lunes, 25 de julio de 2016

Sería necesario preguntarse por qué.



Lo reconozco, detesto la política, organizaciones gubernamentales y demás. En el ámbito colombófilo no hago excepciones, pero ovbiamente no soy tan necio. Admito en parte su necesidad. Sin normas la vida sería un kaos, o quien sabe,  algo peor.
En lo que nos une a vosotros y al que escribe, las palomas mensajeras, las federaciones deberían ser un nexo de unión donde articular toda esa maquinaria que poseen y poseemos para hacer más grande a la colombofilia, o al menos cubrir objetivos mínimos, como sería que esta gran pasión que nos une, que tiende a desaparecer, se lo piense, y no lo haga.

Esto empieza con dos amigos que tienen pasión por las palomas, luego tres, cuatro, hasta que son tantos que forman un club, luego otro, hasta que al final, como demuestra la realidad del deporte, finalmente se asocian en federaciones para dar luz a todos esos clubs. Y la única finalidad de aquella es hacer más grande este deporte, en todos los sentidos.

Si , si, lo admito, soy un verdadero paleto, alguien que ya está cansado de líos, alguien que dejo de creer en las federaciones y en cómo se forman éstas,  hace ya mucho tiempo. Leo y leo, y finalmente tengo que apartar la mirada del monitor. No, no pierdo ni un segundo más con ello. Entendiendo lícitamente todo tipo de denuncias públicas cuando realmente agreden y pisotean tus derechos, también los hay  que disfrutan más con los "líos de federaciones" que practicando su afición. Personas que se niegan a abandonar un sillón porque el culete ya debió dar forma al colchón donde acomoda sus nalgas. Tantas y tantas cosas y todas incomprensibles para gente normal, o porque no, para paletos como yo, que perdieron la fe en determinados organismos, y ya nos da igual quien dirija la orquesta. Son tantas veces y tanta pasividad que no creemos realmente que el lobo vaya a venir. Y lamentablemente, en cierto modo, el lobo ya lleva años entre nosotros. La colombofilia se muere por tantas cosas que me siento incapaz de enumerarlas. Y esto, y ahora no seáis ingenuos vosotros, no lo arregla una sola persona, ni dos, ni tres. Lo arreglamos todos en conjunto, y para ello se exige un profundo examen de conciencia en cada uno de nosotros, de todos. Desde el que sabe que lo está haciendo mal, sometiendo a la mayoría, dejándoles morir de inanición, hasta aquellos a los que tan sólo les gusta mirar.

Los hay obsesionados con las chapas de la que están fabricados los trofeos, por cierto, de muy mal gusto la mayoría de ellos. Y por este material (que supongo tendrá propiedades medicinales), como decía aquella, ¡por él matan!. ¡Válgame dios!.
Una federación, la que sea, debería ser el mayor nexo de unión que los colombófilos poseyéramos. Un ente dónde se supiera dar forma a la voluntad de la colectividad y no al revés, dónde se supiera involucrar a cada uno de nosotros, y no lo contrario. 
Apoyando a todos. Desde el que tiene problemas con su vecino, hasta aquel que se ha acercado inocentemente a nuestro deporte. La Federación, la nacional, la regional,  no llega a nadie señores. Ese es su gran problema. Entregas de trofeos que parecen más un desierto que un lugar dónde se celebra algo. Un entierro vamos.
Como dice un amigo mío, las Federaciones deberían moverse más. Organizar mesas redondas, exposiciones, charlas, coloquios, sueltas que aglutinaran a más de una, dos y tres regiones colombófilas. Como no, participar en ferias de todo tipo que nos toque aunque sea de refilón. Crecer, extenderse, en definitiva, moverse por este, nuestro deporte. No todo cuesta dinero, hay cosas que están más vinculadas al querer, que al jodido verde del dinero (ahora ya tiene todo tipo de colores).
¿Por donde comenzar? Quizás, procurando que en unas elecciones, las que sean, el voto del colombófilo cuente para algo.¡Que sea útil¡ Un voto, un colombófilo, sería un buen lema. Tras eso. Quizás todas las elecciones serían algo más limpio y transparente, más allá de pactos, comidas, cenas, y porque no decirlo, algún favor que otro.
La Federación debería ser nuestra casa. Debería ser ágil, cercana y eficiente. En cambio, es lo que es, un mierda pinchada con un palo, como solía afirmar otro amigo mío cuando algo no le gustaba.

Hoy me he despertado político, espero no ser reincidente.

Pabs