viernes, 30 de marzo de 2018

Y llegó el gran día...¡¡¡ MARBELLA 2018 !!!


  Muchos, muchísimos han sido los esfuerzos realizados en los últimos meses para poder llegar hasta aquí. Enjaules, donde me vi obligado a dormir fuera de mi casa para  realizar un simple entreno. Mil situaciones, algunas de ellas esperpénticas, y otras, cargadas de una maldad enfermiza. Muchas jornadas para que, desde mi habitual pupitre, pueda hoy  narrar y compartir mi viaje con todos vosotros. 
  Sí, sin duda alguna, hay que ser muy persistente,  tenaz, y osado, y al mismo tiempo, creer mucho en uno mismo, para ir sorprendiendo una y otra vez. 
El domingo pasado, me trasladé a Mallorca para enjaular en la cita de las citas, la suelta reina de Marbella. En esta ocasión, daba pereza, pero menos que en anteriores viajes. Casi una hora de coche, algo mas de hora y media de barco, y otros tres cuartos de hora para llegar al punto de enjaule. ¡ Con dos huevos ! 
 Por fin, el gran momento había llegado. Además, todo cuadraba, la suelta sería exigente (de las que me gustan), como la de dos años atrás, y poco que ver con la del año pasado. Panorama, simplemente perfecto. Primeros 480 km sin viento, y los últimos 400km, con algo de viento a favor, pero flojo. Aparecería sin embargo, un inesperado invitado en la fiesta, que ayudaría a que cada kilómetro volado fuera todavía más complicado: El calor.
Dio la sensación, como si la llegada de la primevera y la demostración de sus primeros calores hubiera cuadrado con la suelta. Este tipo de apariciones repentinas suele endurecer las carreras enormemente. El mar, con sus tres saltos, las noches de jaula, y el propio desarrollo de la suelta, en la que mis palomas llegado el momento, deben despedirse de sus acompañantes, es un cóctel para super animales.

Desembarqué en Mallorca antes de los previsto. Balearia, la naviera, también había modificado horarios con la llegada de la primavera.
Charlé amenamente con algunos compañeros sobre el gran día. Que bonito son estos momentos. Enjaulé, y en esta ocasión, si me dio tiempo a ir a cenar algo. Así, que acompañado con Lluc, David y Biel y su hija Marta, fuimos a un bar cercano a tomar algo y hablar un rato de la suelta que tantos sueños despierta.



  En las fotos de arriba, podéis observar una imagen muy común en muchos clubs en la actualidad. El antes y el después. Estas jaulas escenifican los profundos cambios que la colombófila ha experimentado en nuestro día a día. No sólo las palomas de gran fondo han bajado su peso, también las jaulas han tomado su ejemplo


De regreso a casa, en la ventanilla del Ferry,  tratando de ver más allá del horizonte, percibes la inmensidad del mar y las enormes dificultades para cruzarlo. Auténticas guerreras.
  Sigamos con el relato. Tras una amena e improvisada cena entre amigos, me fui a la cama. Al día siguiente, debía madrugar para regresar a Menorca.
Se me ha hecho duro por momentos, en otros, he vuelto a disfrutar de la colombófila, porque la dificultad de esta temporada, me ha devuelto cosas que el tiempo y el polvo escondieron en su día. Mi listón es muy alto, y me lo pongo yo. Si me aburro, necesito abrir nuevas vías de paso para volver a reencontrarme con este bello deporte. Todo ello puede sonar a palabrería cursi, pero soy de hechos, aunque haya convertido en afición el traducirlo en palabras. Busco animales superiores. Fin de la historia. 

  Antes de continuar,  me gustaría daros mi opinión sobre algo que tiene que ver con el relato. Marbella-Menorca (881 kilómetros a mi casa) en un día sin ayudas es una tremenda hazaña.Una barbaridad. Si alguien me pregunta, la asemejo al Ayamonte de los mallorquines. Haré en este punto, varias puntualizaciones en las que cada uno puede tener su opinión (así debe ser), y como no, yo os ofrezco la mía. Simplemente con el ánimo de compartir. 

  Desde la localidad de Ayamonte a Andratx (Sur Oeste de Mallorca) hay una distancia de 890km...un vez en la isla...esa distancia se incrementa según el palomar haya los 950 km aproximadamente. En mi caso Marbella-Menorca son 881 km hasta mi casa, que dista a unos 5 km del mar. Así que en realidad tratamos de sueltas muy parecidas.
 Resulta obvio que nosotros siempre tendremos tres saltos de mar en cualquier carrera desde la península, pero eso es algo que no decidimos. Nos tocó vivir con ello. Así que con ese panorama, son sueltas con rasgos verdaderamente parecidos.
En mi caso, este año, con el agravante añadido de ir sólo, y siendo muy consciente de que algunas de mis guerreras entregan finalmente las armas en algún palomar mallorquín. Es parte de la colombófila. Todo esto no es nuevo, pero asumo el reto. 
Como ejemplo, pongo el Marbella de este año. Ayer miércoles sobre las 20:30 horas una paloma mía, una tardía con cinco plumas mudadas, tras volar algo más de 12 horas desde la localidad de Marbella se paró en un palomar de Santany (Mallorca), en concreto, tuvo el buen gusto de visitar al que, más que probablemente, sea el mejor colombófilo de Mallorca en la actualidad, Antonio Perelló. Tardo una hora en darse por vencida y meterse en su palomar. Eso sucedió pasadas las 21horas. Detalle de raza. Esta mañana me la soltó a las doce del medio día, e invirtió casi tres horas en llegar. Mi agradecimiento público desde aquí para él. De la paloma daré más detalles otro día.
Ello pone aún más de manifiesto  lo difícil que le resulta a una paloma de carreras afrontar el último salto de agua con el cansancio acumulado bajo sus alas. Y ésta, tuvo la fortuna de dormir y beber en condiciones. Imaginaos las que no. De todos modos, por experiencia, pocas palomas que se entregan de noche y que son liberadas al día siguiente son capaces de regresar por sí solas. Muy muy pocas.

Dicho todo esto, en mi opinión la suelta más jodida de toda Baleares en la actualidad, es Ayamonte-Mallorca, sin duda alguna. ¿Por qué afirmo esto? A ver, volar en Menorca, creedme no tiene nada que ver con hacerlo en Mallorca. Con  datos en la mano se aprecia claramente, incluso para el más cerrado de miras es una ecuación de fácil solución, pero si hablamos de una suelta en concreto y sus circunstancias, eso es lo que pienso a día de hoy. Ayamonte-Mallorca es el cielo. Ayamonte-Menorca, siendo honesto, lo veo en las fechas en las que se celebra, casi un imposible.   
Vayamos por partes. El Ayamonte para Mallorca por varias razones, es dificilísima y una de ellas, determinante, y poco tiene que ver con la distancia, que sin duda es parecida. Ayamonte tiene lugar a mediados de Abril, y eso la endurece más si cabe. Hoy di buena cuenta de ello con la aparición de un calor repentino. Daba ganas de ir de terrazas y tomarse una cañas.
 Debo añadir asimismo que para un entusiasta del gran fondo de verdad, de las buenas palomas, de las que marcan diferencias, en Mallorca, los buenos colombófilos, sufren poco. Tan sólo Ayamonte les pone en serios aprietos. En el resto de sueltas, los colombófilos de casta y muchos otros, pasan sin problemas el listón semana tras semana. Sin ir más lejos, en Menorca volar este año, como casi siempre, ha sido duro. Muchas sueltas de pocas palomas y gente muy buena sin marcar. En cambio esto de no marcar en Mallorca, entre los buenos colombófilos es algo que tan sólo puede suceder en Ayamonte. El resto de sueltas los % son muy elevados. 
No hay más que repasar % de los últimos 10 años y se entenderá perfectamente lo que quiero decir. Si yo volara en Mallorca, tendría unas enormes dificultades para seleccionar palomas como a mi me gusta. La razón es obvia, regresan muchas de casi todas las sueltas. Y esto quizá es también una de las causas por las que Ayamonte resulte casi tan inabordable. Un buen colombófilo en Mallorca no tiene dificultades para meter un 50% desde Marbella o más. En cambio aquí lidiamos con al menos con cuatro sueltas cada año que van del 5% al 20 %. Todo ello va seleccionado.
En la suelta de ayer de Marbella, en Mallorca, cuando cierren resultados, que pondré por aquí, pero lo normal es que sean similares a la de años anteriores con un 30% ó 40% de palomas regresadas. Esta temporada a pesar de todas las dificultades del mundo, estuve en sus porcentajes, incluso en Torrevieja los superé, pero hoy viernes, tercer día de concurso, estoy en el 18%. Eso da una idea del valor que posee cada una de estas palomas capaces de volar este Marbella-Menorca.
 Si yo volara en Mallorca, Ayamonte sería mi tótem, sin duda alguna. Una suelta que mide al colombófilo, como me mide Marbella, y para un tipo como yo, que vive de retos, hay citas ineludibles.

 Lo que trato de explicar es que lidiar habitualmente con sueltas de menos del 15-20% es tremendamente complicado, y ello en el Mediterráneo sólo tiene lugar en Menorca.
Charlando el día del enjaule con Biel (ya retirado), y ahondando sobre esta idea, le pregunté (conocía su respuesta), cuantas palomas había marcado estos últimos 4 años en sueltas de más de 500km y menos del 20% de recepción. Su respuesta: La de Ayamonte y Anastasia. Dos palomas. Un tío que lo hizo de cine y ganó dos años seguidos en la Rápida. 
Para situar su respuesta. Desde el año 2015, fecha en el que tiene lugar mi regreso, esto es 3 años volando, he marcado la aplastante cifra de 41 palomas, en concreto con más de 650km y con porcentajes inferiores al 20% de recepción. Creo que queda explicado. 
Quería complementar esa información, para que con un poco de azúcar y otra pizca de sal, entendierais el contexto. No hay ningún doble sentido, pero me gusta perfilar el relato.

Sigamos. Y llegó el gran día, ese que llevo ya algún tiempo esperando. Un precioso miércoles, que además, amaneció soleado. Liberaron las palomas a las 8,15. Tenía muy claro, con la previsión meteorológica en la mano, que ese día era imposible tocar pluma. De hecho no las esperé, no como lo hubiera hecho de tener la certeza de imaginar algo diferente.
Las manecillas del reloj avanzaban decididas, sin piedad, hasta que tras una larga agonía, que se prolongó durante todo el día,  se "cantó" la primera paloma en Mallorca sobre las 18:25 horas. Aquí en la isla, anochece a las 20:04. Confirmado. Imposible marcar en el día, es más, lo contrario aguaba mi fiesta. 
Este año volando en Mallorca, mis palomas por lo general demoraban más de dos horas en cada carrera, sobre las primeras "cantadas" en la isla vecina. No, no daba tiempo.

El lienzo este miércoles se mantuvo inalterable. Un  solitario sputnik desafiando al sol
 Y así fue como la noche se echó encima. No tengo datos de palomas encestadas, pero calculo que sobre las 700/800 palomas. Y en Mallorca podía haber 30, 40 palomas en el día, quizá alguna más. Los resultados revelaran ese dato final. El concurso sigue en liza.




  Mientras el sol se acomodaba para el gran sueño diario, yo era muy consciente que mi batalla comenzaba al día siguiente. El trabajo de todo un año centrado en unas horas. La adrenalina recorría mi cuerpo, como en otros momentos en el pasado, y no por ser ésta, una sensación conocida, se tornaba en aburrida. Al contrario. Magia pura amigos. Nuevamente, colombófilo.

Como cada año, en estas jornadas, mi café bien calentito, no podía faltar. Sobre las 6 de la mañana ya estaba al pie del cañón. No sé, es como aquellos irrepetibles días de reyes siendo un crío. Te sientes vivo. ¿No se trata de eso?, ¿de vivir? La búsqueda de una felicidad que no existe. El derroche de energía tratando de descubrir momentos como el de esta mañana. Sí, para eso vivimos. Y allí estaba yo, somnoliento, con el café  comenzando a lograr el objetivo para el que fue creado. Mis pupilas dilatándose lentamente. Todo preparado para la gran fiesta.


Sobre las 8 de la mañana, la espera se torno nerviosa. Ni rastro de paloma. Esto ayuda a vivir más intensamente la colombófila. Lidiar y convivir en esa frágil cuerda que separa el éxito del fracaso, acelera más si cabe nuestras pulsaciones. Nueve de la mañana y nada. ¿Será posible? Las palomas se quedaron en Mallorca la noche anterior, seguro. La hora confirmaba claramente ese hecho. 
Sobre las nueve y veinte, aparece una paloma. Se la ve tan pequeña que la llego a confundir con una salvaje. No, no.... ¡¡¡paloma!!!. Mis pulsaciones se aceleran. ¡Que momento más bonito!.
Una hembra adulta, que no creo que supere los 330-340 gramos, o menos.  Al hilo de esto. En Mallorca, cuando te muestran palomas de Marbella el formato es de todo tipo, mucho más amplio, en cambio en Menorca, al margen de líneas o cultivos, las palomas suelen ser más pequeñas. Ésta lo era. Recuerdo en el primer enjaule de Consell (Mallorca), Lluc la tuvo en las manos, y se sorprendió, preguntándose hasta donde podía aguantar una paloma con ese tamaño. Le dije:  Esa es de las buenas. Mejor que sean así. Su mirada pareció no creerme. 
El Domingo, dos meses después de conocerse, Lluc me ayudó en el enjaule de Marbella, y la volvió a ver, y me dijo: ¿Todavía está aquí?. Le esboce una sonrisa, y le dije, ...y espera. Dicho y hecho.
La madre de esta paloma voló tres (3) Bazas, de ellos, uno del 16% llegando con viento en contra, y otro del 20%. La sangre jamás miente. Siempre fue mi lema.






Unos cinco minutos después. Otra explosión de adrenalina. ¡¡¡Paloma!!!. Una hija del 60. Medio hermana de la primera que marqué el año pasado de Marbella. En concreto Mohína. ¿Os acordáis de ella? Os refresco la memoria. Una paloma, que como en otras ocasiones, estuvo en venta,  no se vendió, y la volé finalmente.




Una hora después. Otra, también otra hija del 60 (el triunfador de este año), pero con otra hembra, con la dos Bazas. Del 60 os hablaré en próximos días.


Y tras eso, un goteo de emociones, que se prolongó hasta las 15 horas de la tarde, momento en el que me llego la que en principio debió ser la primera, y que Toni Perello me soltó a media mañana. Casi tres horas tardó la paloma en recorrer una distancia que en otras circunstancias no le habría llevado más de hora y media.
Os paso algunas fotos de algunas de las palomas que llegaron.

57-Bulda.

Callado- 708

77-España


La última en llegar. Padre de la Silenciosa por una hija de la Rodada.

 Siete (7) palomas en total de este Marbella 2018. El año pasado fueron ocho (8) y el anterior cinco (5), todo ello para un total y número redondo de VEINTE (20) palomas de Marbella desde mi comienzo en esta maravillosa aventura. Marcar de Marbella no es tarea fácil. En la isla, hay muchísimos colombófilos que todavía no han saboreado ese plato. Otros, grandes colombófilos tienen en su haber una o dos.
Satisfecho. Este año sí, sin duda. El número es inferior al del año pasado, donde me quede con un amargo sabor por muchas razones. Este año no, para nada. Porque las carreras son diferentes y yo busco animales superiores, y eso se demuestra en las sueltas duras y exigentes como la del miércoles. Estos animales tienen algo escondido dentro que sacan a relucir en este tipo de sueltas.

 Para entenderlo volvamos al Ayamonte. Una suelta que el año pasado arrojó un porcentaje de llegadas del 2,90%. El año anterior no se marcó. A veces ir un poco más allá supone lidiar con el límite de tu línea de vuelo. Un lugar, donde los demás se tambalean, pero unos pocos son capaces todavía de llegar. Marbella ese ese punto para mi, por eso valoro sus gestas.

Un detalle final. Los menorquines sueltan probablemente de Marbella el Sábado. Fijaos el parte de hace dos días (captura de pantalla que daba para el miércoles):




Y el que daba para el sábado, que es cuando ellos soltaran:




O mejor, éstas, ya más actualizadas, capturadas ahora mismo, mientras os escribo. Parte para hoy Jueves, que en mi caso ha sido el segundo día de suelta.




Y para el Sábado.



Desde el respeto y la educación. No, no tengo palomas para eso. El Sábado muy probablemente marquen en el día. y puede hasta que alguno compruebe muchas palomas, y alguno llegue a hacer alguna fiesta descorchando champagne. Yo seguiré con mis principios tratando de no engañarme a mi mismo, y de no hacerlo con los demás. Rachas de casi 60 kmh. No gracias. En esas condiciones, hasta un Baza exigente lo supera en dificultad. Llevo años quejándome de ello amargamente. No, no más mentiras.


La temporada se acabó para mi. Cincuenta palomas de península en tres sueltas, pero las de este año, con un valor añadido. Siempre me he caracterizado por innovar, probar cosas, husmear nuevas fragancias. Volar en Mallorca ha sido aire fresco para mis sentidos.
Agradecer desde aquí  a mi Club de Binissalem su hospitalidad, como no a Coco, presidente de la Federación Balear, por su apoyo y ayuda. Un figura como la suya, es imprescindible en el impulso de la colombófila Balear. Alguien que trabaja por y para la colombófila, por su avance, merece mi aplauso desde estas líneas. No decaigas. 
A David, Lluc y Biel por su apoyo y ayuda incondicional,...sin ellos todo esto no habría sido posible. Toca descansar.

  Para dar por concluido el relato, agradecer también a todos aquellos que habéis seguido mis andanzas y desventuras por este espacio o a través de WhatsApp, viviendo cada una de mis marcadas casi en directo.
No me quiero despedir sin una frase que Toni Perello, al que he tenido el placer de conocer hoy,  ha tenido a bien expresarme:

"..Creo que no eres consciente de lo que estas consiguiendo...aunque te creas que lo eres.." 

Me tomo la licencia de compartirla con vosotros, porque la colombófila debería ser eso. Menos envidias y estupideces y más valorar cuando las cosas se hacen bien. Construir algo de lo que sentirse orgulloso, en lugar de perder el tiempo en jorobar a los demás. Gracias por esas palabras. Son un estímulo para mi.

Mañana viernes veremos si llega algo más (lo dudo), y de paso hago la foto coral oficial de las guerreras de este año. Quedan dos días de concurso, pero ese salto final de agua, suele ser un foso disuasorio letal, así me lo dice mi experiencia.

  En los próximos días haré mi particular análisis de las ganadoras de este ejercicio de supervivencia, del porqué estoy haciendo lo que hago, y de otras palomas marcadas de este Marbella que llevan mi sello por Mallorca. 

PabS. 



domingo, 18 de marzo de 2018

Preparatorios para la gran final. Villajoyosa.

Recién llegados de Villajoyosa, y mezclados con los de Torrevieja de la semana anterior.

    La semana comenzó complicada. Últimamente, como si el frío invierno hubiera decidido despedirse con ganas, usando las dos manos, no hay respiro. La inestabilidad es una constante, y de ella estamos siendo todos testigos en nuestro país.
Tras el Torrevieja de la semana pasada, las que habían ido a Formentera, tenían la obligación de pasar por lo que, para ellos es un velocidad, y para mi se convierte en un medio fondo con tres saltos de mar. Es un peaje que asumo, de hecho no cambia nada con respecto a otras temporadas. En un elevado porcentaje a mis palomas, a todas, las hago pasar por ese filtro de península. Sucede sin embargo, que hay situaciones en las que puedo jugar con ello, y no ser tan inflexible. No, no es el caso este año. De este modo, las palomas que para el Formentera habían sido enjauladas el Jueves y soltadas el Sábado pasado, tres días más tarde, el miércoles, las envié por MRW  a Palma para que las enjaularan el Jueves, y fueran soltadas ayer en el Villajoyosa, 420km. Un salto más de mar, un día más de jaula. Todo ello va sumando.
  El día se presentaba feo, algo que ya sabíamos los días previos al enjaule. A medida que la jornada iba tomando forma, el viento a favor se incrementaba hasta alcanzar cotas dañinas, y con él venía agua. Son los típicos fines de semana, que si está en mi mano, no enjaulo, porque el viento a favor tan fuerte es sinónimo de peligro, de perder palomas y de no ganar nada a cambio, pero como comento, no había un plan "B". 
Tal y como se preveía, fue una suelta rápida. Se marcaban las primeras palomas en el sur de la isla de Mallorca sobre las 2 horas y media de vuelo. Tuve que esperar una hora y media más para ver aparecer dos machos juntos. ¿Velocidad?, a unos 1550, 1600 mm. No, no me gusta. Conozco el desarrollo de este tipo de sueltas.  Suelen ser tardes muy aburridas, como así fue.
En Mallorca, la evolución fue similar, llego un grupo reducido y luego nada. Comenzaba otra batalla. Lo mío fue similar, dos juntas, al cabo de 10 minutos otra más, y luego nada. Un peligroso silencio. Había enjaulado 20 palomas, de las cuales 15 eran machos, lo que ya de por sí, en estas tierras es algo imprevisible. Como comentaba el otro día con un amigo en una amena charla colombófila, a los machos les falta, quizá, un mes para activarse. Algo, que volando en las fechas actuales, es del todo imposible. 
Tras la agonía de un silencio anunciado, fueron llegando palomas. El desarrollo de la carrera se prolongó por una hora, y todas las que fueron llegando, lo hicieron desde el norte, pasadas, muy pasadas, lo que nos da una idea de lo que probablemente debió suceder en algún momento  de la carrera con el resto de náufragos. Tras eso, hora de comer y no llegó nada más. Ni más ni menos que el formato de suelta con viento a favor fuerte. La cosa se quedo en 11 de 20, que siendo mayoría machos, no estuvo mal del todo. En Mallorca la suelta no fue buena. Hoy cierran relojes y van llegando palomas, pero ayer los que lo tenían bien estaban en el 50% o algo más en algún caso, pero el contraste fue grande, pues los había con 1/5, 0/6, 1/10, etc...Fue por barrios, como siempre, pero quizá el contraste en esta ocasion fue mayor si cabe.

Segundo día de suelta. Me levanto con el café oficial para estas ocasiones, pero sin la ilusión de otras veces, porque sé de la dificultad de ver alguna paloma a lo largo del día cuando las sueltas son como este Villajoyosa.

Como anécdota. La tarde anterior me cogieron una paloma en el norte de Mallorca (Portocristo) en una zona a punto de saltar, pero ya sin fuerzas. No vemos el sufrimiento de unos animales que se vacían por llegar a casa.
En lo personal, no disfruto este tipo de sueltas, porque no gano nada con ellas y pierdo mucho. Las que llegan, no me han demostrado nada, y el riesgo es enorme. 
En el primer Formentera, a lo largo del segundo día recuperé hasta 8 palomas soplando viento a 30 km/h de cara. Excesivo, sí, desde luego, pero con posibilidades para una paloma, como así se demostró. El viento a favor te las desplaza, y una vez trazado un rumbo, rectificar es tremendamente difícil. La colombófila es como es, hay días así, porque hay Sábados y Domingos que se despiertan con ese rostro. Nada que objetar, sin dramas. 

Mientras escribo estas líneas, Domingo 18 de Marzo, y espero que alguna paloma me sorprenda, hago un improvisado balance de la temporada, ahora que se acerca el final. 
Censé 109 palomas, de las cuales cayeron con el virus (ajeno) en el mes de Enero unas 7 u 8. Del primer Formentera marque 32/46 (70%). 6 días más tarde me llegó otra, 33. 
De este Villajoyosa, por ahora , un 11/20 (55%). Esto hace un total de 44 palomas de 66 enviadas a la península (65%). No tengo en cuenta a retrasada en estos porcentajes porque nunca lo hago. No se lo han ganado.

  Cuarenta y cuatro (44) palomas con 420 o 480 km. A falta de una prueba, la más difícil, estoy en los números de cada año, y como no, en Menorca este año ni se acercan a esos registros. Sí, tenía que decirlo, porque es la realidad y porque me apetece. Los números no engañan y llevan sin hacerlo más de diez años.
Quedan algo menos de dos semanas para la gran cita, Marbella.
La situación es extraña. La misión está cumplida. Todo listo para el lanzamiento. Estado de forma de las palomas: Muy bueno. 
De aquellas situaciones en las que uno quiere que llegue el día del enjaule porque todo va como la seda. 
El contrapunto quizá, es lo que ha venido y lo que se ha perdido. De esas situaciones extrañas en las que crees que algunas palomas no se deberían haber perdido y otras que sí están, sí. Tan sólo una cuestión de feeling. 
En las manos, ese pequeño pecado que cometemos todos, cualquiera de ellas lo puede hacer. No no, es otra cosa. Aunque todas son familia, es por una cuestión de quienes son los padres. Lo que está claro es que lo que queda es lo mejor de este año y no entraré en elucubraciones.
Resulta curioso, en cuanto que hay unos cuantos pichones, de los que el padre, la madre o ambos ya no están en casa.  Los vendí. Siempre comentó lo mismo, uno pone un filtro, pero no es perfecto. De todos modos tengo claro por donde piso, y este juego se basa en la toma de decisiones. Se trata de acertar más y de equivocarte menos. El balance, al final.
  Son más de 40 palomas, que se han portado muy bien, pero "creo" en 7 u 8 de ellas, no más.  Las buenas noticias es que en esto erramos más que lo contrario, y más aún cuando la inmensa mayoría son imberbes pichones. Mención especial para Inesperada. Misma situación. Esta paloma la marqué el año pasado de un 770km del 6%. Cuando regresó, su padre había sido vendido en la isla 15 días antes. Inesperada este año ya ha volado Torrevieja (480km). Si regresa de Marbella se habrá ganado el cielo. Petronios, sí de esos con 6 hermanos de Marbella (880km), sólo empezaron 3, y los tres lo han volado todo. Sinceramente, me gustaría tener 6 ó 7 como el año pasado, pero vendí unos cuantos, y otros nacieron tan tarde que no han volado. Son especiales. 
   También. Tres hijos de dos Petronios, Sebastián y Úrsula,  hermanos de nido, los dos volados de un Marbella del 13%, resumiendo, hijos de hermanos puros y dos de ellos preparados para la final. El tercero no podrá ir. Quien sabe. 
  Será lo que tenga que ser, pero mi sensación y sólo es eso, el equipo podría ser más fuerte.





En este punto, espero que todo se mantenga como hasta la fecha para la GRAN FINAL. Todo el enorme trabajo de este año, con enjaules, idas y venidas, tendrá su recompensa ese día, acabe como acabe. Una paloma de Marbella significa mucho, esperarlas también. Es la emoción, el relato, un viaje compartido con vosotros, el café, es, ... simplemente colombofília.



PabS.


viernes, 16 de marzo de 2018

¿En qué momento se extravió la verdadera colombófila ?

  La colombofília actual en muchos sentidos se ha transformado lentamente en algo parecido a basura. No, no nos cuestionamos nada. Me gusta a la mano, no me gusta, me gusta a la vista. Like por aquí, like por allá, pero, ¿y que hay de aquellas maravillosas tertulias, en las que en torno a una mesa y cuatro taburetes se agrupaban 4 ó 5 colombófilos y debatían o compartían sus experiencias? Aquellos debates con calado, en los que, con una pizca de suerte, encontrábamos entre ellos, algún sabio que iluminaba aquellos pozos de sabiduría, en los que se podían llegar a convertir tan amenas charlas.  Poco o nada de todo eso queda. Ni tan siquiera se escucha ya, el eco de tan sabias palabras. Todo se aprende desde que empiezas, y hoy, simplemente nos dejamos llevar, y empezamos mal. 
Hemos deformado el deporte de tal forma, que no reparamos en lo verdaderamente importante, y seguimos lo que otros hacen sin pensar. Malos profesores, peores alumnos. ¿Nuestro peor enemigo?  Sin duda, nuestros ojos. Nos engañan constantemente. Colombófilos, sumergidos en su ostracismo toda una vida, gente que jamás se cuestionó nada, o lo hicieron con planteamientos erróneos. 
  
  Hoy os dejo con un video del recientemente fallecido,  José Manuel Alcocer Figueroa. Un monólogo que dura algo más de media hora, pero que si encontráis un hueco, os recomiendo le echéis un vistazo, dos, o los que hagan falta. Estoy muy de acuerdo en mucho de lo que dice. Sabias palabras. Siento como él, que  muchos están en la senda equivocada, pero si osas decirlo, te tachan de loco, polémico o raro. 






PabS.

domingo, 11 de marzo de 2018

Un gran día de colombofília en estado puro. Formentera y Torrevieja.


   
(La temporada que volé con los mallorquines desde la isla de Menorca)

 Amaneció con otro rostro. Los últimos días, una inquietante y espesa niebla había cubierto con un molesto manto gran parte del  archipiélago. La falta de visibilidad, junto con las noches de cesta y el propio mar, pueden llegar a conjugar un peligroso cóctel para nuestras palomas, pero mi realidad, la mía, es que estoy ávido de situaciones nuevas, un poco con el "mono" de alguien que necesita salir de su zona de confort, de situaciones previsibles, de una colombofília aburrida que me ha robado en los últimos años, fines de semana de emociones. Y todo ello, me tiene activado, como hacia tiempo que no me sucedía.
   Me entusiasman esos sábados de Marzo, donde la temperatura adivina cambios futuros. El ruido de las desbrozadoras de los vecinos "cantando" a lo lejos, las primeras flores silvestres floreciendo a lo largo y ancho de los distintos caminos que riegan mi casa, ese majestuoso Alimoche bostezando desde las alturas. ¡Qué gozada vivir en el paraíso! 
  Con este atractivo cuadro me levanté ayer Sábado, con mi café, uno recién hecho, sabedor que ese día había suelta, y que todo el esfuerzo de llevarlas tú mismo a Mallorca, había merecido la pena de algún modo. Todos sabemos que para un colombófilo, el día que hay carrera, el mundo deja de girar por unas horas. Amanece diferente.
Centrémonos en el asunto. Tocaba Formentera (275 km), y pisar por primera vez península con los mallorquines, en concreto desde Torrevieja (475km).
Las de Formentera iban por primera vez, las de Torrevieja, en cambio, eran las supervivientes del Formentera de hacía 15 días. Envié 27 a Formentera y 46 a Torrevieja.
El desarrollo de la suelta fue parecido. Primeras palomas cantadas por los compañeros, no ya sólo desde Formentera, sino también de Torrevieja, y mi espera tuvo que prolongarse por más de dos horas hasta que tuve la fortuna de ver aparecer las tres primeras. Poco más de tres horas para cubrir 275 km, pero el desarrollo fue exacto al de 15 días atrás. Formentera volado de este modo, es mi particular filtro. Aquí se produce una criba que luego da o puede dar réditos. Mis Ibizas, como tales, son cosa del pasado. Estos Formenteras se convierten en sueltas de picadas de palomas todo el día.


Primeras de Formentera 
Las palomas iban muy bien preparadas, pero el reto de acompañar a otras que no se dirigen al mismo lugar que las tuyas, con el famoso arrastre, sube la dificultad varios escalones. Era muy consciente de ello cuando decidí volar de esta forma, pero cuando llega el momento de experimentarlo y vivirlo, es cuando compruebas  lo que ello supone. Mi confianza era máxima porque sé en qué punto se encuentran. Su vuelo, su actitud, poco a poco van susurrándote esa información. El buen colombófilo el día del enjaule lo sabe. No hay magia, y si mucho trabajo, el de cada temporada , y el de años puliendo la misma línea de palomas.
A diferencia de la vez anterior, donde el Formentera para los mallorquines fue un paseo, y para mi una angustia, en esta ocasión en Mallorca no estaba siendo un plato de buen gusto, y también lo noté en el desarrollo de la carrera. El goteo fue constante desde las primeras llegadas. La cosa acabo con un 17/27 en el día.

  En la suelta de Torrevieja, sobre las 14:30 recibo las primeras, la verdad, es que me pilló haciendo la comida, así que por un mísero instante, entre fogonazo y fogonazo, no las pude ver llegar. Había 8 en el palomar. Llegaron rápido a unos 1400 mm, pero el desarrollo de la suelta de Torrevieja en la isla vecina, a pesar de que no era el día típico de viento a favor, fue el que describo en ambas sueltas. Uno grupo rápido se destacó, y luego poco o nada. 
  En cambio  la suelta de Torrevieja para mi fue diferente, porque la criba había sido muy enérgica en la suelta anterior. Estaba convencido del estado de forma de mis palomas, y la selección ya había dejado en su mayoría buenas animales. Su preparación y la criba  provoco un goteo  todo el día. Cada media hora llegaba una paloma, ya fuere de Formentera o de Torrevieja, así hasta que el día dejo de ser día, y se convirtió en noche. Acabé con un 28 de 46 de Torrevieja. Un 60% para un 480 km y de la forma que se había producido me dejaba más que satisfecho.


Otras dos...


  Para poner el resultado en un contexto adecuado, hay que tener en cuenta que en Mallorca, de la suelta de Torrevieja, pasaron pocas palomas por la tarde, en cambio, yo viví una de esas jornadas épicas de lluvia de palomas. Colombofília en estado puro.

Debo añadir que mis compañeros en Menorca  habían soltado el mismo día de Calpe (390km) y Baza(640km). El Calpe, por lo que cuentan,  se marcaron unas 30 palomas. De Baza sólo llego una paloma en el mismo día de la suelta, la de mi amigo Pepe de Ciudadela. Un gran bravo para él. 
A esta hora de la noche del segundo día de Baza, hay sólo dos en Mahón y unas cuatro en Ciudadela. Resulta curioso como se están cambiando los papeles. Buena suelta para los compañeros de Ciudadela porque enviaron muchas menos.

  En esos parámetros, esas 28, superaban, el récord de la isla de 15 palomas marcadas de un 500 km, que también obra en mi poder desde el año  2012, y se queda cerca del absoluto en una única suelta desde la península, que también me pertenece, con 34/41, del año pasado desde Calpe.
Si hace dos años fui capaz de un 19/26 desde Baza (650km), récord también en la distancia, tenía asumido que de un 500 km, la cifra debería ser más elevada, pero llegar a ese número de palomas en las condiciones en las que me veo obligado a volar en la actualidad, eleva, más aún si cabe, el enorme mérito de estos extraordinarios animales. El % es ligeramente inferior, pero estas 28 tienen, para mi, más mérito que las 15 de Alcantarilla o las 34 de Calpe del año anterior, incluso las 19 de Baza del 2015.


  No obstante esa cifra de 28 era  provisional. Amaneció el Domingo, pero lo hizo algo enfadado, la jornada comenzó sucia, algo triste, en poco o nada se parecía al día anterior, pero adoro estas segundas oportunidades.  De hecho, no hay reloj de por medio en mi caso, pero me sigue costando conciliar el sueño. Buena señal.
En cuanto comenzó a adivinarse los primeros rayos de sol entre tanta nube, apareció la primera paloma de Torrevieja. La número 29, y casi media hora después la número 30. Por la tarde llegaron dos mas, para finalizar con un 32 de 46, a tan sólo dos del récord. Un 70% en toda regla. ¡Magnífico!
De la suelta de Formentera llegó una por la mañana, y dos juntas después de comer para un total 20 de 26, un 76%.

Estas palomas batallaron muchas horas de vuelo porque lo llevan dentro, y porque su preparación era la correcta. Echando un ojo a los % de recepción de muchos clubs de Mallorca en la suelta de Torrevieja en la que participé, arrojan porcentajes tales del 38%, 46%, 26%, 58%, etc y en uno de los Clubs más potentes de la isla como el de Santany, un 69%.  No se trata de comparar, porque no es el caso, pero teniendo unos 130 km más de media, un salto de mar, y siendo mis palomas las únicas que deben separarse del resto en algún momento determinado de la carrera, el resultado me parece simplemente acojonante. Si además, tenemos en cuenta que mis paisanos menorquines soltaron y el día no fue sencillo....
No, no es prepotencia, ni historias, ni nada parecido, es orgullo, trabajo y ganas de superarme.
Mis números cuando vuelo en Menorca pueden llegar a parecer normales, por usuales, pero entrañan una dificultad mayúscula, por repetidos año tras año, porque no desaparecen jamás, y sobre todo, porque difícilmente son seguidos por nadie.

Y como telón de fondo, cansancio, mucho cansancio. No hay campeonatos de por medio, no hay ese estrés competitivo que nos activa, pero mi energía, tras dos días de suelta seguidos, como cualquier colombófilo que se precie, se funde literalmente. En ese avance de las manecillas del reloj, uno acaba vacío.
Muy satisfecho de haber vivido una gran jornada colombófila.



PabS. 


miércoles, 7 de marzo de 2018

Pedro Bagur Rossello. (Club Mensajera Ciudadela)

  Pedro Bagur Rossello. No, no tuve el placer de conocerle. Recuerdo en mis inicios,  una de las primeras sueltas en las que comencé a asomar la cabeza, una, en la que solo tres guerreras se atrevieron a atravesar el mar Mediterráneo, y que por la hora que reflejaron los relojes, sin duda, recorrieron el trayecto juntas.
 La mía fue la única en Mahón, Miss Hellín, las otras dos de Ciudadela. Una de ellas, de mi amigo Toni Salord, la otra de Bagur. Esto sucedió en el año 2008, creo que cierto tiempo después, Bagur falleció.
Pedro fue uno de los pioneros de la colombófila menorquina, un hombre, según palabras del propio Salord, elegante y noble, de esos que se hacen querer, y que en sueltas difíciles, como lo fue aquel día de Abril del año 2008, solía mostrar sus manos.

  El día se adivinaba complicado, de esos donde el viento se pone de cara y se respira escepticismo por todas partes. Siempre cabe esa pizca de ilusión que un colombófilo jamás pierde. Jamás olvidaré aquellas patitas arañando el techo de mi palomar, tras más de 12 horas de vuelo para recorrer 530km. Una enorme alegría recorrió mi cuerpo.
Con el tiempo, me di cuenta del valor que tenían aquellas condiciones de vuelo, y como no, aquellas maravillosas palomas que no traía el viento.
Hoy, repasando material aparcado en el rincón de pensar, he dado con este documento que habla de Pedro, y creo merece nuestra atención.







PabS.

domingo, 4 de marzo de 2018

Un olvido imperdonable.

   Recuerdo, como en una ocasión, hace ya algunos años, el inolvidable Márquez me trajo una pichona de regalo, que previamente había introducido en la manga de su gabardina. Se me escapa, si la seguridad en los aeropuertos entonces,  era ya tan minuciosa como lo es hoy, especialmente porque con motivo del atentado de las torres gemelas, todo cambió. El caso, es que aquella paloma viajó en cabina.  Venía en una de esos transportines de cartón, del mismo tamaño que la paloma. "Condesa" era su nombre.

La historia de hoy, es, si cabe, más sorprendente. Al leerla, me lo veía venir, jajaja.
   




PabS.

sábado, 3 de marzo de 2018

Las palomas "BON BOLL".

   Si hace unos días, os acercaba un texto que desmenuzaba los primeros movimientos colombófilos en el archipiélago, allá a finales del siglo XIX, el de hoy, podría dar continuidad a aquella  magnífica joya histórica.
Como si de veteranos de guerra se tratara, estos colombófilos, con mil batallas en su currículum, daban buena cuenta de lo vivido por aquella época. Su visión, sus vivencias, en definitiva, su legado.
Me maravilla como se expresaban, su retórica. Un buen viaje hacia al pasado sin duda alguna.







PabS.

viernes, 2 de marzo de 2018

Colombófilo por un día.




  Por lo general el mes de Febrero es el menos prolífico del año en cuanto a artículos se refiere. Durante este tiempo, se abre una ventana, que dura unas semanas y que resulta absolutamente determinante en el devenir de la temporada de plumas.
Y este año, no es diferente, aunque en realidad, algo sí, para que negarlo. Acudir a menos sueltas te exige menos.
 Han sido unos meses en los que me ha sucedido de todo. Desde palpar en mis propias carnes lo que es el famoso adenovirus, mi historia, situaciones esperpénticas y un larguísimo etc. Tras todo esto, y a pesar de ello, lo volví a hacer. Las palomas están en un estado ascendente, de los que uno gusta disfrutar cada segundo que dura. Verlas volar, tocarlas en estos momentos, es magia para mis sentidos.

  Aunque no todo es lo que parece, o sí. Sin ir más lejos,  en el  enjaule de mi primer Formentera, tuve la oportunidad de tocar algunas palomas de varios compañeros, y en ese estéril manoseo, uno detecta grandes diferencias entre la preparación de unos y otros. Hasta aquí todo normal. Pero no es nada difícil engañar a la mano. Hay palomas que presentan un gran aspecto pero es irreal, otras en cambio su aspecto la delata, está que se sale, pero en cambio no fue iluminada por la varita que bendice a las palomas extraordinarias. Sólo el  avezado colombófilo y por lo general, sólo en su casa,  posee una medida aproximada de donde se encuentra él y sus pupilas.

Hace dos semanas solté desde Consell (unos 130km) 104 palomas, en grupos de 15/20 palomas. Menos un ramillete de unas 30, el resto, ya había estado allí hacía un mes. El virus lo paró todo, hasta el punto,  que si éste se hubiera declarado tres o cuatro días antes, no habría volado este año, por razones de tipo burocrático. Quedaba la duda, razonable,  de si habría palomas "tocadas". La sensación era que muy muy pocas, pero las había, aunque me preocupaba más si cabe, las que no daban ninguna señal negativa.  De 104, al final del día pude contar 94. Vacié el palomar, todas tomaron parte.

La semana pasada, tras descartes de palomas heridas de halcón, plumas, etc, volví a la carga con 90 palomas. 27 de ellas repetirían Consell (Mallorca), el resto, hasta un total de 63 irían por primera vez a Formentera (273km).
La suelta de Consell se alargó casi dos horas. Llego el bando sin deshacerse. Buen test.

En la suelta de Formentera, tenía claro que las iba a pasar "canutas", pero no por la distancia. En primer lugar, porque las palomas este año no van afiladas como años anteriores. Las adultas iban tan sólo con el Consell de la semana anterior, y el resto de yearlings llevaban dos Consells. Por lo general antes de pasar por Ibiza, suelo darles 3 ó 4 Incas, algunas reciben más.

Por otra parte soy de los que no enseña a las palomas a beber, porque no creo en esas cosas. Son animales tremendamente inteligentes, y en ese proceso suelen graduarse en las noches de cesta de Inca. El problema este año es que a Consell me voy con mis cestas y las palomas llegan por la noche, y son liberadas por la mañana sin beber. Este año no lo puedo hacer de otro modo. Así, con este panorama, el proceso de aprendizaje tiene lugar en Formentera. Tengo y tenía muy presente este dato. El año que viene es algo a corregir , dada la nueva situación.

Todo esto es lo que menos me preocupaba. Si os soy sincero, el arrastre es el mayor enemigo al que me enfrento. Durante años pasé horas y horas charlando con mi amigo Sergio Capín Barreda (Asturias) sobre este aspecto. Algo en lo que yo pasaba de refilón. No lo había vivido nunca, y para seros sincero, no lo contemplaba. Con él, tratando de entender su colombófila y sus dificultades, vive aislado en el Oriente Asturiano,  fui tomando una medida exacta de su dificultad y de este fenómeno que yo no he vivido porque en una suelta todas las palomas se dirigen al mismo lugar, Menorca. 
 Cuando en una carrera,  las palomas llegaban a Gijón, o al centro de Asturias, las suyas, ridículas en número, tenían que batirse el cobre hasta llegar a su casa, y las velocidades se transformaban en auténticos fondos. Aquello, a mi me sorprendía. Me gusta empaparme de otras colombofílias, con ello, relleno huecos, que a buen seguro me habían pasado inadvertidos. Resulta fundamental para la comprensión del juego.

Si algún mallorquín no se ha hecho todavía a la idea. Imaginaos volar con los ibicencos, soltar con ellos, y que cuando tus palomas, una inmensa minoría, tenga que separarse de un bando, que se va esparciendo por  las pitiusas,  en el caso de no haber acabado en algún palomar, tengan que afrontar el último salto, absolutamente solas. En mi opinión, esto supone un salto de dificultad añadido. Y ya son muchos. Necesito, sin duda, mejorar el nivel de selección de mis palomas. Ese fue siempre mi objetivo.




Y llego el momento. Mis ojos, y los de mi dulce princesa, estaban preparados para la llegada de alguna paloma. Y así fue como sucedió. Sobre las tres horas y siete minutos "cayeron" del cielo, 5 palomas. Muy pocas pensé. Hacia dos horas que mis compañeros de club habían "cantado" paloma. En otras circunstancias, el tiempo de llegada no era malo. Lo que sucedió después, sí. Fue un goteo constante todo el día. Palomas volando, 6, 7 y 8 horas para un velocidad. En este tipo de carreras, las palomas, aprenden latín, pero su contador emocional comienza también su particular cuenta atrás.

Normalmente los Ibizas para mi son preparatorios. Suelo obtener un 70% de recepción  de media, pero las palomas en su mayoría vuelan entre 3 y 4 horas, 5 a lo sumo. Esta vez, no fue así. La inmensa mayoría, voló, y voló mucho.

Con los últimos rayos de sol del día, fui arreglando mi particular batalla, finalizando  con un 42 de 63. Las buenas noticias es que las palomas recuperaron muy bien. Magnífica señal. 
Al día siguiente, el panorama se presentaba negro, muy negro. Todo el día viento en contra fuerte. De hecho, testeé una bolla que te da información en tiempo real, y la media todo el día fue de algo más de 8 metros por segundo, unos 30 kmh. Hasta casi el medio día no apareció la primera. De hecho, fueron dos juntas. Y aquello se convirtió en un goteo. Llegaron 8 en total. Me sorprendieron gratamente.



 Acabé la suelta  con un más que lustroso 50 de 63. La última llegó de noche, sobre la bocina, una hembra que el año anterior había volado Marbella.

Mi resumen. Las palomas iban cortas de sueltas, pero suficientes para el reto. Su preparación, sobre los parámetros habituales. Estaban muy bien. No me puedo imaginar volarlas en una suelta de estas características sin una preparación adecuada.
Volví a sentirme colombófilo, y que más puedo añadir, veo a las palomas en muy buenas condiciones.  Esa  sensación, es la que  busco cada temporada. Lograrlo me pone en modo on fire.

Esta semana, toca descanso. Ya os iré contando la próxima aventura.



PabS.