Estamos a lo que estamos, algunos acabando las tareas de cría, otros, como yo, anillando esta semana que se despide, los primeros pichones del año. Cuestión de seguir los dictados de nuestra forma de pensar, analizar y creer en lo que uno hace. Nada al azar, todo bien pensado y analizado.
En la reproducción suceden muchas de las cosas que, meses y años después, tendrán lugar. Las reproductoras, las grandes olvidadas, en muchos casos, y a las que más atención y mimos deberíamos ofrecer.
Criar pichones, volarlos, puede ser un auténtico tormento, o una de las cosas más sencillas, con las que jamás hayas experimentado. De nosotros depende una u otra cosa.
El artículo de hoy no tiene desperdicio, directo a la yugular. ¿Con qué palomas estás criando?
En este punto, me permito daros mi particular visión. Un cuadro reproductor basado en vuelo (del de verdad), es impagable. El 90% del mío lo es, y ese 10% restante son animales de la misma familia, dejados directamente, por una cuestión de edad de sus progenitores. Procuro juntar bueno con bueno, mejor con mejor, gran fondo con gran fondo, etc.No tengo ningún problema en dejar algunos pichones para la cría, pero ojo, hay un exhaustivo trabajo de 15 años, seleccionado y seleccionando, y eso, al final, da beneficios.
Visito palomares en los que esta premisa no se da, y los resultados no son los deseados. Está en vuestra mano, cambiar eso.
Otra perla que deja el artículo de lo que soy fiel seguidor. Mis palomas tienen a su disposición comida todo el día, los 365 días del año, pero si entro en el palomar 10 veces, pongo comida 10 veces. Notareis la diferencia
PabS.