viernes, 9 de febrero de 2018

Mi historia. (Decimoprimera parte). El año del tándem.



  El  2014 fue el año del tándem. En esta vida hay que tratar de aprender de cualquier experiencia. Volar en otro lugar, otro palomar, otras circunstancias, fue sin duda una oportunidad para expresarme en un entorno muy diferente, a conocerme, a explorar otros límites. Me lo tomé como eso, como una prueba personal y deportiva.

  Torres se inició en el 2011, venía del mundo de los buches, pero de mensajeras estaba verde, muy muy verde, pero como es espabilado, rápidamente pregunto quien era el mejor, y llegó a mi. Irme por las ramas, sí sería mentir.
Me compro un lote de palomas, luego otro. No sólo fui totalmente honesto con lo que le vendí, pues se llevo palomas extraordinarias, sino que además le ayudé a arrancar. Instalaciones, palomas, manejo. Comenzar así no tiene precio. Se ahorró años. Y eso, se noto en sus resultados rápidamente. Su estreno en el 2011 había sido terrible, para olvidar, como la de todo el Club. Le costó hasta marcar desde Ibiza.
 En el 2012, ya con mis palomas, y sobre todo, con mis consejos, en el primer Baza que tuvimos, Torres marcó 4 de 4, y 3 de aquellas palomas eran "puras", hijos de las parejas que me compró. También le dije como cruzarlos entre ellos.  El 2012, luego se le fue complicando. Los comienzos de un novato están siempre repletos de dificultades. 
 Fijaos en la diferencia de cuando comencé yo, y la ley de los 7 años, y cómo lo hizo él. Todo el enorme trabajo que algunos hicimos, cristalizó en todos aquellos que a partir de entonces se incorporaron al Club. Y porque no decirlo, no es lo mismo empezar  sin ayudas, que con alguien que te ayuda de verdad. 

  En el 2013, y os recuerdo que ese año no volé, esperaba las palomas de concurso en su casa, y él ya ponía en práctica todos mis consejos. Acabo como un toro en sueltas como un Baza (650 km) del 8%, marcando tres palomas, dos de ellas mías, y siendo el colombófilo que más palomas marcó del último Sangonera (520 km) muy jodido. Cualquier duda, cualquier nuevo movimiento, mi teléfono estaba a su disposición cuando él quisiera. Ahí fue surgiendo una amistad, y la posibilidad de asociarnos el año que le seguía, el 2014.

Toni estaba encantado con la idea, pues era una oportunidad única de aprender. Y en aquel momento, para mi fue una solución. Algo nuevo que probar.
Torres era un tipo que manejaba en verano unas 300 palomas. Aquello era nuevo para alguien como yo, y adquirió ciertos tintes de locura . Tenía muchas palomas mías, pero también un infinito surtido de palomas de mil orígenes. Todo un reto, por la magnitud del palomar, y el desconocimiento del entorno.

Nos sentamos, y le sugerí como deberíamos hacerlo. Nos repartimos el trabajo, y compartimos algunos sábados, y sobre todo, los días de suelta. Creo que los tándems si hay bueno rollo, o ganas de trabajar en equipo, son una excelente opción. Si van surgiendo asperezas y fricciones, entonces, mejor dejarlo. Conozco tándems donde hasta el hijo se enfada con el padre y viceversa.

Esta alianza fue vista como una amenaza en toda regla para los que movían los hilos en el Club (los de siempre), o al menos así fue interpretado tan inusual enlace. No, no tenía esos pensamientos tan oscuros. Venía de hacer historia en el 2012, mi única intención era poder disfrutar de las palomas tras una año sin hacerlo.
 Les intimidaba los recursos de Torres, guiados por mi mano, y la contundencia y fiabilidad de mis resultados. Hicieron todo lo que fue posible para que aquello acabara mal, y lo consiguieron. ¿Cómo? Bien, esto fue relativamente sencillo. No iba para nada por el Club, porque me había dado de baja. Me negaba a pagar por nada.  No era un buen momento para mi, y cada euro contaba, por otra parte, las fricciones ya eran evidentes. 
  En mi ausencia, los días de enceste o de apertura de relojes, lo "machacaban",  haciéndole ver que él era el peón y yo el jefe. Sabían como hacerlo. Personalmente nunca lo vi así, porque, de hecho, no fue así. Obviamente hacíamos lo que yo decía, porque como he dicho, y es del todo lógico, él estaba verde, y la idea era hacer un buen papel, y de paso que se fuera aprovechando de mis enseñanzas. ¡Queríamos ganar!

A mi, me llamaba la curiosidad, como nos desenvolveríamos con tanta paloma de origen tan diverso. ¡Parecía un Derby! Debo decir, que en el verano de 2011, incorporé unos pichones a su cuadro de vuelo, con la intención de reforzar aquello. El reto era interesante y me motivaba.

Y así comenzó la temporada, y lo hizo mal. Nos entró la viruela en pleno mes de Dicimbre/ Enero. Nunca antes la había tenido. No habíamos vacunado, porque al manejarme en un entorno nuevo, uno tiene la cabeza en muchos sitios. Poner orden en aquel palomar no fue cosa de dos días. Cuando llegué, encontré muchas de las cosas que le había aconsejado, pero también otras, que había que erradicar con celeridad, como coger las palomas con un salabre, o tirar cohetes para que volaran. 
  Volvamos al lío. Salvado ese percance, la temporada comenzó "torcida". Un Inca de unas 900 palomas, sólo llegaron 18 en el día. Las jornadas que le siguieron fue un goteo, pero no se superó el 25% en la suelta. Nuestras palomas salían de un virus como es la viruela, pero aquello no fue una excusa. Fue una suelta muy mala, y nos cogió con el pie cambiado.
  En ese momento mi labor "vigilando" el tiempo meteorológico con Pedro seguía su curso, pero cada vez menos. No obstante nuestra relación seguía siendo buena.
El 2014 fue una temporada que nada tuvo que ver con el espejismo del 2013. Los Calpes por ejemplo, fueron del 15/20 %, sueltas de 500km del 18%, y Bazas duretes.  Los inicios fueron difíciles. Y para mi en concreto,  designar se convirtió en una locura. Escoger entre casi 300 palomas que no conocía. Designar para un Ibiza, un Calpe y un Baza el mismo fin de semana, teniendo que coger muchísimas palomas, y con tan pocos datos, como su historial, o su estado de forma, fue un reto.
Esos días de enjaule, me metía en el palomar encerrado en aquellas cuatro paredes,  y acababa exhausto. Las metía sin ayuda de nadie en las cestas. Enjaules de más de 100 palomas. Tenía por aquel entonces mis caderas ya más que jodidas, para que negarlo, fue agotador. Más tarde llegaba él, y se las llevaba al club. Él no entendía que esos días de enjaule estuviera horas metido en el palomar. La ignorancia del que empieza. Ante aquella avalancha de palomas, y con tan poco tiempo en el palomar en el día a día, había que tener los ojos muy abiertos. Yo volaba las hembras al medio día, y él los machos por la tarde.

 Las buenas noticias es que logramos que las palomas volaran como nunca lo habían hecho allí.  Un auténtico espectáculo disfrutar de su vuelo. Lo recuerdo muy bien. Un bando tan grande con aquella fuerza. De hecho jamás le han vuelto a volar así. Torres disfrutaba como un enano, y yo estaba satisfecho en ese sentido, porque lo habíamos conseguido.
¿Las malas noticias? Que al cuadro reproductor le faltaban varios hervores y un mundo y medio de selección, y como consecuencia de ello, en muchas sueltas, llegaban las buenas, las que necesitábamos, pero otras no lo hacían, por falta de calidad. Todo eso, en mi palomar no sucedía ni en la misma medida ni proporción, y podía encender alguna duda, especialmente en él. Debíamos tener calma, pero me resultaba realmente complicado convencerle de ello. Convencerle que esas pérdidas eran necesarias para un hipotético triunfo final.

Poco a poco fuimos subiendo en la clasificación. En el mes de Marzo ya estábamos situados entre los 4 primeros, muy cerca del "bacalao". Todo por decidir en la recta final del campeonato,  y con todas las posibilidades intactas.

  Como os comenté antes, nuestra relación se fue deteriorando, en gran medida porque a él, lo torturaron hasta que gritó (es una forma de hablar), y comenzó a hacer lo que los demás. Tener dos caras. Y eso es algo que llevo mal, muy mal. Quizá porque no soy así y no me entra en la cabeza.
Algunos amigos en el Club me advirtieron de lo que estaba pasando, de su nueva actitud, y finalmente decidí dar por concluida la temporada. Se acabó. Me hubiera ido algunas semanas antes, pero me daba rabia hacerlo, porque había colocado a las palomas en un estado de forma perfecto para "dar la puntilla". Me las había trabajado. En el palomar de vuelo en una inmensa mayoría, sólo había ya buenas palomas. Se habían perdido las "tontas", y ahora se trataba de ver resultados, de recoger frutos.

El día que me fui, era el día del enjaule de Sangonera. Las palomas ya habían sido escogidas, pero yo ya no volví nunca más a aquel palomar. En esa suelta, hicimos un 10/10, algo que no sé si ha sucedido en alguna ocasión en Menorca en un fondo. Quedaban 4 carreras, pero el trabajo ya estaba hecho, tanto en su preparación, como, y no menos importante, en su selección. Tuvimos que perder muchos animales para llegar a esa situación. Esto le costó mucho entenderlo como dije antes, pero con el final que tuvo, creo que lo entendió, vamos, vaya  si lo entendió.
  Torres acabó como brillante Subcampeón Absoluto Social e Insular, Subcampeón Nacional Insular de Seguridad, y algunos premios más que no recuerdo, creo que también Campeón de fondo. Y en el Social perdió por la diferencia más corta de toda nuestra historia colombófila. Media nariz. Jamás  se había visto en esa zona noble. De todos modos, en mi opinión, un auténtico éxito.
Él se llevo la gloria, yo los "palos".

Después de eso, de lo aprendido, de lo visto,  los años siguientes ha mezclado sueltas  buenas con otras  malas. Indudablemente tiene palomas para los fondos, pero le falta solidez y selección. Supongo que la adquirirá con el tiempo, ... o no. 
Así da gusto, empezar con buen pie y con alguien que te conduzca por la puerta correcta. Él aprendió muchas cosas, pero yo también. Mi sensación es que la gente, en general, es desagradecida.

  La historia del tándem acabó en enfado, pero años después, porque no soy una persona rencorosa, y él tampoco, hicimos las paces. Detesto, aunque parezca lo contrario, todo lo que tenga que ver con conflictos, pero llevo aun peor, que la gente haga gala de una hipocresía enfermiza, y, como todas las personas "normales", soy de los que el tiempo le ayuda a limar asperezas. Lo contrario, sería terrible.

  ¿Que me molestó de él? Lo que echo de menos en muchos. Falta de personalidad, y dejarse llevar por lo que dicen los algunos, pero especialmente que se dejara "adoctrinar" y mintiera por detrás, sobre mi, o sobre mis palomas, una vez roto nuestro vínculo.  Básicamente porque eran mentiras tras mentiras. Yo había estado y "mamando" aquel palomar, ayudándole de verdad, de corazón. 
Mis palomas eran base indiscutible en él.  De hecho, ha marcado los dos últimos años  de Marbella con esas palomas, con un magnífico 1º de Marbella Social e Insular 2016, con un descendiente de un Petronio que tiene, el 800, hermano de aquel 799, del que os conté su historia. 
 No le guardo rencor, simplemente fue un capítulo más en mi vida deportiva. 
¿Qué habría sucedido si aquello hubiera tenido continuidad?. Probablemente ese palomar se habría instalado en lo más alto bastante tiempo, pero como dije antes, aquel enlace fue visto como una seria amenaza.
En definitiva, lo pasé muy bien aquel año, pero también descubrí lo difícil que es volar en tándem. Aprendí que, tal y como logro cada año en mi casa, en otras circunstancias más adversas, también fui capaz de ponerlas en en un estado de forma fantástico.


Quedan 4 capítulos para finalizar. 
(Continuará...)



PabS.


2 comentarios:

  1. Para que veas que lo de las medias para las mujeres es verdad

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  2. Para que veas que lo las medias para las mujeres es verdad 👍

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