sábado, 2 de septiembre de 2017

El tamaño sí importa.

   Aprovechando que a esta hora de la mañana mi princesa todavía anda atrapada entre sabanas y sueños, seguimos con nuestra locura.
 Las cosas no siempre son lo que parecen. ¡Ay! si alguien os contara toda la verdad. Resulta muy fácil desbocarnos y demonizar a alguien en un corrillo cualquiera a sabiendas que no puede respondernos. Allí, bajo aquella luz que ilumina la manada, el lobo se siente fuerte. Cualquier estupidez le será reída. Y olvida por un instante sus miedos e inseguridades. Si la lectura de mis escritos les hace sentirse bien, me doy por satisfecho. Lo que desconoce la manada es que cuando uno de ellos sale del cobijo que le da protección, se transforma en una persona inteligente capaz de muchas cosas, incluso hasta de disculparse ante el oso. Naturalmente la manada no es consciente de todo esto.  
  El mundo, con las nuevas tecnologías, se ha transformado en uno muy pequeño, extremadamente rápido en la información. Si se supiese todo lo que en realidad sucede entre bambalinas, del porqué de las reacciones, muy probablemente el veredicto sería otro. No he sido iluminado con el don de la diplomacia lo reconozco. No, ante una manada de lobos. El oso sabe de su fuerza y de su debilidad, pero no necesita una manada para ser él mismo. Esa es la gran diferencia. 

Hoy no me he levantado con ganas de hablar ni de mi apreciado amigo avestruz ni de Gargamel, ni del otro, prefiero centrarme en una bonita historia de palomas. 
A todos a buen seguro os suena la línea de los Moritos.
Curiosamente he dado con el artículo en una revista llamada Agrupación Colombófila de Cataluña, año 2004. Esto me ha hecho dudar si se trataba de una revista actual o lo que es en realidad, una publicación de hace 13 años, lo cual demuestra que los problemas en la colombófila llegaron hace mucho tiempo para quedarse.


Del texto se desprende un argumento que me suena familiar por ser una tónica constante en mil y una historias. Dejemos trabajar a la cesta. Ya habrá tiempo de extraer las pertinentes conclusiones.

De igual modo que siempre os digo que en una linea de vuelo difícil no hay palomas para todas las distancias, es decir, no hay palomas navaja-suiza, pues semejante "chollo" sólo sucede en aquellas regiones donde ese pan lo aguanta todo. Lo mismo con el tamaño y/o peso de nuestras atletas. En líneas de vuelo exigentes es difícil encontrar animales de gran tamaño en largas distancias. Aunque a algunos hombres les fastidie la siguiente frase, lamentablemente el tamaño SI importa.
En un no muy lejano pasado la gente del campo mataba todo lo que se movía, a pesar de que fueran aliados de su causa. Los cernícalos por ejemplo. Su base de la alimentación daña todo lo que el agricultor ama. Este hecho sin embargo no le encumbró como amigo y sí todo lo contrario. Típico comportamiento humano.
Sucedía exactamente lo mismo hace décadas cuando en nuestras instalaciones nacía una paloma de reducido tamaño. Como un resorte dudábamos incluso de su salud. ¿Dónde están aquellas enormes palomas, aquellas imponentes narices, aquellas ojeras de infarto?. Los calendarios deportivos, las distancias a recorrer, todo ha cambiado y con ello, también lo.hicieron sus protagonistas, las palomas.
Os dejo con la historia de los Moritos.






PabS