lunes, 25 de septiembre de 2017

Septiembre de dudas

   Resulta indudable que para que un blog como éste adquiera cierto éxito y repercusión debe existir una constancia en esa labor. Sucede como en todo, las palomas, tu empleo, tu negocio, el amor. Nada se premia sin un esfuerzo continuado e inteligentemente organizado.



  Desde aquel palomasmenorca, rincón de Pablo y el actual pluma negra, mi estilográfica  ha ido sufriendo una  acusada metamorfosis en sus movimientos. Por veces más sinuosa, menos arisca, quizá más experta, pero igual de directa que en aquellos apasionados e impetuosos inicios.
Soy inquieto por naturaleza, me sucede con las palomas. Nunca suelo tener suficiente,  pero hay mañanas que me despiertan  diferente, en las que siento que necesito un cambio de aires o un giro de tuerca más. Nunca estoy muy seguro de cuál de ellas es la mejor opción. 
  El blog está bien, me relaja, a veces incluso me sirve para rebelarme de tanta estupidez acumulada, pero percibo que necesita cambios,  quizá un reseteo o un vuelta a empezar. Lo estoy valorando.
  No es sencillo que un blog en año y medio roce las 120.000 visitas, pero no todo se centra en el número de vistas. Me siento enormemente halagado y satisfecho cuando me escribís contando lo mucho que os gusta, o que leéis cada uno de los post con la misma pasión con la que yo los escribo, o bien que los compartáis con amigos y colegas porque consideráis que son contenidos de calidad.
Por otra parte hay apartados que tengo totalmente abandonados, como son las secciones de mis palomas. Así que ya veremos...Este mes de Septiembre está resultando algo extraño para mi.

  Cuando era un crío, me apasionaban los minerales. Recuerdo las  navidades de 1985 en las que los reyes magos me trajeron una piqueta. Ese año de mi vida transcurría por Culleredo (A Coruña) y aquel "martillo" fue el regalo que más ilusión generó en mi, de entre todos los que luego vinieron años después. Circulaba por todos lados con ella en una mano, y  con un libro, que todavía conservo sobre minerales, en la otra. ¡Que chalado estaba!. Luego nació mi la obsesión por los pájaros. Todavía conservo unas revistas, Las Aves  Redorni, inolvidable revista. ¡Que recuerdos!. Nada, que hoy me levanté nostálgico.

   Cada mañana,  al abrir las ventanas del palomar de par en par, susurrándolas que salgan a deleitarme con su vuelo matutino, me relaja, y me hace olvidar que vivo, muy a pesar mío, con una constante guerra interior por abandonar la colombofília. Es como si habláramos de una resistente e impertinente bacteria,  muy al hilo con nuestros días, donde no he hallado el antibiótico que la erradique. Siempre miro de reojo a otras cosas para ver si captan mi atención y puedo emprender nuevas aventuras. No me enamoro tan fácil.
  Siempre me gustaron los bóxers, llevo ya 5. El último, el más bonito que he tenido, tanto que su criadora quiere venir a Menorca este mes de Noviembre a realizar un monta con él,  pero no, no será en el mundo del perro donde mis sueños sobrevivan.
 No me enrollo más. Hoy os dejo con una entrevista del año 2002 al catalán, Rafael Costa Valls. En un pasaje de la misma afirma: 

"Añoro las épocas en el que en las sociedades se hablaba de palomas".
Que la disfrutéis.





PabS.