jueves, 29 de junio de 2017

Japón, el país del sol naciente.



Hacia el año 607 d.C., el Príncipe Shotoku, sobrino de la Emperatriz Suiko y a la sazón regente del gobierno japonés, envió una misión diplomática a China, país que admiraba y del que buscaba copiar su sistema burocrático, con una carta de saludo que comenzaba:
"El Emperador del país en que nace el Sol envía una carta al Emperador del país en que se oculta el Sol. ¿Cómo está usted?"
Este saludo trataba de establecer una relación de igualdad entre ambos países en lugar de una de tributación, y a su vez trataba de borrar el nombre con que Japón era conocido en China, Woguo, que significaba “país enano”. Japón era el país en que nace el Sol (al este) y China aquel en que se oculta el sol (al oeste), por lo tanto eran igual de importantes.

En esta vida suele haber explicación para casi todo. En el caso que nos atañe hoy ya sabemos la procedencia de la expresión, Japón país del sol naciente.
Probablemente Japón nos quede muy lejos literalmente; de hecho nos queda lejísimos en todos los sentidos. Tengo muy buenos amigos en ese país. Conviví unos meses con algunos  nipones en el Reino Unido; de hecho uno de ellos visitó la isla hace unos años y en ese mismo viaje le acompañe más tarde por la península. Nada que ver con las palomas, pero llegué a conocerles algo y mantengo el contacto después de casi 20 años. 
Leo lo que escribo y me viene un aroma vetusto, a viejo, a que el que escribe se está haciendo mayor, jajaja.

El artículo de hoy nos acerca algo más la colombofilia que se practicaba en aquel lejano Japón hace más de 40 años.
Interesante la reseña que nos cita de palomas comprobadas de 1800km a los 6 días, lo cual revela ni más ni menos que no son los kilómetros lo que debemos analizar sino la calidad de los mismos. ¡Pensad que estamos hablando de hace casi medio siglo!.
Sin obsesiones, pero 400 km en la isla de Lanzarote no se asemejan en casi nada a cualquier suelta de la misma distancia en cualquier otro localidad de la geografía peninsular, y mucho menos más allá de los Pirineos. El que no quiera verlo....
Siguiendo con el texto, nos enumera una gran cantidad de accidentes geográficos y dificultades pero no me hago una idea de la colombofilia de aquellas islas. Me da la misma sensación que en Cuba, donde efectivamente hablamos de una inmensa isla pero su vuelo no deja de ser terrícola. El texto nos habla de nieblas, altitudes de 3000 metros, etc....de todos modos esos 1800 km pesan y mucho en mi sensación global. Seguiré investigando.
 A veces escucho, leo a colombófilos con una línea de vuelo muy "blandita" refugiarse en los calores del verano para fortalecer sus argumentos, pero da lo mismo, cada uno con su ombligo que a estas alturas cuesta hasta verlo. Las llegadas y los % de recepción hablan por sí mismos. Todas las líneas de vuelo ofrecen dificultades a las palomas pero no todas son iguales ni se parecen.
  Si algo me caracteriza es que trato de conocer la colombofilia de mis amigos y la de los que no lo son tanto. Lo hago siempre, trato de hacerlo. Esto me ofrece una visión de las cosas más redonda, más fidedigna y útil.  No me gusta quedarme encerrado en el caparazón de lo que sólo sucede en mi casa. Para valorar hay que conocer que sucede en el mundo. Los hay que precisamente piensan que el mundo empieza y acaba en su entorno.
En una ocasión, hace ya más de 10 años, con motivo de unas vacaciones en Tailandia, país al que solía acudir cada año en mi versión más mochilera, tuve la oportunidad de esperar palomas de una sofocante suelta (la humedad era terrible) de 500km en casa de unos adinerados tailandeses (pasta por un tubo), que a su vez volaban también el Barcelona desde Bélgica.  En aquel lugar había ostentación por las cuatro esquinas. Cuanto más ves, más abres los ojos. Lo contrario es exactamente lo mismo.
Al final todo esto no te da la clave para ser un buen colombófilo, pero ayuda y refuerza esa idea. 

Para finalizar. Estos días en algunos grupos de whatsapp de algunos clubs (Islas) se cuestiona a sus socios que cambiarían o si cambiarían algo para la temporada que viene. ¡El silencio preside la sala, el silencio como respuesta!. ¡Manda huevos!. Luego llega la temporada, y éstos mismos que callan ahora, y que desde luego no otorgan, saltan cuando ya no toca, como auténticas fieras que les fuera la vida en ello. 
El momento es AHORA, no mañana, aunque por otra parte les entiendo; estoy harto de ver por doquier que lo firmado ahora es papel mojado más tarde. Así que no sé si es buena idea o no, reflexionar y cambiar de idea.
Lo cierto es que no, no somos capaces de cambiar de opinión pero deprime que ni nos lo planteémos. 
Como decía Kant Immanuel: "El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca". 
Os dejo con esta visión de la colombófilia nipona de 1970.




Pabs.