la historia. Nos aproximamos con un rumbo cuasi imperturbable a sus coletazos finales. Aquella temporada 2016 dejo, sin duda,  algo más que un sabor amargo, para que negarlo. Comenzaba una lucha personal con la propia colombofília. Un conflicto que aun hoy sigue en liza en mi interior. Una cuestión que retumba en mis adentros: ¿Merece la pena seguir? Todavía suena el eco en mi cabeza.

El verano transcurrió, y parte de aquella frustración quedó en el olvido. El 2017 se presentaba todavía más definido en cuanto a mis intenciones. Visto que el panorama estaba perfectamente perfilado, y que el "hombre orquesta" ya no sólo hacía lo que quería, sino que incluso se jactaba de ello, no me quedó más remedio que redefinir mis objetivos y seguir la fila.
Marbella era mi horizonte, pero esta vez en serio. Sin historias, al menos eso pensaba yo en aquellos momentos. Aquella suelta bien me merecía seguir soñando.

Comencemos. A finales del 2016, mediados de Diciembre, debíamos entregar la lista con las palomas que íbamos a volar. Así que me fui a Mallorca con el mismo empeño y energías de siempre. Allí, como en cada Mallorca a pelo oficial, cené con unos amigos y charlamos de palomas hasta tarde. A la mañana siguiente,  Lluc me acompañó a soltarlas desde Inca. Lo hicimos de tres en tres. Se orientaban maravillosamente bien en pocos segundos. No recuerdo en estos momentos las cifras, pero el resultado fue muy bueno, por encima del 80%.

Ya en Enero, en el 4º o 5º Inca me reincorporé con el club. Y la historia se repitió como en un eterno y jodido bucle. Primer península y ya estaba situado en primer lugar en la clasificación. Otra vez, el ángel y el demonio charlaban conmigo, susurrándome cada uno de ellos sus propios planes,  asesorándome en mis próximos movimientos. No tenía dudas, o al menos, no creía  tenerlas. Mi objetivo era nítido: Marbella.

  Retrocedamos unos meses en el tiempo. En el año 2016, un colombófilo de Binissalem (Mallorca) me cogió una paloma en plena temporada y me llamó por teléfono para comunicármelo. Me la cuido, y se la entrego a Ignacio Ramos (nuestro comboyer) para que éste me la hiciera llegar junto a otras palomas de otros socios recuperadas en Mallorca. En las idas y venidas de Ignacio con motivo de los enjaules,  se produce un flujo de ida y vuelta de recuperación de animales. Debo decir que en tantos años de practica colombófila me han devuelto poquísimas palomas, pero alguna vez sí ha sucedido.
Nos comunican por WhatsApp que las palomas recuperadas están en el Club. Me acerco, y sorpresa. ¡Mi paloma no está!. Poco a poco, caigo en que no es un error. Alguien se la había llevado. Nunca más se supo. 
La verdad es que no monté en cólera. Las palomas perdidas no son santo de mi devoción. Negar lo contrario sería mentir, pero eso no quita que sintiera vergüenza ajena. Obviamente, si esto le hubiera sucedido especialmente a "otros", con nombres y apellidos, se habría montado una gorda. Al ser yo...
Sentí lástima, algo extraño rondaba por mi cabeza, como cuando sabes que  ya no perteneces a algo en lo que sí creías.
Con respecto a la paloma, tenía mis sospechas de quien podía haber sido, que se confirmaron en el 2017, cuando un socio, dando de alta sus pichones y pasándolos por el reloj, sonó el pitido de un osado y no esperado chip. A éste se le ocurrió pitar: Pablo, se podía leer en el ordenador. Paloma perteneciente a Pablo Suárez. 
La persona que me había ROBADO la paloma el año anterior, decidió aprovechar también el chip, pero cometió el descuido de ponérselo a un pichón de los suyos un año más tarde.
 ¿Qué hice? No, no hice nada.¿Conflictivo yo? No, para nada. Medí mis impulsos emocionales y las consecuencias de aquello, y no, lo cierto es que no me merecía la pena.  

Regresemos al corazón del capítulo de hoy. Seguían avanzando las sueltas de fondo, y todo iba como la seda. Las palomas estaban en modo mágico. Unos números asombrosos. Aquel receso de los años 2013 y 2014 ya estaba equilibrado. Disponía de un equipo muy potente. 
En el primer Ibiza me llaman desde Mallorca para decirme que en la suelta de Ibiza que habíamos realizado una semana antes, me habían recuperado un macho con herida de halcón, sin tras ala en las dos alas, y con una herida en el pecho ya con buena pinta. Y sí, efectivamente, la paloma resultó ser mía. Era un macho marcado de gran fondo del año anterior, que finalmente resultó ser el padre de Inesperada meses después.

Me dirigí al club porque teníamos enjaule. Ignacio había traído palomas recuperadas, y entre ellas estaba ese macho. Al llegar, pregunté dónde estaban las palomas recuperadas, y claro,  ese macho en concreto. La gente miraba para otro lado. ¿Queeeé? Un socio me lo había soltado en la misma puerta del club, ya con el día en modo noche cerrada, justo unos instantes antes de que yo llegara. 
 Resulta que ese socio me había dado unas anillas que le sobraban hacía dos veranos, y él, al no reconocer al macho, no se le ocurrió otra cosa que soltarlo. Sea como fuere, y fuera aquella justificación cierta o no, mi enfado, otra vez medido, fue mayúsculo. ¿Qué coño le pasa a la gente? Soltar una paloma que no puede volar de noche, sin trasala desorientada, ¡¡¡de noche!!!.  Si contara quien es, más de uno os llevarías las manos a la cabeza. A la mañana siguiente, afortunadamente el macho apareció en el tejado de mi casa. No se levantaba un palmo del suelo, de aquellas situaciones en las que te ves incapaz de darle una explicación convincente del cómo lo logró. Sucedió tal y como os narro. Guardo un video del estado del macho, recién llegado. Mi convivencia en esas circunstancias era para mi un suplicio.

 Aparquemos por un instante el desarrollo de este decimoquinto capítulo para incluir en él, algo que leí la semana pasada y que me viene que ni pintado. Leyendo mi "prensa diaria" me encuentro con esto en el foro de Márquez: 



Jusué y yo en la actualidad, simplemente no tenemos relación, ni buena ni mala. Cada uno a lo suyo. Respeto enormemente el amor que profesa por la colombófila. Luego, como todo, podré estar de acuerdo con él o no, pero soy de la opinión, que poder expresarse es algo que habla de la buena salud de una sociedad. Fijaos lo que pone en la fotografía. Resulta increíble, pero yo le entiendo perfectamente. Si Juanjo hubiera tenido mis resultados creo que ya no estaría volando palomas. Tal cual lo digo.
Mi opinión es que él debería poder compartir, y narrar aquello que le va pasando, ¿por qué no? Pues, a los hechos me remito, parece que aquí se impone la ley del silencio. Mi gran problema es que no sé callarme. Juanjo, en cierto modo es otro al que han ido arrinconando año a año.
 El problema de raíz, es que yo no observo nada malo en contar tus propias experiencias. Sin duda, enriquece expresarse en libertad.
En muchos de mis escritos, o en todos si queréis, puedo parecer pedante, ególatra y presumido, pero debéis tener en cuenta que están redactados con algo de sobrexposición, para que moleste a los que les pica. ¿Por qué? Por la sencilla razón que he venido aguantando mil y una putadas como habéis podido leer, y mi única forma de responder , ha sido esa.  Sacando brillo a mis innumerables éxitos. Sin faltar a la verdad, con sinceridad pero de cara. No como ellos. Y eso , es algo que ellos, detestan. ¿Quienes? Todos aquellos a los que he ido nombrando en esta historia.

Me vuelvo a desviar , vaya por dios. Prosigamos con el relato. 
La temporada, siendo sincero, tenía pinta de las de siempre, buenísima. De hecho superábamos el ecuador, con ya dos grandes fondos del 20%, y mis palomas estaban en un estado superior, de esos que anhelas cada principio de temporada. De hecho en el tercer Baza, que fue una suelta del 16%, por la tarde  del segundo día se corto. El viento giro a levante, viento de cara, y en esas condiciones resultaba dificilísimo marcar una paloma. Pues bien, me entraron tres palomas esa tarde. No llegó nada más en la isla. Estaban muy fuertes. Todo el trabajo estaba perfectamente calibrado. 

  Y así, de este modo, semana a semana, llegó la gran cita. La del enjaule de Marbella. Mi objetivo estaba intacto. Cargado de palomas, porque mis pérdidas habían sido las previsibles. Me había ganado el "bonus" de arriesgar más que nadie. 
A la mayoría les cuesta pasarlas de Mallorca e Ibiza. Al final todas las palomas están destinadas a perderse, pero el cómo, es sumamente importante.
Iba primero en todas las clasificaciones, y con las palomas creciendo en un maravilloso estado de forma. Nada, absolutamente nada, porque en el pasado no me había sucedido algo parecido, hacía presagiar lo que continuación estaba a punto de sucederme....

(Continuará...)



PabS.

lunes, 12 de febrero de 2018

Mi historia. (Decimocuarta parte).Mi peor pesadilla.


  Ya de lleno en el 2016, hubo problemas con los chips (no habían llegado), y vivíamos en un cierto descontrol, en lo que a palomas  pasadas y no pasadas se refiere. Se anotaban en una lista a medida que se iban enjaulando en todas las sueltas, con el fin de ganar tiempo para cuando llegaran. Aquello fue un sainete.
 Debo reconocerlo, no me sentía nada a gusto en el club. La "labor" de Pedro y sus adláteres ya comenzaba a dar sus frutos. 
Mientras tanto, en las sueltas desde Mallorca, como cada año, los había que recibían serios mordiscos (pérdidas de palomas). Repartían, fruto del miedo,  milimétricamente sus palomas en el grupo de pasadas. 
Para que no hubiera dudas porque me miraban con "lupa", me presenté con todas las palomas. Todo. Nada de pasadas y no pasadas. Y la mayoría fueron enjauladas en el bando de no pasadas. ¿Resultado? Vino todo. Si enjaulé 140, regresaron en el día 132. Ni un sólo rasguño. Para mi, las sueltas desde Mallorca e Ibiza, nunca han sido un problema, al revés, son donde edifico todo lo que después suele suceder.
Esto es como el salto de altura. Si te cuesta pasar el listón al principio, no llegarás muy lejos. Iba holgado. Mallorca es salud y preparación, no calidad.
 La solidez que he demostrado en 10 años, sin altibajos tiene un secreto. Cuando uno sabe lo que hace, es que lo sabe hacer. Entonces no suele ser un problema repetirlo. No es ni chulería ni presunción, son hechos.

  La temporada siguió su curso. Por mi cabeza no circulaba la idea de competir en campeonatos, pero mi alma competitiva comenzaba a despertar. Casi sin quererlo, después del primer península en muchas clasificaciones iba segundo, y en otras, primero. Esto para mi, era sumamente difícil de digerir. 
Mis intenciones iniciales fueron no llevar el reloj, de este modo: "Ojos que no ven, corazón que no siente". Pero no, no lo hice, y comenzaron a brotar dudas en mi cabeza.
Tenía muy claro que mi objetivo era la suelta de Marbella, pero de reojo no perdía de vista la clasificación. Sin forzar, estaba arriba, como siempre. Mi cerebro comenzaba a desdoblarse. Error, pero humano.

Por otro lado, la temporada, para mi, estaba siendo insoportable. Todo estaba muy condicionado por el singular hecho de con que pie se había levantado Pedro ese día. Esto, fuera de la isla cuesta horrores entenderlo, pero dentro de ella, la gente, en general, comenzaba a darlo por normal. Lo que diga Pedro. Aunque no es del todo cierto. La mayoría sí te da la razón en privado, en público se callan.

Aquí, me gustaría explicarme. En mi colombófila ideal, yo seguía descartando los día malos, porque en esos, las sueltas son siempre. a muerte, pero me negaba a dos cosas:

  Una, que sólo se soltara con viento de poniente (Oeste), incluso se buscarán especialmente los días de ponientes fuertes.

 Dos, que "nadie" en la isla, salvo Pedro, supiera cuando íbamos a enjaular, o peor, ¿que suelta sería la próxima?, o ¿cuales?. Agruparíamos un posible retraso en... ¿dos sueltas?,  ¿tres sueltas?. Aquello me sacaba de mis casillas. No había fechas, no existía un calendario, ni tan siquiera uno que se moviera. El Oeste en estado puro, y nunca mejor dicho, por lo de Oeste, naturalmente.

Una semana podíamos tener un Ibiza, y la siguiente tocar un Ibiza, Calpe y Baza, y no saber cual de ellas íbamos a hacer. Eso NO es colombofília. No, no lo es. Por un tema de transporte , puedo entenderlo, por una cuestión de mal tiempo, también, pero estar en la cabeza de Pedro tratando de imaginar qué haría, era muy incómodo. Bastante tenía con estar en la mía.

En Mallorca por ejemplo esto no sucede porque decide una comisión, la cual comunica a los clubs la toma de decisiones, pero en  éstos la vida es más sencilla, porque no hay nadie que maneje esa información, tome esas decisiones, o que se le de la libertad que haga y deshaga a su antojo. 

Del mismo modo que podia entender a la mayoría de compañeros, y aceptar su postura. Mucha gente llevaba años pasándolo mal, y ahora llegaban palomas. Disfrutaban. El problema es que cuando la mayoría venía, yo ya me había ido. Y personalmente venía observando graves deficiencias en nuestra colombofília y sobre todo un monopolio peligrosísimo en manos de Pedro. 
El poniente es un aliado puñetero. "Pan para hoy, hambre para mañana". Tiene, debe haber sueltas con todo tipo de viento. No se pueden marcar las cartas tan descaradamente, y que además, sólo una persona o sus cercanos, sean los únicos que dispongan de esa información. Lo siento, si soy tan explícito, pero lo siento así.

   Os voy a contar una anécdota que viene ni que pintada. Un socio en  el Club, al que le había costado horrores marcar de gran fondo toda la vida. Ahora ya lo hacía. Marcaba alguna. Hace unos años yo le decía que no todas las sueltas desde la península seleccionaban buenas palomas. Él, por si acaso, las pasaba a la reproducción. Algo normal y lógico, la gente sólo ve de donde vino y no cómo lo hizo.
Hace un año, nos encontramos un día por casualidad, y me dice: Tenías razón Pablo, aquellas palomas no dieron nada. Nos creamos unas expectativas porque esa paloma u aquella otra ha volado una distancia. Y el poniente desvirtúa. ¿Que tardó?, ¿horas de vuelo?, ¿% de llegadas, cuántas llegaron?, ¿fue capaz de repetirlo? . Esto es básico y fundamental para valorar a una paloma. ¿Que ello no significa que después sea una gran reproductora?. Naturalmente que no, pero, a buen seguro, estaremos más cerca. Ni lo dudéis.

Tras el primer Calpe, estaba arriba como siempre, y eso me confundía. Ya teníamos grupo de WhatsApp por entonces. En un momento, determinado Pedro ya nos tenía "parados" (una vez más), y desorientados, por lo menos a mi.
 En el grupo, para poder organizarme, le pregunté si sabía que suelta íbamos a hacer la semana que viene...pero mejor, copio la conversación con unas capturas de pantalla.




 La conversación, como puede observarse, se desarrolla en unos parámetros de educación lógicos. Fijaos que mido mis palabras al milímetro, o por lo menos, hasta donde me fue posible. Sé exactamente en que aguas me movía, pero vaya, ni con esas. 
  Algunos compañeros como el propio Pedro, me tildan de conflictivo, por cosas como ésta. En fin, que se lo hagan mirar.
La respuesta final de Pedro, me dolió. Su hipocresía, puede llegar a límites insospechados. Es de los que si se siente respaldado, es valiente, de lo contrario, nada de nada. Cosas de manadas de lobos. No, yo no pierdo los nervios por gente como él, y me di de baja del grupo. Sin más.
  En la conversación, simplemente pregunté qué iba a suceder con las sueltas de la próxima semana. Ya veis la respuesta, como el "Cholo", semana a semana. Señores, esto es colombofília, no un coto privado. Volar nos cuesta dinero tiempo y esfuerzo a todos nosotros. Parece que lo olvidamos.

Para que os hagáis una idea, ayer, día 11 de Febrero de 2018 hubo suelta aquí desde Inca e Ibiza, pues bien, ayer mismo por la tarde Pedro se sacó un Ibiza de la chistera para enjaular hoy y soltar este miércoles o jueves. El sábado que viene hay otra suelta de Ibiza, por lo que este miércoles habrá otro enjaule. Resumiendo...hay cinco Ibizas, y tres de ellos los van a hacer en 7 días. ¿Cómo se puede organizar la gente?¿y el colombófilo que maneja pocas palomas? Está claro que para pagar cuentan con todos, para organizarse un campeonato a medida....NO. 
El Club de Ciudadela depende del de Mahón a partir de las sueltas de Ibiza. Las decisiones las toma Pedro. En Ciudadela se enteraron ayer de tan repentina decisión. El descontento es generalizado, pero....El pan nuestro de cada día.

 Retrocedamos algo en el tiempo. Había ido a Mallorca en Noviembre del 2015 a cribar un grupo de pichones, los que por muda, podían ir. En Febrero del 2016, me entero de que Mir, había dejado dar de alta 40 palomas a Torres. ¿Queeeeé?, ¿en Febrero?. Pues claro que me enfade. O todos o ninguno. Para más inri, Pedro, había omitido este minúsculo detalle en el Club.  Le hice saber mi sorpresa y mi malestar, y lo dejé pasar, total, siempre soy el conflictivo, pero me pareció algo muy injusto. ¿Su respuesta?. Bloquearme el WhatsApp. Me había convertido en un grano en el culo para él. A los demás los manejaba a su antojo.

 Os cuento todo esto, para que os hagáis una idea del panorama. Unos teníamos la obligación de poner chips, entregar listas definitivas de palomas a volar el día 15 de Diciembre, y otros podían dar de alta palomas, meses después. Yo mismo tuve que moverlas desde Mallorca en Noviembre muy a mi pesar. En fin....que no.

  Tras el percance en el grupo de WhatsApp, decidí que se había acabado. Enjaulé para Baza y para Marbella. 
En la primera con un extraordinario 19/26, récord histórico de la isla en número de palomas marcadas de gran fondo en una única suelta. 
En el Marbella obtuve un 5/26. Aquí se vio la diferencia de dificultad de un Baza y un Marbella, porque no todas las palomas me servían.  Palomas capaces de volar tres Bazas, quizá no eran capaces de regresar de Marbella. 
 A la  isla,  de la suelta de Marbella  llegaron 10 palomas, 9 en Mahón, 5 de ellas mías, y 1 en Ciudadela. 
En esta suelta fue cuando Jusue me felicitó en el grupo, en el que yo ya no estaba, y Florencio le afeo, recordándole que lo mío no tenía mérito porque yo era un profesional. Joroba.

Tras eso, 15 días más tarde había un Baza y un Calpe, en los que participé. Hacia dos semanas que ya había desconectado de las palomas. Para mi se había terminado, pero como estaba tan sumamente enfadado, y había demasiadas palomas en el palomar me lo repensé y enjaulé en ambas. Aquí debo añadir que no entregue el reloj, y si lo hubiera hecho, ese año habría sido Campeón  Insular de España de Medio fondo (hice los cálculos). Me preguntaréis, ¿y por qué no llevaste el reloj Pablo?. Fácil. Mi enfado era enorme, mayúsculo, y un puñetero nacional, no me iba a cambiar nada. Hablo con total sinceridad. No, no llevé el reloj. Ningunas ganas de acercarme al Club.
  Tras eso, decidí zanjar la temporada para mi. Todo el esfuerzo del año anterior, tirado a la basura por Pedro. Sentí mucha frustración y rabia.
 A pesar de sólo acudir a la mitad de las sueltas de la península, marqué 50 palomas de 85 enviadas desde allí, siendo por enésima vez, el palomar con mayor número de marcadas en la isla.


(Continuará...)



PabS.

domingo, 11 de febrero de 2018

Mi historia. (Decimotercera parte). Nuevo rumbo: Marbella.




El año 2015 había sido un buen regreso. Mi forma de proceder  no recordaba a cómo solía hacerlo, porque desde el principio, tuve en cuenta que debía iniciar un nuevo ciclo de yearlings, adultas, etc...todo ello de vital importancia a la hora de competir. Disponer de un buen equipo de adultas para el año próximo, volver a comenzar en definitiva, y todo ello exigía ciertos sacrificios.

El hecho de comenzar la primera mitad del 2015 a un ritmo tan alto,  tuvo incidencia en el número final de adultos que quedaron. Quedó un grupo muy seleccionado para poder afrontar un buen 2016.

Echando hoy la mirada hacia atrás, los problemas de verdad, comenzaron a partir de entonces. Todo aquel esfuerzo por equilibrar y formar un nuevo equipo, con jóvenes y adultas, en el 2015 no había servido de nada. ¿Por qué? Enseguida lo comprobaréis. 

En primer lugar, las temporadas ya eran algo imprevisibles. Imposible saber qué suelta sería la próxima. Aquello había degenerado de una forma flagrante. Como cuando uno no ha tenido dinero nunca y súbitamente dispone de él, pero no tiene ni puñetera idea de cómo gestionarlo. Sólo Pedro sabía que haríamos a continuación. Una cosa era ser consciente de las grandes dificultades que tiene volar en la isla, por el transporte, la climatología, el mar, las noches de cesta,  y demás; y otra, bien diferente, que una competición quedara adulterada de aquella forma tan dramática.

Todo ello me condujo a tomar una decisión aquel verano. No competiría más. Sólo prepararía las palomas para un nuevo y mayúsculo reto. Marbella, casi 900 km.
 Aquello implicaba ciertos cambios. Dentro de mi línea de palomas, debía buscar aquellos ejemplares que me pudieran dar lo que buscaba. Los que no, aunque magníficas palomas, de esas que te dan campeonatos, pero quizás no, lo que yo buscaba en ese nuevo escalón tan específico, fueron vendidas poco a poco.

Esas palomas que podía repetir cada semana, que optaban a AS paloma, que podían perfectamente comerse 20 ó 25 noches de cesta en una temporada, ya no eran mi prioridad.

Hasta ese 2015, Pedro y yo escuchábamos la misma canción, misma frecuencia, pero nuestros caminos comenzaron a separarse, de una forma progresiva. Quizá, él había vivido toda su vida colombófila entre tinieblas. Recordad como funcionaba aquí la colombofília. Supongo que estaba convencido de que habíamos descubierto la piedra filosofal. Tengo emails de Pedro anteriores al 2008 donde me manifestaba su tristeza por la colombófila menorquina actual, y una profunda desesperación por no poder desarrollar su afición.
Eso cambió, llegó, todos aportamos nuestra cuota, pero esa nueva colombofília no la provoco un club entero y sí, una serie de personas.
El nuevo mundo era sin duda, otra cosa. Su fragancia desprendía optimismo. La diferencia era notable. Ahora ya regresaban palomas a Menorca. Había cierta lógica y cierta recompensa en el esfuerzo que supone dedicarse a esto. Y debíamos estar muy satisfechos por todo ello.

Fundamentalmente, yo era de la opinión que habíamos cambiado la colombófila de la isla, pero esa obsesión que para él se había convertido la búsqueda del viento a favor, no nos beneficiaba. Ya no. Su obsesión comenzó a ser enfermiza. 
Los edificios se construyen desde abajo, pero subiendo hileras. Esa es y sigue siendo, en la actualidad, mi opinión. 

¿Ayudar a las palomas?. Sí, naturalmente que sí. ¿Engañarnos, y depender del viento a favor?. No, y mil veces no.
 Hay una serie de vientos que en Menorca son fatídicos. Las sueltas se convierten en un calvario. Como buenos "marineros" debemos ser conscientes de ello, pero lo que no se podía ser,  era convertir aquello en un camarote de los hermanos Marx.

Hubo un tiempo en el que sí debimos buscar ese viento porque lo necesitábamos, después terminó por  convertirse en dañino.
Las palomas comenzaron a entrar siempre por la misma zona de la isla porque los días de suelta eran todos "gemelos". Se tuvo hasta que cambiar el sistema de clasificación, buscando la seguridad pura y dura, porque había zonas enormemente beneficiadas. Todo ello sumado a que el calendario estaba sólo en la cabeza de Pedro me hizo cambiar mi rumbo.

En el fondo entendía a Pedro, y a aquellos que toda la vida habían vivido una colombófila terrible, pero lo que estaba sucediendo en la isla no era colombófila, era otra cosa. Me aburría, pero también me indignaba. Había sido la antorcha para cambiar aquello, pero el presente, y peor aún, el futuro, no me gustaba.

En esas estábamos, y comenzó el 2016. Para mas inri, Pedro cada vez adelantaba más y más el  inicio de temporada, como si de forma cirujana tuviera estudiado hasta donde lo fijaría en el futuro. En lo personal, aquello me perjudicaba enormemente. Tuve que pasar de hacer Mallorcas a pelo de mediados de Enero, a verme obligado a soltar el 15 de Noviembre, un mes terrible en la isla por diferentes razones. No sé, ¿que puedo decir?  De esas situaciones en las que te van arrinconando, en las que te sientes que te obligan sin necesidad, pero sé y conozco el porqué . Él también lo sabe. 
Como cuando montaron un Ibiza oficial en Noviembre del 2008, cuando en realidad por aquella época los Ibizas debían dar comienzo en Marzo del 2009, todo ello para obligarme a hacer la "tardor". Historias para no dormir.

  Tanto en el 2015 como siguientes, me incorporé en el cuarto (4) o quinto (5) Inca, con lo que ello suponía. Estamos hablando ya del mes de Enero,  teniendo ya al equipo mudado o con la muda parada.
Hasta esas fechas, me había manejado siempre en el mismo número de palomas, que rondaban las 100. Las temporadas 2016 y 2017, fueron diferentes. Hice lo que a muchos de nosotros nos sucede en alguna ocasión en la vida. Perder la cabeza, jajaja. Volé más de lo que debía, pero había una razón oculta tras ello, y que he adelantado un poco más arriba. El nuevo reto me exigía buscar los ejemplares sobre los que desarrollar mi nueva colombofília, y no todo me valía. Esa nueva forma de proceder, no fue una decisión muy acertada.

Regresemos al Mallorca a pelo. Solté muy cerca de Alaró en la falda de la preciosa Sierra de Tramontana, que ya de por sí, quizá fue el primero error, pero nunca me obsesionó el tema halcón, y menos soltando de una en una.
 El segundo, y éste sí, fatal error, obligado por las circunstancias, fue hacer esta prueba durante el mes de Noviembre. Recuerdo que me lleve unos 50/55 pichones, los números me bailan un poco en mi cabeza, y como siempre, sólo, los que por muda podían ir. Los solté de uno en uno. Y al finalizar la jornada en casa sólo había 4. Fueron llegando los días siguientes, no recuerdo con exactitud, pero creo que la cosa quedó en 13, tres días después. 
  Una buena "leche" en toda regla. Esa fue la diferencia de hacer las cosas cuando uno está convencido de hacerlo, a cuando te ves obligado a ello. Por cierto en el palomar, todavía hay varias de aquellas palomas que regresaron. Las supervivientes fueron muy sólidas en el futuro. Eso no cambia. 


(Seguimos esta noche...)


PabS.

sábado, 10 de febrero de 2018

Mi historia. (Decimosegunda parte). El regreso.




  Y, parte a parte, vamos llegando al final. Hoy nos toca abordar el año 2015. El panorama estaba cambiando. Tal y como os comenté antes, los años 2013 y 2014 me había dado de baja, pero no por nada especial, sino por ahorrarme los casi 300 "euracos" que estar federado me suponían durante ese tiempo. Por lo tanto, esos dos años, Torres me consiguió anillas para que pudiera criar. Ya a finales de Enero, cuando nuestra relación no estaba todavía deteriorada, comienza a recibir llamadas, de alguien supuestamente de Mallorca que no se identifica, sugiriéndole y amenazándole para que me hiciera devolver las anillas correspondientes al año 2014, que todavía no había usado. Algo, que desde luego, no hice.

Por aquellos meses hice una subasta en la web de Ledesma (Canarias) . Y hubo cierto movimiento por evitarla, dado que esas anillas 2013, no las había obtenido siendo socio. Todo aquello, teniendo su lógica, que respeto, me parecía una locura. 
Todo procedía del mismo sitio. Algunos en Menorca ya sólo tenían un objetivo. Ya que en el terreno de juego, en los fondos y en las webs, era intratable, me "buscarían" en otros terrenos. Lamentable.

El año 2015 suponía mi regreso a la competición en casa, desde aquel mágico 2012. Hice las paces con quien las tenía que hacer, fundamentalmente por mi amor a volar palomas mensajeras, no por otra cosa.

Sigamos. No disponía de adultas ni de palomas cribadas de Mallorca a pelo, ni nada por el estilo. De hecho en el 2014 no comencé a criar hasta casi comenzado el verano. No, no tenía claro si volvería o no. 
 Muy probablemente, si no hubiera sido por mi amigo Lluc Llabrés (Mallorca), quizá aquel 2015 tampoco hubiera volado. ¿Por qué, os preguntaréis? Había conocido a Lluc en mi estancia en Mallorca con motivo de la entrega de trofeos del 2012, gracias a Guiem. Ahí quedo la cosa. 
  Dos años mas tarde, en el 2014, Lluc buscando cambiar su destino, le preguntó a su amigo Guiem: ¿Quien es el mejor?. Éste lo respondió: Pablo.
Personalmente no entro en lo de mejor o peor. Tan sólo cuento, cómo sucedió. Lluc me telefoneó y comencé a ayudarle. A partir de ahí, ganó tres (3) Campeonatos seguidos en su Club La Palmesana, y la segunda temporada acabó 7º de toda Mallorca contra 200 tíos, muy muy cerca en la última suelta de tocar la gloria.  
  Así que si no hubiera sido porque en el 2014 comenzamos a hablar y le crié unos pichones , entre los cuales se encontraba su AS paloma social 2016, que vino a buscar, no sé si me habría decidido a arrancar de nuevo porque ya estaba un poco harto de tanta "mierda".

   Aquella temporada 2015 disponía de un equipo de jovencitos. Todo tardíos, salvo alguna paloma vieja no volada. 
En un 99% hablamos de palomas que al comenzar en el mes de Diciembre tenían 6 meses los más mayores (nacidos en Junio), el resto, 3 y 4 meses (nacidos en Julio, Agosto y Septiembre).
  Al dar los primeros pasos la campaña deportiva, me hallaba en una situación extraña, entre dos aguas, como el conocido tema del genio, Paco de Lucía. Por una parte, mi ánimo competitivo no se había apagado en absoluto, y por otra, era plenamente consciente, que en lo que a competición se refiere,  si dispones de un buen equipo de adultas, éste es fundamental para la consecución de objetivos. Me faltaba una pata, y lo sabía. 
 Mis rivales, disponían de buenos equipos de adultas fruto de las dos últimas temporadas. Mucha desventaja. Así que tome una decisión:   Si aquel año quería recoger frutos, debía ser más radical si cabe en la selección de mis palomas. Sin respiro desde el comienzo. 

Volar sólo pichones tiene el serio inconveniente, que en la primera parte de la temporada vas algo más a ciegas en las designadas, porque hay un periodo de despejar incógnitas.

No competía en casa desde el 2012, así que había los nervios propios de volver a actuar. El escenario siempre impone. En Enero, diez días antes de empezar, le mandé a Biel Antich 13 pichones para que me los soltara desde Palma (150 km). No envié más por el precio (Mrw ya se había "columpiado"), y porque tenía dudas, para que negarlo. No recuerdo la cifra, pero regresaron 8 ó 9 en el día, lo cual fue una magnífica señal. De entre todos ellos, salió la "As" paloma social e insular de velocidad 2015, que a su vez era hija del "As" paloma Social e Insular 2012. Todo queda en casa. Desde luego eran palomas de gran fondo, pero en la isla este tipo de campeonatos no se ganan por velocidad, sino por regularidad y seguridad.

Un inciso. Biel Antich me telefoneó un año después de que Lluc lo hiciera. Iba a empezar y hacerlo erguido. Le asesoré hasta donde pude. Muy buen rollo. La colombofília entre buena gente, es más fácil. Y con ambos surgió una gran amistad, y lo que consiguieron lo hicieron ellos por méritos propios.
Biel, tal y como Lluc hizo, voló extraordinariamente bien tres campañas, con dos fabulosos Campeonatos absolutos seguidos en su Club La Rápida,  en uno de ellos acabando entre los ocho primeros de toda Mallorca, y acabando este año 2017 con una extraordinaria paloma marcada de Ayamonte. Lamentablemente, nos ha dejado, y no me extraña. ¿Qué puedo decir? Primero tristeza, y segundo, que da ganas de seguirle, pues estoy en las mismas, y quizá mi amor por este deporte, demora algo, que mi cabeza cree saber  sucederá, más pronto que tarde. 
Mucha rabia que este preciosa pasión que son las palomas esté rodeada de  personajes tan oscuros. Lo veo por muchos lugares de España.

  Regresemos. Comencé la campaña, a ver que tal se comportaban mis nenes. Todo fue más o menos según lo previsto. En aquella época Pedro ya se había encargado de que la temporada comenzara cada vez más pronto. Aquello trastocaba mis planes, así que no me incorporé hasta el 3º o 4º Inca. Recuerdo que me las soltaron a mi solo, porque la gente iba pasando las palomas poco a poco en el bando de pasadas. Envié unas 50 y regresaron en bando unas 46. Empezábamos bien.
  Y así llegaron  los fondos, ya situado en segunda posición pegado al primero a menos de una paloma designada. No fue una temporada de excesos. Al revés, me tuve que medir como nunca antes lo había hecho.
  Volé dos Bazas, enviando sólo 5 palomas en cada uno de ellos, y en ambos casos marque 4/5 y 4/5. En uno de ellos, suelta del 20%, meto mis 4 antes que nadie, y con un 80% en casa. En el otro Baza, del 19%, también meto 4/5 también, todos en el día, y en ambos grandes fondos con el mejor % del Club, y marcando todas mis palomas antes que nadie. Todo con pichones.

 Llegábamos al tramo final de la película. Quedaban dos sueltas para acabar la temporada, e iba segundo a una paloma del primero. En la penúltima suelta, no marqué, algo que no me sucedía desde el 2009. Aunque no marcar es algo más que habitual en la isla, aquello me echo algo para atrás, aunque hubiera sido en una suelta del 18% y sólo hubiera enviado 5 palomas, pero en esas sueltas o llevas la paloma, la buena, la que lo puede hacer, o...
  Ahora quedaba una suelta, y estaba a sólo dos palomas del triunfo. El no marcar no fue por una cuestión de estado de forma, sino porque yo sabía que tenía 3 o 4 palomas extras, no más, a las que les había dado un "tute" importante, pero es que esas no me las quería jugar, primero porque  yo estaba ya pensando en el año siguiente, y segundo porque algunas de ellas iban directas a la reproducción. Petronio y Petronia estaban entre ellos. Los dos habían volado dos Bazas cada uno, del 19% y 20%, uno sin mudar el otro sólo unas plumas. Me los podía jugar tranquilamente en la penúltima o ultima suelta, pero a pesar de que soy un seleccionador nato, siempre pienso en el futuro. Y dí por concluida la temporada, quedándome a dos palomas de ganarlo todo.

  Sabía, y lo escribí en su momento, que Petronio sería importante en el futuro, lo que no podía imaginar era cuánto.
  Mi reflexión  fue que para ponerme al nivel de mis competidores que manejaban equipos de adultas muy potentes, tuve que apretar desde el principio. Me faltaron esas adultas que la primera parte de la campaña te hacen la vida más agradable.
Un reflejo de que había ido muy fuerte desde el principio, fue la consecución de ese As paloma de velocidad, o el Subcampeonato Nacional Insular de Medio fondo y el Subcampeonato Regional de Medio fondo.
De todos modos fue un año pensando en el siguiente, como demuestra que a la península sólo envié 42 palomas,  marcando 30, 29 de ellas en el día. Un 71% en sueltas desde la península. ¡Brutal! Mis porcentajes seguían siendo inigualables. 
 Ese año fue el único en 10 años que no fui  el colombófilo que más metió de la península, por una sola paloma. Teniendo en cuenta que iba con el freno de mano echado para competir con plenas garantías al ejercicio siguiente, que todo eran yearlings, y que no fui a la última suelta,  fue un excelente resultado.


(Continuará...)



PabS.