domingo, 18 de marzo de 2018

Preparatorios para la gran final. Villajoyosa.

Recién llegados de Villajoyosa, y mezclados con los de Torrevieja de la semana anterior.

    La semana comenzó complicada. Últimamente, como si el frío invierno hubiera decidido despedirse con ganas, usando las dos manos, no hay respiro. La inestabilidad es una constante, y de ella estamos siendo todos testigos en nuestro país.
Tras el Torrevieja de la semana pasada, las que habían ido a Formentera, tenían la obligación de pasar por lo que, para ellos es un velocidad, y para mi se convierte en un medio fondo con tres saltos de mar. Es un peaje que asumo, de hecho no cambia nada con respecto a otras temporadas. En un elevado porcentaje a mis palomas, a todas, las hago pasar por ese filtro de península. Sucede sin embargo, que hay situaciones en las que puedo jugar con ello, y no ser tan inflexible. No, no es el caso este año. De este modo, las palomas que para el Formentera habían sido enjauladas el Jueves y soltadas el Sábado pasado, tres días más tarde, el miércoles, las envié por MRW  a Palma para que las enjaularan el Jueves, y fueran soltadas ayer en el Villajoyosa, 420km. Un salto más de mar, un día más de jaula. Todo ello va sumando.
  El día se presentaba feo, algo que ya sabíamos los días previos al enjaule. A medida que la jornada iba tomando forma, el viento a favor se incrementaba hasta alcanzar cotas dañinas, y con él venía agua. Son los típicos fines de semana, que si está en mi mano, no enjaulo, porque el viento a favor tan fuerte es sinónimo de peligro, de perder palomas y de no ganar nada a cambio, pero como comento, no había un plan "B". 
Tal y como se preveía, fue una suelta rápida. Se marcaban las primeras palomas en el sur de la isla de Mallorca sobre las 2 horas y media de vuelo. Tuve que esperar una hora y media más para ver aparecer dos machos juntos. ¿Velocidad?, a unos 1550, 1600 mm. No, no me gusta. Conozco el desarrollo de este tipo de sueltas.  Suelen ser tardes muy aburridas, como así fue.
En Mallorca, la evolución fue similar, llego un grupo reducido y luego nada. Comenzaba otra batalla. Lo mío fue similar, dos juntas, al cabo de 10 minutos otra más, y luego nada. Un peligroso silencio. Había enjaulado 20 palomas, de las cuales 15 eran machos, lo que ya de por sí, en estas tierras es algo imprevisible. Como comentaba el otro día con un amigo en una amena charla colombófila, a los machos les falta, quizá, un mes para activarse. Algo, que volando en las fechas actuales, es del todo imposible. 
Tras la agonía de un silencio anunciado, fueron llegando palomas. El desarrollo de la carrera se prolongó por una hora, y todas las que fueron llegando, lo hicieron desde el norte, pasadas, muy pasadas, lo que nos da una idea de lo que probablemente debió suceder en algún momento  de la carrera con el resto de náufragos. Tras eso, hora de comer y no llegó nada más. Ni más ni menos que el formato de suelta con viento a favor fuerte. La cosa se quedo en 11 de 20, que siendo mayoría machos, no estuvo mal del todo. En Mallorca la suelta no fue buena. Hoy cierran relojes y van llegando palomas, pero ayer los que lo tenían bien estaban en el 50% o algo más en algún caso, pero el contraste fue grande, pues los había con 1/5, 0/6, 1/10, etc...Fue por barrios, como siempre, pero quizá el contraste en esta ocasion fue mayor si cabe.

Segundo día de suelta. Me levanto con el café oficial para estas ocasiones, pero sin la ilusión de otras veces, porque sé de la dificultad de ver alguna paloma a lo largo del día cuando las sueltas son como este Villajoyosa.

Como anécdota. La tarde anterior me cogieron una paloma en el norte de Mallorca (Portocristo) en una zona a punto de saltar, pero ya sin fuerzas. No vemos el sufrimiento de unos animales que se vacían por llegar a casa.
En lo personal, no disfruto este tipo de sueltas, porque no gano nada con ellas y pierdo mucho. Las que llegan, no me han demostrado nada, y el riesgo es enorme. 
En el primer Formentera, a lo largo del segundo día recuperé hasta 8 palomas soplando viento a 30 km/h de cara. Excesivo, sí, desde luego, pero con posibilidades para una paloma, como así se demostró. El viento a favor te las desplaza, y una vez trazado un rumbo, rectificar es tremendamente difícil. La colombófila es como es, hay días así, porque hay Sábados y Domingos que se despiertan con ese rostro. Nada que objetar, sin dramas. 

Mientras escribo estas líneas, Domingo 18 de Marzo, y espero que alguna paloma me sorprenda, hago un improvisado balance de la temporada, ahora que se acerca el final. 
Censé 109 palomas, de las cuales cayeron con el virus (ajeno) en el mes de Enero unas 7 u 8. Del primer Formentera marque 32/46 (70%). 6 días más tarde me llegó otra, 33. 
De este Villajoyosa, por ahora , un 11/20 (55%). Esto hace un total de 44 palomas de 66 enviadas a la península (65%). No tengo en cuenta a retrasada en estos porcentajes porque nunca lo hago. No se lo han ganado.

  Cuarenta y cuatro (44) palomas con 420 o 480 km. A falta de una prueba, la más difícil, estoy en los números de cada año, y como no, en Menorca este año ni se acercan a esos registros. Sí, tenía que decirlo, porque es la realidad y porque me apetece. Los números no engañan y llevan sin hacerlo más de diez años.
Quedan algo menos de dos semanas para la gran cita, Marbella.
La situación es extraña. La misión está cumplida. Todo listo para el lanzamiento. Estado de forma de las palomas: Muy bueno. 
De aquellas situaciones en las que uno quiere que llegue el día del enjaule porque todo va como la seda. 
El contrapunto quizá, es lo que ha venido y lo que se ha perdido. De esas situaciones extrañas en las que crees que algunas palomas no se deberían haber perdido y otras que sí están, sí. Tan sólo una cuestión de feeling. 
En las manos, ese pequeño pecado que cometemos todos, cualquiera de ellas lo puede hacer. No no, es otra cosa. Aunque todas son familia, es por una cuestión de quienes son los padres. Lo que está claro es que lo que queda es lo mejor de este año y no entraré en elucubraciones.
Resulta curioso, en cuanto que hay unos cuantos pichones, de los que el padre, la madre o ambos ya no están en casa.  Los vendí. Siempre comentó lo mismo, uno pone un filtro, pero no es perfecto. De todos modos tengo claro por donde piso, y este juego se basa en la toma de decisiones. Se trata de acertar más y de equivocarte menos. El balance, al final.
  Son más de 40 palomas, que se han portado muy bien, pero "creo" en 7 u 8 de ellas, no más.  Las buenas noticias es que en esto erramos más que lo contrario, y más aún cuando la inmensa mayoría son imberbes pichones. Mención especial para Inesperada. Misma situación. Esta paloma la marqué el año pasado de un 770km del 6%. Cuando regresó, su padre había sido vendido en la isla 15 días antes. Inesperada este año ya ha volado Torrevieja (480km). Si regresa de Marbella se habrá ganado el cielo. Petronios, sí de esos con 6 hermanos de Marbella (880km), sólo empezaron 3, y los tres lo han volado todo. Sinceramente, me gustaría tener 6 ó 7 como el año pasado, pero vendí unos cuantos, y otros nacieron tan tarde que no han volado. Son especiales. 
   También. Tres hijos de dos Petronios, Sebastián y Úrsula,  hermanos de nido, los dos volados de un Marbella del 13%, resumiendo, hijos de hermanos puros y dos de ellos preparados para la final. El tercero no podrá ir. Quien sabe. 
  Será lo que tenga que ser, pero mi sensación y sólo es eso, el equipo podría ser más fuerte.





En este punto, espero que todo se mantenga como hasta la fecha para la GRAN FINAL. Todo el enorme trabajo de este año, con enjaules, idas y venidas, tendrá su recompensa ese día, acabe como acabe. Una paloma de Marbella significa mucho, esperarlas también. Es la emoción, el relato, un viaje compartido con vosotros, el café, es, ... simplemente colombofília.



PabS.


viernes, 16 de marzo de 2018

¿En qué momento se extravió la verdadera colombófila ?

  La colombofília actual en muchos sentidos se ha transformado lentamente en algo parecido a basura. No, no nos cuestionamos nada. Me gusta a la mano, no me gusta, me gusta a la vista. Like por aquí, like por allá, pero, ¿y que hay de aquellas maravillosas tertulias, en las que en torno a una mesa y cuatro taburetes se agrupaban 4 ó 5 colombófilos y debatían o compartían sus experiencias? Aquellos debates con calado, en los que, con una pizca de suerte, encontrábamos entre ellos, algún sabio que iluminaba aquellos pozos de sabiduría, en los que se podían llegar a convertir tan amenas charlas.  Poco o nada de todo eso queda. Ni tan siquiera se escucha ya, el eco de tan sabias palabras. Todo se aprende desde que empiezas, y hoy, simplemente nos dejamos llevar, y empezamos mal. 
Hemos deformado el deporte de tal forma, que no reparamos en lo verdaderamente importante, y seguimos lo que otros hacen sin pensar. Malos profesores, peores alumnos. ¿Nuestro peor enemigo?  Sin duda, nuestros ojos. Nos engañan constantemente. Colombófilos, sumergidos en su ostracismo toda una vida, gente que jamás se cuestionó nada, o lo hicieron con planteamientos erróneos. 
  
  Hoy os dejo con un video del recientemente fallecido,  José Manuel Alcocer Figueroa. Un monólogo que dura algo más de media hora, pero que si encontráis un hueco, os recomiendo le echéis un vistazo, dos, o los que hagan falta. Estoy muy de acuerdo en mucho de lo que dice. Sabias palabras. Siento como él, que  muchos están en la senda equivocada, pero si osas decirlo, te tachan de loco, polémico o raro. 






PabS.

domingo, 11 de marzo de 2018

Un gran día de colombofília en estado puro. Formentera y Torrevieja.


   
(La temporada que volé con los mallorquines desde la isla de Menorca)

 Amaneció con otro rostro. Los últimos días, una inquietante y espesa niebla había cubierto con un molesto manto gran parte del  archipiélago. La falta de visibilidad, junto con las noches de cesta y el propio mar, pueden llegar a conjugar un peligroso cóctel para nuestras palomas, pero mi realidad, la mía, es que estoy ávido de situaciones nuevas, un poco con el "mono" de alguien que necesita salir de su zona de confort, de situaciones previsibles, de una colombofília aburrida que me ha robado en los últimos años, fines de semana de emociones. Y todo ello, me tiene activado, como hacia tiempo que no me sucedía.
   Me entusiasman esos sábados de Marzo, donde la temperatura adivina cambios futuros. El ruido de las desbrozadoras de los vecinos "cantando" a lo lejos, las primeras flores silvestres floreciendo a lo largo y ancho de los distintos caminos que riegan mi casa, ese majestuoso Alimoche bostezando desde las alturas. ¡Qué gozada vivir en el paraíso! 
  Con este atractivo cuadro me levanté ayer Sábado, con mi café, uno recién hecho, sabedor que ese día había suelta, y que todo el esfuerzo de llevarlas tú mismo a Mallorca, había merecido la pena de algún modo. Todos sabemos que para un colombófilo, el día que hay carrera, el mundo deja de girar por unas horas. Amanece diferente.
Centrémonos en el asunto. Tocaba Formentera (275 km), y pisar por primera vez península con los mallorquines, en concreto desde Torrevieja (475km).
Las de Formentera iban por primera vez, las de Torrevieja, en cambio, eran las supervivientes del Formentera de hacía 15 días. Envié 27 a Formentera y 46 a Torrevieja.
El desarrollo de la suelta fue parecido. Primeras palomas cantadas por los compañeros, no ya sólo desde Formentera, sino también de Torrevieja, y mi espera tuvo que prolongarse por más de dos horas hasta que tuve la fortuna de ver aparecer las tres primeras. Poco más de tres horas para cubrir 275 km, pero el desarrollo fue exacto al de 15 días atrás. Formentera volado de este modo, es mi particular filtro. Aquí se produce una criba que luego da o puede dar réditos. Mis Ibizas, como tales, son cosa del pasado. Estos Formenteras se convierten en sueltas de picadas de palomas todo el día.


Primeras de Formentera 
Las palomas iban muy bien preparadas, pero el reto de acompañar a otras que no se dirigen al mismo lugar que las tuyas, con el famoso arrastre, sube la dificultad varios escalones. Era muy consciente de ello cuando decidí volar de esta forma, pero cuando llega el momento de experimentarlo y vivirlo, es cuando compruebas  lo que ello supone. Mi confianza era máxima porque sé en qué punto se encuentran. Su vuelo, su actitud, poco a poco van susurrándote esa información. El buen colombófilo el día del enjaule lo sabe. No hay magia, y si mucho trabajo, el de cada temporada , y el de años puliendo la misma línea de palomas.
A diferencia de la vez anterior, donde el Formentera para los mallorquines fue un paseo, y para mi una angustia, en esta ocasión en Mallorca no estaba siendo un plato de buen gusto, y también lo noté en el desarrollo de la carrera. El goteo fue constante desde las primeras llegadas. La cosa acabo con un 17/27 en el día.

  En la suelta de Torrevieja, sobre las 14:30 recibo las primeras, la verdad, es que me pilló haciendo la comida, así que por un mísero instante, entre fogonazo y fogonazo, no las pude ver llegar. Había 8 en el palomar. Llegaron rápido a unos 1400 mm, pero el desarrollo de la suelta de Torrevieja en la isla vecina, a pesar de que no era el día típico de viento a favor, fue el que describo en ambas sueltas. Uno grupo rápido se destacó, y luego poco o nada. 
  En cambio  la suelta de Torrevieja para mi fue diferente, porque la criba había sido muy enérgica en la suelta anterior. Estaba convencido del estado de forma de mis palomas, y la selección ya había dejado en su mayoría buenas animales. Su preparación y la criba  provoco un goteo  todo el día. Cada media hora llegaba una paloma, ya fuere de Formentera o de Torrevieja, así hasta que el día dejo de ser día, y se convirtió en noche. Acabé con un 28 de 46 de Torrevieja. Un 60% para un 480 km y de la forma que se había producido me dejaba más que satisfecho.


Otras dos...


  Para poner el resultado en un contexto adecuado, hay que tener en cuenta que en Mallorca, de la suelta de Torrevieja, pasaron pocas palomas por la tarde, en cambio, yo viví una de esas jornadas épicas de lluvia de palomas. Colombofília en estado puro.

Debo añadir que mis compañeros en Menorca  habían soltado el mismo día de Calpe (390km) y Baza(640km). El Calpe, por lo que cuentan,  se marcaron unas 30 palomas. De Baza sólo llego una paloma en el mismo día de la suelta, la de mi amigo Pepe de Ciudadela. Un gran bravo para él. 
A esta hora de la noche del segundo día de Baza, hay sólo dos en Mahón y unas cuatro en Ciudadela. Resulta curioso como se están cambiando los papeles. Buena suelta para los compañeros de Ciudadela porque enviaron muchas menos.

  En esos parámetros, esas 28, superaban, el récord de la isla de 15 palomas marcadas de un 500 km, que también obra en mi poder desde el año  2012, y se queda cerca del absoluto en una única suelta desde la península, que también me pertenece, con 34/41, del año pasado desde Calpe.
Si hace dos años fui capaz de un 19/26 desde Baza (650km), récord también en la distancia, tenía asumido que de un 500 km, la cifra debería ser más elevada, pero llegar a ese número de palomas en las condiciones en las que me veo obligado a volar en la actualidad, eleva, más aún si cabe, el enorme mérito de estos extraordinarios animales. El % es ligeramente inferior, pero estas 28 tienen, para mi, más mérito que las 15 de Alcantarilla o las 34 de Calpe del año anterior, incluso las 19 de Baza del 2015.


  No obstante esa cifra de 28 era  provisional. Amaneció el Domingo, pero lo hizo algo enfadado, la jornada comenzó sucia, algo triste, en poco o nada se parecía al día anterior, pero adoro estas segundas oportunidades.  De hecho, no hay reloj de por medio en mi caso, pero me sigue costando conciliar el sueño. Buena señal.
En cuanto comenzó a adivinarse los primeros rayos de sol entre tanta nube, apareció la primera paloma de Torrevieja. La número 29, y casi media hora después la número 30. Por la tarde llegaron dos mas, para finalizar con un 32 de 46, a tan sólo dos del récord. Un 70% en toda regla. ¡Magnífico!
De la suelta de Formentera llegó una por la mañana, y dos juntas después de comer para un total 20 de 26, un 76%.

Estas palomas batallaron muchas horas de vuelo porque lo llevan dentro, y porque su preparación era la correcta. Echando un ojo a los % de recepción de muchos clubs de Mallorca en la suelta de Torrevieja en la que participé, arrojan porcentajes tales del 38%, 46%, 26%, 58%, etc y en uno de los Clubs más potentes de la isla como el de Santany, un 69%.  No se trata de comparar, porque no es el caso, pero teniendo unos 130 km más de media, un salto de mar, y siendo mis palomas las únicas que deben separarse del resto en algún momento determinado de la carrera, el resultado me parece simplemente acojonante. Si además, tenemos en cuenta que mis paisanos menorquines soltaron y el día no fue sencillo....
No, no es prepotencia, ni historias, ni nada parecido, es orgullo, trabajo y ganas de superarme.
Mis números cuando vuelo en Menorca pueden llegar a parecer normales, por usuales, pero entrañan una dificultad mayúscula, por repetidos año tras año, porque no desaparecen jamás, y sobre todo, porque difícilmente son seguidos por nadie.

Y como telón de fondo, cansancio, mucho cansancio. No hay campeonatos de por medio, no hay ese estrés competitivo que nos activa, pero mi energía, tras dos días de suelta seguidos, como cualquier colombófilo que se precie, se funde literalmente. En ese avance de las manecillas del reloj, uno acaba vacío.
Muy satisfecho de haber vivido una gran jornada colombófila.



PabS. 


miércoles, 7 de marzo de 2018

Pedro Bagur Rossello. (Club Mensajera Ciudadela)

  Pedro Bagur Rossello. No, no tuve el placer de conocerle. Recuerdo en mis inicios,  una de las primeras sueltas en las que comencé a asomar la cabeza, una, en la que solo tres guerreras se atrevieron a atravesar el mar Mediterráneo, y que por la hora que reflejaron los relojes, sin duda, recorrieron el trayecto juntas.
 La mía fue la única en Mahón, Miss Hellín, las otras dos de Ciudadela. Una de ellas, de mi amigo Toni Salord, la otra de Bagur. Esto sucedió en el año 2008, creo que cierto tiempo después, Bagur falleció.
Pedro fue uno de los pioneros de la colombófila menorquina, un hombre, según palabras del propio Salord, elegante y noble, de esos que se hacen querer, y que en sueltas difíciles, como lo fue aquel día de Abril del año 2008, solía mostrar sus manos.

  El día se adivinaba complicado, de esos donde el viento se pone de cara y se respira escepticismo por todas partes. Siempre cabe esa pizca de ilusión que un colombófilo jamás pierde. Jamás olvidaré aquellas patitas arañando el techo de mi palomar, tras más de 12 horas de vuelo para recorrer 530km. Una enorme alegría recorrió mi cuerpo.
Con el tiempo, me di cuenta del valor que tenían aquellas condiciones de vuelo, y como no, aquellas maravillosas palomas que no traía el viento.
Hoy, repasando material aparcado en el rincón de pensar, he dado con este documento que habla de Pedro, y creo merece nuestra atención.







PabS.

domingo, 4 de marzo de 2018

Un olvido imperdonable.

   Recuerdo, como en una ocasión, hace ya algunos años, el inolvidable Márquez me trajo una pichona de regalo, que previamente había introducido en la manga de su gabardina. Se me escapa, si la seguridad en los aeropuertos entonces,  era ya tan minuciosa como lo es hoy, especialmente porque con motivo del atentado de las torres gemelas, todo cambió. El caso, es que aquella paloma viajó en cabina.  Venía en una de esos transportines de cartón, del mismo tamaño que la paloma. "Condesa" era su nombre.

La historia de hoy, es, si cabe, más sorprendente. Al leerla, me lo veía venir, jajaja.
   




PabS.

sábado, 3 de marzo de 2018

Las palomas "BON BOLL".

   Si hace unos días, os acercaba un texto que desmenuzaba los primeros movimientos colombófilos en el archipiélago, allá a finales del siglo XIX, el de hoy, podría dar continuidad a aquella  magnífica joya histórica.
Como si de veteranos de guerra se tratara, estos colombófilos, con mil batallas en su currículum, daban buena cuenta de lo vivido por aquella época. Su visión, sus vivencias, en definitiva, su legado.
Me maravilla como se expresaban, su retórica. Un buen viaje hacia al pasado sin duda alguna.







PabS.

viernes, 2 de marzo de 2018

Colombófilo por un día.




  Por lo general el mes de Febrero es el menos prolífico del año en cuanto a artículos se refiere. Durante este tiempo, se abre una ventana, que dura unas semanas y que resulta absolutamente determinante en el devenir de la temporada de plumas.
Y este año, no es diferente, aunque en realidad, algo sí, para que negarlo. Acudir a menos sueltas te exige menos.
 Han sido unos meses en los que me ha sucedido de todo. Desde palpar en mis propias carnes lo que es el famoso adenovirus, mi historia, situaciones esperpénticas y un larguísimo etc. Tras todo esto, y a pesar de ello, lo volví a hacer. Las palomas están en un estado ascendente, de los que uno gusta disfrutar cada segundo que dura. Verlas volar, tocarlas en estos momentos, es magia para mis sentidos.

  Aunque no todo es lo que parece, o sí. Sin ir más lejos,  en el  enjaule de mi primer Formentera, tuve la oportunidad de tocar algunas palomas de varios compañeros, y en ese estéril manoseo, uno detecta grandes diferencias entre la preparación de unos y otros. Hasta aquí todo normal. Pero no es nada difícil engañar a la mano. Hay palomas que presentan un gran aspecto pero es irreal, otras en cambio su aspecto la delata, está que se sale, pero en cambio no fue iluminada por la varita que bendice a las palomas extraordinarias. Sólo el  avezado colombófilo y por lo general, sólo en su casa,  posee una medida aproximada de donde se encuentra él y sus pupilas.

Hace dos semanas solté desde Consell (unos 130km) 104 palomas, en grupos de 15/20 palomas. Menos un ramillete de unas 30, el resto, ya había estado allí hacía un mes. El virus lo paró todo, hasta el punto,  que si éste se hubiera declarado tres o cuatro días antes, no habría volado este año, por razones de tipo burocrático. Quedaba la duda, razonable,  de si habría palomas "tocadas". La sensación era que muy muy pocas, pero las había, aunque me preocupaba más si cabe, las que no daban ninguna señal negativa.  De 104, al final del día pude contar 94. Vacié el palomar, todas tomaron parte.

La semana pasada, tras descartes de palomas heridas de halcón, plumas, etc, volví a la carga con 90 palomas. 27 de ellas repetirían Consell (Mallorca), el resto, hasta un total de 63 irían por primera vez a Formentera (273km).
La suelta de Consell se alargó casi dos horas. Llego el bando sin deshacerse. Buen test.

En la suelta de Formentera, tenía claro que las iba a pasar "canutas", pero no por la distancia. En primer lugar, porque las palomas este año no van afiladas como años anteriores. Las adultas iban tan sólo con el Consell de la semana anterior, y el resto de yearlings llevaban dos Consells. Por lo general antes de pasar por Ibiza, suelo darles 3 ó 4 Incas, algunas reciben más.

Por otra parte soy de los que no enseña a las palomas a beber, porque no creo en esas cosas. Son animales tremendamente inteligentes, y en ese proceso suelen graduarse en las noches de cesta de Inca. El problema este año es que a Consell me voy con mis cestas y las palomas llegan por la noche, y son liberadas por la mañana sin beber. Este año no lo puedo hacer de otro modo. Así, con este panorama, el proceso de aprendizaje tiene lugar en Formentera. Tengo y tenía muy presente este dato. El año que viene es algo a corregir , dada la nueva situación.

Todo esto es lo que menos me preocupaba. Si os soy sincero, el arrastre es el mayor enemigo al que me enfrento. Durante años pasé horas y horas charlando con mi amigo Sergio Capín Barreda (Asturias) sobre este aspecto. Algo en lo que yo pasaba de refilón. No lo había vivido nunca, y para seros sincero, no lo contemplaba. Con él, tratando de entender su colombófila y sus dificultades, vive aislado en el Oriente Asturiano,  fui tomando una medida exacta de su dificultad y de este fenómeno que yo no he vivido porque en una suelta todas las palomas se dirigen al mismo lugar, Menorca. 
 Cuando en una carrera,  las palomas llegaban a Gijón, o al centro de Asturias, las suyas, ridículas en número, tenían que batirse el cobre hasta llegar a su casa, y las velocidades se transformaban en auténticos fondos. Aquello, a mi me sorprendía. Me gusta empaparme de otras colombofílias, con ello, relleno huecos, que a buen seguro me habían pasado inadvertidos. Resulta fundamental para la comprensión del juego.

Si algún mallorquín no se ha hecho todavía a la idea. Imaginaos volar con los ibicencos, soltar con ellos, y que cuando tus palomas, una inmensa minoría, tenga que separarse de un bando, que se va esparciendo por  las pitiusas,  en el caso de no haber acabado en algún palomar, tengan que afrontar el último salto, absolutamente solas. En mi opinión, esto supone un salto de dificultad añadido. Y ya son muchos. Necesito, sin duda, mejorar el nivel de selección de mis palomas. Ese fue siempre mi objetivo.




Y llego el momento. Mis ojos, y los de mi dulce princesa, estaban preparados para la llegada de alguna paloma. Y así fue como sucedió. Sobre las tres horas y siete minutos "cayeron" del cielo, 5 palomas. Muy pocas pensé. Hacia dos horas que mis compañeros de club habían "cantado" paloma. En otras circunstancias, el tiempo de llegada no era malo. Lo que sucedió después, sí. Fue un goteo constante todo el día. Palomas volando, 6, 7 y 8 horas para un velocidad. En este tipo de carreras, las palomas, aprenden latín, pero su contador emocional comienza también su particular cuenta atrás.

Normalmente los Ibizas para mi son preparatorios. Suelo obtener un 70% de recepción  de media, pero las palomas en su mayoría vuelan entre 3 y 4 horas, 5 a lo sumo. Esta vez, no fue así. La inmensa mayoría, voló, y voló mucho.

Con los últimos rayos de sol del día, fui arreglando mi particular batalla, finalizando  con un 42 de 63. Las buenas noticias es que las palomas recuperaron muy bien. Magnífica señal. 
Al día siguiente, el panorama se presentaba negro, muy negro. Todo el día viento en contra fuerte. De hecho, testeé una bolla que te da información en tiempo real, y la media todo el día fue de algo más de 8 metros por segundo, unos 30 kmh. Hasta casi el medio día no apareció la primera. De hecho, fueron dos juntas. Y aquello se convirtió en un goteo. Llegaron 8 en total. Me sorprendieron gratamente.



 Acabé la suelta  con un más que lustroso 50 de 63. La última llegó de noche, sobre la bocina, una hembra que el año anterior había volado Marbella.

Mi resumen. Las palomas iban cortas de sueltas, pero suficientes para el reto. Su preparación, sobre los parámetros habituales. Estaban muy bien. No me puedo imaginar volarlas en una suelta de estas características sin una preparación adecuada.
Volví a sentirme colombófilo, y que más puedo añadir, veo a las palomas en muy buenas condiciones.  Esa  sensación, es la que  busco cada temporada. Lograrlo me pone en modo on fire.

Esta semana, toca descanso. Ya os iré contando la próxima aventura.



PabS.

miércoles, 28 de febrero de 2018

Aquellos maravillosos pioneros.

  Tras semanas dedicándome en exclusiva a mi historia, que por cierta, cuenta ya con miles de lecturas, retomo la dinámica de lo que ha sido este blog durante casi dos años.
 Este fin de semana pasado, tuve suelta desde Consell (Mallorca) y desde Formentera. Ya os contaré que tal me fue. Lo que sí puedo adelantaros es que para volar en las condiciones actuales, uno necesita mayor selección si cabe. Muchas variables han cambiado, y la dificultad es máxima. En breve os daré mi punto de vista, pero esto es un reto en toda regla. Quizá pueden ser las mismas distancias de siempre, misma geografía, mismas palomas, mismo mar Mediterráneo, pero con otras condiciones muy diferentes, que hacen de la carrera,  más compleja.
Hoy os acerco un relato de 1887, cuando en Mallorca, los pioneros, aquellos entusiastas con una pasión sin límites, daban rienda suelta a su particular forma de abrirse camino. Cuando uno lee apasionadamente lo que el texto nos narra, yo al menos, me sumerjo de lleno en aquellas aventuras colombófilas, donde una simple marcada de 50 km podía ser un gran logro. 
Los comienzos son siempre difíciles pero no me negaréis que en ese contexto, la envidia y la mala leche, no podían prosperar.¿Qué tenía aquella gente? Ilusión, sin duda, una enorme ilusión. Mi respeto por todos ellos.

Disfrutadlo. 




PabS.