lunes, 7 de marzo de 2016

LA SOLUCION RESIDE EN LA FUERZA DE UNO MISMO.




Tras una agotadora jornada veraniega más con mi hija Maya y tras caer ésta rendida después de esfumarse el inmenso y sorprendente caudal energético que lleva dentro_ el suyo y el mío_ me acerco al teclado de mi portátil, lo acaricio como diciéndole: Cuanto tiempo llevamos sin charlar amigo. Lo abro lentamente como el que no quiere hacerlo y comienzo, tras muchos meses sin hacerlo, a vomitar, primero palabras luego frases y finalmente me atrevo con algunos párrafos. Muchos de ellos llevan apelmazados, solapados dentro de mí mucho tiempo. Esto es como ir en bicicleta, creo que no se olvida. Posiblemente la bajada de temperatura de estos últimos días evoca en mi a tiempos de humedad, de interior, algo así y aunque suene extraño, a hierba fresca, a pensamiento y reflexión. Quizás si, no lo sé, pero aquí estoy de nuevo con vosotros, aunque sea a través de este puñado de palabras.

Aparque la colombofilia en el 2012 en el mejor de los escenarios posibles para cualquier soñador, habiendo escalado todas las montañas que me había propuesto. No volé en el año 2013, y sí lo hice en el 2014, pero no en mi casa, sino en la modalidad tándem. El contrato se rompió casi cuando había que recoger los premios (que fueron muchos). Aprendí muchas cosas de aquello. De hecho, hay que tratar de hacerlo siempre de todo lo que nos sucede.
Mi visión de la colombofilia, de sus actores principales , las palomas, y de sus entusiastas propietarios, los colombófilos, como no puede ser de otro modo, no es la misma hoy que hace 5 años y dista un universo de la de mis inicios, donde todo lo que emanaba a pluma era observado por mis inocentes ojos como el paraíso, como una tierra virgen para el que osa tener la suficiente curiosidad como para querer conocer las respuestas.

Creo que la colombofilia estará siempre presente en mi vida, pero no tengo los estímulos de antaño. No es una cuestión de superarse pues siempre hay retos que alcanzar, es una cuestión de ilusionarse en la misma medida y profundidad que antes. Quizás porque me toco romper barreras, unas que parecían infranqueables para generaciones y generaciones de colombofilos. No lo sé. Quizás las emociones de todos estos años fueron muy intensas y uno, a toro pasado, lo ve todo de otro modo.Puede que precisamente ahí esté el reto, saber reciclarse. O simplemente  todo lo que a nivel personal me ha tocado vivir estos últimos años ha pesado demasiado, quien sabe.
También hay mucho de contradictorio en mi, pues en el fondo soy un omnívoro por naturaleza y  devorador nato de clasificaciones y retos. Difícil descifrase asimismo ¿verdad?, pero en el fondo nos vamos conociendo.

El pasado verano, en Julio concretamente, destetaba mis primeros pichones sin saber realmente si competiría en el presente 2015. Finalmente lo hice. Pude retomar lo que dejé tres años antes. Esto también es como la bici, pero me note desubicado, con el sillín algo alto y el manillar un poco bajo, oxidado vamos, y sobre todo algo que tiendo a olvidar cuando formulo mis análisis. Volé con animales que al comienzo de la temporada, allá por diciembre de 2014, contaban con  3,4 y 5 meses. La distancia que me separaba de mis compañeros al inicio de la campaña deportiva era mayúscula, y más teniendo en cuenta que ellos venían de dos años cargados de palomas con muchísima experiencia.
Soy de la opinión que un pichón, uno bueno vuela como el que más, pero también sé que ese mismo pichón el año que viene, como los cisnes, se transforma en uno mejor. Para participar con garantías en un campeonato se necesitan ambas piernas, y si tan sólo tienes una, que sean adultas por favor. Si tu rival tiene dos piernas, necesitas las dos entonces.

Me tranquilizaba saber que yo seguía teniendo “las manos”. Tenía la esperanza de acortar la distancia durante el transcurso de la competición. Por primera vez en mucho tiempo tuve dudas. Y quizás por ello, fui muy agresivo desde el principio porque por una parte había algo en mi que me decía que era preferible no acabar la temporada y retirarme a tiempo. Puede que en el origen de esa agresividad ayudara la falta de partidos, y por otra parte si quería competir contra gente que manejaba 200 animales y entre ellos 40 palomas con dos y tres años, no me quedaba otra que afilarlas hasta el extremo.
Mi primer gran error fue ponerme prácticamente primero en la primera suelta de península (que era cuando comenzaba lo gordo), aquello me hizo variar mi expediente inconscientemente, y fue el principio del fin. Me falto pausa. Hubo también un par de sueltas desde  Inca e Ibiza en las que perdí más palomas de las que estoy acostumbrado y mi equipo quedo seriamente mermado, pero era el peaje a pagar por tratar de equiparar las cosas y poner mi coche a la altura de los que iban en cabeza. Me precipité. Las perdidas vinieron como consecuencia de enjaular mucho cada semana. En exceso.
También hay otras  explicaciones a esas pérdidas. Falta de la calidad deseada motivada por una reproducción no ajustada como consecuencia de dos años de parón, pero sobre todo por no haber logrado llevar las palomas a donde sólo los elegidos pueden. A un nivel donde fui capaz de hacerlo muchas veces en el pasado.
Asimismo también reseñar que se me acabo la gasolina a tres semanas de final. La expresión “acabar la gasolina” fue una cuestión mental, de ellas y de mi mismo. No un tema físico. Yo fui el máximo responsable. Pedí mucho a unos animales muy jóvenes, y se lo pedí desde el principio, y  perdí a algunos que el año que viene harían maravillas. Fue el precio de la codicia y de no tener bien definidos los objetivos de la temporada.Reconozco que se me olvidó por el camino cual era mi objetivo principal.  

Volvamos al lío. A falta de dos sueltas para poner fin a la temporada, mis palomas y yo estábamos a tan sólo una paloma de ganarlo todo. Aún sabiendo que yo sentía que no era el año...estaba en la terna de tres que optaba a todo, lo cual no deja de ser sorprendente. Y en la última suelta que fue bastante dura, en la tónica de la temporada..tan sólo 5% de llegadas,  fallé...después de 24 sueltas seguidas marcando desde península con muchas sueltas de % reducidos del 2% del 5%, del 10%...después de unos cuantos años, fallé!. Ahí decidí que ese año había acabado. No enjaule en la ultima prueba que también fue del 5%. Y a pesar de ello,  me quedé a dos palomas designadas de ganarlo todo...pero ni mis palomas ni yo lo hubiéramos logrado aunque hubiera enjaulado. Y no lo habríamos logrado porque la condición no era top, la edad de los animales, y errores del propio sistema producidos como consecuencia de querer ir a una velocidad superior a la que ellas y yo podíamos rodar fue decisivo. En mi interior existía una posibilidad, eso sí,  enjaulando mis tres mejores palomas pero no estaba dispuesto a tirarlas. El riesgo era mayúsculo y yo ya había dado síntomas de  reclinar mi sillón. Y no, no lo hice, pues no todo vale. Me planteé que era más inteligente ser hormiga que cigarra, y así fue.

Finalmente quede 3º del social absoluto, 3º del social de fondo, 3º del insular absoluto, 3º del insular de fondo, As paloma social e insular de velocidad...aunque no lo gané por velocidad, sino por seguridad, campeonato de medio fondo (zona Menorca), y algún otro premio que ahora se me escapa....a nivel Balear, mencionar el Subcampeonato de Baleares de medio fondo y a nivel nacional,  el Subcampeonato nacional insular de la misma categoría. No es que ahora me de por la media distancia como indica esos subcampeonatos regional y nacional...tan sólo indican que iba por muy buen camino, pero no me alcanzó. Considero que de las ocho penínsulas fui el mejor a nivel insular en cuatro de ellas, que no es poco,  sin demostraciones de fuerza eso sí, pero el mejor, concretamente en los dos primeros calpes y en los dos primeros bazas...4 de 8..pero para ganar hay que ser el mejor en todas. Fallé yo, falto equipo, pesó el hecho de pensar en la temporada siguiente. Eso ya es pasado.

Este año en la reproducción he tratado de actualizar y criar más de lo que más funcionó la última temporada, y apostar más por determinadas palomas. El tiempo dirá si me equivoco o no. También he construido un nuevo palomar con cuatro maderas para viejas glorias y futuras promesas. Lo fácil sería otra cosa. Era una situación que iba a llegar tarde o temprano, y por ahora esa es la solución que he encontrado.
La temporada de cría no ha estado exenta de sobresaltos, el gato ha hecho acto de presencia, y se ha merendado a dos palomas con varias penínsulas que iban a ser muy necesarias este año. Pichones lisiados por doquier...el cable se presenta este año sorprendentemente como un enemigo a superar. Hoy me veía a mi mismo tratando de recolocar un fémur fracturado y no soy especialmente fuerte de estómago. ¡Que cuadro por dios!. En fin...sinceramente ando algo muy chafado estas semanas en cuanto a lo colombófilo. Trato de reubicarme de nuevo.

Recuerdo un escrito que me pidieron para la revista en forma, “la ilusión del que comienza a andar”. Creo que aquellas líneas definen mis actuales sensaciones. Me falta esa mirada del novato, esa chispa, esa luz , ese filtro que te lo hace ver todo de otro modo.
Creo que como colombófilo soy muy poco organizado. Me fío de mi memoria, de mi instinto, de lo que veo y especialmente de lo que siento. Mi fuerte es el anhelo de muchos, soy un gran preparador de palomas para la competición (sigo teniendo una abuela), pero adolezco del orden por ejemplo y de la sangre fría para determinada toma de decisiones, entre otras cosas. Y también necesito recuperar cierta paz interior. Quizás mi exceso de  sensibilidad no me ayude en ello. También soy algo veleta como dice un amigo mío. Una veleta controlada naturalmente, pero vivo tan intensamente esto que soy sensible a ciertos cambios. Tampoco ayuda el tener metido entre ceja y ceja la idea de forjar una linea de palomas, que creo un error mayúsculo, idea de la que no soy capaz de desprenderme por ahora. Lo sé, y eso me hace más débil y a la larga podría ser un tumor difícil de extirpar.

Si soy capaz de recuperar ese instinto, esa claridad de ideas, el rival seré yo mismo, de lo contrario y siempre en términos competitivos, esto será un tobogán, algo por lo que no estoy dispuesto a pasar. Yo no estoy aquí para ser uno más. De hecho los resultados de este año, y a pesar del imberbe equipo con el contaba lo contabilizo como un año malo. Las palomas son para disfrutar de ellas. Cada uno lo hace a su manera, yo sé cual es la mía.Y no disfruté.

Llegados a este punto tengo claro que necesito, pero ello exige un cambio de rumbo en cierto modo. Hay que reciclarse y siento que no sé si seré capaz.
Podría dejarme ir, y hacer exactamente lo que he hecho este año con un equipo mejorado con palomas de dos años muy voladas, y las cosas probablemente serían mucho más sencillas de lo que fueron el pasado ejercicio. No me resulta difícil estar arriba siempre. De hecho desde el 2007 siempre que he volado he estado arriba.No hablo de ganar, hablo de mantener una insultante regularidad en una colombofilia tobogán como es esta donde sueltas del 5% son algo común y  no están diseñadas para todos. Esa es la ventaja de tener un proyecto sólido de familia de palomas y un sistema definido. Uno se convierte en insultantemente regular, pero debo reconocer que echo de menos el factor sorpresa, y éste también es necesario en la colombofilia, en la vida y todo lo que nos rodea.

En definitiva hay que corregir errores, aprender de ellos, y darle un nuevo enfoque a esto. Necesito algo nuevo. Algo que me motive. Quizás esa motivación curiosamente esté fuera de la colombofília, y me ayudaría a verla de nuevo con aquellos ojos. O sólo estoy elucubrando sobre un axioma equivocado y en realidad todo en la vida acaba tornándose aburrido. No he llegado al final de mis días como para poder afirmar algo así. 

Hay ciertas reglas en colombofília que deberían ser positivadas como ley. Recuerdo muchas lecturas en mis inicios, que verdaderamente me resultaban lógicas, aplastantemente obvias a las que no les prestaba la importancia que merecían porque uno por aquel entonces ya estaba demasiado enredado en la maraña de teorías, pedigrees, productos y disparates que me llevaron todavía unos años poder desprenderme de ellas. El tiempo me ha demostrado que lo que otros vivieron y experimentaron en el pasado y nos narraban como dogma de fe, estaban en lo cierto,  pero por obvio quizás uno no les dio la importancia que en realidad merecen.
El secreto de las cosas, casi siempre, está delante de nuestras narices al alcance de la mano, y es por ello que suele pasarnos desapercibido. El árbol habitualmente no nos permite ver el bosque.
En todo esto hay algo que por obvio resulta crucial y me atrevo a afirmar que el 90 % de los colombófilos no cumple, es más el colombófilo se empacha de todo lo contrario.
Y  lo hacemos por como somos, por nuestra propia inseguridad, porque ayuda a tapar nuestras propias carencias como colombófilos, por estas y otras muchas razones lo incumplimos por decreto.
¿A que me refiero? Me refiero a algo que he observado en algunos palomares campeones y no tan campeones, pero que es, sin duda alguna, un hecho diferencial para el que lo practique, pero ojo,  entrar en ese exclusivo club no está al alcance de todos.
No lo está porque la realidad nos lo demuestra. Esto es como la cualidad: Tener fuerza de voluntad. Es una gran cualidad que es minusvalorada frente a la inteligencia. Aquella se puede hacer, la inteligencia parece venir de serie, pero la realidad es que la fuerza de voluntad aunque maleable por la propia vida también es algo que llevas o no llevas dentro, aunque parezca que uno la puede tomar cuando le venga en gana. Por ejemplo: Mañana voy a tener fuerza de voluntad, me digo a mi mismo, y zaaas nos levantamos nuevos con una sorprendente fuerza de voluntad. No, no es así. Cuesta mucho en el ser humano acariciar esa gran cualidad que dice mucho de nosotros, de lo que somos y de cómo somos. De lo que os hablo, es parecido, ponerlo en práctica es posible, llevarlo a cabo como seña de identidad no está al alcance de todos.

Sin más dilación. Me refiero al estado vital de la paloma dentro del palomar. Como se suele decir hay que evitar la superpoblación por todos los medios. A ello me refiero.
Si lo sé, puede sonar a memez, pero NO lo es. Lo he vivido, y lo he observado fuera de mis instalaciones. La paloma que se encuentra en un palomar a gusto, con espacio, no teniendo que luchar por su cuota diaria de oxigeno, ni tener que demandar a su vecino constantemente simplemente poder dormir, tiene otro aspecto, uno especial que se ve cada día. En su vuelo, en su pluma, en su comportamiento, en muchas cosas. Hay un equilibrio en su forzado hábitat y eso se percibe, pero también genera miedo en su propietario.
Generalmente la fórmula standard nos habla de tres palomas por metro cúbico. Es un buen punto de partida y creo que no se debe superar, y si se hace , que sea con mucha libertad en el exterior y que dicha circunstancia no se alargue mucho en el tiempo...pero yo voy más allá. Donde yo he observado esos efectos tan positivos en las palomas, eran en palomares donde, siendo generoso y siguiendo la citada fórmula apenas se llegaba a las dos palomas por metro cúbico, y en algunos casos esa cifra era inferior. En esos templos donde había una paloma por metro cúbico o algo mas...la salud de las palomas era sublime, superior a la media. Palomares donde caben, según la citada fórmula, 200 palomas albergan en cambio 60. Y ese es el comienzo, la base de todo lo demás. Obviamente sólo con eso no hay premio, pero tengo claro que sin salud no hay nada en colombofilia. Y la salud de una colonia es el bien más preciado que hay.

No por poseer pocas palomas tenemos solucionado el pastel. Doy por sentado calidad  e instalaciones suficientes y una “buena mano”. Entiendo por suficientes, óptimas para que ellas esten sans en su interior. Digamos que esas variables son la masa. Y ya se sabe que el secreto de una buena pizza  está en su masa.
Del mismo modo que afirmo eso y en misma sintonía, estoy convencido de que sólo y aproximadamente el 10% de lo criado es material útil para nuestro cometido. Quien dice 10%, dice 18%, o dice 5% ..es una forma de hablar. Depende de a que nivel de salud y preparación seamos capaces de llevar a nuestros pájaros y que cuadro reproductor tengamos y basado en qué (pedigrees, cesta, etc), pero en esencia muy pocas palomas soportan lo que un calendario deportivo actual exige en una linea de vuelo exigente. Ese es otro debate, ¿son cuerdos los actuales calendarios deportivos?. Llegados a ese punto, nos sobra aproximadamente el 90% de las palomas criadas.  Si lográramos  tener ese 10% desde el principio tendríamos mucho ganado. Hay fórmulas para ello, y ninguna se puede plasmar en un papel. Haced volar vuestra imaginación.

Hoy en día el acceso a buenas palomas resulte quizás más sencillo que hace 30 años, pero tengo claro que aquel que dispone de resultados año tras año y que tiene al menos la mitad de su cuadro reproductor basado en sus mejores voladores, su 10% no es comparable a aquellos que vacían sus palomares año tras año. Esto resulta obvio.
Recuerdo temporadas duras donde a mitad de campaña los palomares estaban vacíos y en mi casa a falta de dos pruebas para el final tenia mas de 50 palomas, en su mayoría pasadas de península. Ahí influye la mano. El 10% es el 10%...pero un buen manejo puede hacer parecer a buenas palomas en mucho mejores, pero al final del cuento, cuando el lobo se come a caperucita, sólo el 10% son buenos animales. Vuelvo a insistir que el 10% es una cifra aproximada.
Creo que los integrantes de ese equipo 10% son animales especiales, que por tener tienen hasta suerte. Recuerdo una vez en la que entro una culebra en mi palomar asfixio a su hermano y a él ni lo toco. Aquella paloma voló fondo y gran fondo y fue padre de una paloma que voló dos grandes fondos. O aquel otro caso de un huevo que retire en un estado  prolongado de incubación...no estaba picado...pero dos días después apareció la cascara partida en dos. Una mañana al entrar en el palomar, al verlo me pregunté...¿ aquí que ha pasado? Primero pensé en un ratón o rata...unos segundos más tarde me di cuenta que por el efecto calor había nacido. Se cayo desde una altura de metro y medio. Lo hallé de espaldas frío. Lo devolví a sus padres. Aquella paloma quería vivir. Y voló gran fondo!!!.
En cambio nos enamoramos de animales recién nacidos que no son capaces de volar ni dos días por casa, son victimas de cables, de lo que sea. No, definitivamente hay que abstraerse de todo eso. Personalmente soy enamoradizo, vivo las cosas con pasión, pero este deporte es muy cruel, y trato de reciclarme en mi forma de pensar. El paso del tiempo hace que uno tienda a olvidar las cosas. Y en este deporte hay ciertas cosas que uno no debe olvidar jamás. Pasad un feliz final de verano.   






                                                                                                                                 Pablo Suárez Revuelta.