martes, 1 de agosto de 2017

Impresiones de un viaje a Bélgica.

  Corría el año 1975. Una España, que por aquel entonces despedía a Franco,  iniciaba lo que se conoce como la transición española. En ese histórico contexto situamos la historia de hoy, la de un viaje a la cuna de la colombofilia.
Una travesía que hoy en día muchos de nosotros podemos experimentar si está en nuestro ánimo. El destino y el objeto del desplazamiento son el mismo, pero las facilidades son otras, e indudablemente muchas cosas han cambiado desde entonces, incluso los protagonistas a los que se visitaba. El tiempo no perdona a nadie.
Recomiendo un viaje a la meca, al menos uno. Primero para conocer, ver, y escuchar, segundo, para que se os quite la "tontería" de magnificar cosas que no habéis visto, y tercero porque sólo saliendo de tu casa puedes entender lo que sucede en el mundo.
Tras la lectura de este auténtico tesoro, coincido en algunas de sus reflexiones, en otras no tanto. Algo absolutamente normal. Hace 42 años nuestras colombofilias estaban todavía más separadas que en la actualidad. De hecho, hay grandes palomas que dejaron su impronta histórica en nuestro país siendo ellas mismas palomas extraviadas de sueltas internacionales. Resulta obvio que en aquella época el acceso a buenas palomas para el colombófilo medio era casi una misión imposible. Aparecía una paloma belga pérdida en nuestro tejado y la familia colombófilia lo celebraba como si de un regalo de Dios se tratará. Miento, lamentablemente, esto sigue sucediendo, jajaja. 
  En definitiva, sólo los adinerados o aquellos que por cuestiones profesionales podían desplazarse al extranjero, accedían a aquellos animales que por aquel tiempo SI generaban diferencias porque nuestro país en temas plumíferos andaba en pañales. 
De ahí cabe recordar aquellos "San fermines colombófilos",   aquellas carreras para coger huevos en la suelta internacional de Barcelona. Algo que sigue sucediendo en la actualidad, pero hoy me sorprende más que ayer. Sí , sin duda hoy no le hallo el sentido, pero hace mucho tiempo que cedí en mi guerra por entender a la mayoría.

 Algo similar con aquellos que adquieren palomas en granjas tipo natural, o algunas de nueva creación (o no) en nuestro país. Si alguien compra en esas tiendas "chinas", en esos "todo a 100", su mayor problema no es adquirir esa paloma a buen precio sino que probablemente jamás entenderá  cómo funciona esto de la colombofilia. Ésta, podrá sufrir mil metamorfosis en los próximos 30 años, pero el cometido fue, es y será el mismo. Siempre habrá un puñado de excelentes palomas en una inmensa maraña de palomas inservibles. Y sólo la selección nos ayudará en esa guerra, y esa no se vende en ningún tipo de granja, digan lo que digan los pedigrees. ¡Ésa se hace!.
 O aquellos otros que adquieren una paloma ganadora en un derby porque el animal en ceustión lo merece (obvio) y porque en su pedigree observan muchas veces repetido el mismo nombre, pero en cambio obvian uno (no muy bien identificado) que es el que en realidad ha marcado decisivamente los acontecimientos genéticos de ese animal en concreto y su desempeño deportivo. Ir de "listillo" se paga. Tiempo al tiempo. 

Os dejo con esta joya con forma de artículo.  


 




Pabs.