miércoles, 25 de enero de 2017

Arne Floisant. Enjuicia la colombofília Balear. 1973.

Han transcurrido 44 años de la entrevista de hoy, pero refleja exactamente lo que os mencionaba ayer sobre las visitas colombófilas internacionales. Por aquel tiempo con que fuese rubio y de muy lejos,  Noruega sirve, ya les daba para pasearle por la isla.  No hacía falta que fuera belga u holandés, pues la opinión de alguien extranjero calaba más hondo en el maltrecho corazón español. Y con un poco de empatía, lo cierto es que puedo llegar a  entenderlo.
Y era así porque nuestra colombofilia era de lo más primitivo que pueda imaginarse. Sigue habiendo mentalidades parecidas a las de aquella época en las islas. No les cambiaremos.
Por otra parte puedo imaginarme al bueno de Arne visitando algunas instalaciones de la época y comprobando el enorme contraste que había (sigue habiéndolo en algunos casos) entre las instalaciones del norte de Europa y lo que él se encontró por aquellos días. Ahí le puedo dar la razón, y también en algunas cosas que dice en el texto, por lo demás, yo, 44 años después,  no tengo la sensación de estar leyéndo a un experto sobre palomas. Del standard prefiero no añadir nada más a sus palabras. Sin comentarios.
Por otra parte, el protagonista en un pasaje de la entrevista, hace una alusión a la pluma de la mensajera. Puedo imaginarme a Noruega como un pais frío ;) , y en esas circunstancias en un "arduo" ejercicio de pura lógica,  puedo imaginarme a las palomas noruegas encerradas muchas horas dentro de un palomar. Ahí tenéis la respuesta en muchos casos a la mayor o menor sedosidad de una paloma. Incluso en la isla, en mis visitas, se aprecia este hecho en función de nuestro régimen de vuelos diario. Pero este hecho sólo nos está diciendo una cosa, que poco tiene que ver con la calidad. 

Pabs.