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jueves, 28 de septiembre de 2017

El truco final (El prestigio) (2006)

  Como si se tratara de la película El Truco final (El prestigio) (2006), donde la cinta comienza en sus primeros fotogramas, por el final de la historia, hoy, me permito, en un improvisado ejercicio cinematográfico barato, algo similar. 
Si ayer os narraba, con nuestro familiar Bellani como protagonista, como éste superaba la barrera de los 1200km en el día hace casi 50 años. Hoy os acerco el cómo empezó todo. El origen de la historia.
 Un enorme y osado Bellani, con su Cómo y porqué pretendo ganar el concurso de 1200km, completa el puzzle de ayer, atreviéndose a vaticinar su gran victoria antes de que ésta  tuviera lugar.
En el fondo, me sirvo del generoso Bellani (éste aún sin saberlo), que sin lugar a dudas poseía nombre de ilusionista, de aquellos que en otros tiempos en los que tablets, televisiones y demás, ni imaginábamos llegaran a existir, sí sí, de aquellos magos que uno podía seguir embelesado hace unas décadas, pues bien, el gran  Bellani,  disfrazado de héroe de aventuras, nos ayuda desde su tumba para que la gente se empape de HISTORIA,  pero hay también otro fin oculto en ello,  pues es casi una obligación vital estimular la imaginación del personal,  reflexionar sobre la colombófila. Muy positivo formularse preguntas, cuestionarse las cosas.
Sin ningún género de dudas, Bellani es mucho más aromático que yo, así que os dejo con el principio de la historia que él mismo diseño por ese orden.



PabS.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

La barrera de los 1200 km.

   Nuevamente Bellani nos sorprende con una de sus innumerables vivencias. Los últimos meses he colgado algunos artículos que dejan  huella de las líneas maestras para triunfar en la colombófila, sin embargo, algunos de esos textos han pasado de puntillas. Pues sí, me sorprende enormemente el criterio de la gente. En cambio, hay entradas muy populares en este blog que su celebridad y aplauso me pesca despistado. Yo los escribo, los comparto, los sugiero,  pero no os lo puedo masticar todo.


   De la lectura de esta joya de 1972 trascienden varias leyes no escritas. La primera, estamos hablando de 1972 y de 1200 km en el día, y todavía, TÚ, colombófilo, te cuestionas por qué unas palomas funcionan en algunas latitudes y en otras no? No, no se trata de calidad, que también, sino de donde vuelan.

  ¿De veras no os llama la atención que en el año 1972 Bellani marcara SIETE palomas desde la magnífica distancia de 1200 km y lo hiciera en el día? ¡14 de 16 que enjauló!. Sí, muy probablemente Rodolfo fuera un adelantado a su tiempo o fuera un tuerto en el país de los ciegos. No lo puedo saber, sólo lo imagino. Lo que sí tengo claro es que era un tipo cabal, y lógico. Dos cualidades fundamentales para llegar a alcanzar el calificativo de CAMPEON.
 Buenas palomas las hay en todos los lugares del mundo, pero cuando compramos una paloma deberíamos aplicar los pertinentes filtros, equivalencias y handicaps, pues de lo contrario, muchas de las buenas dejan de serlo en otras ciudades .... De veras,  ¿tan difícil es comprender esto?. Me sorprende una y otra vez la ingenuidad de algunos. Yo mismo soy capaz de admirar la belleza de una fotografía, e incluso lo excepcional de una paloma en las manos, pero ¿y?. Ahí concluye mi borrachera de embelesamiento.

Y por otra, Bellani, nos ofrece en forma de regalo, como se deben preparar las palomas en citas para la leyenda. Lo corrobora un servidor,  alguien que ha explorado los límites, y que con el tiempo ha encontrado el equilibrio, pero sobre todo ha estado muy cerca, muchas veces, de la línea sin retorno, incluso llegué a traspasarla en alguna ocasión. Hoy, me resulta algo más sencillo predecirla.

Os dejo con nuestro padrino Bellani.







PabS.