lunes, 23 de enero de 2017

La calidad de una paloma según su mayor o menor riqueza muscular. Año 1993.

Sobre este tema, como en muchos de los mencionados estas últimas semanas se han vertido a lo largo de las últimas décadas ríos de tinta, de hecho ya mencioné  algún texto en el pasado.
La musculatura de una paloma es algo más, una cualidad de la que hay aficionados que son verdaderos entusiastas otorgándole  enorme importancia.
No sabría añadir mucho más. No soy un buscador de cualidades, más bien un cobrador de resultados. La cesta es cruel en sus dictámenes,  dándome lo que ella quiere y no lo que colmaría mis deseos.  Gustos tenemos todos. Para que os hagáis una idea de mi forma de pensar. Si mi mejor voladora fuera la más fea del mundo, su destino final será sin duda la reproducción, y se aparearía con mis mejores reproductores del palomar. Jugar a ser dioses se lo dejo a otros.
Mis reflexiones y opiniones vienen de un hecho irrefutable. "Yo estuve allí", donde muchos quieren llegar y dónde pocas veces se llega. Una vez se llega a ese mágico lugar, hay que volver a llegar una y otra vez, y así por los tiempos de los tiempos. Yo, estuve allí, y sé como es ese lugar. Un día con más sosiego os contaré que ví allí.

Volvamos a  la musculatura, cualidad de la que debo reconocer mi curiosidad, titulándola como algo más interesante que muchos aspectos físicos de las palomas. Es una cualidad física que nos está susurrando muchas cosas. Entre otras, el posible número de horas que esa paloma podría volar en su máxima condición. No hay más que palpar a una paloma velocista de las buenas, de las de resultados, para hacerse una idea que su musculatura nada tiene que ver con las grandes fondistas. Pues sí, debo reconocer mi gusto y admiración por aquellas palomas que poseen esa musculatura especial para recorrer grandes distancias.
Y para poner todo en su punto preciso de ebullición, para calibrar como se merece el análisis de cualquier cualidad física, nunca se debe analizar ésta como único aspecto para juzgar y tildar  a una paloma como buena o mala.¿Obvio no?. No tanto para algunos.
Os dejo con el texto del Dr Germán de Lara, San Juan, Argentina que a buen seguro ofrece más luz que mis comentarios. 



Pabs.