Tras días de agotadora lucha, como un náufrago con todas sus letras, buscas desesperado llegar a la orilla, casi entregado y exhausto, tratando de sobrevivir al inmenso mar, y allí, por fin, siendo consciente de haber nacido de nuevo, llegas a la conclusión que todo esto es una estéril guerra de egos, no de palomas.
Circula por ahí una especie de colombófilo muy dañina para su supervivencia, parásitos con ansias de poder, a los que sólo les interesa mantener un estatus, y de ahí no se moverán. No razonaran, ni lo intentarán, porque ellos ya decidieron. Un muro amigos, hablamos de una granítica pared sin mucho cerebro.
Uno observa con asombro que a mis detractores lo que más cachondo les pone no es el negro de WhatsApp, sino cuando me da por hablar de mis logros. Y ahí, como ratas de alcantarilla recién salidas de su guarida, buscan cualquier resquicio para ver si pueden meter la cuña.
Hablando de mi, para que se queden tranquilos de una vez, destacaría unas cuantas cosas (todavía me queda una abuela), pero tres por encima de todas:
Una, mi Campeonato de Baleares Absoluto ganado en la isla más complicada contra los casi 300 colombófilos de entonces. Remarcar que eso sólo ha sucedido en dos ocasiones en nuestra larga historia menorquina, y con sueltas desde la península, sólo yo (a fecha de hoy) tengo ese honor. Que pedante soy :(
Dos, en casi todas las distancias desde península (haciendo memoria) y recordando que en las islas lo jodido es meterla y que lo mío es el fondo, poseo los récords de mayor número de palomas marcadas en una sola suelta, en las distancias de 400, 500, 650 y 880 km, ojo, de toda la historia de la colombófilia menorquina.
En 270 km tendría que mirarlo (pero ahí ahí). Si el de mayor número de palomas enjauladas y marcadas con un 100%.
Y, salvo estos últimos dos años, que evolucioné a modo granjero, la mayoría de esos récords fueron logrados comenzando con la mitad de palomas que mis rivales. Récords (algunos de ellos vueltos a ser superados por mi mismo) que no me han llevado toda una vida, sino obtenidos los últimos 9 años.
Obviando las distinciones nacionales, sociales u otras regionales, mi tercer mayor logro es que nadie en la isla mete más palomas desde la península(fondos) que un servidor desde hace 10 años. Y por último, y quizá el más importante, no desaparezco jamás, y esto me otorga argumentos para callar bocas, una y otra vez.
Dicho lo cual, todos queremos más, o sentimos temporadas como oportunidades perdidas, o creemos necesitar dar varios pasos hacia adelante, pero esto nos sucede a todos, por lo menos a los inquietos. Parece ser que para tener opinión haya que ser una campeón intachable, pero ellos no predican con el ejemplo, de ahí mis credenciales, yo sí las tengo.
En mi club, que no es excepción en nada de esto, en un corrillo de esos que se forman a veces entre colombófilos, se hablaba hace unos meses, para variar, de mi persona, y sin estar yo presente. Uno de ellos, tras escuchar verdaderas barbaridades les espetó: ¿Pero de qué habláis?, Pablo es el mejor colombófilo de la isla de los últimos 30 años sin ningún género de dudas. Como veis, a la misma persona, se la puede ver blanca o negra, pero parece que nunca gris.
Tras esta retahíla de estupideces por mi parte, necesarias para los obtusos de mente, me centro en lo importante, la colombófilia, que es lo que realmente importa. Y ahí también destaco, formando a muchos colombófilos repartidos por la geografía española. ¿Y tú, amigo, que haces tú, aparte de criticar todo lo que se mueve? En fin...
Prometido, lo dejo aquí.
Nuestro amigo Bellani a buen seguro rebaja la tensión y nos alegra la mañana con una de sus inteligentes reflexiones. En esta ocasión sobre la alimentación.
De ella podríamos hablar horas. Factor determinante en nuestros resultados. Os dejo, una nota que a buen seguro ya he comentado por aquí en el pasado:
Imaginad a dos colombófilos vecinos. Ambos suministran la misma marca comercial a sus palomas y ambos la misma cantidad por paloma. Sus instalaciones son idénticas, pero al primero las palomas le vuelan como posesas, y en cambio al segundo, ese vuelo nunca acaba de convencer. El cómo y cuando las alimentas tiene su importancia.
PabS.