miércoles, 7 de marzo de 2018

Pedro Bagur Rossello. (Club Mensajera Ciudadela)

  Pedro Bagur Rossello. No, no tuve el placer de conocerle. Recuerdo en mis inicios,  una de las primeras sueltas en las que comencé a asomar la cabeza, una, en la que solo tres guerreras se atrevieron a atravesar el mar Mediterráneo, y que por la hora que reflejaron los relojes, sin duda, recorrieron el trayecto juntas.
 La mía fue la única en Mahón, Miss Hellín, las otras dos de Ciudadela. Una de ellas, de mi amigo Toni Salord, la otra de Bagur. Esto sucedió en el año 2008, creo que cierto tiempo después, Bagur falleció.
Pedro fue uno de los pioneros de la colombófila menorquina, un hombre, según palabras del propio Salord, elegante y noble, de esos que se hacen querer, y que en sueltas difíciles, como lo fue aquel día de Abril del año 2008, solía mostrar sus manos.

  El día se adivinaba complicado, de esos donde el viento se pone de cara y se respira escepticismo por todas partes. Siempre cabe esa pizca de ilusión que un colombófilo jamás pierde. Jamás olvidaré aquellas patitas arañando el techo de mi palomar, tras más de 12 horas de vuelo para recorrer 530km. Una enorme alegría recorrió mi cuerpo.
Con el tiempo, me di cuenta del valor que tenían aquellas condiciones de vuelo, y como no, aquellas maravillosas palomas que no traía el viento.
Hoy, repasando material aparcado en el rincón de pensar, he dado con este documento que habla de Pedro, y creo merece nuestra atención.







PabS.

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