jueves, 25 de enero de 2018

Mi historia. (Quinta parte). La explosión. Del dopaje, a la ayuda "divina".





  Lo dejamos en el año 2008,  hace 10 años de aquello. Lo que cayó en la isla, fue una pequeña bomba atómica, unos resultados que conmocionaron el status quo isleño. Lo que comenzó siendo una pequeña brisa marina se transformó en una enorme tormenta. Con ella, se tambalearon los cimientos de todo lo que se había dado por sentado desde 1928, todo lo que supuestamente no se podía cambiar.

Por aquí era un clásico acordarse de las "vedettes" de turno, y preguntarse, irónicamente, que haría esa gente aquí. Ellos mismos  daban la respuesta: Nada.
El problema, es que en parte, tenían razón. Tal y como teníamos el gallinero montado, o nuestro era una misión casi imposible. No se trataba de ser mejor o peor colombófilo, era algo más profundo, que tocaba de lleno las raíces de como se gestó la colombófila aquí.
Volar en el mar es jodido, pero si además acabas por acostumbrarte a unos resultados, no sales del bucle, ni con toda la pasión del mundo. Esta gente, vivía una realidad producto de lo que habían sufrido durante  muchas décadas. Estoy convencido que si algunos colombófilos de la isla, hoy desgraciadamente ya fallecidos, levantaran la cabeza, no creerían nada de lo que está sucediendo en la isla en la última década.

 Aquel 2008 hubo un cambio relevante en el club. Se había comprado un camión, y dependíamos, por fin, de nosotros mismos. Cada vez que nos dirigiéramos a Ibiza, o a la península, podíamos, el que quisiera, soltar desde Inca (Mallorca -120 km) a modo de entreno. Aquello, en una mentalidad destruida por los batacazos de décadas de decepciones, fue recibido con un fruncido de ceño. Fue un antes y un después. ¿Por qué?. Por la simple razón que uno de los enormes problemas aquí era poner a la paloma en el aire. Ninguna suelta, era fácil, todos eran a vida o muerte. Tener que vaciarse en un 100km, lastraba toda la campaña. Por una parte, por las pérdidas, por otra, las que lo lograban, quedaban "marcadas".
En esas circunstancias, ni el apellido de adultas, te otorgaba cierta ventaja. En muchos casos, era precisamente al revés, porque el perfil psicológico y emocional de la mensajera pesaba más de la cuenta.
  
  Sólo dos colombófilos, nos animamos a enjaular cada semana. Pedro Mir, y el que os escribe. Particularmente yo manejaba muchas menos palomas, noventa (90) solía ser mi número, pero enjaulaba casi todo, casi cada semana.Nadie arriesgó más que yo. Vaya si se notó. No fue hasta el 5º o 6º Inca, en el que algunos socios, tímidamente, se fueron incorporando. Primero, una patita, más tarde, la segunda, como si estuvieran haciendo una pequeña locura. Con el tiempo, aunque esa inercia tardo en incorporarse en el modus operandi del colombófilo de Mahón casi dos años, con la confianza que te dan los resultados, aquello se convirtió en casi una ley no escrita, que hoy sigue en plena vigencia. Nadie se plantea lo contrario. Muchos, muchísimos, lo pusieron en duda.

  En el foro podéis leer en multitud de ocasiones  a Jusué escribir aquello, y lo otro. Casi nada de lo que afirma de la isla es cierto. Esos relatos viven tan sólo en su imaginación. Es una buena persona, no tengo nada contra él, más bien al contrario, pero vive inmerso en los "libros de caballerías", y eso le ha convencido de que los molinos son monstruos enormes imposibles de vencer. Para mi, es todo lo que no se debe hacer, al menos, si quieres tener resultados. Hay más como él.
  Los últimos años, habré ido a Inca unas 40 veces, estoy seguro que si hago una relación estadística personal de todas esas sueltas, mi % estaría más cerca del 90% que del 80%. Lees a Juanjo, y te queda un poso amargo, la sensación de que vuela en otro país, que desde luego no es el mío. Esto, no quiere decir que no se pierdan palomas en Mallorca y en adelante. Si no haces las cosas bien, claro que se pierden, y muchas, pero las que perdemos, es por nuestra propia ineptitud. "Venderlo" como si esto fuera un infierno, tampoco. En otra época, no lo discuto. Hoy, no. Volar aquí es más difícil que en la mayoría de regiones de España, ahí están los % de recepción, pero lo que hace Juanjo es estirar demasiado el "chicle". 
 Desde la vecina Mallorca, nuestras palomas no regresan  por calidad, sino por salud y preparación. No puedo decir más.

  Os pongo un ejemplo. Demos un salto al año 2012. Aquella temporada debí volar 6,7 u 8 Incas. Vaciaba el palomar por completo. Debí realizar, más de 400 envíos. Me explico, en el primero, 80, en el segundo 75...ya me entendéis. Los siguientes no iban las que fueran mal de pluma, las heridas, etc...el caso es que no perdí ninguna paloma en todos esos envíos. Las marqué, todas, en el día. Ni una perdida. Esto, tengo claro que sí vieron mis ojos, y que no ha sucedido en ningún palomar en la isla jamás. Había un trabajo previo, y la temporada fue sublime, pero de Mallorca regresaron por salud y preparación. Las que no valían, que como siempre , son la mayoría, esas, se perdieron en las sueltas, en las que se deben perder la palomas, no antes.

  Regresemos en el tiempo al 2008. La adquisición del camión ayudó enormemente. Que algunos se atrevieran a exponer todo su palomar cada semana, también, pero lo que dio el espaldarazo definitivo, fue hacer regresar palomas en esa cantidad y porcentaje, una y otra vez. Eso provoco un diminuto punto de inflexión, de reflexión, de cierto debate, de efecto "dominó". 
¿Mis porcentajes y la cantidad palomas marcadas?. Una vez vale, pero aquello era continuo...Hasta el más incrédulo, comenzó a rascarse la cabeza. ¿Cómo lo hace?.
Recuerdo que Ciudadela vivía aquello con asombro. Una anécdota. Uno de los socios de Ciudadela, mejor no diré su nombre. En esa estúpida guerra de egos, llego a afirmar, que no es que Ciudadela fueran malos, sino que Mahón tenía a Messi. Os podéis imaginar, la que se estaba gestando. 

Han sido muchos los enjaules en mi vida,  llevando muchísima paloma,  seleccionando como una "túrmix". Resulta curioso, ver como algunos van con lo puesto, y tú, una y otra vez apareces con 30 y 40 palomas, vaciando con sentido, aprendiendo de ellas. Sentía las miradas clavadas en mi espalda. Algunas de ellas, de asombro, porque ya lo habían perdido casi todo, otros ya miraban por entonces, de otro modo. Aprendí también a asumir esa nueva situación.

Muy pronto corrió la voz de que Carlos me estaba ayudando. Éste tenía muchos amigos en la isla, pero a pesar de su fama y de su alargada sombra, aquí no le hacían ni puñetero caso, porque por por encima de todo, pesaba más el hecho de que Menorca era el infierno de la colombofília, y aquí daba igual lo que hicieras. Algo estaba estaba apunto de cambiar.
  Y en esas, Carlos comenzó a divertirse como un "enano". Yo había sido la "llave". Ahora, Carlos tenía otro cartel en la isla,  otra credibilidad, y no es que la hubiera perdido, sino que en las islas, esto es muy normal. La clave estaba en Carlos. Cambiamos el dopaje, por la ayuda "divina" de Carlos.
  Me sentí raro y extraño al mismo tiempo. Siempre voy con la verdad por delante, y no vacilaré hoy en lo contrario. Dudé, dudé de mi. Creía, en aquel momento, que mi colombófila dependía de dos productos y tres cajas cuyos nombres Carlos me había facilitado.
   Acababa de destrozar registros inimaginables, pero ahora me iba a encontrar en igualdad de condiciones con los demás, porque Carlos era muy generoso. O peor, yo llevaba menos años en colombófila, menos experiencia que el resto, menos de todo. Dudé, y creo que fue muy humano por mi parte.
Había traído la semilla a la isla, una que nos sacaría del "hambre", pero me sentía perjudicado. Hoy percibo aquellos pensamientos, como muy naturales, muy humanos.
  Lo que no sabía todavía, es que en mi interior llevaba encerrado un colombófilo como la copa de un pino. Uno de época. 
No son pocas las ocasiones en las que algunos  compañeros de la isla no han dudado en calificarme como el mejor colombófilo de la historia menorquina. Me halaga, aunque no creo que haya que llegar tan lejos, teniendo en cuenta , eso sí,  que hice cosas que lo cambiaron todo.
  A pesar de la "desclasificación" de la información que Carlos tuvo a bien compartir con el resto de la isla, algo con lo que él se lo paso "pipa", y me tuvo a mi en vilo, aquello me vino muy bien, pues mis resultados mejoraron todavía más, y me sirvió, para darme cuenta, cuán importante fueron "mis manos" (mi cabeza) en todo este relato. 

 Tras un majestuoso 2008, llegó el 2009. Fue una temporada algo más ruda. No hay dos iguales. También fui el colombófilo que más palomas marco de la península. Marque de gran fondo, que por otra parte, se cumplía la ley de los 7 años. Ese año me lo tome de otra forma. Me medí más. Comencé a preocuparme en el tema de las designadas, de hecho, cayeron CINCO trofeos a nivel nacional.
   En el gran fondo, continuábamos teniendo sólo uno, envíe 5 palomas, y marque 2. La primera en regresar, marco el futuro de mi palomar. Al efecto, recuerdo que Carlos vino a visitarme en verano. Vio al 77. "Ferru" (hierro) repetía. Me dijo: Síguelo volando. 
Como dándome a entender que él no lo pondría en la reproducción. No le hice caso, ni se me paso por la cabeza. Necesitaba el apoyo de Carlos, su inestimable empujón, pero también tenía claro, donde nacen las cosas. Aquella primera paloma de gran fondo, hermano de la del año anterior, Miss Hellín, para mi era una "señal" y fue más tarde la confirmación de que algo gordo se estaba gestando, algo que hoy puedo adelantaros y confirmaros, lo fue.

  Aquel 2009 comenzó mal. Desde aquel 2003, en el que di mis primeros pasos colombófilos, aquí se hacía lo que se denomina "la tardor",  sueltas de pichones en Otoño. Yo no creía en nada de eso. Participé el primer año por pura inercia, pero tras eso, deje de hacerlo. Hubo un momento en el que era uno de los pocos socios que no iba. El tiempo me dio la razón, y se dejó de hacer. Para mi no era un problema que hubiera Otoño o no lo hubiera, creo que en la libertad residen las claves de una buena convivencia, pero yo no creía en él. La paloma estaba inmersa en uno de los procesos más complicados del año, la muda. Ese axioma, era sagrado. 
  Por aquel tiempo, yo solía irme de vacaciones el mes de Diciembre(a veces también en Enero) a Tailandia, Vietnam, al Sudeste asiático. Ese año decidieron (siempre está Pedro tras ese "decidieron") premeditadamente poner un velocidad (Ibiza) en esas fechas, valedero para el campeonato absoluto del año siguiente. Fue una "putada" bien diseñada. 
  Los Ibizas comenzaban casi en Marzo, ¿qué sentido tuvo colocar ese Ibiza aislado en un mes de Diciembre?. Presión en toda regla para que fuera, sí o sí. Me sentí muy perjudicado, pero tragué. ¿Qué podía hacer?. Nada. Inicialmente me molesté, en privado naturalmente, y tras eso, "ajo y agua". Sabía cual era el camino, ellos todavía no. Fue una forma de tratar de obligarme. No lo consiguieron, y me fui de vacaciones.
  Sabía que ese año 2009, comenzaría último, y para mi competir lo era todo. Y así fue, último destacado, pero, y a pesar de ello, y del terrible sistema de clasificación decimonónico, en la última suelta estaba arriba de todo, aunque no pudo ser. Demasiados obstáculos. Volví a ser el mejor en los penínsulas y los fondos, pero los puntos, en aquel "orden" perfectamente diseñado, no decían lo mismo.  

 Para perfilar algo más lo que aquel año sucedió, recuerdo un día en el club, un socio preguntándome que me parecía una paloma. ¿Mi opinión, pregunté?. Pude ver a Pedro Mir susurrar por detrás: ¿Ahora le preguntamos a él, que nos parece una paloma?. Qué puedo decir, el fenómeno envidia se había despertado. Pedro, al ser un tío muy muy diplomático, alargo esa diplomacia conmigo, un par de años más. Tras eso, mostró su cara más sincera, la verdadera. Dejemos que el texto nos lleve a eso.

El sistema de clasificación social por aquellos años era "sangrante", parecía diseñado para algunos (convencido de ello estoy). Designabas 5, y la primera en llegar, te daba todos los puntos. Daba igual que la metieras el primer día, que el cuarto, valía prácticamente lo mismo. Y si tu palomar, tenía una buena situación, cogías muchos puntos, que costaban mucho recuperar. Llego a ser tan flagrante, que esa temporada el que gano, fue de los pocos que no marco de gran fondo. Surrealista porque lo difícil en la isla siempre ha sido marcar, no hacer un primero. Al año siguiente, cambió todo. Las decisiones de palacio, van despacio.

Ese  2009, fue de transición para mi. Todavía tenía que descubrir muchas cosas. En Octubre de ese mismo año, hice el viaje colombófilo que uno debe realizar, al menos una vez en su vida. Repetirlo muchas veces, ya es vicio. Lo que vi, me ayudó a entender muchas cosas. A desmitificar otras, a ordenar mi mente.
Recuerdo que Carlos, delante de Thoné, de Lietaer, presumía de mí, de mis logros, de mi buen hacer como colombófilo, como hace un padre colombófilo con su hijo. Aquello, me hacía subir el color de mis mofletes.

  Y por fin, llegó el año 2010. Éste fue, simplemente, fabuloso. Y con la perspectiva que el tiempo me da, puedo situar el origen de muchos conflictos futuros en aquella inolvidable campaña,y como no,  también mi despegue definitivo. En ciertos aspectos, incluso mejor que la del 2012. Aquello, ya no lo paraba nadie.
En este punto, debo decir que me sentía preparado para todo.
Fue una temporada sublime, marqué 30 palomas de península, y casi todas en el día. ¡Otra vez, lo había vuelto a hacer!. 
Para situarlo en el contexto adecuado, el que ganó metió 8, y muchas de ellas al segundo día. 
Seguía volando menos de 100 palomas, menos que mis adversarios, pero no había color.
Pasaron muchas cosas durante aquella temporada.

  Tan sólo un inciso final. Quiero, en el último párrafo de este quinto capítulo, hacer una breve aclaración. Me he prestado a contarlo todo, en esta serie de improvisados capítulos, porque en el fondo, esto para mi tiene un poco de despedida. No es mi deseo, pero hay situaciones que nos marcan. Tendréis que leer el final de mi historia para comprenderlo.
  Durante demasiado tiempo me fui mordiendo la lengua, y necesito vomitarlo, para que, al menos, la versión oficial, deje de ser la que circula por ahí, la mentirosa. Nada más.
  Si estoy dispuesto a vaciarme, es porque tengo asumido, al menos en mi interior, que a la larga, me será muy complicado volar palomas, pero soy de los que va de cara, de los que muere de pie.
Contar mi historia, servirá de poco, pero al menos mi conciencia estará tranquila. No sé si a algunos, les sucederá lo mismo. 

(Continuará)...


PabS.


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