sábado, 7 de enero de 2017

La paloma que me hizo llorar de Miguel Vicens Vila. Febrero de 1986.


  Desentumecido el blog, y con él también mis articulaciones, proseguimos con historias colombófilas, que por otra parte son la esencia de nuestros recuerdos. ¿Quien no tiene una historia que no le emocione al transmitirla a los demás? Vivimos de esos recuerdos. Pasamos página con suma facilidad, y a otra cosa. Algo, que en realidad sucede a diario en la vida misma.
La historia de hoy data del año 1955. Han transcurrido ni más ni menos que 62 años.
  Al igual que hace unas semanas os traslade el escrito de Tan Tan, la primera paloma marcada en el día desde dicha localidad hasta la hermosa isla de La Palma, lo de hoy es algo parecido. Historias que quedan con nosotros para toda la vida. Me parece importante plasmarlas aquí para que de alguna forma no caigan en el olvido.
La colombofilia está plagada de este tipo de relatos. Algunos de ellos quedaron casi en el olvido, otros hay que tratar de revivirlos aunque sea de este modo.





Pabs.