domingo, 7 de enero de 2018

Mallorca "a pelo" 2018.



  Casi sin tiempo de organizar nada, la noche anterior decidí que había llegado el día. El Ferry, salía dirección Alcudia(Mallorca) en una hora. Había tiempo para respirar algo de aire fresco y disfrutar de la vista. Quizá en otros tiempos, la escena hubiera requerido de un pitillo a la Humphrey Bogart,  pero nunca fue de mi agrado la nicotina. Me asomé por una barandilla, dispuesta estratégicamente, en la que se podía divisar la impresionante Sierra de Tramontana. A mi derecha, una anciana, observaba aquel paisaje con la mirada perdida en el horizonte. Sus arrugas susurraban más detalles que sus propios ojos. Su mirada triste, perdida, vagaba entre aquel oleaje picado de olas, pareciendo buscar respuestas. Mis ojos, contagiados por los suyos,  observaban aquel mar con las misma inquietud que la de mi improvisada acompañante.  La observé unos breves instantes, buscando la complicidad de una mirada. Mi amiga estaba tan absorta que no se percato del interés de unos ojos, los míos, en aquel rostro lleno de arrugas y dudas.
    Amigos, siempre buscamos respuestas. Resolver enigmas, formularnos preguntas, responderlas, es algo que nos pone la vida sobre la mesa. Un año más, con mis jaulas llenas de pichones, buscaba respuestas. La respuesta a la gran pregunta que todo colombófilo debe formularse. ¿Qué palomas llevan ese tesoro escondido y cuáles no?. La selección. Nuestra gran aliada y la gran  incomprendida.
Llevo años en esto, y asumo que el día que mis miedos se apoderen de mi, mi nivel de selección bajará, y nada será ni parecido. A una preparación sublime debe precederle, y seguirle una brutal selección sin descanso. Antes y en la competición.
No, no es mi caso. No, no aflojo ni deprimido, porque sé donde residen las claves del éxito, y soy capaz de reproducirlas año tras año.

En esta ocasión 81 pichones de entre 4 y 5 meses, tenían el reto de cruzar el charco. La suelta tendría lugar al día siguiente, desde las instalaciones de mi amigo Lluc, a 125km de distancia. Y serían soltados de 4 en 4, con la inestimable ayuda de su hijo Joan. Gracias nuevamente.

El trayecto fue rápido pero movido, en hora y media saltas de Menorca a Mallorca. Recuerdo mi época de estudiante en Palma, como aquella tortuga de Iscomar hipotecaba parte de mi vida en cada una de aquellas interminables 4 horas. Muchos cambios desde entonces. 
  La vuelta fue incluso peor, y me hizo reflexionar sobre las dificultades que deben superar las palomas. El mar, el día de la suelta estaba muy muy picado. Nada que ver con lo que sucedía en tierra.

  Sigamos con  el relato. Al llegar a Alcudia, tomé dirección Consell, donde me esperaban mis amigos Lluc y Toni Arbona. A éste ultimo le traía 5 extraordinarios pichones. Lo son, sin ninguna duda y le van a dar muchas satisfacciones. Traía además un Petronio para Llorenç Armengual. Éste tenía uno, pero se lo había prestado a Biel, y por aquellas cosas del destino, tuvo un final infeliz. Nada que no pueda arreglar otra puesta.
  Más tarde, nos dirigimos al bar de Antonio Ramos, amigo de Lluc, que en su día también tuvo mensajeras. Éramos unos cuantos, donde tuvimos una improvisada cena con unos estupendos pepitos de lomo, cervezas, etc..Buen ambiente colombófilo, muy buena gente, y excelentes reflexiones las que pude escuchar de sus bocas. Sus inquietudes, sus opiniones. La colombófila sería otra cosa si pudiéramos dejar de escucharnos a nosotros mismos y lo hiciéramos un poco con los demás.


  Tras un par de horas compartiendo opiniones, llego el momento de ir a descansar. El Ferry que me llevaba a casa de vuelta, salía muy temprano al día siguiente.
 Amaneció con mucho viento. Las palmeras del chalet de Lluc daban buena cuenta de su presencia. Excesivo. Viento a favor, que era el que daba el parte, pero con mayor fuerza si cabe. A medida que la mañana fue desperezándose, el viento fue amainando. Menos mal. Día de caza dicen. Yo no pierdo el tiempo con esas cosas.
Estas sueltas, en el que las palomas saltan por primera vez, son claves en su desarrollo deportivo posterior. Es indudable que yo lo que busco es separar el grano de la paja, y al no hacerlo al abrigo de un bando, hay que hilar fino.

PREPARACION:

Este grupo de 81 pichones recibieron en Menorca, tan sólo 8 sueltas, de las cuales, 6 fueron de 12 km, una de 20, y otra de 30 km. La última, una semana antes del reto. No hubo más entrenamientos.
El vuelo en casa no era el soñado. Palomas muy bien en las manos. Gran salud, pero este salto entre islas quizá llegaba pronto. ¿Su ventaja?. Estos pichones desde que nacen tienen un poso de vuelo que no posee la mayoría. Se lo da la libertad.
Llevo años haciendo esto y sé que si les das más semanas de preparación y el vuelo en casa es como debe ser, regresan más, pero el objetivo de estos "a pelo" es darles los instrumentos necesarios para que saquen a relucir su clase, nada más. 
Hubo unos 20 pichones que se quedaron en casa por diferentes causas, heridas de halcón y sobre todo por la muda. Pichones mudando la novena y décima.
Todo el grupo fue desparasitado con tiempo, pues en mi casa esto es obligado ya que se pasan horas sueltas picando por aquí y por allá. Asimismo, fueron tratados contra coccidas. Esto último, por primera vez en sus cortas vidas. Vacunados contra paramixovirosis en su momento y nada más. 
  Soy de los que abusa del vinagre de manzana y más en estos tiempos en el que el adeno hace estragos. Con mi forma de actuar, no he tenido nunca ningún problema hasta la fecha.
La famosa cura de tricomonas de 7 días, sólo la reciben los que regresan. No quiero engaños, quiero buenas palomas.




  A las 11 de la mañana, Joan comenzó a soltar pichones de 4 en 4, y estuvo actuando así hasta la última caja, sobre las 12 y media. El primer grupo llegó pasadas las dos horas de vuelo, lo cual era una magnífica señal. Se notaba que Joan había hecho un gran trabajo. Llegaban en  grupos de 3, de 4, de 2...y ya más tarde de una en una. Seleccionadas de este modo, el bautizo de estas palomas les deparará muy buenos resultados en el futuro. El tesoro lo llevan dentro.
  Sobre la hora de comer, había en el palomar 40 de 81. Toda la tarde, cada hora iba apareciendo una. Así, hasta que la noche puso el cartel de cerrado. 50 de 81 en el día. 




Al día siguiente, me levante temprano, como si de un gran fondo se tratara. Me volvía a sentir colombófilo por unas horas. Un subidón del que uno nunca se cansa.

La primera, tardo un par de horas en aparecer. Esas palomas no estaban en la isla.
Ese segundo día llegaron 9. Y la segunda jornada acabó con un muy buen 59 de 81, que es un 72%. Más de las que mis quinielas auguraban la noche anterior. Buena criba, quizá algo corta.
En este tipo de sueltas, en mi cabeza el corte está sobre el 50%. En esa cifra suelo calibrar el éxito.



Primeras en llegar.





¿Qué me llamó la atención?

  Llevo años con este programa de sueltas particulares, pero no siempre puedo verlas regresar, por la lógica razón que soy yo el que está allí soltándolas.

La de este año fue diferente. Mientras Joan, iba soltando grupos de 4, yo estaba llegando a la isla. Así que todo estuvo coordinado para disfrutar de su llegada.
Ya os he hablado en el pasado de la pésima ubicación de mi palomar. Las palomas cuando son soltadas con el club siempre regresan bajas de San Luis. El arrastre del bando es poderoso, y las palomas al entrar en la isla, en su vuelo, dibujan una carretera imaginaria. Ellas deciden  sus puntos de entrada, y disponen de itinerarios propios.
  Me sorprendió, que a pesar de no haber bando alguno, no arrastres, las palomas seguían entrando por donde siempre. Y si bien es cierto, que la fuerza del arrastre de un bando es grande, no lo es menos, que el viento, marca siempre el devenir de los acontecimientos, pero eso era algo que yo, en sueltas de este tipo, no había observado hasta la fecha. Aprendí algo más.


Algunas de las palomas recién llegadas de Consell.


REFLEXIONES sueltas.

Como todo colombófilo con un poco de pasión, hacer números y ver que ha llegado, resulta siempre un gran aliciente. No podía haber muchas sorpresas porque juego con pocas variables nuevas, pero resulta indudable que los datos siempre reafirman tus convicciones, y que ese punteo es algo en el que todos disfrutamos. 
Hubo parejas de las que vino todo, 3/3, 5/5, 6/6, 4/4, y otras en las que no fue así. De lo que vino todo o casi todo, no me sorprende. Se les veía venir. Conozco muy bien a sus padres.

  Un dato. De Petronio-Callada había 3, y los 3 en casa, pero es que Callada este año también ha criado con el 75.
Del cruce 75 con Callada nació Asombrosa, que para mi este año fue la mejor paloma del palomar.
El 75, es un cruce tía sobrino, hijo del 92 con su tía la 37. Esta última, vendida recientemente en Canarias. El 75 es un medio hermano de Petronio. Del enlace 75- Callada, hubo 6 de 6. 
Manejo una familia de palomas, pero en la actualidad hay 4 ó 5 parejas, que es algo brutal, sus consistencia y regularidad.

Recordar que Petronio con Callada, hay 5 de Marbella. Y Petronio con la dos Bazas de Xec, nació otra de Marbella, Morgana. Seis en total.
Y del enlace 75-Callada, volé dos el año pasado y una fue Asombrosa, volada de tres penínsulas, y en concreto dos Bazas, uno del 16% el otro del 20%. 
No había tenido nada como esto en mi vida.
Otra de las parejas que funcionó muy bien, 5/5, Tritón con Maya, también Sven con Petronia, 4/4. Hay otras, pero no haremos un estudio de ello. Bueno, un apunte final que tiene su miga. Hice un cruce de hermanos de nido volados de Marbella. Sebastian con Ursula. Envié 3 y están los tres. La sangre no miente.

  El tercer día no regresó nada. Día de reyes, familia, no hubo tiempo ni fuerzas para más colombofília. Llegados a este punto puede llegarte una paloma asilada, al cabo de unos días, pero poco más. 
Hoy cuarto día, mientras escribo estas líneas, encuentro la número 60. Acabando el Mallorca a pelo 2018, con un 60/81...un 74%.

 Suelo escribir aquello de pulidas con martillo y cincel, y es algo en lo que me reafirmo. Una familia muy consistente, sólida, moldeada para las grandes dificultades. Desde críos, todo el día sueltas, lidiando con el peregrino, la calzada y las gaviotas, seleccionadas particularmente desde la otra isla, y lo que queda, preparadas con manos de seda. El resultado tiene que ser bueno.



Mis conclusiones.

  Muy satisfecho con la prueba, y con haber compartido unas horas con amigos de la isla vecina. No hubo tiempo para reunir a otros, pero la próxima vez, prometo avisar con tiempo.
  Para acabar. Hoy no tengo ganas ni fuerzas de acometer un escrito de queja. Otro día sí, pero os puedo asegurar que la gente es muy injusta, les sobra hipocresía, falsos, egoístas, "xenófobos" aunque no sea la palabra exacta y sorprenda su uso en algo como la colombofília, discriminando sin argumentos, pero, ¿que coño le pasa a la gente?.
 Me resulta increíble que en Mallorca tengan miedo a que vuele unas palomas. Asombroso. ¿Miedo a que les gane?. Eso dicen. 
No lo entiendo. El objetivo era preparar unas palomas para Marbella, nada más. Hay que ser muy retorcido. Sé donde sale el foco de toda esta mentira y mierda, resulta obvio, de mis propia isla y de cuatro cabezas visibles, y de otros cuatro mallorquines obsesionados con mantener su estatus quo, donde parece que difundir mentiras es gratuito, pero les digo una cosa,  repetir una mentira,  jamás  la convierte en verdad, por mucho que se empeñen.
  También me sorprende que en Mallorca se tergiverse el contenido de una entrevista, http://plumanegras.blogspot.com.es/2017/06/entrevista-en-la-web-de-la-federacion.html, en la que lo que en ella se dice es algo constructivo y sobre todo es mi opinión, sin más.
  Incluso en el lamentable supuesto de que los que me "quieren mucho" lograran su retorcido objetivo, a mi no me callaran, y no lo harán, porque lo único que he hago es tener excelentes resultados, y  dar mi opinión en un blog, al que las censuras no le sientan nada bien. Quizá logren apartarme deportivamente (miedo, mucho miedo), que es lo que más anhelan (absurdo y lamentable), pero aquí seguiré, dando la lata, y rebelándome contra las injusticias, y sobre todo, CONSTRUYENDO colombofília, que es lo que llevo haciendo desde hace más de diez años. Con respeto, con educación, y a la cara,  no como ellos, un grupo de hienas, que cuando se siente amenazado, muerden, como lo hace un perro o una rata, cuando el miedo le supera.
  Comente en el pasado, en más de una ocasión, que la colombófila me ha dado la oportunidad de conocer a gente extraordinaria, pero mis éxitos colombófilos, y la voz que he ejercido desde estas cuatro paredes, han traído consigo, un muy mal despertar de algunos. No es mi problema, de alguna forma, seguiré aquí.



PabS.

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