Hace unos días os acercaba la figura de SECRETARIAT, el purasangre más famoso del mundo.
El acercamiento a lo ecuestre tiene su sentido. De alguna forma nos sentimos identificados. No puede haber otra explicación. Probablemente la competición, las hazañas, la comunión entre preparador y animal. A mi al menos me resulta un mundo apasionante y de ahí mi insistencia estos días.
A raíz de aquello un buen amigo que siempre me está enviando material interesante me alertaba de la figura de RED RUM."La Leyenda de Aintree".
El Grand National es la carrera de obstáculos más célebre del universo ecuestre. Se celebra anualmente en el mundialmente famoso hipódromo de Aintree en la ciudad de Liverpool (Reino Unido) durante el mes de Abril.
Esto supone un paso más allá. Los caballos deben galopar en un exigente circuito de casi 7 km y saltar 30 enormes obstáculos donde pueden llegar a participar hasta 40 caballos. Un espectáculo mayúsculo que auna velocidad, resistencia y pericia en sus saltos.
Hace años vi algunas de sus ediciones por la televisión. Hoy en día perdí la pista a esta maravillosa carrera.
Mi amigo Eloy me comentaba que en el año 1977, el gran año de Red Rum, ya que en esa edición el protagonista de hoy hacía historia convirtiéndose en el único caballo que se ha alzado con la victoria en tres ocasiones. Pues bien, él estaba presente ese día en las instalaciones de Aintree para disfrutar de aquel espectáculo único.
Red Rum ganó las ediciones de 1973, 1974 y 1977 y participo asimismo en las de 1975 y 1976, donde asombrosamente quedó segundo en ambas.
Si observáis los videos podréis comprobar que la carrera lleva a los caballos al límite. Red Rum jamás cayó al saltar un obstáculo en sus cinco gloriosas participaciones.
Reseñar que Red Rum fue capado a muy temprana edad. Así que uno de los mejores caballos de la historia, y el mejor sin duda en su entorno, el Grand National, quedó sin descendencia.
También destacar que fue un animal que sufrió pedal osteítis, pero a pesar de ello, fue sin duda un animal superior.
Tras su tercera victoria fue preparado al año siguiente para participar en la edición de 1978 del Grand National pero el día anterior a la prueba se le detectó una leve cojera que anunció definitivamente la retirada de uno de los más ilustres de todos los tiempos. A su fallecimiento fue enterrado en el poste de meta de la pista del Grand National de Aintree. Su tumba está marcada por una piedra grabada conteniendo su record en el Grand National, y un bronce de tamaño natural, que conmemora a este caballo legendario.
Un animal excepcional que hizo historia en una carrera que a diferencia de las que tenemos idealizadas en nuestras cabezas en esas desmesuradas producciones norteamericanas, donde ejemplares como Seabiscuit, Secretariat, etc dan rienda suelta a nuestra imaginación, el Grand National supone un punto y aparte dada la distancia, pero sobre todo el desarrollo y la dureza de la prueba. Es una prueba come caballos y en ella Red Rum fue la estrella sin discusión.
En el mundo ecuestre estas cosas resultan obvias. En colombofilia no tanto. Hay líneas de vuelo que exigen más a la paloma, se lo exigen todo, o donde simplemente regresar supone un gran éxito. Ese tipo de líneas de vuelo de las que nuestro amigo Ad Schaerlaeckens no nos habla en sus escritos porque no las ha vivido en primera persona y honestamente pienso que ni tan siquiera reparan en ellas porque la gente no quiere leer nada relacionado con grand nationals con plumas. Además eso no vende.
En demasiadas ocasiones nos quedamos siempre en la orilla, en los míticos 1000 km, en las vedettes, en los Barcelonas, etc. Nos gusta pensar que somos uno de ellos, y a nuestra manera aspiramos a emularles.
Todo eso esta muy bien, resulta agradable leer, escuchar y ver mágicas historias relacionadas con nuestros pájaros que nos convencen que hay otro mundo a igual y semejanza que sucede con los caballos. Un mundo mágico donde nuestros idealizados criadores podrían perfectamente ser protagonistas de una de esas grandes producciones del cine americano.
Como resultan igual de magnéticas estas historias de caballos, porque en realidad lo que nos fascina son los animales extraordinarios y sus gestas.
Ayer mismo visionaba un video donde uno de los grandes del mundo que nos une, explicaba que debíamos buscar en una paloma. Lo siento ese tipo de cosas no son aptas para el que escribe. Y no, no porque yo piense que lo sé todo. Muy al contrario, pero me molesta que me hablen de las cosas que no quiero leer o ver, porque sé de que va todo esto.
Todo eso ya lo sé, y si por la razón que fuere me equivoco, mi amiga la cesta me da rápidamente un baño de realidad. Nada muy malo me puede suceder. Tras haber adquirido la experiencia suficiente y no haberle soltado la mano jamás, es dificil caer en situaciones desagradables. No me atrevería a volar sin el auspicio de la cesta. Sería engreido y muy poco inteligente.
Volviendo al punto. Hay aspectos mucho más importantes en los que si me gustaría profundizar de los que no hacen mención, porque no interesa bañarse en esas aguas.
Y me interesan esas batallas porque lo que hace diferente a la colombofilia no son las palomas sino lo que haces tú con ellas. No tenemos en nuestro equipo a un Red Rum, o a un Secretariat, por lo que debemos exigirnos dar un paso más allá cada año en busca de sistemas que nos acerquen a nuestros objetivos. Es en ellos donde hallareis el principio de vuestro despegue. Con mejores animales todo funciona mejor, pero ese es un cometido que te atañe a ti como aficionado y para ello Tú y sólo Tú debes edificar un marco adecuado para que esas cosas puedan suceder.
Pabs.