Siempre hallaremos ejemplos al contrario, colombófilos que no limpian, que les suministran las peores mezclas del mercado, aquellos en los que el desconcertante aspecto de sus bebederos hablan muy mal de su interés por unos animales extraordinarios. Y a pesar de ello, a pesar de que nos hablan orgullosos de su apatía por un cierto orden, alguno encontraréis con algún buen resultado que otro. Cada cual escoge su camino, pero esto no significa que ese tipo de itinerarios sea válido para todo el mundo. Yo prefiero uno que me de resultados estables cada año, que me permita avanzar, y no otro que me suene la flauta cada tanto en tanto. Cada uno es libre de escoger el suyo...
Para mi no es decisivo si ofrezco o no la mezcla más cara del mercado a mis pupilas. Más caro no siempre significa mejor. Si lo es en cambio, la proporción de los granos y el abanico de pequeños trucos para que las palomas entren bien en la comida. Comer, comen todas, pero para poder entrenar como toca, alimentarse bien se convierte en una obsesión.
Ciertamente son animales de costumbres pero en nuestras manos reside el éxito. Todo es un juego, y hay que tratar de pensar como lo hacen ellas para conseguir que trabajen de la forma que nos interese a nosotros.
Os dejo con la segunda parte de la Alimentación en la colombofilia de José Pereiro Francés perteneciente a su libro “Lidando con pombas”.
Alimentación en la colombofilia.
Del libro
“Lidando con pombas”
José
Pereiro Francés.
Apenas un poco después, atendidas ya las urgencias, es necesario ir reponiendo las estanterías vacías de su despensa energética (hidratos y grasas) pero eso puede hacerse con calma. El plan va a depender de las necesidades deportivas de las carreras que vengan a continuación. Si estamos en sueltas de poco kilometraje y el desgaste energético fue escaso… pues parece adecuado ofrecer una alimentación ligera. Si la suelta precedente fue dura y sospechamos que hubo deterioro muscular añadido… pues precisaremos aportar una alimentación que, sin sobrecargar la función renal, aporte un adecuado perfil de aminoácidos -los elementos proteicos más elementales- para reparar la quiebra que pudiese haber en las fibras musculares de los atletas. Los laboratorios ofrecen suficientes productos para este cometido, pero también los colombófilos han utilizado soluciones alternativas desde hace tiempo. Cuando yo me inicié en colombofilia me sorprendió leer que un famoso cronista recomendaba administrar una bolita de carne directamente en el pico de las palomas que llegaban del concurso (2). Otros colombófilos utilizaban la leche para el mismo cometido. Evidentemente que las aves no son ni carnívoros ni mamíferos y que su capacidad para digerir estos alimentos es bastante limitada. El método del “extrusionado” (alimentos sometidos conjuntamente a calor y a presión) es utilizado por la industria alimentaria para animales para “predigerir” alimentos “indigeribles” y son bien conocidos por los colombófilos. Yo, personalmente, prefiero utilizar el yogur cuando quiero mejorar el perfil proteico de la ración, pero también se podrían utilizar cualquier otro tipo de leche acidificada (kéfir, bio-yogures,) o incluso el queso fresco. Son alimentos que derivan de la acción de diversas bacterias o de hongos sobre la leche, con lo que la lactosa original de la leche se transforma en a. láctico, volviéndola así más digerible. Además tienen el valor añadido de ser “alimentos funcionales”, con características probióticas, lo que podría resultar una ventaja inmunológica añadida al mejorar el ecosistema intestinal, aunque esto no sean más que fundadas sospechas y todavía no evidencias científicas.
En algún lugar he leído que Marijn van Geel, el famoso colombófilo holandés, utilizaba “Nutrisoja”, una leche especial para los niños que padecen alergia a proteínas de leche de vaca y que no tiene lactosa en su formulación. También Win Muller, otro conocido colombófilo holandés confesó en el Aula Colombófila Internacional que había organizado el Club colombófilo Leonés en el año 99, que usaba leches infantiles (no dijo marcas) en los días previos a los encestes de gran fondo “para llenar los depósitos” de sus voladores.
Otro alimento con un excelente perfil proteico que tengo usado es el huevo, en concreto la clara de huevo, pletórica de albúmina, la llamada proteína patrón, y que cocida y en pequeños trocitos puede ser introducido directamente en el pico de las palomas que lleguen “deshechas” después de un concurso devastador. Puedo dar fe de que consigue unas recuperaciones espectaculares. No me gusta usar huevo crudo por miedo a la contaminación por salmonela y para evitar la acción de determinados elementos anti-nutritivos que posee cuando no son inactivados por la cocción.
Aunque el tema que tratamos es el de la alimentación, ya que estamos hablando de recuperación tras el esfuerzo, no puedo dejar de mencionar otros dos pequeños detalles para después de los concursos: el llamado “descanso activo”, es decir, un poco de ejercicio unas horas después de la llegada, algo que se hace en muchos deportes pero que resulta muy complicado para los que tenemos a los depredadores continuamente encima de nuestros palomares, y el reposo, el descanso efectivo, verdadero bálsamo y reparador extra contra la fatiga.
Poco mas arriba tocábamos el tema de la preparación para los concursos y nombrábamos a Win Muller. Otros campeones utilizan estrategias distintas aunque igualmente efectivas. Hay quien usa el mismo tipo de ración durante toda la temporada deportiva y hay quien usa depurativa los primeros días del ciclo entre sueltas. Hay quien añade maíz los días previos al enceste, hay quien prefiere usar cacahuetes y hay quien no hace nada en especial. Hay quien les da de comer todo lo que quieran y hay quien pesa meticulosamente la ración que les sirven. Hay quien las hace volar ligeramente alrededor del palomar y también hay quien las entrena duramente. Difícil desentrañar esta maraña. Me da la impresión que el denominador común, antes aún que las metodologías, es la determinación y la voluntad del colombófilo, como si existiese un canal invisible por el que éste transmitiese su espíritu ganador a las palomas.
Poco más arriba tocábamos el tema de la preparación para los concursos y nombrábamos a Win Muller. Otros campeones utilizan estrategias distintas aunque igualmente efectivas. Hay quien usa el mismo tipo de ración durante toda la temporada deportiva y hay quien usa depurativa los primeros días del ciclo entre sueltas. Hay quien añade maíz los días previos al enceste, hay quien prefiere usar cacahuetes y hay quien no hace nada en especial. Hay quien les da de comer todo lo que quieran y hay quien pesa meticulosamente la ración que les sirven. Hay quien las hace volar ligeramente alrededor del palomar y también hay quienes las entrenan duramente. Difícil desentrañar esta maraña. Me da la impresión que el denominador común, antes aún que las metodologías, es la determinación y la voluntad del colombófilo, como si existiese un canal invisible por el que éste transmitiese su espíritu ganador a las palomas.
Mi opinión es que, además de con otros métodos, con la alimentación podemos acelerar o retrasar la “puesta a punto”, y que tanto mal podemos hacer consiguiendo el pico de forma antes del día de la carrera como si en ese día crítico todavía no lográsemos llegar a alcanzarla. También podemos echar mano de Muller para ilustrar esto. Cuando estuvo en León nos dijo que sus palomas iban a la cesta en una condición “bastante deplorable”. Todos quedamos sorprendidos. Comentó que volaba en viudez total, machos a un lado y hembras a otro, y que juntaba sexos el día antes de los encestes para gran fondo, dejándoles pisar e ir al nido, y que les echaba paja o hebras de tabaco para incentivarlas. Ese día ni comían, claro, todo era fuego, y cuando las encestaba, tenían un aspecto “lamentable”. La clave de su estrategia, según decía, se basaba en el hecho de que cuando se encesta para Barcelona, las palomas todavía tienen que permanecer 5 o 6 días más en las cestas antes de ser liberadas y que es durante ese tiempo, con reposo e con el maíz que se les proporciona, cando se ponen perfectas. En cambio, las que se encestan en el pico de la forma, 6 días después están ya totalmente fuera de punto.
Aunque nuestras palomas no acostumbran a permanecer tanto tiempo en las cestas, creo que podemos sacar algunas conclusiones con la historia.
Como ayudarles a dar ese “subidón”? Analicemos la estrategia de Muller: Win se aprovecha de dos circunstancias: el reposo que supone estar 5 o 6 días quietas en la cesta, y el abastecimiento energético. En la suelta de Barcelona proporcionan maíz como único alimento para las voladoras. El maíz es un cereal con un alto porcentaje de grasas y, aunque que no llega al nivel que suministran los cacahuetes, tiene en cambio una menor carga proteica, por lo que resulta todavía más idóneo ya que no son proteínas precisamente lo que se necesita en este momento. El ajuste, como ya comenté más arriba, dependerá de las previsiones meteorológicas y de los kilómetros de la suelta pero ya sea con maíz, cacahuetes, alpiste o con una cucharadita de aceite mezclada en la ración, el objetivo viene a ser el mismo: llenar los depósitos grasos. Para esto no sirven los alimentos con un alto porcentaje de proteínas (guisantes, vezas...), que solo conseguirían sobrecargar innecesariamente la función renal y la consiguiente aparición de carnes azules. La estrategia debe ser similar a la que emplean los corredores de maratón en los días previos a la carrera: pico de trabajo para vaciar los depósitos de glucógeno muscular y hepático seguido de tres o cuatro días de carrera ligera, junto a una alimentación a base de pasta para volver a llenarlos. En vez de grasas, la fuente energética de los deportistas humanos es básicamente la de los hidratos de carbono.
Un comentario acerca del aceite. Personalmente acostumbro a emplear aceite de oliva virgen, todo un milagro de la naturaleza, porque las mezclas de aceites (oliva, girasol, maíz, soja, cártamo, de hígado de bacalao...) que existen en el mercado no mejoran su calidad energética, que es lo que busco, aumentar apenas un poco la carga grasa de la alimentación en un determinado momento de la campaña, el momento del concurso, y no tanto sus bondades como complemento alimentario. Lo que si ofrecen las mezclas de los distintos aceites es lo que se espera de diversificar la dieta: aumentar su espectro nutricional. Las posibilidades de que nuestras palomas tengan acceso a los distintos ácidos grasos esenciales son mayores si les ofrecemos una dieta variada. Con todo, no debemos olvidar que nuestras aves son fundamentalmente granívoras y que debemos ser especialmente cautos con las cantidades empleadas.
Hay otro par de detalles referente a las mezclas que también merecen un comentario.
Aunque parezca una obviedad, debemos de procurarnos una mezcla de calidad, que parezca rebosante de salud, llena de vida, con todos sus nutrientes a disposición de nuestras atletas, óptima. No lloremos ese gasto. Cuando los hermanos Janssen tenían problemas en los concursos, lo primero que testaban era la calidad de la comida que estaban utilizando. La humedecían un poco y observaban si germinaba. Y si no lo hacía, tiraban con ella.
También hay que procurar que la mezcla esté bien seca, cuestión que no tiene que ver solo con la economía (pagar el agua al precio del grano) sino también porque compromete el equilibrio inmunológico de nuestras aves al aumentar las posibilidades de contaminación, entre otros, por aspergilus, unos hongos ubicuos que pueden parasitar el grano (cacahuetes, pipas de girasol, cereales) en cuanto encuentran un ambiente de calor y un substrato humedecido. Provocan la aparición de aflatoxinas, unos inmuno-tóxicos desencadenantes de graves enfermedades hepáticas.
Otro motivo de preocupación resulta la presencia de plaguicidas en el alimento debido a su uso rutinario en los extensivos monocultivos actuales. Pero este no solo es un problema de nuestras palomas y de su hipotética relación con el rendimiento deportivo, también nos toca sufrirlo a nosotros mismos en nuestra salud.
Dicho esto, veamos ciertos detalles interesantes respecto a las semillas que utilizamos (3)
Cereales
|
Calorías
x 100 gr.
|
Proteínas
gr. x 100
|
Grasas
gr. x 100
|
Hidratos
Carbono
gr. x 100
|
Arroz
|
355
|
8,2
|
0,6
|
77
|
Avena
|
384
|
14,3
|
7,7
|
65,2
|
Cebada
|
355
|
8,6
|
1,4
|
78,2
|
Trigo
|
356
|
10,8
|
2,3
|
75
|
Maíz
|
364
|
9,6
|
3,5
|
73,9
|
Legumbres
|
Calorías
x 100 gr.
|
Proteínas
gr. x 100
|
Grasas
gr. x 100
|
H.
Carbono
gr. x 100
|
Guisantes
|
323
|
23,5
|
1,8
|
62,3
|
Lentejas
|
339
|
23,7
|
1,2
|
62,5
|
Otras
|
Calorías
x 100 gr.
|
Proteínas
gr. x 100
|
Grasas
gr. x 100
|
H.
Carbono
gr. x 100
|
Cacahuete
|
550
|
26,1
|
44,2
|
20
|
Soja
|
342
|
34,9
|
18,1
|
34,3
|
Por
un lado observamos que los cereales tienen pocas calorías más que
las leguminosas, mientras que estas tienen, en cambio, una mayor
calidad proteica. Hay que señalar que el perfil de aminoácidos de
estos dos grupos se complementa para mejorar la calidad de la dieta
en cuanto se suministran conjuntamente. Mientras que las leguminosas
son pobres en metionina, un aminoácido azufrado que tiene que ver
con la estructura bioquímica de la queratina de la pluma, los
cereales la tienen en muy buena proporción. Y con la lisina, otro
aminoácido, pasa otro tanto de lo mismo pero justamente al revés,
son las leguminosas quienes compensan el pobre aporte de los
cereales. Son alimentos complementarios.
Los datos también desmitifican la creencia de que la cebada no alimenta, pues vemos que su carga calórica es similar a la de todos los demás cereales. Es por su menor calidad proteica y porque apenas tiene grasa, por lo que, junto con el arroz, se utiliza como “depurativa”. También queda claro el potencial energético de los cacahuetes y de su riqueza grasa.
El último comentario va sobre las proporciones ideales de los distintos granos en las mezclas. En nutrición humana se habla de unas determinadas proporciones de principios inmediatos para conseguir una dieta equilibrada (la dieta ideal debe contener un 55-60% de hidratos de carbono, un 30% de grasas y un 10-15% de proteínas) pero no sabría decir si esa es también la proporción ideal en la dieta de nuestras palomas. En cambio, sí que podemos extrapolar perfectamente otra de las características de la dieta saludable: que sea variada, diversificada.
Para el manejo en el día a día, estamos todos de acuerdo en que durante la cría debemos incrementar las proteínas para favorecer el crecimiento de los pichones: es difícil crecer con pocas proteínas. Por eso aumentamos la cantidad de guisantes, habas o lentejas, semillas que ya sabemos que las poseen. En cambio, durante la temporada deportiva echamos mano de los cereales para tener acceso a una generosa fuente de hidratos de carbono y por tanto de energía. Y durante la muda debemos ofrecer una alimentación en la que no falten los llamados aminoácidos azufrados (metionina, cistina) pues su carencia comprometería la formación de la queratina, la proteína estructural de las plumas. Es la razón por la que las mezclas de muda acostumbran a tener, entre otras semillas, más pipas de girasol.
Resumiendo, utilicemos mezclas con buen grano, variadas, secas, y que tengan capacidad de germinar. Procuremos ofrecerles espinacas, coles, nabizas, verduras diversas, ajo, cebollas, zanahorias y otras verduras y hortalizas. Empleemos con criterio aceites variados, yogurt, pequeñas semillas, levadura de cerveza, concha molida, arcilla, carbón vegetal, un buen grit... Resulta la mejor opción para garantizar que todos los distintos nutrientes de los que hablábamos al principio estén a disposición del organismo de nuestras palomas, listos para su utilización. Un sendero indispensable para nuestras atletas.
Los datos también desmitifican la creencia de que la cebada no alimenta, pues vemos que su carga calórica es similar a la de todos los demás cereales. Es por su menor calidad proteica y porque apenas tiene grasa, por lo que, junto con el arroz, se utiliza como “depurativa”. También queda claro el potencial energético de los cacahuetes y de su riqueza grasa.
El último comentario va sobre las proporciones ideales de los distintos granos en las mezclas. En nutrición humana se habla de unas determinadas proporciones de principios inmediatos para conseguir una dieta equilibrada (la dieta ideal debe contener un 55-60% de hidratos de carbono, un 30% de grasas y un 10-15% de proteínas) pero no sabría decir si esa es también la proporción ideal en la dieta de nuestras palomas. En cambio, sí que podemos extrapolar perfectamente otra de las características de la dieta saludable: que sea variada, diversificada.
Para el manejo en el día a día, estamos todos de acuerdo en que durante la cría debemos incrementar las proteínas para favorecer el crecimiento de los pichones: es difícil crecer con pocas proteínas. Por eso aumentamos la cantidad de guisantes, habas o lentejas, semillas que ya sabemos que las poseen. En cambio, durante la temporada deportiva echamos mano de los cereales para tener acceso a una generosa fuente de hidratos de carbono y por tanto de energía. Y durante la muda debemos ofrecer una alimentación en la que no falten los llamados aminoácidos azufrados (metionina, cistina) pues su carencia comprometería la formación de la queratina, la proteína estructural de las plumas. Es la razón por la que las mezclas de muda acostumbran a tener, entre otras semillas, más pipas de girasol.
Resumiendo, utilicemos mezclas con buen grano, variadas, secas, y que tengan capacidad de germinar. Procuremos ofrecerles espinacas, coles, nabizas, verduras diversas, ajo, cebollas, zanahorias y otras verduras y hortalizas. Empleemos con criterio aceites variados, yogurt, pequeñas semillas, levadura de cerveza, concha molida, arcilla, carbón vegetal, un buen grit... Resulta la mejor opción para garantizar que todos los distintos nutrientes de los que hablábamos al principio estén a disposición del organismo de nuestras palomas, listos para su utilización. Un sendero indispensable para nuestras atletas.
- Ocorrencias bioquímicas nos pombos durante e após os concursos. Gordon Chalmers. Mundo Columbófilo nº 997. 2008; p.22.
- Curso de columbofilia. Landercy, H. Ed. Mundo Columbófilo, 3ª Ed. 1982; p.99.
- Tablas de composición de alimentos. 1981. Lab. Alter, división dietética.
Cangas,
febrero de 2009.
Pabs.