jueves, 12 de abril de 2018

Colombófilo con opinión. Siendo uno mismo hasta el final.




  Alguien en algún lugar  pintó sobre la húmeda arena un 6 ó un 9...lo que él, en concreto, quisiera dibujar sobre ella. Llegan dos personas, y los dos observan el número desde diferentes perspectivas, pero uno de los dos está equivocado, a pesar de que lo que ve es y parece un 6 ó un 9, pero lo está, porque el que lo pintó,  o bien dibujó un 6 ó bien un 9. Uno de los dos se equivoca. 
No están observando el número desde la perspectiva adecuada. Uno de ellos no. Pero da lo mismo,  nadie quiere buscar la solución, la gente lo que quiere  es tener razón. 

Esto no es ni mucho menos una traducción del texto, más bien un muy mal resumen, pero que me sirve y mucho, para introducir el tema de hoy.

 Sí, sí lo es, es difícil. ¡Qué difícil es expresarse con libertad sin herir los sentimientos de los demás!, ¡qué complicado ser uno mismo sin meterse en un jardín!. Podríamos decir, afirmar incluso aquello de: ¿por qué cada uno no se dedica a sus asuntos?, como solía decir mi amigo "el avestruz", o mejor, ¡deja de "tocar los huevos"! (eso lo añado yo), o mejor aún, aquel mítico ¿por qué no te callas? Sí, quizá eso sería lo más acertado, pero soy de los que se mojan. Colombófilo de raza hasta el final. 

No puedo. No, y menos cuando observo como los cimientos de mi pasión se vienen abajo. Me joroba, sí, ciertamente lo hace. No, no puedo ser partícipe de una mentira colectiva tan sumamente destructiva. Me resulta imposible. No soy así.

Tengo sentimientos encontrados. No puedo negarlo. Por una parte me alegra enormemente  la  mayúscula alegría de los demás, amigos y conocidos, y por otra, me molesta ser partícipe de alguna forma de todo esto, maquinado por unos pocos, que al final lo que produce es mal educar al colombófilo en general,  y jugar con sus sentimientos. No lo saben, se equivocan, pero el tiempo se encargará de demostrar que estoy en lo cierto.

  Otros, muchos que piensan como yo, no se atreven en estos momentos a exteriorizar lo que estoy escribiendo hoy. ¿Por qué? Por la sencilla razón  que  no parece, quizá,  el mejor momento para hacerlo, o porque verter una opinión mezclada con tanta alegría colectiva no es muy popular.
 Quizá no, quizá no lo es, pero cuando una mentira llega directa al corazón, cuando una medio verdad cobra más fuerza si cabe con una foto en el Facebook de turno, o te asombra el aplauso, generalmente vacío, de la mayoría. Sí, lo sé. Todos buscamos el aplauso fácil. Facebook, WhatsApp están para eso, para llenar egos y carteras. Sí sí, los míos también. Pues eso, mi ventaja es mi coherencia, eso me da la autoridad para seguir siendo sincero. En las buenas y en las malas. No me escondo.

Me aficioné a este deporte desde muy niño. Su magia me envolvió hasta donde nadie puede imaginarse. Morirá conmigo, pero  hoy, me duele ver que no hay montañas y picos que superar, porque éstos, están manipulados. El aire está tan viciado que ya no se puede respirar. 
 Exiliado de la competición por el miedo de unos pocos, buscando seleccionar y sólo seleccionar animales diferentes,  llego a este tipo  de formato de suelta, donde mi pasión queda vacía.

  Marcar de 960 km en el día de la suelta a, atención,  ¡96 km/hora sostenidos, es decir, a a casi 1600mm!, pues sí, sin duda habrá algún iluso que vea en ello mérito. Tan sólo veo ayuda, una enorme y descomunal ayuda. 
Otro podría afirmar, que las suyas no llegaron en el día. ¿Qué más da? El viento las trae, las acerca muchísimo el día anterior. Lo manipula todo. Otro, no sin razón, podría replicarme que 960km son 960km..con o sin viento. Y a todos ellos les respondo : Tenéis razón, pero con varios y enormes PEROS como respuesta.



Ahí van, mi explicación y la visión del asunto:

Si este año, viendo como se han desarrollado los acontecimientos, me hubiera dado por enjaular de Ayamonte (para mi 1060km), no tengo ninguna duda, que habría marcado, y ¿sabéis qué?...No estaría nada contento. Como no lo estuve el año pasado en una situación similar. Puedo ser muchas cosas, pero soy sincero hasta donde me perjudica, y en eso nadie me podrá espetar un sólo pero. 
  Dando un paso más allá, y siendo algo más explícito. Han dejado sin contenido un deporte de retos. La única esperanza que siempre me quedará, es que afortunadamente jamás podrán dominar y manipular el tiempo atmosférico a su antojo. Siempre, y el año que viene, con gran probabilidad, Ayamonte vuelva a ser lo que era, lo que siempre fue. Lo que nunca debió dejar de ser. Un reto.

En Menorca, un Baza (640km) exigente se desarrolla en unas 10 horas y un 15/20% de llegadas, eso sería un Baza de los que deja muy buenas palomas. De esos hay al menos uno o dos cada año. Las palomas de ayer recorrieron 320 km  más que un Baza, en el mismo tiempo.  Creo que ni dopadas hubieran alcanzado semejantes velocidades. Día parecido, quizá con algo menos intensidad que el Marbella de los menorquines del que ya os hablé, pero igualmente una burrada. El día de la suelta ya vaticine un "gran éxito".¿Tengo acaso dotes de pitonisa?

Conozco el final de la historia, porque lo viví anteriormente. Pan para hoy, hambre para mañana. Esto es un banquete, una fiesta puntual,  una cogorza que deja resca, un invento con grandes dosis de ciencia ficción. La inmensa mayoría de esas palomas, a pesar de lo km, no sirven, y la cesta y su descendencia me dará la razón , sin ningún genero de dudas, en los próximos años. Para los que buscamos animales extras, es un año perdido. 


Afortunadamente esta temporada a mi me salió bien, y pude disfrutar de un Marbella auténtico, de los que la paloma debe demostrar si lleva regalo dentro, de los que debe dormir fuera, de los que llegan a 800/900 mm a partir de las 9 de la mañana. Quizá no siempre sea posible. No lo sé. Sueño con esas sueltas.
No, yo selecciono palomas, buenos animales. Busco ejemplares capaces de otra cosa. El viento de ayer, en gran parte del recorrido, con ayudas de hasta 40 nudos, unos 75 km/h, era excesivo, una ofensa para los fondistas de verdad, y eso amigos, es hacer muy grande un pastel.

 Nunca, nunca hay que tener miedo a expresar una opinión. Con respeto, pero no dejar de decir lo que uno piensa por miedo a represalias. No. Esos son los míos, los que se atreven, los que van de cara. El tiempo a la gente auténtica, acaba dándole la razón siempre. Quizá surgen más obstáculos siendo un tipo sincero que un simple lame culos, sí, probablemente, pero cada uno decide lo que quiere ser.

En resumen, contento por aquellos que han marcado, porque ellos no tienen la culpa, a los que ademas, entiendo su enorme alegría. Contento por esas palomas que no tienen ninguna culpa, y triste por el desolador panorama en el que nos estamos metiendo. 
Sólo me queda esperar, que no todos los años sean iguales, y preocupado porque este "desastre" disfrazado de triunfo les de pie a seguir por esta senda que conduce a medio/largo plazo a desprestigiar nuestras enormes palomas.

Una última reflexión para acabar. Gestionar esto no es fácil. Los que marcan están contentos. Ellos ven un nueve, sólo un nueve, aunque en realidad, siempre fue un seis.

 Dicho todo esto, me alegro enormemente por los que han tenido el buen hacer de marcar alguna paloma, por mis compañeros del Club de Binissalem. Son varios los que han marcado. Este club esta experimentando una gran metamorfosis, y yo me alegro enormemente. Muy bien por ellos. 
  Y como no, por mi amigo Lluc Llabrés. Con un 3/3 de Ayamonte que le colocará con gran probabilidad en la primera página del absoluto del Grupo Mallorca. Un lugar que él ya conoce. Ya estuvo allí hace unos años, y se está convirtiendo, a pesar de no disponer del tiempo que a él le gustaría, en un asiduo de esos puestos top. Un lugar donde también estuvo Biel Antich mientras fue colombófilo, y yo me siento orgulloso de ellos dos, y de todos aquellos a los que en algún momento he podido echarles un cable y les ha ido bien. 
Hay que distinguir. Una cosa es mi critica por este tipo de búsquedas en los días de suelta, adelantado el calendario, retrasando, buscando un viento enmascarador de resultados, y otra muy diferente la competición. Una vez sueltan, todos compiten en las mismas circunstancias, y ahí tanto Lluc, como Biel, en su día demostraron que si se quiere,...., se puede.  



PabS.

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