Hoy, tras darle muchos giros a mi aburrimiento, decidí ofrecer algo de swing a mis dedos.
Estos días de Marzo, tan diferentes a cualquier otro tiempo vivido en el pasado, se presta a ello.
¿Quien no ha pedido en alguna ocasión un poco de tiempo a los reyes magos? ¡Ay! si dispusiéramos de más tiempo, y va un día, y amanece inesperadamente con una enorme bocanada de horas, días e incluso, no sabemos, si de semanas o meses. De acuerdo, uno diferente, y no precisamente de calidad, pero tiempo al fin y al cabo.
Me pedí a mi mismo un descanso, un receso en los videos, y cuando eso iba tomando forma, aparece de la China, este jodido virus que está paralizando al mundo de golpe, y lo peor, es que nos tiene sumidos en una terrible incertidumbre. No sabemos ni hasta cuando ni cómo, cambiará el futuro a raíz de esto.
En este oasis de tiempo incierto, podría dar forma a tanta hora muerta, a tantos segundos apilonados, y aprovechar para grabar muchos videos. Podría escribir decenas de artículos colombófilos, podría, …pero algo me dice, que nada tiene el sentido de hace una semana.
Hoy, somos presa del pánico, de este instante tan lleno de temor y desinformación que nos ha tocado vivir como generación. ¡Que todo vuelva donde estaba!, pensamos más de uno.
No es tiempo de guerra, como le tocó vivir a nuestros abuelos, pero tiene algo de eso.
Regresemos de golpe a nuestro mundo, al submundo de las palomas, que sigue ahí, como otros muchos submundos y realidades, congelado, esperando a que todo esto acabe siendo sólo eso, un mal sueño.
En ese contexto vírico, hoy me dio por aporrear el teclado. Hace ya algún tiempo, no muy lejano, me comunicaba con vosotros mediante palabras, algo que derivo en videos.
La eclosión del canal de Youtube, y luego Vimeo, me han ayudado a comprender muchas cosas, o al menos a dar forma a ciertos pensamientos.
Desde la posición que me ha generado el canal y mi trabajo, recibo cientos de whatsApps semanales de todas partes del globo terráqueo. Un universo el nuestro, que no deja de ser una expresión de todo lo demás, que es el propio mundo. Somos muy pequeños amigos. Una mueca en el revolver.
A pesar de nuestra insignificancia, y de lo minúsculos que parecemos y somos, disfrutamos de algo mágico, que pocos osan imaginar. Los aficionados a la hípica, quizá , pero poco más.
Nos relacionamos con unos animales sorprendentes que iluminan cada minuto de nuestras vidas. ¿Por qué? Supongo, y no dudo, que cada uno de nosotros, en lo más sincero de nuestro corazón, seríamos capaces de dar una respuesta atinada, más o menos convincente, pero a buen seguro, también serían muy dispares entre sí.
Algo que se entiende, conociendo lo complicados que somos, pero…hay algo, que en general, es común en todos nosotros:
El amor por este increíble animal.
Supongo que el no saber el porqué, ni el cómo, ese halo de nebuloso misterio que rodea a las mensajeras, el modo que tienen para orientarse en su regreso a casa, o esa eterna disyuntiva que nos asalta de cuál es la buena o cual la mala. O porque no, ese bonito juego entre nosotros que llamamos competición, que por lo general, comienza teniendo un descomunal atractivo, y acaba degenerando en algo viscoso y mal oliente, que se llama envidia humana, y sí, a pesar de todo eso, merece la pena.
Desde mi perspectiva, la que me permite valorar y cuestionarme muchas cosas, no deja de sorprenderme algo. Hay un enorme y desmesurado amor por la paloma, algo que resulta tan adictivo como excitante, pero que contrasta con un desconocimiento integral de cómo se juegan las fichas de la colombofília. No, no entendemos el juego, pero nos gusta poseer las fichas más brillantes, y el tablero mas molón.
Somos tan engreídos y estúpidos, que creemos que por llevar en esto algunas décadas es suficiente para doctorarnos. Y no, somos en una inmensa mayoría, ignorantes con experiencia, pero una que habla de derrotas personales aderezadas con algún triunfo aislado. ¿Lo peor? Pues que a veces somos capaces, aunque sea sólo por un fugaz instante, de darnos cuenta de ello. Un espigado rayo de luz, parece revelarnos ese anhelado y gran secreto, pero es algo que es un visto y no visto, y ese transitorio efecto revelador, se nos pasa en un par de semanas, y con él, se hace de noche nuevamente. Y sí, volvemos a cometer los mismos errores de siempre. ¿Qué errores son esos? Son de concepto, no de gramos ni de mililitros. Errores que se solucionan fuera de tu casa, saliendo de ella. Eso te da una visión más global. Válido para cualquier faceta de la vida.
Para aportar algo de luz a estos párrafos, me escribe un colombófilo hace unos días para proponerme un problema a resolver. Tiene a sus palomas con un líquido blanco en el interior de sus picos (así lo expresaba él). Le insto a que me mande fotografías de sus instalaciones, y rápidamente damos con el problema.
Otro, que ha visto un nódulo blanquecino al abrir el pico en uno de sus animales, en lo que podríamos denominar las “amígdalas” (las palomas no tienen amígdalas como tales). Normalmente eso sucede cuando un animal ha tenido problemas durante bastante tiempo.
En ambos ejemplos, el problema es el palomar, y en ambos, los que cuestionan, demandan qué antibiótico deben dar. Lo demás no les importa.
Otros me preguntan en cambio, si están seleccionado bien, pues no pierde palomas en los entrenos, y así podría llena folios y folios..
En estos casi dos años, he colgado en abierto y en privado, muchísimos videos, y de todos ellos, emanan conceptos básicos y fundamentales, que, aunque la gente no lo crea, son los que marcan diferencias, pues tendemos al mililitro y al gramo, al pedigree y al postureo, pero no a lo que realmente importa.
He puesto en vuestras manos un material con un mayúsculo valor, demostrado en la práctica (mi casa) de forma categórica, y fuera de ella, con similares resultados, y sé que muchos así lo entendéis, pero me resulta sorprendente como algunos, muchos, muy necesitados de información, no alcanzan a vislumbrar, cuán didáctico lleva adherido ese material videográfico. No, no es un texto de queja ni de lamento, para nada, es una llamada de atención al que lleva dándose porrazos mucho tiempo.
Abandona el juzgar a los demás, y prueba. Teniendo una pizca de curiosidad es como se logra salir de esa zona de confort en la que llevas ya mucho tiempo. Antes de que tus nalgas se acartonen, ¡levántate!
Somos del secreto, del darle vueltas a lo estéril, a eso me lo dijo mengano, o eso otro fulano, somos del, ese no sabe nada, somos del ningunear, del menospreciar lo que no entendemos, somos así.
El tiempo, ese que nos sobra hoy y que pone a cada uno en su lugar, no me dio más de sí hoy.
A cuidarse amigos míos.
Saludos.
PabS.
Estoy de acuerdo con lo planteado y es que esta ésa persona que va por la vida siempre con un catalejo en los ojos que solo le permite ver a lo lejos o lo que le satisface pero no puede verse ni él ni sus verdaderos problemas o no quiere ver la realidad porque el orgullo no se lo permite y es ahí donde fracasa. Saludos Pablo suerte con el microscopio 🔬
ResponderEliminarBuenas noches, Pablo. Me gustó, parece escrito por un filósofo o por un literato, por las formas de plantearte las ideas y por como las expresas.Mi enhorabuena. Repito, me gustó.
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