domingo, 18 de marzo de 2018

Preparatorios para la gran final. Villajoyosa.

Recién llegados de Villajoyosa, y mezclados con los de Torrevieja de la semana anterior.

    La semana comenzó complicada. Últimamente, como si el frío invierno hubiera decidido despedirse con ganas, usando las dos manos, no hay respiro. La inestabilidad es una constante, y de ella estamos siendo todos testigos en nuestro país.
Tras el Torrevieja de la semana pasada, las que habían ido a Formentera, tenían la obligación de pasar por lo que, para ellos es un velocidad, y para mi se convierte en un medio fondo con tres saltos de mar. Es un peaje que asumo, de hecho no cambia nada con respecto a otras temporadas. En un elevado porcentaje a mis palomas, a todas, las hago pasar por ese filtro de península. Sucede sin embargo, que hay situaciones en las que puedo jugar con ello, y no ser tan inflexible. No, no es el caso este año. De este modo, las palomas que para el Formentera habían sido enjauladas el Jueves y soltadas el Sábado pasado, tres días más tarde, el miércoles, las envié por MRW  a Palma para que las enjaularan el Jueves, y fueran soltadas ayer en el Villajoyosa, 420km. Un salto más de mar, un día más de jaula. Todo ello va sumando.
  El día se presentaba feo, algo que ya sabíamos los días previos al enjaule. A medida que la jornada iba tomando forma, el viento a favor se incrementaba hasta alcanzar cotas dañinas, y con él venía agua. Son los típicos fines de semana, que si está en mi mano, no enjaulo, porque el viento a favor tan fuerte es sinónimo de peligro, de perder palomas y de no ganar nada a cambio, pero como comento, no había un plan "B". 
Tal y como se preveía, fue una suelta rápida. Se marcaban las primeras palomas en el sur de la isla de Mallorca sobre las 2 horas y media de vuelo. Tuve que esperar una hora y media más para ver aparecer dos machos juntos. ¿Velocidad?, a unos 1550, 1600 mm. No, no me gusta. Conozco el desarrollo de este tipo de sueltas.  Suelen ser tardes muy aburridas, como así fue.
En Mallorca, la evolución fue similar, llego un grupo reducido y luego nada. Comenzaba otra batalla. Lo mío fue similar, dos juntas, al cabo de 10 minutos otra más, y luego nada. Un peligroso silencio. Había enjaulado 20 palomas, de las cuales 15 eran machos, lo que ya de por sí, en estas tierras es algo imprevisible. Como comentaba el otro día con un amigo en una amena charla colombófila, a los machos les falta, quizá, un mes para activarse. Algo, que volando en las fechas actuales, es del todo imposible. 
Tras la agonía de un silencio anunciado, fueron llegando palomas. El desarrollo de la carrera se prolongó por una hora, y todas las que fueron llegando, lo hicieron desde el norte, pasadas, muy pasadas, lo que nos da una idea de lo que probablemente debió suceder en algún momento  de la carrera con el resto de náufragos. Tras eso, hora de comer y no llegó nada más. Ni más ni menos que el formato de suelta con viento a favor fuerte. La cosa se quedo en 11 de 20, que siendo mayoría machos, no estuvo mal del todo. En Mallorca la suelta no fue buena. Hoy cierran relojes y van llegando palomas, pero ayer los que lo tenían bien estaban en el 50% o algo más en algún caso, pero el contraste fue grande, pues los había con 1/5, 0/6, 1/10, etc...Fue por barrios, como siempre, pero quizá el contraste en esta ocasion fue mayor si cabe.

Segundo día de suelta. Me levanto con el café oficial para estas ocasiones, pero sin la ilusión de otras veces, porque sé de la dificultad de ver alguna paloma a lo largo del día cuando las sueltas son como este Villajoyosa.

Como anécdota. La tarde anterior me cogieron una paloma en el norte de Mallorca (Portocristo) en una zona a punto de saltar, pero ya sin fuerzas. No vemos el sufrimiento de unos animales que se vacían por llegar a casa.
En lo personal, no disfruto este tipo de sueltas, porque no gano nada con ellas y pierdo mucho. Las que llegan, no me han demostrado nada, y el riesgo es enorme. 
En el primer Formentera, a lo largo del segundo día recuperé hasta 8 palomas soplando viento a 30 km/h de cara. Excesivo, sí, desde luego, pero con posibilidades para una paloma, como así se demostró. El viento a favor te las desplaza, y una vez trazado un rumbo, rectificar es tremendamente difícil. La colombófila es como es, hay días así, porque hay Sábados y Domingos que se despiertan con ese rostro. Nada que objetar, sin dramas. 

Mientras escribo estas líneas, Domingo 18 de Marzo, y espero que alguna paloma me sorprenda, hago un improvisado balance de la temporada, ahora que se acerca el final. 
Censé 109 palomas, de las cuales cayeron con el virus (ajeno) en el mes de Enero unas 7 u 8. Del primer Formentera marque 32/46 (70%). 6 días más tarde me llegó otra, 33. 
De este Villajoyosa, por ahora , un 11/20 (55%). Esto hace un total de 44 palomas de 66 enviadas a la península (65%). No tengo en cuenta a retrasada en estos porcentajes porque nunca lo hago. No se lo han ganado.

  Cuarenta y cuatro (44) palomas con 420 o 480 km. A falta de una prueba, la más difícil, estoy en los números de cada año, y como no, en Menorca este año ni se acercan a esos registros. Sí, tenía que decirlo, porque es la realidad y porque me apetece. Los números no engañan y llevan sin hacerlo más de diez años.
Quedan algo menos de dos semanas para la gran cita, Marbella.
La situación es extraña. La misión está cumplida. Todo listo para el lanzamiento. Estado de forma de las palomas: Muy bueno. 
De aquellas situaciones en las que uno quiere que llegue el día del enjaule porque todo va como la seda. 
El contrapunto quizá, es lo que ha venido y lo que se ha perdido. De esas situaciones extrañas en las que crees que algunas palomas no se deberían haber perdido y otras que sí están, sí. Tan sólo una cuestión de feeling. 
En las manos, ese pequeño pecado que cometemos todos, cualquiera de ellas lo puede hacer. No no, es otra cosa. Aunque todas son familia, es por una cuestión de quienes son los padres. Lo que está claro es que lo que queda es lo mejor de este año y no entraré en elucubraciones.
Resulta curioso, en cuanto que hay unos cuantos pichones, de los que el padre, la madre o ambos ya no están en casa.  Los vendí. Siempre comentó lo mismo, uno pone un filtro, pero no es perfecto. De todos modos tengo claro por donde piso, y este juego se basa en la toma de decisiones. Se trata de acertar más y de equivocarte menos. El balance, al final.
  Son más de 40 palomas, que se han portado muy bien, pero "creo" en 7 u 8 de ellas, no más.  Las buenas noticias es que en esto erramos más que lo contrario, y más aún cuando la inmensa mayoría son imberbes pichones. Mención especial para Inesperada. Misma situación. Esta paloma la marqué el año pasado de un 770km del 6%. Cuando regresó, su padre había sido vendido en la isla 15 días antes. Inesperada este año ya ha volado Torrevieja (480km). Si regresa de Marbella se habrá ganado el cielo. Petronios, sí de esos con 6 hermanos de Marbella (880km), sólo empezaron 3, y los tres lo han volado todo. Sinceramente, me gustaría tener 6 ó 7 como el año pasado, pero vendí unos cuantos, y otros nacieron tan tarde que no han volado. Son especiales. 
   También. Tres hijos de dos Petronios, Sebastián y Úrsula,  hermanos de nido, los dos volados de un Marbella del 13%, resumiendo, hijos de hermanos puros y dos de ellos preparados para la final. El tercero no podrá ir. Quien sabe. 
  Será lo que tenga que ser, pero mi sensación y sólo es eso, el equipo podría ser más fuerte.





En este punto, espero que todo se mantenga como hasta la fecha para la GRAN FINAL. Todo el enorme trabajo de este año, con enjaules, idas y venidas, tendrá su recompensa ese día, acabe como acabe. Una paloma de Marbella significa mucho, esperarlas también. Es la emoción, el relato, un viaje compartido con vosotros, el café, es, ... simplemente colombofília.



PabS.


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