miércoles, 26 de octubre de 2016

Parafraseando a Ad.



Os contaba "ayer"sobre una de las famosas listas de Ad 
Schaerlaeckens. Realmente casi todo lo que he leído de este hombre es traducido. No suelo ser muy dado a leer los excesos de la colombofilia del norte. Siempre tuve esos dañinos prejuicios que me marcaron desde mis inicios, y me hicieron observarla  con grandes dosis de escepticismo. Todo ello fruto de una realidad incontestable. La separación de dos mundos que parecían ser el mismo pero que no se entendían. Hablaban idiomas diferentes.
 Hoy con la distancia que me da la vida y mis experiencias colombófilas, y sobre todo un cierto hastío de todo lo que me rodea, uno va picoteando por aquí y por allá buscando revitalizarse.
De hecho, para ser totalmente sincero, no había entrado jamás en su web hasta ayer (que yo recuerde)  en el que un buen amigo me envió uno de sus interesantes artículos, y a raíz de aquello llevo horas leyéndolos. No tienen desperdicio. Me reafirmo, gustan porque los lees y asientes al mismo tiempo. Artículos finos,  limpios y abanderados por una lógica sin contemplaciones que nos acerca ese soñado mundo, tal y como hacía, ya muchas décadas atrás, Julles Gallez.  

En uno de sus penúltimos escritos nos habla de las "líneas de palomas" o "razas". Acojonante comprobar que da lo mismo que sean belgas u holandeses. Estamos ante un error muy común que no diferencia entre nacionalidades. Ellos mismos caen en él con suma facilidad.
Cita con osadía como ejemplo a Jan Aarden entre otros. Uno de los más famosos criadores de la colombofilia de siempre. Y supuestamente creador de una "línea de palomas" de la que se han nutrido las  generaciones siguientes. Dicho así suena como parece. Veamos.  ¿Tengo un Jan Aarden puro afirma entusiasmado aquel compañero?
 Y resulta que este hombre, nuestro Jan, se dedicó a adquirir lo mejor de lo mejor de la época por muchismos palomares, palomas de muy diverso origen,  pero, y esto es lo más sorprendente, llama la atención que el tal Jan Aarden jamás  alcanzo la cota de competidor brillante, y desde luego no tenía una línea de palomas homogenea y si una mezcla de muchas de ellas.
El hecho que da verdadero relieve y notoriedad a su nombre fue el éxito que tuvieron los que  adquirieron  sus palomas y jugaron con ellas en cruces totalmente abiertos. Así se gesto el inicio de la dinastía Jan Aarden.
¿Es acojonante como los humanos distorsionamos la realidad a nuestro antojo? Eso o que el dinero tiene las manos muy "largas".
De ahí surge la mal denomina "raza" Jan Aarden. Lo entrecomillo porque , y a eso alcanzo, no existen razas, y si líneas o familias de palomas. O quizás sólo existen influencias de individuos.  Lo aclaro en breve.
Es curioso que la otra pata que sostiene la gran mesa de los famosos, los  hermanos Janssens que tuvieron grandes resultados, quizá no pasaron a la historia como los colombófilos más famosos del mundo por ellos mismos, sino cuando dejaron de competir y la gente obtuvo grandiosos resultados con sus palomas. Da que pensar.
Volvamos a centrar el texto. Todo esto, insiste nuestro amigo Ad, es aplicable a puros Wegges, a puros Verheye,  a puros Hansenne,  Bricoux, puros Huyskens van Riel. Algunas de ellas como estos últimos Van Riel,  fueron subastadas por última vez a principios de 1900. Me atrevo a afirmar que alguno habrá todavía casi 120 años después que osa afirmar que tiene su su morada Van riels puros. Desde luego no me sorprendería ni un ápice.

Resumiendo es estúpido hablar  con tanta osadía de líneas de palomas. Un servidor lo hace en ocasiones. Son cosas que uno hace sin reflexionarlas, quizás como consecuencia de una repetición de actos, o porque el vocabulario no nos da mas de sí. 
Es cierto, algunos tratamos de cercar el rebaño y que más del  90% de lo criado, e incluso más, tenga un denominador común, una base firme, pero eso no da para hablar de líneas de palomas. Quizás no se sostiene.
Probablemente es más fidedigno hablar de individuos y de su influencia. En un gran palomar hay parejas y parejas. Todas no son iguales. Todas pueden dar más o menos , pero su criador sabe de cuales existen mayor número de posibilidades de "cantar bingo" . No tengais dudas de eso. Tengo un Koopman puro afirma orgulloso uno, un Gaby puro dice el otro. Habría que preguntarles de que pareja. 
Recuerdo como Jos Thoné me daba un papelito con dos números de anilla, poco antes de hacer una visita a otro grande. Él no vendría con nosotros pero estaba interesado en adquirir descendencia de esas dos palomas. Esa es la política. No hubo suerte. 

Otra reflexión. Tengo una o dos hembras en mi palomar, y ya advierto que no son los padres de los Marbellas de los que dificilmente saldrá un hijo de mi casa. Alguno ha salido, pero muy pocos. ¿Por qué? Obvio. Uno sabe que en esa paloma está todo el pastel. Una gran capacidad para transmitir, hembras de las que obtener bastantes animales de valía con el que construir el castillo. Y no uno de naipes precisamente, uno consistente. 
Puedo ponerme en la piel de la vedette de turno. Dudo que se desprenda de alguno de ellos.
Al final incluso cuando hablamos de líneas de palomas estamos haciéndolo de cruces abiertos. Y cuando alguien se dedica a vallar su finca y centrar los focos en un animal determinado es lo más aproximado a hablar de una línea de palomas. Tarde o temprano requerirá de cruces abiertos, así que, como campaña de marketing es una buena opción, pero poco más.

Leía estos días un archivo de pdf del outcroos de los boxers. Un reportaje imperdible. En él nos habla de la problemática que ellos padecen como raza. Nada que ver con nosotros. Ellos, fruto de las modas, algo que salpica a cualquier deporte relacionado con animales, han perdido genes de perros que jamás se recuperarán.


 Aquí debemos hacer un inciso. La voluntad de los jueces y de quienes dictan o actualizan las normas tiene mucho que ver con ello.  En colombofilia disponemos de un arma que es mucho más ecuánime. La cesta. Ellos no tienen esa suerte.  
Nosotros podemos acercarnos o alejarnos de determinadas teorías o modas, pero la cesta nos pone a todos en el lugar que nos corresponde. 
Nuestras palomas han evolucionado y lo seguirán haciendo aunque determinadas palomas y su fuerza genética hayan ido desapareciendo. Y lo han hecho porque la realidad de la cesta no admite de romanticismos.
Al hilo Ad nos relataba los gustos y el distinto proceder de los compradores de palomas en Bélgica y Holanda. En una brillante explicación sobre las diferentes nacionalidades y sus gustos en la cesta de la compra, nos narra de la inocencia de los americanos, y de sus gustos por las rabadillas y esas colas para abajo. A lo que Ad respondía: La paloma moderna es más bien pequeña, tiene una rabadilla más bien estrecha y su cola, definitivamente no señala hacia abajo.
No puedo estar más de acuerdo. La cesta me ha dejado claro que esa afirmación es absolutamente cierta.
  
En el mundo canino es más complejo. Al ser exposiciones de belleza, y aunque está la vertiente de trabajo, si alguien con poder e influencia suficientes comienza a premiar perros con una determinada cualidad, el resto no tendrá más narices que seguirle. Porque la gente quiere lo que quiere. Los premios, el ego y el dinero.
En colombofilia afortunadamente estamos a salvo en ese aspecto.  Podemos leer a todo tipo de filósofos, ayatolás, cantamañanas y  perturbados. Que de hecho, si echamos un ojo o mejor los dos hacia atrás, está lleno de teorías de lo más inverosímiles, que si el ojo, la cola, el ala, salto del ala, la ventilación de la misma, la rabadilla, etc...pero al final es la cesta. Siempre es la cesta. ¿Que sería de nosotros sin la cesta? No quiero ni pensarlo.



Pabs.