martes, 25 de julio de 2017

➡El arte de saber alimentar a nuestras campeonas ( II ).

Tal y como os decía ayer, la colombofilia se compone de pequeñas cosas, donde la ALIMENTACION tiene una gran relevancia, en la que influye la calidad de los granos, su composición, y no menos importante, la cantidad, y el cómo y cuando se los servimos. Todo ello tiene un peso decisivo en el rendimiento posterior de nuestros animales.

Siempre hallaremos ejemplos al contrario, colombófilos que no limpian, que les suministran las peores mezclas del mercado, aquellos en los que el desconcertante aspecto de sus bebederos hablan muy mal de su interés por unos animales extraordinarios. Y a pesar de ello, a pesar de que nos hablan orgullosos de su apatía por un cierto orden, alguno encontraréis con algún buen resultado que otro. Cada cual escoge su camino, pero esto no significa que ese tipo de itinerarios sea válido para todo el mundo. Yo prefiero uno que me de resultados estables cada año, que me permita avanzar, y no otro que me suene la flauta cada tanto en tanto. Cada uno es libre de escoger el suyo...

Para mi no es decisivo si ofrezco o no la mezcla más cara del mercado a mis pupilas. Más caro no siempre significa mejor. Si lo es en cambio, la proporción de los granos y el abanico de pequeños trucos para que las palomas entren bien en la comida. Comer, comen todas, pero para poder entrenar como toca, alimentarse bien se convierte en una obsesión.
Ciertamente son animales de costumbres pero en nuestras manos reside el éxito. Todo es un juego, y hay que tratar de pensar como lo hacen ellas para conseguir que trabajen de la forma que nos interese a nosotros.

Os dejo con la segunda parte de la Alimentación en la colombofilia de José Pereiro Francés perteneciente a su libro “Lidando con pombas”




Alimentación en la colombofilia.


Del libro “Lidando con pombas”
José Pereiro Francés.


 Apenas un poco después, atendidas ya las urgencias, es necesario ir reponiendo las estanterías vacías de su despensa energética (hidratos y grasas) pero eso puede hacerse con calma. El plan va a depender de las necesidades deportivas de las carreras que vengan a continuación. Si estamos en sueltas de poco kilometraje y el desgaste energético fue escaso… pues parece adecuado ofrecer una alimentación ligera. Si la suelta precedente fue dura y sospechamos que hubo deterioro muscular añadido… pues precisaremos aportar una alimentación que, sin sobrecargar la función renal, aporte un adecuado perfil de aminoácidos -los elementos proteicos más elementales- para reparar la quiebra que pudiese haber en las fibras musculares de los atletas. Los laboratorios ofrecen suficientes productos para este cometido, pero también los colombófilos han utilizado soluciones alternativas desde hace tiempo. Cuando yo me inicié en colombofilia me sorprendió leer que un famoso cronista recomendaba administrar una bolita de carne directamente en el pico de las palomas que llegaban del concurso (2). Otros colombófilos utilizaban la leche para el mismo cometido. Evidentemente que las aves no son ni carnívoros ni mamíferos y que su capacidad para digerir estos alimentos es bastante limitada. El método del “extrusionado” (alimentos sometidos conjuntamente a calor y a presión) es utilizado por la industria alimentaria para animales para “predigerir” alimentos “indigeribles” y son bien conocidos por los colombófilos. Yo, personalmente, prefiero utilizar el yogur cuando quiero mejorar el perfil proteico de la ración, pero también se podrían utilizar cualquier otro tipo de leche acidificada (kéfir, bio-yogures,) o incluso el queso fresco. Son alimentos que derivan de la acción de diversas bacterias o de hongos sobre la leche, con lo que la lactosa original de la leche se transforma en a. láctico, volviéndola así más digerible. Además tienen el valor añadido de ser “alimentos funcionales”, con características probióticas, lo que podría resultar una ventaja inmunológica añadida al mejorar el ecosistema intestinal, aunque esto no sean más que fundadas sospechas y todavía no evidencias científicas. 

En algún lugar he leído que Marijn van Geel, el famoso colombófilo holandés, utilizaba “Nutrisoja”, una leche especial para los niños que padecen alergia a proteínas de leche de vaca y que no tiene lactosa en su formulación. También Win Muller, otro conocido colombófilo holandés confesó en el Aula Colombófila Internacional que había organizado el Club colombófilo Leonés en el año 99, que usaba leches infantiles (no dijo marcas) en los días previos a los encestes de gran fondo “para llenar los depósitos” de sus voladores.

Otro alimento con un excelente perfil proteico que tengo usado es el huevo, en concreto la clara de huevo, pletórica de albúmina, la llamada proteína patrón, y que cocida y en pequeños trocitos puede ser introducido directamente en el pico de las palomas que lleguen “deshechas” después de un concurso devastador. Puedo dar fe de que consigue unas recuperaciones espectaculares. No me gusta usar huevo crudo por miedo a la contaminación por salmonela y para evitar la acción de determinados elementos anti-nutritivos que posee cuando no son inactivados por la cocción.

Aunque el tema que tratamos es el de la alimentación, ya que estamos hablando de recuperación tras el esfuerzo, no puedo dejar de mencionar otros dos pequeños detalles para después de los concursos: el llamado “descanso activo”, es decir, un poco de ejercicio unas horas después de la llegada, algo que se hace en muchos deportes pero que resulta muy complicado para los que tenemos a los depredadores continuamente encima de nuestros palomares, y el reposo, el descanso efectivo, verdadero bálsamo y reparador extra contra la fatiga.

Poco mas arriba tocábamos el tema de la preparación para los concursos y nombrábamos a Win Muller. Otros campeones utilizan estrategias distintas aunque igualmente efectivas. Hay quien usa el mismo tipo de ración durante toda la temporada deportiva y hay quien usa depurativa los primeros días del ciclo entre sueltas. Hay quien añade maíz los días previos al enceste, hay quien prefiere usar cacahuetes y hay quien no hace nada en especial. Hay quien les da de comer todo lo que quieran y hay quien pesa meticulosamente la ración que les sirven. Hay quien las hace volar ligeramente alrededor del palomar y también hay quien las entrena duramente. Difícil desentrañar esta maraña. Me da la impresión que el denominador común, antes aún que las metodologías, es la determinación y la voluntad del colombófilo, como si existiese un canal invisible por el que éste transmitiese su espíritu ganador a las palomas.

Poco más arriba tocábamos el tema de la preparación para los concursos y nombrábamos a Win Muller. Otros campeones utilizan estrategias distintas aunque igualmente efectivas. Hay quien usa el mismo tipo de ración durante toda la temporada deportiva y hay quien usa depurativa los primeros días del ciclo entre sueltas. Hay quien añade maíz los días previos al enceste, hay quien prefiere usar cacahuetes y hay quien no hace nada en especial. Hay quien les da de comer todo lo que quieran y hay quien pesa meticulosamente la ración que les sirven. Hay quien las hace volar ligeramente alrededor del palomar y también hay quienes las entrenan duramente. Difícil desentrañar esta maraña. Me da la impresión que el denominador común, antes aún que las metodologías, es la determinación y la voluntad del colombófilo, como si existiese un canal invisible por el que éste transmitiese su espíritu ganador a las palomas.

Mi opinión es que, además de con otros métodos, con la alimentación podemos acelerar o retrasar la “puesta a punto”, y que tanto mal podemos hacer consiguiendo el pico de forma antes del día de la carrera como si en ese día crítico todavía no lográsemos llegar a alcanzarla. También podemos echar mano de Muller para ilustrar esto. Cuando estuvo en León nos dijo que sus palomas iban a la cesta en una condición “bastante deplorable”. Todos quedamos sorprendidos. Comentó que volaba en viudez total, machos a un lado y hembras a otro, y que juntaba sexos el día antes de los encestes para gran fondo, dejándoles pisar e ir al nido, y que les echaba paja o hebras de tabaco para incentivarlas. Ese día ni comían, claro, todo era fuego, y cuando las encestaba, tenían un aspecto “lamentable”. La clave de su estrategia, según decía, se basaba en el hecho de que cuando se encesta para Barcelona, las palomas todavía tienen que permanecer 5 o 6 días más en las cestas antes de ser liberadas y que es durante ese tiempo, con reposo e con el maíz que se les proporciona, cando se ponen perfectas. En cambio, las que se encestan en el pico de la forma, 6 días después están ya totalmente fuera de punto. 
Aunque nuestras palomas no acostumbran a permanecer tanto tiempo en las cestas, creo que podemos sacar algunas conclusiones con la historia. 

Como ayudarles a dar ese “subidón”? Analicemos la estrategia de Muller: Win se aprovecha de dos circunstancias: el reposo que supone estar 5 o 6 días quietas en la cesta, y el abastecimiento energético. En la suelta de Barcelona proporcionan maíz como único alimento para las voladoras. El maíz es un cereal con un alto porcentaje de grasas y, aunque que no llega al nivel que suministran los cacahuetes, tiene en cambio una menor carga proteica, por lo que resulta todavía más idóneo ya que no son proteínas precisamente lo que se necesita en este momento. El ajuste, como ya comenté más arriba, dependerá de las previsiones meteorológicas y de los kilómetros de la suelta pero ya sea con maíz, cacahuetes, alpiste o con una cucharadita de aceite mezclada en la ración, el objetivo viene a ser el mismo: llenar los depósitos grasos. Para esto no sirven los alimentos con un alto porcentaje de proteínas (guisantes, vezas...), que solo conseguirían sobrecargar innecesariamente la función renal y la consiguiente aparición de carnes azules. La estrategia debe ser similar a la que emplean los corredores de maratón en los días previos a la carrera: pico de trabajo para vaciar los depósitos de glucógeno muscular y hepático seguido de tres o cuatro días de carrera ligera, junto a una alimentación a base de pasta para volver a llenarlos. En vez de grasas, la fuente energética de los deportistas humanos es básicamente la de los hidratos de carbono.

Un comentario acerca del aceite. Personalmente acostumbro a emplear aceite de oliva virgen, todo un milagro de la naturaleza, porque las mezclas de aceites (oliva, girasol, maíz, soja, cártamo, de hígado de bacalao...) que existen en el mercado no mejoran su calidad energética, que es lo que busco, aumentar apenas un poco la carga grasa de la alimentación en un determinado momento de la campaña, el momento del concurso, y no tanto sus bondades como complemento alimentario. Lo que si ofrecen las mezclas de los distintos aceites es lo que se espera de diversificar la dieta: aumentar su espectro nutricional. Las posibilidades de que nuestras palomas tengan acceso a los distintos ácidos grasos esenciales son mayores si les ofrecemos una dieta variada. Con todo, no debemos olvidar que nuestras aves son fundamentalmente granívoras y que debemos ser especialmente cautos con las cantidades empleadas. 

Hay otro par de detalles referente a las mezclas que también merecen un comentario. 

Aunque parezca una obviedad, debemos de procurarnos una mezcla de calidad, que parezca rebosante de salud, llena de vida, con todos sus nutrientes a disposición de nuestras atletas, óptima. No lloremos ese gasto. Cuando los hermanos Janssen tenían problemas en los concursos, lo primero que testaban era la calidad de la comida que estaban utilizando. La humedecían un poco y observaban si germinaba. Y si no lo hacía, tiraban con ella.

También hay que procurar que la mezcla esté bien seca, cuestión que no tiene que ver solo con la economía (pagar el agua al precio del grano) sino también porque compromete el equilibrio inmunológico de nuestras aves al aumentar las posibilidades de contaminación, entre otros, por aspergilus, unos hongos ubicuos que pueden parasitar el grano (cacahuetes, pipas de girasol, cereales) en cuanto encuentran un ambiente de calor y un substrato humedecido. Provocan la aparición de aflatoxinas, unos inmuno-tóxicos desencadenantes de graves enfermedades hepáticas.

Otro motivo de preocupación resulta la presencia de plaguicidas en el alimento debido a su uso rutinario en los extensivos monocultivos actuales. Pero este no solo es un problema de nuestras palomas y de su hipotética relación con el rendimiento deportivo, también nos toca sufrirlo a nosotros mismos en nuestra salud. 

Dicho esto, veamos ciertos detalles interesantes respecto a las semillas que utilizamos (3)




Cereales
Calorías
x 100 gr.
Proteínas
gr. x 100
Grasas
gr. x 100
Hidratos Carbono
gr. x 100
Arroz
355
8,2
0,6
77
Avena
384
14,3
7,7
65,2
Cebada
355
8,6
1,4
78,2
Trigo
356
10,8
2,3
75
Maíz
364
9,6
3,5
73,9



Legumbres
Calorías
x 100 gr.
Proteínas
gr. x 100
Grasas
gr. x 100
H. Carbono
gr. x 100
Guisantes
323
23,5
1,8
62,3
Lentejas
339
23,7
1,2
62,5



Otras
Calorías
x 100 gr.
Proteínas
gr. x 100
Grasas
gr. x 100
H. Carbono
gr. x 100
Cacahuete
550
26,1
44,2
20
Soja
342
34,9
18,1
34,3



Por un lado observamos que los cereales tienen pocas calorías más que las leguminosas, mientras que estas tienen, en cambio, una mayor calidad proteica. Hay que señalar que el perfil de aminoácidos de estos dos grupos se complementa para mejorar la calidad de la dieta en cuanto se suministran conjuntamente. Mientras que las leguminosas son pobres en metionina, un aminoácido azufrado que tiene que ver con la estructura bioquímica de la queratina de la pluma, los cereales la tienen en muy buena proporción. Y con la lisina, otro aminoácido, pasa otro tanto de lo mismo pero justamente al revés, son las leguminosas quienes compensan el pobre aporte de los cereales. Son alimentos complementarios. 

Los datos también desmitifican la creencia de que la cebada no alimenta, pues vemos que su carga calórica es similar a la de todos los demás cereales. Es por su menor calidad proteica y porque apenas tiene grasa, por lo que, junto con el arroz, se utiliza como “depurativa”. También queda claro el potencial energético de los cacahuetes y de su riqueza grasa. 

El último comentario va sobre las proporciones ideales de los distintos granos en las mezclas. En nutrición humana se habla de unas determinadas proporciones de principios inmediatos para conseguir una dieta equilibrada (la dieta ideal debe contener un 55-60% de hidratos de carbono, un 30% de grasas y un 10-15% de proteínas) pero no sabría decir si esa es también la proporción ideal en la dieta de nuestras palomas. En cambio, sí que podemos extrapolar perfectamente otra de las características de la dieta saludable: que sea variada, diversificada.
Para el manejo en el día a día, estamos todos de acuerdo en que durante la cría debemos incrementar las proteínas para favorecer el crecimiento de los pichones: es difícil crecer con pocas proteínas. Por eso aumentamos la cantidad de guisantes, habas o lentejas, semillas que ya sabemos que las poseen. En cambio, durante la temporada deportiva echamos mano de los cereales para tener acceso a una generosa fuente de hidratos de carbono y por tanto de energía. Y durante la muda debemos ofrecer una alimentación en la que no falten los llamados aminoácidos azufrados (metionina, cistina) pues su carencia comprometería la formación de la queratina, la proteína estructural de las plumas. Es la razón por la que las mezclas de muda acostumbran a tener, entre otras semillas, más pipas de girasol.

Resumiendo, utilicemos mezclas con buen grano, variadas, secas, y que tengan capacidad de germinar. Procuremos ofrecerles espinacas, coles, nabizas, verduras diversas, ajo, cebollas, zanahorias y otras verduras y hortalizas. Empleemos con criterio aceites variados, yogurt, pequeñas semillas, levadura de cerveza, concha molida, arcilla, carbón vegetal, un buen grit... Resulta la mejor opción para garantizar que todos los distintos nutrientes de los que hablábamos al principio estén a disposición del organismo de nuestras palomas, listos para su utilización. Un sendero indispensable para nuestras atletas.




  1. Ocorrencias bioquímicas nos pombos durante e após os concursos. Gordon Chalmers. Mundo Columbófilo nº 997. 2008; p.22.
  2. Curso de columbofilia. Landercy, H. Ed. Mundo Columbófilo, 3ª Ed. 1982; p.99.
  3. Tablas de composición de alimentos. 1981. Lab. Alter, división dietética.





Cangas, febrero de 2009.


Pabs.



lunes, 24 de julio de 2017

➡El arte de saber alimentar a nuestras campeonas (I).



 Lo primero de todo, sería más que deseable disponer de buenas instalaciones, que serían aquellas en las que las palomas se encuentren sanas, felices y saludables, y desde luego no aquellas otras donde se os enfermen, con la necesidad de tener que añadir "pócimas mágicas" en sus bebederos cada dos por tres, para arreglar desequilibrios que nosotros mismos hemos provocado. Muy importante en este sentido el número de animales que alojamos en su interior.
En definitiva, tras cuatro paredes en las que nuestros animales respiren oxígeno en lugar de amoniaco (por ejemplo), "sólo" hay que introducir buenas palomas en su interior. Dos axiomas sencillos de plasmar en un párrafo pero algo más complicado de conseguir en la práctica.
Tras eso, hay otros dos pilares que se me antojan cruciales. Uno es el sistema, el manejo, lo que vamos a pedirles y cómo lo vamos a hacer. El otro, que es el tema que centra nuestro interés  de hoy, es el cómo las vamos a "llenar", la alimentación. Tema absolutamente crucial. 
Hay muchas formas de alimentar, pero sólo una buena ,y es aquella que permite a la paloma darlo todo y volar en plenitud con un depósito adecuado para ese viaje que podría ser el último de su vida.
El palomar es el marco ideal donde desarrollar nuestra afición, por tanto debe ser uno apto. Las palomas deben ser de calidad superior, cuanto mejores y más seleccionadas, más taparan nuestras propias carencias. El sistema es básico para afrontar con éxito la temporada. Tratando de medir los esfuerzos en lo emocional y lo físico. Y en esto último, resulta fundamental la alimentación. Somos lo que comemos. Más allá de esa frase que esconde una gran verdad, en el mundo del deporte esta variable se me antoja definitiva.

 Resumiendo: En colombofilia son cientos de situaciones las que manejamos. Constantemente cometemos errores. El que menos se equivoca, el que más sencillo lo hace, el que no martiriza a sus animales más de la cuenta, el que alimenta en consonancia con lo que les pide, el que las entrena de verdad, etc...ése está un peldaño o dos por encima de los demás. 

 Para ponernos en situación. Os dejo con la primera parte de la Alimentación en la colombofilia de José Pereiro Francés perteneciente a su libro “Lidando con pombas”


Alimentación en la colombofilia.


Del libro “Lidando con pombas”
José Pereiro Francés.


Todos los días cogemos el balde de comida, vamos a donde tenemos los sacos y contamos una, dos, tres medidas… En cuanto nos acercamos al palomar ya percibimos en la distancia la inquietud de las palomas. ¡Venga, vamos, a comer! (siempre les hablo y a veces hasta me parece que me comprenden). Aunque desde fuera pudiese parecerlo, no les damos de comer de manera irreflexiva. Ahora que es invierno y la muda ya finalizó sin contratiempos, ya hemos dejado de ofrecer la mezcla específica que ofrecemos para conseguir una buena renovación de la pluma y es necesario eliminar el exceso de peso que en mayor o menor medida siempre acumulan los voladores en esa fase de comida generosa, así que añadiremos un suplemento de cebada durante un tiempo para que así afronten los primeros entrenamientos, con un peso mas acorde a su condición de atletas. Y así, durante las diversas fases del juego iremos modificando la dieta, ofreciendo más o menos maíz, más o menos guisantes, según sea nuestra forma de pensar sobre cómo conducir la colonia.

Para ir desentrañando el tema, diremos que manejamos la alimentación de nuestras palomas para que gracias a una correcta nutrición, estén en condiciones de soportar el grandísimo desgaste que suponen sus largas horas de regreso, las exigencias de la cría o para conseguir una mejor y mas rápida recuperación después de los concursos, todo ello, siempre, sin repercusiones negativas para su organismo.

Me gusta decir que la colombofilia es un deporte de alta competición. Cuando se lo digo a mis amigos, gente ajena a nuestro deporte, se sonríen condescendientes convencidos de que se trata de una licencia verbal, de estilo. Pero nada más lejos de la realidad. Nuestros “Ferraris” necesitan que todos los lances del juego estén perfectamente controlados. Malo sería que una tuerca de alguna rueda estuviese mal apretada, tal y como le pasó a Fernando Alonso. Los ganadores siempre resultan ser los que menos errores cometen. Y la alimentación es uno de los reglajes inevitables.

En esta introducción ya salieron dos términos que, para ser rigurosos, tendremos que definir. Por un lado, el concepto de alimentación, el hecho de alimentar, de ofrecer alimentos, algo que elegimos a voluntad siguiendo nuestro propio criterio (más o menos maíz, más o menos guisantes). Por otro lado está lo qué conseguimos cuando alimentamos: una nutrición más o menos correcta. La nutrición es algo universal e involuntario, común para toda la especie. Se refiere a las transformaciones que sufren los alimentos en el organismo para poner a disposición de éste a los llamados nutrientes, esos elementos necesarios para mantener las funciones vitales y la salud.

Hay varios grupos de nutrientes y todos tienen que estar en las concentraciones adecuadas. Pueden ser motivo de enfermedades (incluso de muerte) si estuviesen en exceso o si fuesen deficitarios. Son los minerales (calcio, fósforo, magnesio, cloro, potasio, sodio y azufre), los oligoelementos o elementos traza, que están en cantidades ínfimas en el organismo (cromo, hierro, yodo, flúor, manganeso, cobre, cromo, cobalto, mobdileno, selenio y zinc), las vitaminas (A, complejo B, C, D, E, K), los llamados principios inmediatos (azúcares, grasas y proteínas) y el agua.

Además de otras muchas funciones vitales, los principios inmediatos tienen un importantísimo cometido como depósitos energéticos. Tanto los azúcares como las proteínas pueden proporcionar hasta 4 kilocalorías de energía por cada gramo que entre en combustión, mientras que las grasas tienen una capacidad energética mucho mayor: 9 kilocalorías por gramo.

Cuando las palomas salen del camión y comienzan a volar, van a obtener la energía que precisan de la combustión de los hidratos de carbono simples (azúcares) en el interior de sus células. Es una combustión fácil y “poco contaminante”. Pero su depósito es escaso (glucógeno hepático y muscular) y en poco tiempo se va a quedar agotado. Cuando el trabajo muscular persiste, si la carrera se prolonga, es necesario acudir a la despensa energética más abundante de su organismo, la de mayor capacidad calórica, es el momento de echar mano de las grasas. Esto va a permitirles realizar un volumen de trabajo mucho mayor. El problema es que de su uso se derivará la aparición de la acidosis, una especie de “contaminación” del medio interno.

El manejo de estos fundamentos tiene su importancia cuando nos enfrentamos a la planificación de una carrera. Tenemos que prever cual va a ser la carga de trabajo (kilómetros, tiempo atmosférico) para estimar cuál será el requerimiento energético de la prueba y proporcionarles, en lo posible, la dosis justa de combustible que se va a utilizar. Siguiendo con el ejemplo de la Fórmula 1, si cargásemos demasiada gasolina en el depósito para una carrera rápida, la velocidad de crucero sería necesariamente más lenta por llevar mas peso del debido. En el caso de nuestras palomas, se retrasarían inevitablemente. Al contrario, si cargásemos menos de la que va a necesitarse en una carrera trabajosa, el agotamiento aparecerá antes de llegar al destino y no es que se esfumen las probabilidades de pelearse por los premios, es que podemos comprometer incluso las posibilidades de llegada. En colombofilia no hay repostaje.

En estos casos extremos, cuando todavía no se pudo llegar al palomar y se agotaron totalmente las fuentes energéticas habituales (hidratos y grasas), la voluntad y la determinación de las palomas “extras” van a ser capaces de echar el resto y, utilizando la energía que se esconde en su propia estructura corporal, realizarán un último y agónico esfuerzo para llegar. Aunque eso signifique poner su vida al borde de abismo. Esta es la tremenda valía que tan bien conocemos de nuestros incomparables animales.

Haciendo un símil, los hidratos de carbono vienen a ser como el dinero que llevamos en la cartera, con el que pagamos, por ejemplo, un café. Si la cantidad que tenemos que pagar es mayor que la que llevamos encima y no nos llega, pues sacamos la tarjeta de crédito, las grasas de nuestro cuento, y también pagamos. Sólo en aquellos casos en los que tenemos una gran deuda y estamos en una situación desesperada echamos mano de nuestra hacienda y vendemos la casa u otras propiedades para poder salir del apuro. En nuestro caso, en esas situaciones de extrema necesidad que decíamos, es cuando se va a utilizar la capacidad energética de las proteínas estructurales de nuestras voladoras.

Cuando acaba la carrera, ya con las palomas en el palomar, tiene el colombófilo otra tarea bien delicada: propiciar una buena y rápida recuperación. La siguiente carrera ya está a la vuelta de la esquina. ¿Cómo podremos ayudarles? ¿Qué les daremos de comer para que se recuperen mejor? Pues depende. No están los animales en la misma situación después de una carrera rápida que después de una más exigente, con viento de pico, por ejemplo. No tienen las mismas necesidades las primeras palomas, que en pocas horas parecen estar para otra, que las que llegan tarde, desfondadas, comprometidas en su estructura mas íntima por haber echado mano de esa reserva de la que hablábamos. Por supuesto que la capacidad individual para superar los esfuerzos repetidos es una de las claves de la selección en nuestro deporte pero no siempre ocurre que las que un día llegan tarde son animales mediocres, pues bien pudieron haberle sucedido una multitud de circunstancias adversas durante el viaje, y tenemos la obligación de asistirlas. Ya llegará el momento de las cuentas definitivas.

Dejando aparte ajustes finos, esquemáticamente, podríamos decir que hay tres tareas urgentes en las llegadas. Por un lado tenemos que proporcionar a nuestras palomas alimentos de rápida asimilación digestiva para que tengan acceso con urgencia a su energía. La glucosa y la fructosa son dos hidratos de carbono simples (monosacáridos) que se absorben enseguida en los tramos altos del aparato digestivo y que van a ser utilizados como combustible de forma casi inmediata. Sin ningún tipo de transformación metabólica son capaces de remediar perfectamente esa situación. Podemos encontrar glucosa y fructosa en cualquier establecimiento del ramo, o en farmacias, pero también están presentes en productos complementarios ampliamente utilizados desde hace muchos años en colombofilia: tanto la miel como la zanahoria las contienen en concentraciones elevadas y dan un rendimiento excepcional como recuperadores.

El segundo objetivo urgente en las llegadas es proporcionar agua. Durante muchos años he ofrecido agua con glucosa y electrolitos en las llegadas, pero hace ya tiempo que no los utilizo. Tardé en darme cuenta de una evidencia incuestionable, del hecho de que las palomas no sudan y por lo tanto no pierden tantas sales como me imaginaba durante el ejercicio. Mucho me temo que la situación metabólica en la que llegan de los concursos duros de fondo sea precisamente la contraria, la de lo que se da en llamar “deshidratación hipernatrémica”, de pérdida de agua pero con un exceso de concentración de sodio en el medio interno, situación que empeora, incluso, en las sueltas de mucho calor. Recientemente hemos leído comunicaciones en este sentido (1), pero me gustaría poder tener acceso a trabajos científicos serios sobre el tema para tener una opinión menos intuitiva y más cabal. Otra situación bien distinta es la necesidad de estas soluciones hidratantes en casos de diarreas, y otra cosa, también, es que pocas horas después de las llegadas, en una segunda fase de recuperación, las palomas deban tener acceso a distintos minerales para poder restañar una parte del íntimo quebrantamiento que sucede tras el esfuerzo realizado, pero no en las críticas primeras horas tras las llegadas.

Por último, la tercera de las urgencias sería la de revertir la situación de acidosis metabólica en la que su organismo está sumido tras horas de duro trabajo muscular. Aunque el acceso a las fuentes rápidas de energía (glucosa y fructosa) va a repararlo en buena parte, pienso que la administración de un poco de bicarbonato en el agua de bebida puede resultar de muy buena ayuda para acelerar la vuelta a una situación de equilibrio.

Resumiendo, agua, miel, una pizca de bicarbonato… y un poco de limón, ese magnífico antiséptico natural que también nos va a proporcionar antioxidantes en ese crítico momento, pero… cuidado con la sal.

(Primera parte. Mañana la segunda...)


Pabs.


domingo, 23 de julio de 2017

El baño, beneficioso y reparador para nuestras palomas.


 Los Domingos son para descansar. Colombófilos y palomas se lo tienen ganado. Que mejor que un reparador baño o ducha para certificar tan sagrado día.
Lo cierto es que de este tema se han escrito multitud de artículos y todos ellos
hacen referencia a los beneficios de esta práctica.
Hay días en los que a las palomas sólo les faltaría hablar. Parece como si nos lo rogaran.
Procuro dárselo desde que finaliza la campaña hasta que vuelve a comenzar. Desde el mes Mayo hasta Diciembre. A partir de ahí, continuo ofreciéndoselo pero muy a cuenta gotas. ¿La razón?. En plena competición trato de minimizar los riesgos de cualquier tipo de contagio, y el baño es un lugar dónde pueden suceder muchas "cosas" y no todas buenas. 
  Estoy muy de acuerdo con el escrito de más abajo, aunque no en el hecho, irrefutable para mí, que las palomas no beban al bañarse. Vaya si lo hacen, y mucho.
  No llevo las cosas al extremo, por ello si en competición amanece un día soleado y se tercia, se lo doy, pero son contadas las ocasiones en las que esto sucede durante los meses en los que las palomas, ataviadas con sus "trajes de guerra", sólo respiran competición. Lo cual demuestra, una vez más, que se puede competir con gran éxito sin dar baño a las palomas. 
Las cosas uno debe probarlas por sí mismo, no que te las cuenten.
Os dejo con el artículo en cuestión (Juan Salom Díaz).




Pabs.

sábado, 22 de julio de 2017

WIN MULLER.

 Un grande de las largas distancias.

   El mensaje sigue siendo el mismo, pero ya no me apetece comparar. Cada día que pasa, pierde parte de su sentido hacerlo. ¿Para qué?. Disfrutemos de todo el pack de la colombofilia en su conjunto.

  Hoy, algo más sosegado que ayer, me reconozco más abierto y menos radical en ciertas materias. Tengo, quizá, menos alergia a todo lo que huele a norte, y soy más ecuánime en mis reflexiones (quiero creer que es así). O quizá resulta  que  este encabezamiento
me ha quedado perfecto para el artículo, jajaja...Creédme, nada es negro ni nada es blanco.
 Generalmente uno tiene la posibilidad de hacerse con el pozo de la sabiduria en propiedad  con el paso de los años. En nuestros incios somos pura fuerza, con el tiempo, la técnica tiende (tendría) que aparecer.


  De Win Muller, tras la lectura de varios de los escritos que hablan de él, y de haber estudiado sus resultados con detalle, estamos en presencia, sin duda alguna, de un grande de la colombofilia de las distancias extremas.
  Nada ni nadie es perfecto, pero la digestión del texto, con algún punto de fricción con respecto a mi planteamiento colombófilo, no deja de ser una exposición fantástica de un sistema y colombófilo con resultados extraordinarios, y lo más importante, muy continuados en el tiempo.


  La cebada, el ayuno, no son pocas las cuestiones con las que no comulgo, pero indudablemente hay muchos caminos que conducen a Roma.
 Fijaos, como en otros artículos que he colgado recientemente,  se habla de la selección con mayúsculas, recurriendo en muchos de ellos, con mano firme, a la elminación de palomas. Jamás estaré de acuerdo con esas "formas". En lo personal no sacrifico palomas, por la sencilla razón de que no es mi estilo, y por otra, no me hace falta. Aquí no. Eso me diferencia de los portugueses Barros, Muller, etc...si ellos volaran aquí, rápidamente se adaptarían a la nueva situación. Una que no permite esas licencias porque la propia naturaleza hace ese trabajo por ti. Aquí debes dejar trabajar a la naturaleza, que la selección natural haga su trabajo. Como estamos hablando de gente inteligente (los campeones lo son) no tengo dudas que modificarían sus formas, pero tengo claro que su bandera seguiría siendo la SELECCION.

Como colombófilos nos encanta leer el manejo, el arte de otros, pero a la hora de la verdad, no somos iguales que ellos. No seleccionamos ni nos acercamos a esos niveles de exigencia. Ese es el cometido de todos estos artículos, que entendáis esa imperiosa necesidad y la llevéis a buen puerto en la medida de vuestras posibilidades.  


 No pierdo de vista que todas estas exposiciones tienen siempre un indudable componente comercial, donde miden con gran habilidad el discurso que transmiten, que debe sorprender a quienes va dirigido, pero, a pesar de ello, ejemplifica muchas verdades que son denominador común en todos los textos de cuña propia o de otros que voy acercándoos por aquí. 

Artículo del incombustible José Pereiro Francés, extraído de la Federación Colombófila del Principado de Asturias http://www.colombasturias.es/win-muller/


WIN MULLER.




 

El pasado 16 de Octubre, en León, expuso Win Muller de forma inequívoca sus saberes colombófilos y sus intenciones deportivas. Nos pareció a todos un hombre tremendamente disciplinado, que conduce su colonia de forma minuciosa y que diseña su quehacer sin fisuras. Como todo el mundo sabe, su objetivo pasa por conseguir que sus palomas compitan con éxito en las mas prestigiosas sueltas del gran fondo internacional. Lo hace utilizando machos y hembras en viudez y con un equipo de hembras al natural. Quedó explícita en la presentación su condición de profesional desde que en 1989 se constituyese el tándem Eijerkamp-Muller y la total dedicación de su familia al “trabajo” que su gran colonia necesita para poder estar en lo mas alto de la colombofilia.
En su palomar cada una de sus palomas debe ganarse duramente el derecho a poseer un posadero. Y cree que la razón de todo su éxito se debe a que posee palomas de calidad. Todo aquél que pretenda destacar en colombofilia está abocado al fracaso, dijo, si no tiene en cuenta esta premisa fundamental: es necesario tener “palomas buenas”.
Su temporada de concursos abarca los meses de Junio, Julio y Agosto. Necesita, por tanto, palomas que se adapten a volar las largas sueltas del gran fondo (1132 Km le da el Barcelona) en una época en la que el calor aprieta mas de lo que sería deseable para este tipo de eventos. Después de 29 años de estricta y extrema selección, cree que los animales que posee se adaptan perfectamente a esas exigencias. 


METODOLOGÍA.

  Para pasar el invierno sigue a pies juntillas los dictados de la naturaleza y mientras los árboles de los alrededores estén desnudos, sus palomas van a  permanecer encerradas en el palomar, descansando. Este lento acopio de vigor y de energía va a permitirle recoger, en el momento oportuno, los exquisitos frutos del verano. Así pues, al llegar al mes de Noviembre sus palomas son privadas de libertad, aunque mantiene machos y hembras juntos hasta que comienza el año nuevo. La viudez, cree, es un sistema que exige mucho al sistema nervioso de las palomas, y es necesaria esta “vuelta a lo natural”, que compense el estrés de la época de concursos. Una vez acabada la muda, ya en pleno invierno, separa sexos y ofrece comida con un ¡90%! de cebada. No quedó explicito qué tipo de comida ofrece durante la muda. Inmediatamente después de separar sexos, en Enero, somete a su colonia a una estoica “cura de limpieza”. Durante toda una semana se ahorra los dineros de la manutención y solamente les ofrece a sus palomas agua pura. Ayuno completo que él considera un magnífico método para “limpiar de toxinas el interior de sus palomas”. Pero no sólo es con fines terapéuticos por lo que pone en práctica este método. Hay una segunda intención selectiva detrás de todo ello: las palomas son palpadas antes y después de la “purga” y aquellas que pierdan complexión, las que adelgacen y no estén en condiciones similares a las de antes del ayuno, van a ser eliminadas sin ningún tipo de mala conciencia pues, probablemente, “no sirvan para volar el Barcelona”. Después de 25 años de llevar a cabo, temporada tras temporada, este tipo de selección, su colonia tiene hoy en día toda la fortaleza y el vigor que se necesitan para afrontar con éxito las larguísimas sueltas del gran fondo y así es que… “ya no cambian”. “Mis palomas no son de las que se quedan paradas en el tejado de un campanario, cansadas,  cuando vienen de regreso de una suelta” dijo en algún momento de su intervención.

  Al llegar la Primavera, los futuros voladores comienzan la obligatoria cría que precede a la viudez. En la primera semana de Marzo se abandona la cebada por un momento y las palomas reciben “comida fuerte” y 14 días consecutivos de vitaminas. Todavía no hace calor en Holanda por esas fechas y las vitaminas no corren el riesgo de degradarse en el bebedero. Con esta medida, pretende Muller que sus palomas tengan la oportunidad de recuperarse del duro invierno y que, al aparearse, todo ruede perfectamente. A los 3 días de haber juntado las palomas, las parejas ya están prácticamente hechas y estables y reciben entonces una primera cura de 7 días contra tricomonas, a la que siguen 3 o 4 días de vitaminas. Utiliza Ronidazol o Emptryl para las tricomonas y varia cada año de producto. Cuando empiezan a incubar, recurre de nuevo a la cebada para evitar gorduras innecesarias y, en cuanto los pichones alcanzan los 3 o 4 días, se sustituye por comida de cría para garantizarse una buena tanda de pichones. Con 14 días de vida, el mas pequeño de los dos se queda en el nido con su padre mientras que el mayor va a irse con la madre al suelo del palomar de las hembras, sobre la paja. Con esto consigue que los futuros voladores sufran una primera separación “poco traumática” y, de paso, consigue que las hembras se aquerencien mas fácilmente a su nuevo palomar. Llegado a este momento afronta los primeros entrenamientos y tanto machos como hembras van a ser encestados -sin ningún tipo de aproximaciones previas-, a 100, 150, y 300 Km, permitiéndoseles tan solo un breve encuentro a la llegada.
Al encestar para 300, los pichones se pasan al palomar de pichones y las adultas se quedan, provisionalmente, viudas. Se envía entonces a todo el equipo a la suelta de Orleáns (400 Km) y a su regreso vuelve a permitírseles una segunda postura. Pero tan pronto como aparezca el 2º huevo en la tartera, las parejas son separadas definitivamente y da comienzo, ya, el viudaje total. Con esta forma de proceder consigue varios objetivos: que sus palomas conserven sus plumas durante mas tiempo, que la totalidad de sus palomas entren en competición y sean testadas en la cesta y que, de alguna forma, el vínculo de pareja prime sobre la naturaleza de las hembras y sean más difíciles los emparejamientos entre ellas y la aparición de huevos y más huevos en su palomar, con lo que se daría al traste a todo el buen funcionamiento del sistema. El diseño del palomar de las hembras también juega un papel importante en la consecución de este último objetivo. Posee un pasillo anterior donde comen y beben tras el entrenamiento y un segundo compartimento con posaderos. Este tiene el suelo inclinado de tal manera que las palomas no tienen mas remedio que permanecer, sin otra opción, en su posadero. Las distintas columnas de posaderos están separadas, además, por una pequeña tablilla, la cual impide que las hembras puedan ver a sus vecinas y se apareen “a la vista”. El bebedero, -en el pasillo-, está colocado de tal forma que sólo una paloma pueda beber de cada vez y tan pronto como las palomas se encierran en el compartimento posterior ya no vuelven a tener acceso a el hasta el próximo día, tras el entrenamiento.

  Una vez viudas y viudos, los machos se entrenan una hora por la mañana y otra por la tarde y las hembras una hora y media a última hora del día. El sputnick permanece cerrado durante los vuelos y, aunque al principio puede tener que recurrir a la bandera para espabilarlas un poco, en muy poco tiempo se despreocupa totalmente pues “ya no las ve”. En cuanto les abre la pequeña trampilla entran rápidamente sin demorarse ni un segundo, según dijo. Las hembras comen en esta época cebada 100% y solo la noche previa al enceste van a recibir una “buena comida”. Los machos reciben un 80-85% de cebada  y hasta los 600 Km. sólo van a recibir comida fuerte los 2 días previos al enceste. Considera un buen indicador para predecir futuras hazañas el ver que las palomas “vuelen y coman bien”. Y comentó que en este aspecto no tiene demasiados problemas pues nunca le queda en el comedero ni un solo grano. “Demasiada comida es muy malo para las palomas”, tradujo el interprete alemán. “Siempre deben quedar con un poco de hambre”, dijo. “¡La cebada la comen por el hambre, que si no, la dejarían en el comedero!”. Según su forma de ver las cosas, la mayoría de los aficionados comete el error de sobrealimentar a sus palomas, tanto en cuanto a la cantidad (sus palomas están siempre con un punto de hambre y siempre “comerían más, si se les echase”) como en lo referente a la calidad (cree que se les ofrece “comida fuerte” con demasiada alegría).
Para la prueba de Orleáns sigue encestando sin aproximaciones previas, pero ya las deja juntas un buen rato tras el concurso. Puede ocurrir que las primeras palomas que vayan llegando, al no encontrar a sus respectivas parejas en el palomar, “liguen” con otras e incluso que alguna hembra se vaya con otro macho a un nidal que no es el suyo. Al final resulta que hay bastantes parejas cambiadas pero en cuanto las palomas se recuperan del esfuerzo, vuelven a formarse poco a poco las parejas originales. Cree Muller que este “juego” resulta de muy buena ayuda para estimular y motivar a sus palomas.

Una vez completos los aproximadamente 1500 Km. de vuelos de entrenamiento que él considera suficientes para preparar el concurso, -estamos a 3 semanas del primer enceste de gran fondo-, se hace una nueva cura contra tricomonas y tras 14 días de vuelos alrededor del palomar, en la 3ª semana, las lleva 3 o 4 veces a unos 100 Km. de su casa, -incluso cada día si el tiempo estuviese bueno-, para poner a punto el necesario “instinto asesino”, fundamental para despuntar en la alta competición. Para conseguir una motivación extra, el mismo día del enceste les permite que, a la llegada del entrenamiento de 100 Km, permanezcan machos y hembras juntos, les pone la cazuela en el nido, les echa paja o hebras de tabaco en el suelo e incluso las encierra un rato en su nidal para que se crean que van a comenzar un nuevo ciclo de cría. En esta última semana se les ofrece “comida buena”  a la que añade en tres últimos días semillas pequeñas y una pequeña cantidad de “cinco aceites” con la que moja la comida de la noche y en la que espolvorea una pequeña cantidad de leche en polvo para niños. Surgió la polémica de si este proceder podría ser o no acertado, pues las palomas no pueden digerir la lactosa de la leche. Puntualizó que la escasa cantidad de leche que utiliza (un cacito tan solo) probablemente no llegue a suponer un problema y sí, en cambio, va a mejorar la calidad nutricional de la mezcla, pues mejora el perfil de aminoácidos de la ración. Con esta forma de alimentar, sus palomas comen bien y garantiza que el gasto extra de energía que supone el que la pareja esté junta el último día no sea un handicap demasiado grande. Efectivamente, por la noche, al encestarlas, parece como si su estado se hubiese deteriorado algo pero el cree que, a las pocas horas de estar en la cesta las palomas ya empiezan a parecer otra cosa y a ponerse “como un balón” porque realmente cree que éste es el momento de máxima forma de sus palomas. Hay que tener en cuenta que las palomas permanecerán 5 días en la cesta antes de ser soltadas en Barcelona y que, al haber gastado mucha energía el día del enceste, los días siguientes van a comer muy bien con lo que el día de la suelta se encontrarán en perfectas condiciones. Y ahí están los resultados para corroborarlo.

  Tiene Muller, además, un equipo de palomas al natural donde sólo compiten las hembras. Son sometidas a un régimen de entrenamientos similar al de los machos viudos, es decir, vuelan cada día alrededor del palomar una hora mañana y tarde, hacen el mismo plan de sueltas de preparación y, la semana que precede a las sueltas importantes, también hacen las 3 o 4 sueltas de motivación desde 100 Km, aunque, en este caso, con los machos esperando por ellas en el palomar. Incluso les prepara la misma mezcla que a los viudos (80% de cebada), si bien está durante todo el día a su disposición con lo que se garantiza que no dejen de comer porque estén incubando. La última semana rebaja la cebada al 50% y los dos últimos días ofrece 100% comida de concurso. Con esta forma de proceder consigue modular la forma de sus palomas, ajuste que considera “de lo más conveniente” pues “No puedes mantener un 100% de forma durante toda la temporada”. El diseño del programa que realiza va encaminado a conseguir un óptimo estado de forma el día de la suelta.
Respecto a la cronología de las puestas, las cosas se hacen dé tal manera que el día del enceste para Barcelona sus palomas al natural dejen en la tartera pichones de 2 días de vida, que el día de la suelta tendrán 7 días. De esta manera, opina, la papilla que producen en su buche, de un altísimo valor nutritivo, va a ser utilizada en su propio provecho. Muchos colombófilos de su entorno, dijo,  encestan sus palomas al natural con pichones de 7 días, en plena forma, pero el día de la suelta, 5 días mas tarde… desafortunadamente para ellos, su estado ya no es el mismo.
Cuando sus palomas al natural llegan al palomar, no encuentran  pichones y se vuelve a comenzar un nuevo ciclo para preparar la siguiente suelta (Perpignan, 5 semanas después). Preguntado al respecto, comentó que sus palomas van a Barcelona subiendo, generalmente, la primera pluma.
 
 

LA CRIA.

Win Muller está convencido que lo más importante para poder conseguir éxito en la cría es tener en la reproducción buenas palomas. Y cree que es más sencillo hacerlo con una sola familia de palomas. Algunos aficionados, dijo, confeccionan en sus palomares una raza indefinida con muchos orígenes y esto… es una lotería. Dice que él ha intentado crear una nueva raza insistiendo siempre con la misma sangre y que después de estar 29 años criando con palomas de la misma familia sigue consiguiendo muchos primeros premios. De hecho, lleva 13 generaciones después de su “superpareja”, y cuando ve los resultados de sus nuevas pruebas, dice no tenerle miedo al futuro.

Explicó que se debe comenzar con una pareja A-B. Con sus hijos A1 y B1, 50% de genes de cada uno de sus padres, hace el cruce padre-hija y madre-hijo y establece dos cultivos diferentes, uno con predominio de sangre A y otro con predominio de sangre B. Observa entonces qué líneas funcionan mejor, evaluando el resultado en los concursos, y escoge para seguir el cultivo a los mejores voladores, es decir, por su rendimiento deportivo, eliminando a los que no rindan. Al poseer las dos líneas de cultivo, hace luego cruces entre ellas. A pesar de hacer una consanguinidad intensiva, fundamentalmente padre x hija o madre x hijo, los resultados en la cesta le resultan satisfactorios. El cruce entre hermanos o medios hermanos no los considera consanguíneo, aunque también puede realizar estos apareamientos si en algún momento lo cree conveniente para el buen desarrollo de su colonia.

A instancias del público reconoció que, en algunas ocasiones, algún animal va directamente al palomar de reproducción sin haber pasado por la criba de la cesta. Son hijos o hermanos de palomas extraordinarias a los que Win “ya les veía en la tartera que eran magníficos”. Así, por ejemplo, la “superduivin” 2481469-75, o el “Golden Breeder”, 2174352-87, hermano puro de la saga de las Madonas y que también pasó directamente a la reproducción sin haber competido y que resultó ser, como la “superduivin”, un “criador de oro”. A la pregunta del porqué eligió esas palomas a la mano y no otras, o cuáles eran las características “extras” que adivinó en ellas, contestó Win Muller lo que, para el que tomó estas notas, fue de lo más crucial de su discurso: “¡la superpareja salió!, ¡pero… otros cruces no funcionaron!. Si en 2 o 3 años una paloma no da nada en la cría, ¡fuera!, Hay que saber eliminar lo que no vale”. Es decir, selección espartana unida a una  búsqueda incansable de las combinaciones genéticas ideales y, una vez encontradas, aprovecharse del filón y no perderse, no soltar la buena pista de las evidencias. ¿Cuantos palomares son fugaces luminarias en el firmamento colombófilo sólo durante el tiempo que les dura una pareja de cría o un buen volador y luego regresan al mas completo anonimato por no haber sabido tomar en el momento adecuado las decisiones pertinentes?. Aquí está una de las claves, uno de esos sutiles matices que diferencia a los grandes colombófilos.
A la hora de hacer las parejas, cree Muller que las compensaciones no pueden arreglar grandes desequilibrios, o, al menos, que no vale la pena intentarlo. El, en todo caso, intenta hacer sólo “pequeños ajustes”. Tampoco dio mucho pabilo a la teoría de aparear palomas con ojos de distintos colores y al preguntarle mostró, socarrón, un folleto donde salían sus cuatro primeras palomas del Barcelona de este año (6ª, 19ª, 29ª y 54ª internacional entre 28.095 competidoras), todas ellas con el mismo ojo. “Es difícil que yo aparee ojos distintos. ¡Todas mis palomas los tienen iguales!”.


PLAN DE SELECCIÓN.

Cría habitualmente unos 125 pichones para su uso y no hace selección “a la mano” sino solo por criterios de salud. Con tanto pichón, no le duelen prendas eliminar a alguno que esté con mala pinta. “Ya es bastante difícil ganar con palomas buenas y sanas, que con enfermas… ¡Uf!”. Del grupo inicial le quedan unas 100 – 110 para el siguiente año. De yearlings les exige 3 o 4 vuelos de 500 Km. y no se fija en los premios conseguidos. Los vuela en celibato, con lo que, al pasarlos al palomar de viudos con 2 años, van a adaptarse muy bien al cambio. Hubo un tiempo, -por lo que dijo-, en el que volaba a los añeros apareados, pero dejó de hacerlo porque luego tenía problemas de adaptación cuando los cambiaba al palomar de viudos.

  Suelen quedarle unos 70 ejemplares para el 2º año.
En otro orden de cosas, y siguiendo con sus criterios de selección, sus palomas siempre fueron capaces de volar con mucho calor, en concursos con 35 – 38 ºC de temperatura. Son palomas, nos dijo, que siguen volando mientras otras se paran por el bochorno del verano. Para haber podido conseguir esto, simplemente elimina a las que no sean capaces de hacerlo y lleguen con el pico abierto. Este año, sin ir mas lejos, -nos contó-, había 42 ºC desde los Pirineos hasta el Macizo Central francés el día del Barcelona y 10 palomas con su sangre se clasificaron entre los 25 primeros nacionales / 45 internacionales, marca, a todas luces difícil de igualar. Esto es consecuencia de una selección estricta practicada a lo largo de muchas temporadas.
 


Pabs.

viernes, 21 de julio de 2017

Simplemente "SEVE".


Post a post me vais conociendo un poco mejor. Soy y fui un verdadero apasionado del deporte. De casi cualquiera. Hoy el imperio del dinero y que uno emplea su tiempo en otras cuestiones, me han alejado de muchos de ellos. Se hace difícil ver un combate de boxeo, un British Open, incluso unos cuartos de final de Wimbledon. 
En otra época, conocer y disfrutar de sus evoluciones, resultaba mucho más sencillo. 


 Siendo un niño recuerdo unas imágenes que captaron mi atención, de las que jamás me he podido desprender, y que hoy me resultan más extrañas al ponerlas en situación. 
En los televisores de la época, enormes aparatos que ocupaban medio salón, una escena hipnotizó los ojos de aquel niño.Frente a aquella caja mágica que hablaba, cientos de aficionados seguían embelesados las evoluciones de un golfista español. Un joven de cabello moreno,  entre tanto rubio,  que sostenía un palo de golf con su mano, estaba rodeado de muchisima gente que perfectamente alineada delimitaba  las calles del hollo 18. ¡Acababa de ganar el BRITISH OPEN!. 
Con el tiempo descubrí que Severiano Ballesteros (1957-2011) fue una de las mayores irrupciones que ha tenido el mundo del golf. No sólo fueron los cinco Majors que obtuvo, sino una forma de entender el juego con una pasión y obstinación brutal, cincelada especialmente en su niñez. Un deportista dotado de un carisma sin precedentes.
Ayer pude ver la película-reportaje del año 2013, SEVE. Os la recomiendo. Ahí uno toma plena consciencia de la magnitud de su figura. Conocía de sus logros, pero no de su historia desde niño. Del cómo se gesto Seve. Magnífico.

¿Qué tiene que ver todo esto con la colombofilia? Nada y todo. La disciplina y obsesión que atesoraba Seve, junto al don natural con el que nació, le convirtieron en un de los mejores golfistas de siempre. Él creía en si mismo. Cuando ello sucede, no hay más de que hablar. 


Al hilo de Seve, ayer me tope con este artículo, en el que se conmemoraba el aniversario del CLUB COLOMBOFILO MONTAÑES (Cantabria), 1933-1983, resaltandose la figura de Orestes Cendero.
La obstinación por romper barreras y límites siempre será digno de elogio. En este sentido en Menorca (Islas Baleares) en el año 1980 se logró marcar de 850 km, pero tras eso se durmieron entre sus sábanas...Tuvieron que pasar más de 30 años para que esas sensaciones regresaran a la isla. No perdiendo de vista que las dificultades de la isla son grandes, todo ese tipo de situaciones las provocan las personas no los lugares.
En este sentido, el artículo de hoy es digno de resaltar precisamente por ello. Las personas cambian la historia.
Os dejo con el texto.





Pabs.




jueves, 20 de julio de 2017

Las palomas de la posgerra.

Desde mis imberbes comienzos, siempre tuve un punto romántico con el mundo de la paloma, y todo aquello que de alguna forma iba perdiéndose con el devenir de los años. Es algún tipo de desviación /comportamiento que he podido observar en muchos de nosotros. Perpetuar una línea de palomas, que otros llevan décadas trabajando, suele ser un gran anzuelo de motivación. Una obsesión, con claros y oscuros, para que toda esa labor no se extravíe definitivamente.
En mis palomas hay una indudable base en aquellas palomas (seguramente mal llamadas) Bricoux-Sion que en los años setenta (70) circulaban por estos lares. 
Como en mil situaciones que te plantea la vida, hubo un momento en el que tuve que decidir. Sobre el tapete había dos opciones muy definidas. Perpetuar ese maravilloso acervo y sumergirme de lleno en mantener una serie de características, o con esa base construir mejores palomas y moverme en el momento que me había tocado vivir. Me decanté por lo segundo, pues mi faceta de seleccionador sobrevuela cada uno de mis movimientos y prevalece por encima de  cualquier otra cuestión. No cultivo "nombres", construyo palomas. Mi trabajo no lleva los apellidos de nadie porque sería injusto conmigo mismo y mentiroso con la verdad. Los grandes fue precisamente lo que hicieron. No conservaron nada, sólo lo que mejor funcionaba que es a la postre lo que nos hará seguir evolucionando.
En mi palomar sigue habiéndo cruces en gran pureza de ese punto de partida, que suelen ser esas palomas mosqueadas (también azules) que observáis a menudo en el blog, pero siempre pesó más la faceta deportiva que la romántica.









Las "líneas viejas", lo antiguo, esas fotos color sepia, instantáneas de entregas de premios con sus protagonistas "uniformados" con sus mejores galas, traje y corbata de la época. Impensable en la actualidad. No sé a vosotros, pero a mi me emana a un maravilloso viaje en el tiempo.
Fijaos en la fotografía que encabeza este artículo. La esposa de Alois Sitichelbaut y Miguel Descamps-Vam Hasten frente a la puerta del sótano dónde fueron  escondidas las palomas durante la guerra de 1940-1944. La historia esconde increíbles historias.
Os dejo con un enorme trabajo de Mariano Torres que nos habla de las mayúsculas dificultades que en aquella horrible segunda guerra mundial y sus años de posguerra,  aquellos enamorados de las palomas de carreras padecieron, pero cuya obstinación, trabajo  y perseverancia fueron cruciales para poder hoy disfrutar de estos maravillosos animales.







Pabs.