martes, 26 de septiembre de 2017

¿Cómo presentaban las hembras a los viudos en aquel 1980?

  Casi cuarenta años contemplan al texto de hoy. Y en el juego con nuestras amigas siempre anduvo la serpenteante línea que separa al éxito del fracaso. Señores, esto es un juego que jamás dejará de serlo, y aquel que demuestre mayor habilidad moviendo sus cartas, ese que haga bailar con mejor swing sus manos, saldrá vencedor. Ya sea jugando al natural, viudaje o sus múltiples variantes, etc. 
   El colombófilo deberá profundizar en su sistema, y llegar a descubrir dónde nacen y mueren sus límites. Sólo de ese modo amigos, acotándolos,  podrá doctorarse en lo que sí y en lo que no se pude hacer. Mucha cintura. 
Nuestro método ideal debería alejarse del barroquismo, y florecer en él un rico surtido de variadas posibilidades "b", "c", "d", etc...porque sobre el papel todo es más sencillo. Afortunadamente, cuando los hechos se declaran,  es cuando se produce el nacimiento de los errores y en ese soplo de aire, debemos alimentar nuestro ingenio.
En lo personal, me he topado con todo tipo de curvas, y ya iniciada la temporada deportiva existe lo que yo denomino como la línea sin retorno. Una vez cruzada, si el calendario no te ofrece tiempo suficiente para retroceder, las posibilidades se reducen exponencialmente. Así que resulta de suma  importancia, disponer de un plan inicial, conocer lo que no se debería hacer para no traspasarla, y abrir los ojos de par en par.

Os recomiendo su lectura.




PabS.