Para ser grande en la Colombofilia te tiene que interesar todo. A veces en una revista antigua das con algo que se torna importante en el futuro. O aquel día, en el que sentado en la habitación de un hospital, acompañando a un familiar o amigo, te cuestionas por qué diantres incluyen eso en los menús de los enfermos, y susurras en voz baja: Eso podría funcionar.
Así, con ese impagable espíritu, logras subir todas las escaleras.
Resulta verdaderamente crucial tener ese ánimo observador como aficionado, en cada una de las cosas que tienen que ver con las palomas. Es esa mirada global, que no distingue lo que uno quiere leer de lo que no te interesa. Todo se transforma en importante.
Para llegar a nuestro días, hubo gente con un espíritu sin igual. Hoy os acerco la figura de Juan Planells Tur. El tiempo pasa para todos, y va borrando la impronta que algunos dejaron hace ya algunas décadas. Como ese castillo de arena construido por un grupo de niños un día cualquiera de playa, que un metódico mar, acaba, ola tras ola, borrando su recuerdo para siempre. Esto es parecido, por eso me gusta de vez en cuando acercar la figura de alguien que construyó Colombofilia, aunque aquello, tuviera lugar, hace ya más de medio siglo.
A pesar de haberme creado algunos "enemigos", ahí, en la mochila de la vida, jamás tuve el problema de loar a aquellos, incluidos éstos, que me parece, hacían un gran bien por nuestro deporte, como tampoco soy dudoso, en acentuar, cuando las cosas, desde mi humilde opinión, se hacen rematadamente mal.
PabS.
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