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jueves, 19 de octubre de 2017

El lado más cruel y sádico de la colombofilia.

                         
  Nuevamente sesión de noche. No tengo ni idea de que tal lleváis el tiempo por ahí, pero aquí hemos pasado de un verano que parecía no tener fin a un otoño en ciernes. Por calendario ya tocaba. La tierra lleva algún tiempo en la que vociferaba pidiendo agua, y ésta por fin ha llegado.
 La lluvia, la fragancia a hierba mojada, esa sensación ya casi olvidada, pero sí,  soy más de sol para que negarlo. No apetece salir de casa.
Con semejante panorama hoy di con estos dos videos, ambos producidos por una protectora de animales. Uno en Taiwán, y el otro en Reino Unido. Entiendo a las protectoras y nos entiendo a nosotros.

Cuando saludamos a Google, nos gusta preguntarle por venta de palomas belgas, colombófilos famosos, razas de palomas, o directamente los nombres de las vedettes colombófilas del momento, pero sí, escondida tras los bastidores hay otra realidad. Una, que tú que me lees, y yo que creo conocerte, sabemos muy bien. La colombofilia tiene un lado oscuro, extraordinariamente cruel. La otra cara de la moneda de nuestro deporte, el otro rostro del famoso video de National Geographic.
  Son muchos (todos lo hacemos) los que prefieren mirar hacia otro lado, pero esto es real. En lo personal, la colombófila que me ha tocado vivir es sumamente dura, esto por una parte te conduce, en aquellos días buenos a un estado de éxtasis comparable a pocas cosas, a horas y días en los que un incontenible chorro de adrenalina recorre tu cuerpo, pero siempre hay algo en mi que se cuestiona lo perretes que somos.

  Viajamos fugazmente a Taiwán. El mayor club en la isla, maneja la friolera de 140.000 palomas, la mayoría no supera los 4 meses y medio de edad. El 1% sobrevive, el resto muere.
  En una suelta de 5044 regresaron 36 (eso es menos del 1%). Otras lo logran pero algo más tarde. El precio por ese retraso es muy elevado. Se les retuerce el cuello.
Extorsión, palomas drogadas, apuestas ilegales, sí ilegales, porque allí también lo son. Hasta 400 millones de dolares Taiwanes mueve el asunto. Siempre leí que allí las apuestas eran ilegales salvo en el tema de las palomas, ahora veo que no es así. Lo maquillan. Su propia ley lo prohibe, algo que enmascaran sutilmente. Ojo, éstos son los grandes compradores de palomas en Bélgica. Visto así, somos parte de un deporte totalmente corrompido.

  Algo más hacia Occidente, bastante más de hecho, en la  islas Británicas, las sueltas en las que las palomas son liberadas en Francia y España, las Graveyard races (cementerio o campo de tumbas), como ellos gustan bautizarlas son sueltas donde no hay resquicio alguno de piedad. En el video, nos ofrecen un ejemplo en una temporada catalogada por ellos mismos como nefasta, donde soltaron 5560 animales y regresaron 622. Casi el 90% desapareció. También es cierto que esta gente puede mirar a los ojos las 900 millas (haced los cálculos). 
  Afirma uno de los entrevistados en otro fragmento del video, que si tras dos años te queda el 30% es que lo estás haciendo bien. A mi no me queda ese porcentaje ni en un año, pero ni por asomo. 
En realidad en ese oscuro saco estamos todos. No, no podemos mirarnos al espejo de una forma limpia. Hay que entender que esta parte de la colombófila existe, que es real, tan sólo giramos unos grados  el cuello, lo suficiente para olvidar. Preferimos pensar que al no verlo...quizás no existe.
 Dos millones y medio de palomas son criadas en el Reino Unido cada año, la mayoría no tiene un prometedor futuro. 
Deberíamos dar un gran valor a las que lo consiguen. Allí, aquí y en cualquier lugar del mundo. 

 Para acabar que ya es tarde. Me gusta tocar todos los temas, los incómodos también. Me apasiona seleccionar, tallar animales extraordinarios, capaces de superarlo todo, pero cuando uno reflexiona y conduce sus pensamientos a un imaginario debate moral, realmente se te quitan las ganas de seguir volando.  No es menos cierto que esto es la vida, y que sin la colombófila estos animales no existirían.  La crueldad del ser humano es eso, muy humana. 
Esto es como cuando nos comemos ese chuletón de puta madre pero luego visionamos el video que muestra como mataron a esa vaca. Todo de golpe no entra, ¿verdad?. O el chuletón, o el video macabro, pero verlo y masticar al mismo tiempo...
Nos lamentamos cuando el peregrino se lleva una de las nuestras, cuando lo hace por su propia supervivencia, no por tocarte los huevecillos. ¡Vete al parque a comer le maldecimos, come pájaros silvestres pensamos!, pero no decimos nada de ese 70,80% de palomas que nosotros "matamos" cada año. Unas veces porque ni tan siquiera nos podemos llamar colombófilos, enviando palomas muy mal preparadas, y otras, porque el mero hecho de competir lleva aparejado este gran peaje, pero da lo mismo, un copa de hojalata, bien merece el precio que hay que pagar (nótese la ironía). Mañana seguro amanece otro día.






PabS.