lunes, 18 de diciembre de 2017

Hay mejores palomas que buenos colombófilos. Sin duda alguna.


  ¡¡¡ Jo Jo Jo !!!. Si uno se concentra y trata de ver/oír con ojos navideños, ya se puede escuchar con cierta claridad, el sonido de las campanas de Navidad. El trineo de Papá Noel está muy cerca. Ese característico ¡¡¡ Jo Jo Jo !!! retumba por todos los rincones del día a día. Maya y yo, ya estamos nerviosos. La espera se hace eterna.

  Antes de seguir, me gustaría aclarar algo. Hace unos días, os conté que en los últimos dos años había marcado la friolera de 49 palomas de gran fondo  (https://plumanegras.blogspot.com.es/2017/12/una-historia-que-se-repite.html.) Pues bien, había un minúsculo error que me gustaría subsanar. No fueron 49, sino 52. En el Baza II del año 2016, marqué en esa suelta 3 de 6, pero no entregue el reloj por las razones que todos ya conocéis.
  Me gustaría enfatizar algo para que se entienda. Esta última temporada fueron 77 palomas marcadas desde la península, 43 más que el segundo colombófilo de la isla que más metió, y 75 más que el campeón de Ciudadela, sí sí, 75 más, habéis leído bien. Creo que es importante subrayar el apunte. Todo ello también con los mejores porcentajes de la isla. Lograr esos números no son un secreto para mí.

Volvamos al lío. Os recomiendo la lectura de este HAY MEJORES PALOMAS QUE BUENOS COLOMBOFILOS de Jules Dehantschutter, traducido por nuestro amigo José Pereiro Francés.
Hay una frase que comienza con un ¿No repararon que en determinadas regiones....? Touché. Simplemente dilapidario.



PabS.

domingo, 17 de diciembre de 2017

Por fin, volando solos!


    Aquella tarde había sido inusitadamente fría. Todo ser viviente se refugiaba entre cuatro paredes buscando una fuente de calor, en mi caso, el de mi apreciada chimenea de campo. De esos finales del día, de un Domingo cualquiera, como el de hoy, pero de ello hace ya cuatro o cinco años.
  La televisión ya había perdido entonces parte de su protagonismo , y uno se dedicaba de lleno a las labores del teclado. Y en esas, conocí a Biel Antich. Se estaba iniciando en el maravilloso mundo colombófilo. Meses después, tras contacto habitual por WhatsApp y algunos emails, vino a Menorca a conocerme, y trajo consigo, en el maletero de su coche, un ramillete de palomas, que en aquel momento poseía, para que le asesorara en sus primeros movimientos, y de paso, les echara un vistazo. Ya sabes, cuando comenzamos,  aparecen palomas de la nada. Y por lo general, esos animales, que nos acompañan en esa fase inicial, en la que más ilusión despierta en nosotros este deporte, por lo general, van desapareciendo con la misma facilidad con la que aparecieron. 
  Un año más tarde, el bueno de Biel, me hizo otra visita, pero esta vez, desayunamos en casa, mesa de campo, sobrasada mallorquina, y como no, no podía faltar el fabuloso pan mallorquín, el auténtico, hecho en horno de leña, como mandan los cánones artesanos.
  En aquellos primeros contactos, sentía en Biel, la misma ilusión que percibo en muchos de los que comienzan con ganas de comerse el mundo. La misma, que un día yo mismo también tuve. Pasamos una extraordinaria jornada colombófila. En aquella visita, Biel se llevo una jaula con unas 5 parejas, que a la postre darían un enorme salto de calidad en los animales que manejaba, y le ayudarían decisivamente en lo que aún, estaba por llegar. 
  Tras temporada y media de contacto con las plumas mensajeras, con ese nuevo pasatiempos, que cuando te lo presentan, en ese saludo de manos, en ese primer cara a cara, podría parecer álgebra, o física cuántica, Biel y sus resultados, explotaron, con dos temporadas simplemente  para enmarcar, donde lo ganó todo a nivel social, dos ejercicios seguidos campeón absoluto social, marcando de Marbella, Ayamonte, y codeándose, a pesar de ser un recién llegado, con la flor y nata de la colombófila mallorquina, pero sobre todo, dejando con la boca abierta a muchos de sus rivales.  Biel, sí, un tipo, con el tiempo justo, por no llamarle, el hombre sin tiempo, demostraba, que con excelsa organización, buenas palomas, y una ilusión bárbara, no hacia falta llevar en el oficio dos o tres décadas. Una cura de humildad para muchos, y fuente de inspiración para otros, para los que no llevan la palabra prejuicios  escrita en la frente.

 Y pasó el tiempo. Una mañana, algún tiempo después, aquella magia que había acompañado a nuestro Biel durante el último lustro, y que le había hecho diferente, desapareció. Se había despedido la noche anterior,  sin avisar. Al levantarse, Biel, sintió que todo se había acabado. Sin rastro de la misma, no encontró dónde vestirse. 
La ilusión, que durante tanto tiempo le había ayudado a superar todas las dificultades con las que se había encontrado, ya no estaba entre aquellas cuatro paredes. Sintió que era el momento. Y así fue, como perdimos a otro colombófilo, a uno, que si hubiera estado más entre nosotros, sin duda, habría dejado en sus rivales, una impronta imborrable. No es que no la dejara, sino que ésta, habría sido, todavía mayor si cabe.

  La colombófila exige muchos sacrificios, que inicialmente se ven rebozados con ilusión y ganas de volar palomas, pero que con el tiempo, nos muestran la otra cara, una que somos incapaces de detectar  al principio, cegados en nuestro nuevo descubrimiento, pero que estuvo allí desde el primer instante.

No tengo ninguna duda, llegara un día, en el que algunos, también se levantaran una mañana cualquiera, y se preguntaran, en un simulado examen de conciencia: ¿Qué hemos hecho mal?. 
Clubs medio vacíos, camiones a medio llenar, entregas de premios que parecen más un funeral que una fiesta, reuniones de clubs, donde cuesta encontrar otros dos ojos como los tuyos, etc. ¿Qué hemos hecho mal?. Mucho y poco, y casi todo mal.

  En mi club, somos tres que dejamos de volar en él este año, más otras tres bajas más los últimas tres temporadas, pero es que, echo un vistazo a mi alrededor, y veo casos como el nuestro, como el de Biel, como el de muchos otros. Todos ellos, aquí, cerca o lejos, con raíces y tallos diferentes, pero sin hojas. Bajas al fin y al cabo, y es algo que me entristece enormemente. Y lo hace, porque yo amo a la colombofilia. Me cuesta entender la vida sin ella. Ésta me ha generado mil momentos,  amigos, y otras clase de relaciones menos fructíferas, por bautizarlas de algún modo, pero jamás me alegraré de la baja de ningún socio. Lamentablemente, no todo el mundo piensa igual. Incluso algunos ven en ello, la gran oportunidad de hacerse más fuertes. Mentiría si no dijera que me dan lástima.

 Hay muchas razones, no sólo una, en la baja de un socio cualquiera, pero cada una de esas nuevas ausencias, es una pérdida irreparable, en una especie, el colombófilo, en grave peligro de extinción. 
Sería injusto. No, no podemos responsabilizar a determinadas personas, por mal que nos caigan, de todos los males que azotan a la colombófila, como deporte social, pero si echarles en cara, que pusieron todo de su parte, para que otras abandonaran este apasionado deporte. 
 Llegara un día en el que ese tipo de colombófilos, causantes de la pérdida de ilusión de muchas de sus víctimas, por fin, habrán logrado su objetivo, su preciado botín estará a salvo, por fin, podrán volar sólos



PabS.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Una historia que se repite.

  La historia se repite a lo largo del tiempo. De hecho, ésta nos demuestra que de los errores no se suele aprender. Ahí tenéis las guerras y conflictos bélicos. Parece que nos los sirven en bandeja,  en un eterno bucle sin fin. Vienen de serie al nacer. Somos así.
 Me gusta ser franco. Ayer por la noche, echaba, curioso,  un vistazo a una subasta de pichones. Fotografías (que horror), dudosa calidad en los animales escogidos, paupérrima información facilitada, aunque suficiente para hacerte una idea no muy positiva, etc...Pues no. Las cosas se pueden hacer bien o mal. No digas que sabes hacerlo, hazlo, y hazlo BIEN. Si en esa subasta, se apreciara todo lo contrario, no dudéis que lo diría, porque trato siempre de ser objetivo. En ocasiones la vida te presenta oportunidades. Yo lo habría hecho diferente.

  Todos sabéis que de vez en cuando vendo palomas, pero cada vez que lo hago, me esmero en lo posible para que el que adquiere, no sólo esté contento, sino que además, con el tiempo, esté satisfecho. Esto tiene que ver con la forma de ser de cada uno. A mi me gusta hacer las cosas bien. Se pueden hacer bien, mal, o quedarse en tierra de nadie. Es importante cuidar hasta el extremo el efecto boomerang.

Una de datos. Estos dos últimos años, he metido la friolera de 50 palomas de gran fondo, para ser exactos,  49, 24, en el año 2016, y 25, la temporada pasada. Nadie en toda Baleares se acerca a esos números. Me da lo mismo de qué isla estemos hablando. Si a eso, le sumamos los excelsos años anteriores, récords y demás, son cifras impresionantes. ¿Por qué digo esto?. ¿Otra vez sin abuela, Pablo?. Puede. Lo afirmo porque me gustan las cosas claras, porque a pesar de esos maravillosos números, de esa selección, y de ese buen hacer, tengo claro, que hay muy muy pocas palomas buenas. Incluso esas que volaron gran fondo, no significa que sean extraordinarias. Sí pasan el filtro de buenas palomas, no más. Sólo algunas (muy pocas) de ellas son palomas TOP. Soy consciente de ello, no me engaño a mi mismo, procuro no hacerlo, pero insisto, cuando vendo una paloma, hay trabajo por mi parte, hasta para escogerla. Las cosas, se pueden hacer bien o mal. Cada cual que juzgue.
  Os dejo con un artículo del año 1977 de José María Ballester Vigo, titulado, Una historia que se repite.






  En otro orden de cosas, hoy tocó el quinto entrenamiento. Hay que aprovechar, porque viene el tiempo, otra vez, movidito. Las palomas bien. La semana que viene ya estaré "on fire" para darles un brinco desde Mallorca. O quizá lo deje para el mes de Enero. No lo sé. Las dos próximas semanas son algo especiales. Ya sabes, turrón, Papá Noel, etc... 

  Para acabar, un video de unos aficionados rumanos que se desplazaron a UK, hace unos años. Minuto 1,34. El aficionado británico nos explica que vendió un pichón por 100 euros. Éste, sólo participo en su vida deportiva en 11 carreras. Once carreras, ONCE victorias. "Regresó" a casa por 26.000 euros, vamos, que la compraron de nuevo. La vida tiene estas cosas. 








PabS


domingo, 10 de diciembre de 2017

Los magos también se equivocan.

 

  
Maravilloso título, que simplemente lo clava. Al leerlo,  entra como cuchillo en una esponjosa mantequilla. Para que engañarnos, estamos bien entrados en un época de pura magia. Papá Noel, los algo venido a menos, sus majestades los Reyes Magos, sus correspondientes pajes, el calvo de la Navidad. La magia sí existe.
Sucede sin embargo,  como en cualquier otro sector que analicemos, tener la lengua muy larga no se suele penalizar en exceso. Se nos cuelan por ahí, pseudo magos, brujillos de todo a cien, e iluminados de andar por casa. Todos, con un denominador común. Mienten. Como a las malas mensajeras, a esos también debemos descubrirlos, aunque por lo general, suelen hacerlo ellos mismos, tarde o temprano.
 Evidentemente que los magos también se equivocan. Lo hacemos todos, pero atreverse con según que vaticinios, leer el futuro, es cuando menos, osado. 
  Debemos abrir bien los ojos, intuir lo que quizá va a suceder, pero no cometer según que estupideces.
  Nunca entendí a aquellos que paran (protegen) sólo a los yearlings que más les gustan, y en cambio siguen concursando los que menos. Esto es un clásico entre los seguidores de la paciencia. Y la historia suele decir, que ellos mismos, acaban por reconocer, que sus mejores palomas salieron de aquellos que sí siguieron, y que por la razón que fuere, no eran de su agrado. ¡ Ojo con esto !.
 Os recomiendo esta joya de Bellani. Leo a Bricoux, Stassart, o al que los cita,  nuestro  Bellani, y sí, echo de menos mucho sentido común en nuestros días.




PabS.

sábado, 9 de diciembre de 2017

EL ENTRENAMIENTO DIARIO. Jules Dehantschutter. Waterloo. Bélgica.(Traducido por José Pereiro Francés).




  El entrenamiento, se me antoja piedra angular, absolutamente crucial, de nuestro proyecto colombófilo. Del cómo vuelen, y del cómo consigamos, sin forzar, que las palomas tengan entre ceja y ceja (si las tuvieran) salir a volar como verdaderos atletas, residen muchas de las claves de tener o no buenos resultados.
  Alejarse, ese vuelo dinámico y alegre. Esa sensación de que están trabajando de lo lindo, y que ese esfuerzo les cuesta, mas bien poco. Ahí interviene la ración diaria, su composición, del cómo se la suministramos, la salud de la colonia,  etc...Y sólo cuando la paloma entrena en casa como una bestia, sólo entonces, deberíamos salir a la carretera, y  es ahí donde no debemos tener piedad con ellas. 
  Somos responsables de darles todas la oportunidades, pero cuando nosotros cumplimos nuestra parte del trato, uno no alberga dudas de que está en el sendero que le conducirá al éxito. Sólo así realizaremos una selección correcta que de frutos.
Si hay salud, y no hay taras físicas invalidantes, olvidad la selección a la mano, olvidad el standard, olvidad las listas que crean colombófilos de cómo debería ser una paloma. Os engañan,y lo peor,  se engañan así mismos. No más prejuicios. Mantened sana una colonia, preparadla, y una vez esté lista, seleccionad y seleccionad. Sólo las mejores pueden quedar.




PabS.


jueves, 7 de diciembre de 2017

Entrenamiento del Club Colombófilo de Ciudadela.

  Hoy toco suelta de entrenamiento, la tercera en tres días. Días primaverales. Dieciocho fantásticos grados no me hicieron dudar. Además hay que ir desentumeciendo los músculos.
Antes de encestar las palomas, me he acercado a Punta Prima, a escasos kilómetros de mi casa, donde el Club Colombófilo Ciudadela estaba a punto de realizar una suelta de entrenamiento. Están calentando motores para su primer Mallorca.
Les he echado un cable, y allí he conocido a Pepe, que tras unos cientos o miles de whatsapps y llamadas, por fin ha tenido lugar tan merecido encuentro.
¿Que puedo decir?. Hacen falta muchos más Pepes, si señor. Gente con ganas, y con resultados desde el principio. Dos años y dos palomas de Marbella. Fantástico.
De paso he podido conocer a su flamante fichaje, un más que apañado camión para el club. Los reyes magos han tardado 10 años en traerlo, pero ha merecido la pena. Creo que le falta algún arreglo necesario, pero nada que con un poco de maña no se pueda solucionar. Les doy mi enhorabuena por este gran paso que han dado.
Os dejo con el video. 


PabS.

SEAMOS SEVEROS Y ELIMINEMOS CONTINUAMENTE. Jules Dehantschutter. Waterloo. Bélgica. (Traducido por José Pereiro Francés).



   En el tema de las selección de nuestras palomas, nunca se incidirá lo suficiente. Tras ser capaces de lograr alcanzar con éxito el primero de los pasos básicos colombófilos, mantener una colonia sana y saludable, y de saber ponerla a punto, el siguiente movimiento, no puede ser otro, que distinguir a los animales especiales de los que no lo son. Una vez conseguido esto último, identificar a sus padres, para lograr mejores equipos de vuelos en temporadas siguientes.
  Volando en el mar, no suele hacer falta eliminar  palomas.  Jamás lo he hecho. Iría contra mi forma de pensar, además, me sobran sueltas para ello. Muy muy pocas palomas aguantan el empuje de mi selección. ¿Y cual es el premio?. El mejor premio posible en el arte de la colombófila. Llegar a poseer un buen ramillete de extraordinarias palomas.
  El texto de hoy, resulta muy interesante. Desprende lógica en gran parte de lo que en él se dice. Quizá hay formas y formas, pero en esencia, y salvo algún detalle, estoy plenamente de acuerdo.
¿Una sola paloma puede cambiar un cuadro reproductor?. Naturalmente que sí. Ni lo dudéis. Sólo hace falta encontrar una que se salga de lo común, para poder edificar algo bonito y que a buen seguro perdurará en el tiempo. Una sola paloma construye un reino
  Si de una compra de 10 pichones me sale  sólo uno extraordinario, el lote, salió muy muy barato, porque la realidad demuestra que sólo deberíamos reproducir con lo mejor, y que de esas palomas hay muy pocas. Animales de los que os hablo, son mirlos blancos y es muchísimo más sencillo hallarlos en una familia repleta de extraordinarios voladores. Lo contrario, además de ser la gran mentira de aquellos que no lograron nada de lo aquí comentado, se convierte en la tumba de muchos,  que perdidos entre tanta arena,  carecen del swing para saber moverse con cierta alegría.
   Hablando en términos de gran fondo, cuanto más te cueste marcar de esas distancias, más difícil te será encontrar este tipo de animales. Esa es la gran llave. Si uno no dispone de la llave que conduce a tener éxito en ese tipo de sueltas, debe cuestionarse qué hace mal, porque amigos, siempre hay algo que hacemos mal cuando las cosas no salen. Disfrutad del artículo. 





PabS.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

CONSTRUYENDO EL FUTURO. "Las meigas, haberlas haylas"

   Si ayer os acercaba aquel glorioso episodio de los gallegos de 1996, hoy nos situamos tan sólo un año más tarde, 1997. Todo estaba por hacer, pero estos combativos colombófilos no cejaron en su empeño. Siguieron picando piedra en busca de los límites de sus palomas. Cuando los individuos salen de su zona de confort, todo puede suceder.
  Uno, se sumerge en la lectura del texto y con algo de imaginación puede fácilmente revivir aquellos extraordinarios años.
Siempre hubo un antes y un después. Éste fue el antes, uno glorioso, auténtico, que dejo una huella imborrable en esa extraordinaria colombofília.
  Las cosas suceden una vez. Se dieron las circunstancias para esos hechos, o mejor, probablemente se dio la combinación perfecta, los que dirigían esas gestas, eran grandes colombófilos. Esto último, en ocasiones, sucede, y de ahí  se suelen gestar cosas muy buenas. Ya sabemos que, lamentablemente,  lo contrario, es lo que más suelen ver nuestros ojos. Sea como fuere, sigamos leyéndoles. 

PabS.