Lo reconozco, soy un adicto confeso. Aunque no sé si estoy utilizando correctamente el mejor tiempo verbal para la ocasión. ¿Soy o era? Estoy en ello. Como siempre, vivo en mi eterna contradicción.
Lo que si puedo afirmar hoy es que
creo estar “desenganchado” de cualquier foro de palomas. Algo
impensable hace unos años para alguien que apuntaba, como más que
posible causa del fallecimiento, a una sobredosis colombófila que a
otra cosa.
Siempre nos quedará el foro de Márquez,
al que estaré unido de alguna forma. Todos lo estamos. Su cordón umbilical es grueso.
Las buenas noticias es que he logrado que haya semanas completas en las que no recuerde ni que existe. Un gran logro por mi parte. No por el foro que es magnífico, sino por mi mismo.
Las buenas noticias es que he logrado que haya semanas completas en las que no recuerde ni que existe. Un gran logro por mi parte. No por el foro que es magnífico, sino por mi mismo.
Hoy y a pesar de que me he quedado sin
datos en el móvil he logrado acceder a él. Nada nuevo y ese es el
problema, aunque algo interesante que rescatar.
Un colombófilo con buen atino se
cuestionaba: ¿Que es más difícil...? Y otro con gran acierto le
respondía: Lo difícil es ser colombófilo. ¡Que gran verdad por
dios!.
¿Qué es más difícil reconocer
nuestros logros o querer que nos los reconozcan los demás? He aquí
una de las claves de la convivencia humana.
Colombófilos que realizan
extraordinarias temporadas bajo el anonimato de sus circunstancias,
por lo acontecido en el camino, por la calidad con la que se manejan,
por lo ínfimo de su tiempo disponible, por lo atroz de la línea de
vuelo o por lo inhumano de sus rivales a los que debe enfrentarse, por
tantas y tantas cosas, pero no, lamentablemente, ello no es suficiente
porque lo que el humano de dos patas y también dos dedos de frente busca, lo que reclama con
agónico desespero, consciente o inconscientemente, es el
reconocimiento de los demás. Ese es su verdadero alimento.
Deberíamos mirarnos a nosostros mismos y a nuestras palomas y no sólo atender a lo que dicen las clasificaciones.
Deberíamos mirarnos a nosostros mismos y a nuestras palomas y no sólo atender a lo que dicen las clasificaciones.
A ojos de muchos, un campeonato
nacional es la gran joya de la corona. Coincido, debería ser así
efectivamente. Ya os adelanto de que no lo es. Le seguiría en orden
de méritos, un campeonato regional y por último el triunfo en tu
club o isla. Creo que alguien ajeno a esto de las plumas y no
contaminado lo clasificaría con acierto por ese orden.
Pues no. Hay que reorganizar todo este
entramado para comprender el sentido de mis palabras.
Alguien dicta las normas, los demás
las seguimos. Copiar y copiar mal es lo que tiene. Y hemos plagiado
tantas cosas de los belgas, que en algunos casos como el presente,
hemos llegado a deformar la realidad.
Partamos del axioma fundamental que
radica en comprender que desde el mismo instante en el que dos
vecinos colombófilos ven separadas sus instalaciones por un muro, ya comienzan a gestarse las diferencias. Si hablamos de
km, de entradas, de vientos, etc....el tema se complica.
En las islas hemos minimizado el
problema de algún modo, cimentando cualquier campeonato bajo la
seguridad. Y ello ha ayudado a una colombofília más justa.
Personalmente creo que uno compite en
su club, y luego vemos que pasa. De lo contrario se llega a
situaciones aberrantes en las que uno es tercero en su club pero en
cambio gana en su isla. ¿Cómo?
Entre un social (la liga), un regional (la champions) y un nacional (la copa), sin ningún género de dudas el campeonato más sencillo de ganar es el Nacional. Si, lo sé, es un sin sentido. Os puedo asegurar que es como os cuento.
El más jodido de lograr, salvo que
seas un afortunado al que las “bolas calientes” siempre te
echan un cable, es el Regional sin duda. Y el Social, que es como más
arriba indico, la liga, es, y tirando de tópicos, dónde más
regular y constante uno debe ser. Lo realmente jodido es aspirar a
tripletes y sextetes cada año. Eso si es una sangría difícil de
gestionar.
Ingenuamente se puede llegar a la
errónea conclusión de otorgar mayor lustre a un nacional porque en
él participan todos los colombófilos españoles y que en un club
tan sólo lo hacen los integrantes del mismo. Pero como estamos
tratando de igualar lo inigualable, eso da lugar a incomprensibles esperpentos de difícil digestión para los que desconocen “las normas
del juego”. Voy a dar un paso más allá. Estoy a favor de los
nacionales, pero me molesta que se tergiverse la realidad, en unos
casos por desconocimiento de las reglas y en otros por pura
demagogia. Como muestra un botón:
Donde vivo. Con tan sólo dos sueltas de 500km
ganando en mi isla, me puedo convertir fácilmente en campeón
o subcampéon nacional de fondo. En el peor de los casos quedaría 3º
o 4º, ojo, ¡a nivel nacional!
En cambio para quedar campeón SOCIAL
de fondo de un club escondido en el mediterráneo tengo que afrontar
nada más y nada menos que 2 sueltas de 400km, 2 de 500km, 3 de 650km
y 1 de 880km. El que no quiera verlo...es un ciego.
Hay canarios que se quejan, con o sin
razón, de los nacionales, pero en cambio da miedo echar un vistazo a
sus insulares o regionales. El campeonato más importante de la isla
de Tenerife debería ser su Insular. De Gran Canaria lo mismo, etc,
etc.¿Es así? Naturalmente que no. Están tan enfrascados en sus
batallitas que se olvidaron de lo más importante. Gestionar para que
el colombófilo y la colombofilia sean más fuertes.
Otra perla que no puedo dejar de pasar.
Las palomas autóctonas canarias. Que gran mentira por dios. Tengo un
gran vínculo emocional con las afortunadas. Muy buenos amigos allí.
He vivido en “Fuerte”, mi padre es canario de nacimiento y su
familia está repartida entre las islas de Tenerife y Gran Canaria.
Cuando les leo afirmar con tanta ligereza que tienen las mejores palomas del mundo, o
cosas por el estilo, no puedo sino sentir vergüenza ajena. Mar, gran dificultad, selección bestial, muy buenas palomas, grandes campeones, etc.. a
todo si, pero también alisios, marcadas de Casablnaca a las 7 de la tarde del mismo día de la suelta a velocidades que te hacen subir las cejas, mucho "cromo", poca cultura colombófila como al menos la entiendo yo, ...también.
Afirmar de forma tan arrogante y osada lo de
palomas autóctonas por una parte, hablar de marcadas de Casablanca
por la otra, y resultar que en un % altísimo de esas palomas
proceden de compras en el exterior, belgas y holandesas, en los
últimos 15 años.¿Entonces?
Volar en el mar no te da derecho a
pensar que eres mejor. El mar hace colombofilos y palomas más fuertes
porque la selección es mucho mayor. Eso es indudable. Pero no es
menos cierto que por el hecho de ser isleño y de volar sobre el mar,
ello te convierta mágicamente en un buen colombofilo.
Las islas (del archipiélago que sea) están repletas de malos
colombófilos, engreídos y sin ganas de aprender. Gente que piensa
que porque vuela en una isla eso les hace mejores. Quizás si alguno
de ellos compitiera en tierra algunos años se le bajarían los
humos. Exactamente igual que en tierra, donde alguno ingenuamente
todavía piensa que somos velocistas y no se han parado a pensar y comparar sus % de recepción con los nuestros.
Buenos colombófilos, isleños o
terrestres, hay muy pocos. Siempre repito la misma cantinela: De lo
criado menos del 10% vale, pues haced cuentas porque el % de buenos
colombófilos insulares o terrestres, es mucho más reducido que ese.
Tengo claro que hay mejores palomas que colombófilos, pero de ambos,
andamos escasos. Pasad buen verano.
Pabs