A menudo se recuerda lo imposible y con ello contribuimos, de alguna forma, a olvidar lo obvio…
La colombofilia puede llegar a ser todo lo resbaladiza que queramos. Nosotros debemos decidir hasta donde fijar el listón.
No es extraño escuchar o leer aquello de que nunca sabremos todo lo relacionado con nuestro mundo, o lo otro de que nunca se deja de aprender en colombofilia. Dos frases muy ciertas pero a mi juicio inservibles, vacías de contenido.
Precisamente es aquí donde debemos tener claro que en síntesis nuestro deporte es sencillo. Otra cosa es conocer hasta donde deseamos complicarlo o el objetivo que nos hayamos trazado, pero aún así, los grandes campeones son colombofilos que pactaron en su día con la simplicidad.
No poseer un palomar con las mínimas condiciones para alojar palomas de un modo que puedan permanecer sanas es un gran comienzo para complicarnos nuestra existencia colombófila. Introducir en él más palomas de las que realmente caben, es añadir más madera a un incendio, del que no tengáis dudas, se propagará. Relajarse todo el verano y el otoño sin mover los pichones o descuidar las palomas en esas fechas, no es más ni menos que añadir jugosa gasolina para nuestro particular fuego. Proporcionarle a nuestros pichones mezclas que el mercado ofrece de “muda” cuando deberían estar digiriendo una buena ración de cría. Encerrar las palomas alarmados por lo bien que nos vuelan (no se vayan a “quemar”), o por miedo a que nos las coman los tan temidos depredadores son otros perfectos aliados con los incendios locales.
Dotar a nuestros retoños de libertad o al menos facilitarles horas de vuelo suficientes para que sus tiernos esqueletos se formen adecuadamente, y no tengan que hacerlo 23 horas encerradas entre 4 paredes.
Obsesionarse con pedigríes de palomas que demostraron lo que esos certificados atestiguan en tierras tan alejadas de nuestras dificultades que al probarlas aquí, parecen otra cosa. O dicho de otro modo, empecinarse en volar lo que no vuela. Podría seguir y seguir.
Al hilo de los pichones. No entiendo a aquellos que racionan sus palomas, pero lo entiendo menos cuando estamos hablando de pichones. El pichón necesita comida a gogo y horas de libertad. Esos son los ingredientes.
Los criadores de gallos de pelea suelen dejar a sus pollos en libertad hasta que tienen la edad ideal para su adiestramiento. De este modo esos animales se crían en semilibertad y los resultados son fabulosos.
En colombofilia, si por temas obvios de razón social nos podemos permitir el lujo de dejar los pichones muchas horas sueltos los resultados son espectaculares en comparación al sistema tradicional. El único inconveniente que observo es la facilidad con que los animales conducidos de ese modo se contaminan a menudo de parásitos internos y como no, la posibilidad real de adquirir malos hábitos, pero bien ejecutado y ponderando ambas posibilidades, la diferencia como digo se me antoja brutal. Llevo años practicándolo y me parece uno de los pilares fundamentales para la formación del esqueleto de un buen volador. Un valor innegociable. Eso, o volarlos como lo hacen los belgas en verano, que compiten con ellos con el sistema de oscurecimiento y los seleccionan desde muy pequeños.
Lo paradójico del asunto es que ellos poseen una línea de vuelo con todas las bondades del mundo pero machacan sus pichones en verano sometiéndolos a una dura selección y un buen desarrollo físico. En España en cambio con unas dificultades enormes nos relajamos con los pichones y si se nos ocurre moverlos lo hacemos tarde y mal. ¿Difícil de entender no?
Ellos lo tienen fácil pero los trabajan, nosotros lo tenemos difícil y nos tomamos un descanso.
Todos nos equivocamos, y lo hacemos a menudo, pero los que ganan, los que destacan, los que se asociaron con la regularidad, esos yerran menos que los demás.
En mi opinión, para volar bien hay unas reglas elementales, y a partir de ellas se abre un inmenso abanico de variantes en la que cada intérprete actúa según su parecer. No hay una única regla a seguir, pero si hay ciertas normas no escritas que no se deberían violar si nuestro objetivo es triunfar en este apasionante juego.
No hay único sistema ganador. Los hay mejores o peores, más o menos adecuados o inadecuados, pero lo fundamental es la perfecta interpretación de los mismos. Del sistema y sobre todo de la retahíla de diferentes problemas que surgen cada año. Saber interpretar un problema, dar importancia a lo que la tiene, y olvidar aquello que carece de la misma.
De ello se extrae que hay personas que nos ganarían con un equipo de tórtolas y torcaces porque poseen algo que la mayoría no alcanzamos. Sentido común. Normalmente esas personas trascienden en el tiempo. Para ellos volar palomas es como interpretar una partitura, y lo hacen con maestría. A los demás nos queda seguir picando piedra.
Recientemente un compañero comentaba una situación vivida en su palomar. Había adquirido una paloma en un derby y tras dos semanas en su nuevo palomar (sin volar) la liberó lejos porque no le satisfacía. La paloma regresó ante el asombro del compañero. Y, como es lógico, y porque la naturaleza humana funciona así, creyó ver en ello algo extraordinario.
Ahí reside la magia de la experiencia. Si en mis comienzos me hubieran revelado algo parecido, hubiera abierto mis ojos con asombro. No hubiera dado crédito y lo habría calificado, sin dudarlo, como asombroso. Tras unos cuantos años en esto y una decena de casos vividos con mis palomas o experiencias vividas por otros compañeros, lo comentado más arriba no me dice nada de nada.
A ver, si es asombroso si no perteneces al mundo de las palomas porque el hecho en sí mismo es digno de analizarse, pues es desconcertante, pero es tan común que no es más que una manifestción del poder de nuestros pájaros.
A menudo tendemos a olvidar lo obvio, que son palomas mensajeras. Es cierto que no todas poseen ese exquisito don del sentido de la orientación, o esa fabulosa capacidad física para volar todo el día en un gran fondo (para ello existe la selección), pero las mensajeras tienen algo que les permite volver a un punto sin haber volado por él, tan sólo haber permanecido unas horas o días en ese lugar. Palomas que estuvieron en un palomar apenas unas horas sin volar en él, regresaron a es punto. Las palomas parecen establecer coordenadas de seguridad en el último lugar donde estuvieron.(Opinión)
Son tantos los casos que he experimentado en mis carnes que sería muy largo de contar… Reconozco que la primera vez que me sucedió mi reacción fue pensar que el animal en cuestión debía ser extraordinario. Años después lo viví otra vez. Más tarde, otra vez, así hasta en más de diez casos…. Como es lógico después de la tercera el adjetivo extraordinario perdió su fuerza inicial. Hoy en día tan sólo lo veo como una manifestación más de lo obvio. Son palomas mensajeras y muchas de ellas lo llevan en su ADN. Y esa fugaz demostración en la reproducción o en el vuelo ni suma ni resta. Son muchas, muchísimas las palomas capaces de hacerlo. De igual forma que son muchos los pichones nacidos en su propio palomar que el primer día que salen del mismo arrancan en un vuelo infinito y al bajar nuestra mirada, nunca más se supo de ellos.
En un palomar donde su propietario cría 100 pichones, nuestro cometido es identificar cuales son las más resistentes, las que mayor orientación poseen, las que tienen más corazón, y sobre todo las que están bendecidas por la “suerte”. ¿Cuántas de ellas puede haber en un buen palomar? 10?, 5?.15?. Esa es la realidad.¿ Y en un palomar de un novel?¿Por qué les aconsejamos que envejezcan el palomar cuando muy probablemente entre esas 100 tan sólo posea una o dos buenas palomas?.
Creo que todos tenemos el derecho a equivocarnos, y un neófito debería aprovechar más que nadie esa oportunidad que le da estar situado en la casilla de SALIDA, y no hacer de su ventaja un gran inconveniente.
Ya entrados en calor. Mi ultima campaña en casa 2012. Descanso en el 2013. Luego le siguió el experimento fallido del presente 2014 formando tándem, y ahora ¿el 2015?. Hasta el pasado mes de Mayo no inicié la cria. No sabía con certeza que hacer. Finalmente me decidí al menos a criar algo. Aunque ha sido un año extraño. Por una parte no sabía si volvería a volar aunque fuera de una forma testimonial, por otro no quería que los reproductores envejecieran sin sacarles nada. Ya descansaron demasiado el año pasado. Fue un dilema.
La maquinaria comenzó y estas semanas acabo con la cría. Desde entonces más de 40 palomas han salido de mi palomar en muchas direcciones (Península y Baleares). Por un momento llegue a pensar que se probarían en Rumania y en Portugal, pero eso deberá esperar. Así que ha sido un año menos prolífico en lo que a la cría se refiere y muchas de ellas(mayoría) no se han quedado en casa. Con ese panorama y sin tener claro que haré durante los próximos meses me encuentro hoy.
Vuele o no este año, las palomas las seleccionaré por mi cuenta. Luego ya tomaré decisiones. Si finalmente fuera posible lo haría con un único propósito: Preparar la campaña con 20 palomas para tratar de enviar alguna a Marbella. Ni campeonatos ni nada por el estilo. A día de hoy no es posible.
Lo que tengo claro es como sacarle rendimiento a una colonia, incluso si ésta no es mía. Este año 2014 fue un año diferente, y yo sabia desde el principio que incluso ganando sería con brega no con el smoking puesto. Por muchas razones. La primera, la falta de selección en aquel palomar, la segunda la burrada de palomas allí alojadas y la tercera el escaso tiempo dedicado a unas palomas que para mi eran nuevas. Mi objetivo en cualquier campaña es poner a las palomas en su fase superhéroe cuando las de los demás se van apagando. Esto lo suelo provocar veladamente el ultimo mes, precisamente el mes que me falto para poner la guinda. El ultimo mes es cuando se decide todo. Es a mi modo de ver los Alpes del Tour. Las fuerzas están justas, y si te has preparado para ese momento, los resultados suelen llegar.
Algunos piensan que las palomas explotan espontáneamente, pero esto es un juego de semanas, de meses, y aquí el arte consiste en saber interpretar cada año cuando es el momento, y disparar. No que ese año se te aparezca la “virgen”. No no, aquí el truco reside en provocarlo tú, con cabeza, diseñándolo todo antes, DURANTE, y después de la campaña. Y no siempre se consigue.
A pesar de que no pudo ser, un Campeonato Social de Fondo un Campeonato Insular de Fondo, un Subcampeonato Social Absoluto perdido por una nariz y un Subcampeonato Insular Absoluto se me antoja un muy buen resultado. Yo no pude recoger ningún trofeo, pero sólo yo sé lo que hice en ese palomar. Así es la vida de puñetera.
Conseguir que las palomas vuelen y vuelen es mi única obsesión, y eso lo logro con palomas sanas, unos animales que lo llevan en los genes, con mucha ilusión y con la comida. En esto último es donde debemos saber jugar. La comida de Enero es la misma que la de Marzo pero hay diferencias y en ese juego vamos dando forma a nuestro objetivo.
Leo en entrevistas de campeones que dan vuelo a sus palomas 45 minutos, o racionan a sus palomas con 30-35 gramos. Se me fyrunce el ceño. Juegan asimismo con la cebada, etc. No, personalmente me declaro inútil para conseguir mis objetivos por esos medios. Un buen amigo me comentaba el otro día que en algunas cosas soy “cerrado de mente”, y tiene razón, pero para mi cuatro cosas son fundamentales, el resto es aleatorio, y a lo aleatorio estoy abierto, a lo fundamental, no.
Me produce lástima no poder seguir expresando mi particular forma de entender este deporte, pero las cosas son como son. La pichonada de este año se me antoja espectacular, de las mejores de los últimos años. Yo tengo más que claro que si pudiera volar en plenitud de condiciones los resultados serían como mínimo como en el pasado.
Además probablemente a partir de este año se modifique el sistema de clasificación fortaleciendo la seguridad y las designadas por encima de todo. Ambos, mi fuerte. Si ello finalmente sucede creo que eso ayudará al fortalecimiento de buen equipo de adultas en la isla, ya que hasta el último mes su participación se me antoja clave. Después solo las buenas, al margen de su edad, las que lo demuestran.
Como novedades en la reproducción de este año está la incorporación provisional de la “Evora”. Es un paso más en busca de afinar mis próximos movimientos. Esta hembra fue la única en regresar desde la localidad portuguesa de Evora aproximadamente 950 km, haciéndolo al medio día del día siguiente de la suelta. Fue criada por nuestro irrepetible Sion Mut, y regalada a Lluç Llabrés que es el que la viajo con gran éxito desde una suelta cercana a los 1000km. Desde entonces esta hembra ha criado en algunos de los mejores palomares de Mallorca, y un de los pocos descendientes directos que se ha volado de ella, el año pasado se comprobó de gran fondo (Marbella) en casa de su propietario. Evora es sobrina de Mutis(ya conocéis la historia) y han criado juntos estos meses. Ahora está con mi “77”. Estoy convencido que esta incorporación dará sus frutos.
El 77 a su vez crió con la rodada de Carlos. Ésta es del 2006 y hay que diseñar el futuro antes de que el presente se convierta en pasado. Por lo demás, este año he tratado de alejar los cruces en la medida de lo posible. Ya cometí un error en la cría los ejercicios 2012 y 2013 y he rectificado la hoja de ruta en este aspecto.
Por último y como no lo pude explicar en su día, finalmente las dos hermanas, hijas de una hembra que le envié a Nando regresaron tarde de Lloret (925km). Es cierto que no lo hicieron en tiempo de reloj, pero también no lo es menos que hablamos de una suelta que alcanzó un 10% de recepción. El hecho de que dos hermanas lo hayan dado todo para regresar es significativo. La hembra que le envié es una hija de Miss Hellín. Esto unido a las que se marcaron de Almansa, incluso en el día de la suelta, lo de Espartano, Ángelo, etc…me deja un buen sabor de boca.
Tras haberos vomitado todo este rollazo aprovecho para despedirme.
Saludos.