miércoles, 7 de febrero de 2018

Mi historia. (Décima parte). El descanso del guerrero.





   La temporada 2012 tocó a su fin. Momento de tomarme un largo descanso. El origen del mismo lo hallamos en el nacimiento de mi hija Maya a finales del mes de Octubre. Las palomas pasaron a un tercer plano. 
  Tomarme un receso habiendo tocado la gloria no era un plato de fácil digestión, pero, ¿por qué no admitirlo?, el desgaste también había sido mayúsculo. No ya sólo por volar y competir, sino especialmente por el inmenso caudal de energía que suponía cambiar las cosas. Era el momento perfecto para decir hasta luego. Y así fue.

En el año 2013, no estaba para "Mallorcas a pelos", ni para nada por el estilo. Aquel frío mes de Noviembre me encontré en casa cuidando un bebé recién nacido. Toda mi energía y sus reservas, estaban centradas en lo más importante que me ha sucedido jamás en toda mi vida. El gran milagro de la naturaleza.

  2013 fue una temporada atípica. La seguí desde la distancia, y fue probablemente, la más prolífica de toda nuestra historia. No me puedo imaginar si ese año hubiera volado, la de palomas que habría marcado. Creo que me habría aburrido mucho, ya explicaré mis razones. 
  Una cosa era evitar días malos, y otra, en lo que estaba comenzando a convertirse aquello. Cuando vamos a comer a un Buffet, gestionar nuestra panza tiene su dificultad, pues es muy fácil no medir nuestra propia capacidad de engullir. Somos muy optimistas cuando vemos tanta variedad de platos.  Si además, llegas con hambre, como nos sucedía a nosotros, pasa lo que pasa.

  Para hallar una temporada de tantas marcadas a nivel colectivo, en realidad se amontonaron varios factores. El club ya había comprendido cual era el camino, y todo el esfuerzo de unos pocos acabo cristalizando en el resto. La unanimidad estaba muy próxima, y la mayoría sacaba las palomas del palomar casi cada semana, y al mismo tiempo, y con un peso absolutamente decisivo en el devenir de los acontecimientos, fue un año en lo meteorológico, extremadamente bondadoso. Cabría añadir un tercer factor, que paso a desarrollar para la comprensión del capítulo.

  En el Club la piedra angular sobre la cual discurre el funcionamiento del mismo tiene nombre y apellidos: Pedro Mir.
Hasta ese año 2012, desde la sombra, me había encargado de ayudarle en todo lo que a lo meteorológico se refiere, y a otras cosas,  como algo tan sumamente importante como lo ideologico, o mejor aun, los resultados. Algo sólido en lo que apoyarse. Antes de creer, hay que ver.

 La ardua búsqueda del buen tiempo se convirtió en algo obsesivo. La decisión siempre correspondía a Pedro, pero formabamos un binomio muy apañado. Seguir la evolución del tiempo, en el contexto en el que nos encontrábamos, era muy intenso.
  Aquí debo destacar la inmensa labor que Pedro hizo en muchos sentidos. El problema vino después, y en eso, la historia del mundo tiene mucho que mostrarnos. Cuando el poder ejecutivo, legislativo y judicial, acaban recogidos en la misma persona, ésta acaba por vivir en una burbuja. Si no hay controles, comienzan los excesos. Esto, es aplicable en cualquier área de la vida.

  Ese 2013, Pedro, no tenía mi contrapunto, e hizo lo que le vino en gana, y aquello fue creciendo. Búsqueda indiscriminada del poniente (viento del Oeste) sin rubor alguno. En el equilibrio reside el éxito. Hasta tal punto fue bien la temporada, que hasta se organizaron varios Calpes fuera de concurso, Calpes (400km) de entrenamiento. ¡Ver para creer!. Aquello fue irreal, pero se vivía un momento extraño. En el último Calpe de entrenamiento la castaña fue de consideración, vinieron poquísimas palomas. No todo vale, y el respeto al mar no se debe perder jamás. 

  El final de temporada fue duro, como siempre acaba siendo. Que fuera una temporada más sencilla, no significa que no hubiera sueltas complicadas. Al final, claro que las hubo, pero en su conjunto, jamás han regresado tanta paloma, como en aquella temporada.

  Seguí su desarrollo a través de Torres. Éste había formado su cuadro reproductor basado en mis palomas. De hecho al año siguiente, 2014, volamos en tándem, pero ello corresponde al próximo capítulo.

  Continuemos con Pedro. Cuando un club tiene a una persona como él, todo es más fácil. No soy de inventar o mentir, eso lo dejo para otros. Al César lo que es del César. La labor de Pedro fue brillante.  ¿El problema?. Ni más ni menos que la ausencia total de control. Algo que fue creciendo en el tiempo. La misma persona decide el día que se enjaula, suspende sueltas en el mismo día, incluso varias veces en cuestión de horas. Ya no hay control.  Barra libre. Se llego (este año también) a inventarse sueltas que computaban, que ni estaban contempladas en el calendario. Lo malo es que se nos informaba una semana antes de que ésta tuviera lugar.   
 Cuando esa información sólo es manejada por la misma persona, y puedes llegar a estar parado más de 15 días sin una razón de peso. Cuando tus intereses personales son más importantes que los del colectivo, cuando te aprovechas de esa información, y la moldeas a tu antojo, y aun peor,  proteges esa situación de privilegio con mentiras y calumnias. Ahí, comenzamos a tener un serio problema. Cuando tu propia ego te impide ver la realidad. Cuando enjaulas en el momento adecuado porque ya las tienes acostadas sobre huevos, y los demás, esperamos y esperamos, sin saber nada, ni tan siquiera que suelta realizaremos la semana siguiente, es cuando, uno se da cuenta, que hasta aquí podíamos llegar. Cuando decides retrasar una suelta, porque las tienes bajo tratamiento...y un largo y copioso etc.
La información debe ser pública, o al menos compartirla con los demás de alguna forma. Cuando a mi me tocó estar en el otro lado de la barrera, muchos compañeros se enteraban por mí, en lugar de por los habituales cauces sociales. No, no había WhatsApp.

Puede parecer una soberana estupidez, pero un colombófilo, tiene que poder organizarse. No estoy hablando de que dispongas de toda la información al minuto, y menos en vuelo marítimo, donde los días "medio malos", simplemente no regresan palomas, se trata de poder saber si el Domingo habrá un 270km (Ibiza) o un 650km (Baza), o peor, si habrá triplete, doblete o vaya usted a saber.¿ Cuál es la próxima suelta del calendario?. Algo tan simple como eso. 
Y llego un momento, en que esto fue del todo imposible. La segunda parte de la temporada se suele  transformar en una desorientación total, un kaos bien medido, en el que algunos están muy cómodos, y el resto sufre viéndolas venir.
  El calendario era Pedro, sólo él manejaba el tempo. Obviamente esa fue una de las razones por la que para mi, los campeonatos dejaron de ser una prioridad, porque en cierto modo, estaba muy manipulado, muy manoseado. Muy injusto todo. Al final, uno se adapta a todo, y sí, podía vivir sin competir, pero no a lo que vino después. A ver , todo, tiene un límite. Y el mío, llegó unos años más tarde.

   Dije en uno de los capítulos anteriores, que aquello de la búsqueda del buen tiempo, tratar de evitar los días malos, cribar los días de suelta en definitiva, sin distinción de si caían en Lunes o en Sábado, era algo imprescindible y necesario en ese momento. Volar en Menorca toda la vida había sido durísimo. Veníamos de las tinieblas, de 70 años de oscuridad. La isla necesitaba aquello. ¿Qué cambió?. Eso también lo desarrollo en otro de los años que siguen, porque debe entenderse en el momento preciso.



(Continuará...)



PabS.


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