lunes, 1 de enero de 2018

Se le apagó la luz.




  
   El día amaneció gris. Uno más, y ya eran meses con esa misma tónica. La habitación estaba en penumbra, aunque algún minúsculo rayo de luz lograba filtrarse entre las rendijas de las persianas. Al abrir la puerta, un extraño e intenso olor nos recibió. Sí, extraño pero al tiempo reconocible. Sin duda, ya antes lo había respirado. Una sustancia química flotaba en el aire. No sabría precisar más. Se notaba la presencia de alguien/algo que no era bien recibido: La muerte abrazaba aquellas cuatro paredes.
  Había decidido morir así, en casa, sedado, apagándose lentamente. Su familia sufría, y mucho. Su cuerpo, que iba consumiéndose día a día, yacía en su cama, donde tantas veces en el pasado le había ofrecido placenteros sueños, pero hoy reposaba sobre ella un pellejo de carne y huesos.  Éstos seguían con nosotros, pero él, hacia ya unos cuantos días que se había despedido para no regresar jamás. 
  Unas gasa empapada de agua mojaba sus labios de vez en cuando. Ese era todo el "alimento" que recibía. Hasta que se le apagó la luz, y llegó el día, o peor, hasta que la resistencia de los demás, les alerto con un desolador: Es el momento. 
¡Que difícil, que tristeza!. ¡Que bonito, increíble y maravilloso es el nacimiento de un bebé, y que traumática y agónica una despedida!.

  El adiós de un ser querido es de las cosas más horribles que nos pueden tocar vivir en este mundo. No estamos preparados para eso. En ocasiones reflexiono sobre ello. Te vas haciendo mayor, y me resulta inevitable no hacerlo.  La muerte, los pensamientos que la rodean se acrecientan en cada nuevo cumpleaños. Cuando te toca mirarla de frente, a  aquellos oscuros ojos negros, cara a cara, tratando de evitar fijar los ojos en los suyos, percibes  como su inconfundible aroma mortal, te inunda hasta vaciarte de tristeza,  sacando hasta la última lágrima de tu cuerpo. Lo logra hasta tal punto, que ya no hay nada más que ofrecerle, pero para los que la sobreviven, mañana amanece de nuevo.

Son reflexiones en voz alta propias del momento. El tiempo transcurre.Voy cumpliendo años, hoy, ya podría reunir en una habitación a muchas personas que ya no están conmigo, y eso me produce desazón y melancolía. Sí, lo sé, es ley de vida, pero asusta.
Así de reflexivos hemos acabado el año. 

Pasemos página. Al margen de estos pensamientos, que poco o nada tienen que ver con lo que nos une, las plumas, Diciembre ha sido un mes extraño para mi. Tuve la posibilidad de volar en el Club de Ciudadela, pero el tiempo se echo encima como una losa. Mis dudas, una serie de malentendidos, y ciertos procesos lentos y arcaicos para darse de alta, me inclinaron por hacerlo en un club de Mallorca. Así que el panorama se ha visto modificado en todas su líneas.

La semana que viene, si me es posible, pues las fechas no acompañan, daré un salto a Mallorca, para cribar la totalidad de los pichones  que por muda, puedan ir. 
Que no viaje como antes, no significa que no siga "fabricando" colombofília, aunque reconozco la dificultad de sobrevivir en este nuevo sendero que he tomado.

Hago aquí un breve inciso sobre la muda. Resulta gracioso, hasta grosero observar, el cómo gestionamos las decisiones los colombófilos. 
La muda es sagrada, debe serlo. Somos capaces de ser intransigentes con ciertas cosas carentes de importancia, y en algo tan elemental y básico como la muda, llegar a despreciar su porqué.  No, no la tenemos en cuenta y deberíamos. Esto es de parvulario, señores. No se debería dejar salir del colegio a aquellos colombófilos que no aprenden el ABC básico de la colombofília.

Llevo un mes largo,  cansado de recoger pichones perdidos con la décima con un centímetro de largo. No salgo de mi asombro.
Me responden. Pablo, esas palomas siguen el ritmo en casa, el ritmo de las demás. Y sí, es cierto, no les falta razón, en esas condiciones, el vuelo en casa lo acusan menos, pero no es ahí donde resulta determinante. La muda de las últimas plumas es sagrada en los entrenamientos por carretera, y más aún para defenderse de sus enemigos. Nos quejamos del halcón, pero se las ponemos en bandeja. Insisto, es de parvulario.

Dos ejemplos, que espero arrojen algo de luz al tema. 
Mirad, yo tengo un sin anilla (el irlandés), que solté hace años en Mallorca tres o cuatro veces porque al no haberlo anillado busqué una alternativa feliz para ambos y así poder deshacerme de él. Cada vez que algún familiar iba a Mallorca, le daba una cajita con el irlandés. El puñetero siempre regresaba. Procuro ser justo y se gano el derecho a volar por casa para el resto de sus días. Y así lo ha hecho los últimos 10 años, y sigue el ritmo del equipo de vuelo a pesar de su edad. Todo es relativo.

Otro. Hace años, mis palomas al ser soltadas cada mañana para su vuelo diario, se dirigían como poseídas a un peñón situado a unos 3 km de mi casa. La curiosidad estriba en que en esta parte final del año, cuando volaban hacia su mágica piedra, se producía en el bando una lucha por regresar cerca de casa. Aquello duraba unos breves segundos, y de un bando de 100 palomas, unas 20 se desprendía del gran bando y volaba un rato por casa para quedarse finalmente  en sus aposentos. El resto, el gran bando desaparecía en los primeros minutos, y pasaba la mañana por allí. 
 La curiosidad me picó, y comencé a analizar porque aquel grupo regresaba y el gran bando no. Al tomar muchas de aquellas palomas en mis manos, la inmensa mayoría por no decir todas eran palomas que estaban subiendo la décima. Siempre procuro hacer juicios de valor en función de la observación en el palomar, que es el mejor escaparate para aprender.

  Cada año por detalles como el expuesto, la muda, y otros factores también olvidados, el 30%, 40% de las palomas o más nos las ventilamos en Menorca y en los saltos a Mallorca. Digo "nos", pero desde luego no es mi caso, como así llevo demostrando hace más de 10 años. Todos perdemos palomas, pero yo las pierdo, donde hay que perderlas, es decir, en aquel punto que separa a una gran mensajera de otra que no lo es, que es el lugar donde se deben perder estos extraordinarios pájaros. 
Soy plenamente consciente que esto es papel mojado, pero en realidad es algo más que todo eso,  es simple y llanamente, ausencia de sentido común. Somos muy "animales". Todo el puñetero día quejándonos del halcón y a éste lo tenemos en casa, duermiendo entre nuestras sabanas.

Para finalizar el año. El blog está apunto de llegar a las 150.000 visitas. Este mes, sin duda, alcanzaremos esa cifra. No está nada mal. A este ritmo, en unos meses, cuando se cumpla su segundo aniversario estaremos muy próximos a las 200.000 visitas. No adelantemos acontecimientos.

El TOP 3 de entradas más leídas del año 2017 es el siguiente:

1) http://plumanegras.blogspot.com.es/2017/07/la-colombofilia-se-muere-y-las-malas.html

2)http://plumanegras.blogspot.com.es/2017/01/consideraciones-sobre-la-paloma-de-gran.html

3) http://plumanegras.blogspot.com.es/2017/07/extraordinario-articulo-donde-se-nos.html


Tan sólo el tercero está entre mis favoritos. Cada cual tiene sus preferencias. Para gustos los colores.





Para acabar. El diseño de la temporada fue otro diferente al que finalmente imaginé en mi cabeza. Sobran palomas. Estoy moviendo un grupo de pichones pero tengo otro, nacidos entre Septiembre y Noviembre, que no he sacado a volar. De ellos, haré una selección de cinco o seis, y los pondré a vuestra disposición. El resto, los moveré por la isla más adelante. 

El que a continuación os relato, estará en esa lista, y hoy os hablo de él, porque si este año tuviera que apostar por alguna pareja, ésta, estaría sin duda, entre los tres mejores enlaces del año.

Un tardío hijo del DUQUE y de INESPERADA.
El padre del pichón voló Marbella, y su abuela paterna también. El abuelo paterno voló dos Bazas.
La madre del pichón voló Almuñecar (6%), y sus abuelos maternos Baza.
Este pichón es familiar directo de cualquiera de las 13 Marbellas marcadas en el palomar.

El  DUQUE, volado de Marbella (880km) con 7 meses.

El Duque, es hijo de: 


Tritón: hijo de Mickey Mickey con Susurro. Volado de 4 penínsulas entre ellos dos Bazas. Pocos machos volados con dos Bazas circulan por ahí. Tío de Ariel (880 km, Marbella), padre del Duque (880 km, Marbella) y abuelo de Burda, (880 km, Marbella) etc etc...
y de  MayaVolada de dos Ibizas, Calpe y Marbella con 7 meses. 


INESPERADA:

Volada del último Almuñecar, suelta del 6% de recepción de un 770km
Hija de Triturus,http://plumanegras.blogspot.com.es/2017/03/triturus.html hermano de Tritón, de la 156, de otras dos hembras voladas este año con dos bazas cada una, etc...

La madre de Inesperada, es otra hembra del vuelo hija del 77 volada de dos Calpes y de Baza.

Feliz años a todos.


PabS.




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