martes, 24 de enero de 2017

¿Por qué pierdo mis palomas con lo buenas que son?

Muy elocuente el título. Refleja la situación de aquellos años, primeros de un estrenado siglo, en concreto año 2000.
Como en cualquier orden de la vida la perspectiva histórica nos hace contemplar las cosas de otro modo. Ni hemos descubierto el elixir de la vida hoy, ni lo hicieron otros en el pasado. Todo es una continua curva ascendente y descendente. No hay más que repasar revistas colombófilas para darse cuenta que en función de la década en la que fueron publicadas, las sensaciones de sus autores son sorprendentemente opuestas.
Al hilo de como es en realidad nuestro comportamiento sin la perspectiva necesaria, he hallado hasta revistas de hace 20 y 30 años donde el colombófilo se quejaba amargamente de los halcones. Una verdadera plaga afirmaban. Creía que eso de las plagas sólo era cosa de nuestros días.  ¡Vaya cruz la de estos animales!. Siempre fueron los culpables de todo.
Hoy la colombofilia, algo más resultadista, parece mejor que la de ayer, pero en esencia hay cosas que siguen siendo las mismas porque volamos sobre el mar. Se han mejorado muchísmos aspectos, y  suena hasta  mal que en en la actualidad llegue a la isla  un colombófilo belga, holandés u inglés  y te sugiera lo que debes o no hacer en tu palomar.
No hace tanto, y parcen siglos, en concreto unos diez años recuerdo que  se "contrató"  a dos expertos para que seleccionaran varios cuadros reproductores de la isla. Lo hacían a la luz del sol, con una misteriosa lupa y con toda una parefernalia digna de una película de ciencia ficción. Parecía (sólo lo parecía) como si ellos pudieran ver algo que estaba escondido. Con la perspectiva del tiempo me da hasta la risa. Ya en aquellos años en los que mi colombofilia todavía no había explotado, a mi me parecía que aquel "atajo" no conducía al destino soñado. Y no, no lo hacía. Me parecío algo ridículo y sorprendente.
El clásico siempre fue el mismo. Expertos de una colombofilia sublime pero con todas las facilidades del mundo llegaban a las islas a pasar unos días de vacaciones e ilustrar a los catetos colombófilos que padecíamos una colombofilia terrible. 





 Pabs.