viernes, 26 de enero de 2018

Mi historia. (Sexta parte). Los milagros sí existen.




   Por fin, alcanzamos la cifra de 150.000 visitas. No es mal número. Parece que fue ayer, cuando la inauguramos. Prosigamos con el relato:  

  Año
2010. Éste, merece un capítulo entero. Temporada simplemente espectacular. Treinta (30) palomas desde la península. ¡Lo volví a hacer!. Mucho mejor preparadas que en años anteriores, como demuestra que la mayoría de ellas las marqué en el día, más  de 20, de hecho. El cambio de sistema, en su preparación, ayudó en este sentido. Seguía aprendiendo. 
Los números se acaban perdiendo en el tiempo, pero 30 era un número descomunal. Aquella temporada muchos fueron que metieron sólo 4 ó 5 palomas. El que ganó, marcó 8, la mitad de ellas el segundo día, comenzando con el mismo número de palomas que yo.
    Sueltas como un Orihuela (500km), donde llegaron sólo 5 palomas en el día a la isla, obteniendo un 1º, 2º, 3º y 4º Social e Insular. Con "Superman" a la cabeza con 4 horas de ventaja, la tercera señal consecutiva, que confirmaba que la pareja de oro tenía "algo" escondido. Miss Hellín, el 77. Ahora Superman, Mármol, la 37,...  
  O la suelta desde Hellín (520 km), donde sólo fueron  4, las palomas capaces de llegar a la isla  en el día de la suelta, obteniendo unos magníficos 2º, 3º y 4º social e insular. Mi segundo se marco casi en el mismo minuto que la 1º. Lo de siempre.
En fin, ese año muchas carreras fueron espectaculares. 
Un Villajoyosa, que fue aquel día que Carlos y Rosalía me acompañaron en casa en la llegada de las palomas. Extraordinario año.
  Recuerdo el primer gran fondo, donde metí 4 palomas de la 8 que enjaulé, en una suelta terrible, del 18% donde muchos se quedaron sin marcar. De esas 4, una fue la 37, otra su hermano de nido, Mármol, otra un sobrino, el 92 (padre de los Petronios). Ilustres todos ellos, como el tiempo se encargó de confirmar.
   Y por fin, colocamos dos grandes fondos en el calendario, ambos, el mismo año. ¡Lo estábamos consiguiendo, amigos!. El segundo de ellos, fue una suelta brutal del 2%, donde descubro a la "SILENCIOSA", que marcará decisivamente el devenir de mi línea de palomas en el futuro. Ésta acabo convirtiéndose en As paloma social e insular 2010
   Con el descubrimiento de la pareja de oro, y la rodada de Carlos, comenzó una preciosa historia de palomas.
    Mejor, retrocedamos algunos meses en el tiempo,  para entender muchas de las cosas que allí sucedieron. Ubicamos el comienzo de este sexto capítulo, justo antes de que comenzaran las sueltas. Buscábamos dos grandes fondos en la misma temporada, por aquello de ampliar opciones de poder marcar. El razonamiento era sencillo. Los Bazas eran sueltas muy difíciles, pero si podíamos ir dos veces, aumentábamos las posibilidades de éxito exponencialmente.
   Costó un "huevo" y parte del "otro", lograr introducir en el calendario dos grandes fondos. Sangre, sudor y lágrimas, especialmente por la mentalidad y oposición de algunos, que seguían anclados en el pasado, a pesar de que éste, había demostrado tener muy mala cara . Éstos que se oponían, HOY, están muy satisfechos con la colombófila actual. Cambiaron de opinión. No supieron "leer" el futuro. Errar es de humanos.

  Aquí debo enfatizar sobre algo, que tiene su importancia en el devenir del relato. En aquellos momentos, poseíamos un camión en propiedad, que usábamos con criterio. Íbamos a Inca cada semana, y éstos, se nos daban muy bien. Habíamos logrado superar el primer obstáculo, que no era otro que poner a la paloma en el aire, y por otra parte, aquello ayudó a eliminar el miedo del colombófilo a repetir palomas. Algo que aquí, parecía pecado.
  Mis números fueron inspiración para otros. Ya no podían decir que eso sólo tenía lugar en tierra. De un brote, nacieron más. Toda la isla comenzó a realizar coprológicos (análisis de heces) con veterinarios y laboratorios. Personalmente comencé a hacerlos a finales del año 2006. Todo ello, redundo en una mayor salud colombófila en la isla. Se respiraba un aroma a fiesta, a cambio, al nacimiento de una nueva era. 
    Asimismo comenzamos a no mezclar las palomas en las jaulas, salvo en nacionales y regionales, de este modo, cada socio podía "cerrar" jaulas, y eso, también nos hizo mejores. Menos contagios, o al menos, los retrasábamos. Cuanto más avanzada estuviera la temporada mejor, pues ya sólo quedarían las palomas más fuertes. 
  Mucho, muchísimo se ganó con todas estas medidas que hicieron mella en nuestra colombofília. Aprendimos cuidar los detalles. Además,  con internet y el seguimiento de los partes meteorológicos, tratábamos de evitar los días "malos", aquellos en los que sabíamos de antemano que se perdían muchísimas palomas, y por ende,  buscábamos los días "buenos", tratando de ayudarlas. 
 A pesar de que se podían percibir todos estos cambios, los había, que, sinceramente,  les daba lo mismo, según ellos, se debía soltar el fin de semana, sí o sí. No había debate.
  Creo que en este punto, todos, debíamos ser menos egoístas, pero las posiciones estaba muy encontradas. Veníamos de las tinieblas, necesitábamos ayuda. El viento se convirtió en un aliado necesario en aquel momento. Una puerta nueva se había abierto, y en ese fase del renacimiento, se exigía buscar esos días. Nuestra colombófila necesitaba de ese empujón. Así lo entendí yo.

  Llegó la primera suelta importante de la temporada, Ibiza. El parte meteorológico era muy pesimista. Recuerdo que fui al club con mis palomas, con todas las dudas del mundo, y regresé de vuelta a casa con ellas. Me negué en rotundo a enjaular. Mi lucha no sólo era por cuidarlas y prepararlas, mi guerra era mayor. Quería cambiar  esa mentalidad que había arrastrado a nuestra colombófila a lo más oscuro. Yo sí, pensé en la colombofília.
  Mi batalla era doble. Tenían que entender que eso en aquel momento, no nos convenía.  Nos conducía de nuevo al pasado.
En lugar de empatizar, viendo que me iba, enjaularon con mayor razón si cabe. Los hay que sólo piensan en los puñeteros puntos y mis competidores ya me temían mucho por entonces.
¿Resultado?. Aquellas palomas estuvieron enjauladas en Ibiza ¡¡¡nueve (9) noches!!!.  Llegaron pocas (menos del 30%) y destrozadas. La primera... en la frente.

  En el segundo Ibiza, las circunstancias eran parecidas, y a pesar de que llevaba todo el año preparándome, decline enjaular. Mi disgusto era mayúsculo, pero sentía que tenía que hacerlo. Esta gente no había entendido nada. La suelta no fue como la anterior, fue algo mejor, pero no fue una buena suelta. 
   Con dos sueltas de retraso, comenzaba OTRA vez, otra temporada más, último. Además eran valederas, no sólo para el social e insular, sino también para  los nacionales y regionales, y visto lo que sucedió después, siempre me pregunté que hubiera pasado en el campeonato de Baleares. Mi sacrificio no fue en vano.

  El tercer Ibiza, se presentó con una niebla que abrigaba  todo el archipiélago. Muy poca visibilidad. Ya no podía esperar más. Recuerdo que fue una suelta muy dura para mallorquines y menorquines. En mis adentros, pensé, que aquello era mala suerte. Comenzar con esas condiciones no era lo deseado, pero ya no tenía alternativas, si quería engancharme al tren, debía enjaular.
 Para mi, el resultado fue espectacular, marqué unas 23 palomas de 30 enjauladas, hablo de memoria de mis números, pero para el club fue una muy mala suelta. No lo recuerdo con exactitud, pero algo así como un 35%. 
  La temporada siguió su curso. Mis números rayaban  la perfección. Rápidamente me coloqué segundo. Y así acabo para mi. Eso sí, los números, las marcadas, y las sensaciones, decían otra cosa. 
  Metí muchas designadas, y casi todas en el día, pero aquellos Ibizas a los que no acudí, me lastraron, y por aquella época, aunque el sistema de clasificación se había modificado y mejorado, con sueltas de pocas palomas, que era lo habitual, , meter una sola paloma el segundo o tercer día, te daba una puntuación parecida que meter 4 designadas en el día. Extraño explicarlo, pero así era.  Una sola paloma designada la tarde del segundo día lo arreglaba todo. Todo muy relativo. Desde luego eran las reglas, y yo las aceptaba (que remedio), pero aquello, para mi, no tenía sentido. Con el tiempo, también se cambió. Cayeron cuatro (4) trofeos nacionales. 
  ¿Que sucedió aquella temporada?. Como os decía antes, por fin, logramos introducir dos (2) grandes fondos. Los esfuerzos habían fructificado. Sucedió sin embargo, que en la fecha prevista para el primer gran fondo, el tiempo atmosférico pintaba muy mal, y lo fuimos retrasando.  Cuando dicho retraso, tomo forma de más de una semana, alguno comenzó a ponerse nervioso. 
   Entre tanto, recuerdo, que seguimos con el calendario en sueltas más cortas, y un día, todavía sin fecha definida para el enjaule del primer gran fondo, al entrar en el club, me encontré con una pizarra, en la que se podía leer. Baza sí, Baza no. ¿Alguien quería eliminar esa suelta del calendario?. No , no me lo podía creer. La gente se iba apuntando en una casilla u otra. Aquello me molestó mucho. Lo hizo, por todo el trabajo que habíamos hecho por romper con el pasado. Algunos, con Florencio Mercadal a la cabeza, se negaban a avanzar. 
Fue la primera y única vez que me he enfadado en el Club y que mostré mi malestar. No, no quise hablar con él. Estaba enfurecido. Nunca más volví a enfadarme en público. 
 No, no entendían nada. Florencio es un colombófilo con mucha experiencia, pero estaba anquilosado en sus normas, en sus prejuicios colombófilos, en el pasado. Todo muy respetable, pero nosotros, en ese momento, necesitábamos otra cosa. No podíamos tirar a la basura, lo que había comenzado a cambiar. 
Había gente, como él, que lo único que les importaba era esperar las palomas el Sábado o el Domingo, y que se enjaulara cuando estaba fijado. Esto último, lo desarrollaré en otro capítulo, porque debo explicarlo todo, pues, y me entenderéis, yo también he cambiado de opinión. Todo tiene su explicación. 
 Otros, como yo,  nos parecía que lo importante, en una colombófila tan jodida, era que llegaran. Hoy, echando una mirada hacia atrás,  estoy convencido que en ese momento, necesitábamos esa búsqueda de días buenos. Afortunadamente salió Baza sí, y aquello, fue otro paso importantísimo en nuestro futuro.
  
  Retrocedamos las manecillas del reloj un mes. Estábamos en Enero o Febrero, soltando las palomas desde Mallorca. Acababa de regresar de Tailandia, e iba con el tiempo justo para preparar las palomas y la temporada. Recuerdo que en mi primera suelta, enjaulé 35 palomas a Inca. En aquel momento, yo ya había conocido lo que era tener problemas en el club. Ya era una constante. Nada serio, sino que la mentalidad de aquí, el marujeo barato, el "mal meter" por detrás. Ya me entendéis. A la cara, jamás hasta hoy,  he tenido ningún conflicto, de hecho, viendo como son, ni los imagino. Casi hubiera preferido poder argumentar mi "defensa" delante de ellos, pero es que no se puede ir contra natura. No son así. Mis resultados y el tratar de cambiar las cosas, me condenó. 
  La isla siempre, ha estado repleta de micrófonos, o de amigos que no tenían reparos en darte la "alerta", si la lengua de alguno se afilaba y desbocaba en exceso. Lo llevé mal, para que negarlo. Además, todo sucedía en petit comité. Siempre detesté esa forma de actuar. Dolía. Y así fue como comencé a exteriorizar mis pensamientos a través de un blog, porque, de igual forma que ellos son así, yo soy como soy.
    Regresemos a ese Inca,  que, por cierto, salió malo. Comenzaron a especular, con que era porque yo había metido mis palomas, y ellos ya llevaban 2 ó 3 incas, y ya estaban "pasadas". Lo de siempre.  Se comenzó a gestar una ridícula reunión programada en la apertura de relojes, para aclarar ese tema. ¿Qué tema, pensé yo?. Bien, de todo esto, me enteraba por detrás, claro está.
El problema de algunos, era que realmente pensaban que sus palomas traían a las mías, cuando esto no es así, ni nunca lo fue, como demostré ese día, y en muchísimas ocasiones en el futuro.
La suelta fue bastante mala, pero yo tenía un magnífico  33/35. No hubo reuniones. El argumento, caía por su propio peso. Como éste, tuve que ir superando muchos obstáculos  parecidos. Romper determinadas formas de pensar, barreras que nacieron viendo sólo una parte del muro, me resultaba muy complicado y agotador. 
  Con el tiempo, se instauró un sistema en el que de cada 100%, puedes introducir el 30% de pichones no pasados. Una forma muy válida de ayudarles. El problema, es que el origen de esta norma no radicaba en ayudar a la paloma, sino en pensar más en los demás que en uno mismo. No obstante, esa regla, demostró ser muy positiva para muchos compañeros, y para el beneficio de todos.

  Situemos el contexto. En el club hubo siempre dos figuras, antagónicas, que se apoyaban, peleaban, o necesitaban, en función de las circunstancias. Manejaban los hilos a su antojo. Desde que el mundo es mundo, esto siempre  fue así, y parece que no tiene pinta de cambiar. Por una parte, Pedro, por la otra, Florencio. Dos personalidades fuertes, las dos diferentes. El primero político, más diplomático y sinuoso, de los que mirando a los ojos, evita cualquier conflicto. Éste, siempre los generó por detrás, donde se mueve como los ángeles, y sin duda, merece su capitulo completo, sólo para él, porque sin sus actuaciones, toda esta historia, mi historia, no se entendería. Para lo bueno y para lo malo, tendrá su espacio.
  El otro, más directo, mucho más sincero, aunque también más orgulloso,  más rígido y con más dificultades para los cambios.
  Estos nuevos aires, esa energía que trataba de relanzar la colombofília menorquina a otra esfera, y la aparición de un "tercer gallo"(el que os escribe),  habían "apartado" a Florencio, en la medida, que él no comulgaba con la mayoría, que sí se fue incorporado poco a poco al "nuevo mundo". Hoy, ha cambiado de opinión, al menos eso deduzco, por su comportamiento, pero en su momento, fue el mayor escollo que tuvimos que superar, para lograr el cambio.
   Algo similar a lo que sucede en Ciudadela, donde el colombófilo Joan Camps,  no ha dejado que aquel Club avance y de un salto de calidad como merece, y puede. Sus ideas y el orgullo de un hombre, que cuando conocí, parecía peleado con el mundo, son un lastre para un club que podría estar varios escalones más arriba. Una lástima no querer escuchar para crecer. El orgullo es muy mal compañero de mochila.
  Le dedicaré un capítulo, porque hay que explicarlo todo para que se entienda. El daño que me han hecho, merece que desarrolle lo que siento. 

  Regresemos al "corral". Florencio es una persona a la que respeto muchísimo, pero que como todos nosotros, tiene su forma de ser,  sus formas, y con el tiempo, o siempre fue así, lo desconozco, no fue del todo claro conmigo. A pesar de todo, siempre me cayó bien.
El primer día que entré en el club lo percibí rápidamente. Siempre tuvo ascendencia sobre los demás. Y él, sabedor de ello, actuaba en consonancia. Florencio, siempre ha sido el líder nato en el club de Mahón, ha mamado la colombofília desde crío. Su padre, como él, también fue un excelente colombófilo. La primera vez que fui a su casa, recuerdo, que fue abierto, y amable, porque él lo es. Tiempo después, me comentó, que parecía que aquel día no me quería ir de su casa. Mi pasión por las palomas fue siempre muy grande.
En aquel triste episodio de los críos,  cuando me abrieron el palomar de reproducción, Florencio me regaló una hembra de cinco años, "la Barcelona", que está presente en todo mi cuadro reproductor. Recuerdo que cuando Miss Hellín hizo 1º y único en el día, le regalé un hermano, un hijo de la Barcelona. 
   Para seros sincero, hubo muchas cosas que no digerí bien, lo llevé mal. No, no fue justo conmigo. Por delante sí, por detrás, ...no tanto.
  Recuerdo, como hace dos años cuando metí 19 de Baza(récord histórico en la isla) y 5 de Marbella, Jusue me felicitaba en público (yo no estaba en el grupo de WhatsApp), y Florencio le afeó la conducta, porque decía que debía tener en cuanta que yo era un profesional. ¿Queeeé?. Ya sólo me faltaba "leer" eso. 
  También recuerdo, en la entrega de trofeos del Campeonato de Baleares del 2012 en cuya temporada yo había pasado como un auténtico ciclón, como un compañero de mantel, que comió a su lado, no muy lejos de mi mesa, me dijo: "Ufff que envidia te tienen". Como éstas, hay muchas. 
    En fin, creo que siempre llevó mal, mis resultados y lo que en el blog escribía, exactamente igual que Pedro. Y eso, les impidió, ver otras cosas. Todos tenemos ego, pero hay que saber gestionarlo.
   
  Año 2010. La temporada se acabó, pero como habéis podido leer, el panorama tenía otras trazas. Ya había "fracturas", que con el tiempo fueron adquiriendo mayor relevancia.

  Aunque quedan ocho (8) años para finalizar el relato, creo que llegados a este punto, es justo, y así lo iré desarrollando con el devenir de los capítulos, aclarar, que en la actualidad, y como muestra, pongo de ejemplo el año pasado, volamos tres (3) Bazas (640km), un  (1) Almuñecar (770km), y un (1) Marbella (880km). Cinco (5) grandes fondos, que comparado con el único y pírrico Baza que se celebraba hasta el año 2009, se puede constatar el gran salto que dimos. 
  Tras haber leído el desarrollo de su embrión, la diferencia no admite dudas, es notable. Hablaré de ello en el siguiente capítulo, año 2011, pero el árbol, ya comenzaba a dar  frutos.



(Continuará...)



PabS

jueves, 25 de enero de 2018

Mi historia. (Quinta parte). La explosión. Del dopaje, a la ayuda "divina".





  Lo dejamos en el año 2008,  hace 10 años de aquello. Lo que cayó en la isla, fue una pequeña bomba atómica, unos resultados que conmocionaron el status quo isleño. Lo que comenzó siendo una pequeña brisa marina se transformó en una enorme tormenta. Con ella, se tambalearon los cimientos de todo lo que se había dado por sentado desde 1928, todo lo que supuestamente no se podía cambiar.

Por aquí era un clásico acordarse de las "vedettes" de turno, y preguntarse, irónicamente, que haría esa gente aquí. Ellos mismos  daban la respuesta: Nada.
El problema, es que en parte, tenían razón. Tal y como teníamos el gallinero montado, o nuestro era una misión casi imposible. No se trataba de ser mejor o peor colombófilo, era algo más profundo, que tocaba de lleno las raíces de como se gestó la colombófila aquí.
Volar en el mar es jodido, pero si además acabas por acostumbrarte a unos resultados, no sales del bucle, ni con toda la pasión del mundo. Esta gente, vivía una realidad producto de lo que habían sufrido durante  muchas décadas. Estoy convencido que si algunos colombófilos de la isla, hoy desgraciadamente ya fallecidos, levantaran la cabeza, no creerían nada de lo que está sucediendo en la isla en la última década.

 Aquel 2008 hubo un cambio relevante en el club. Se había comprado un camión, y dependíamos, por fin, de nosotros mismos. Cada vez que nos dirigiéramos a Ibiza, o a la península, podíamos, el que quisiera, soltar desde Inca (Mallorca -120 km) a modo de entreno. Aquello, en una mentalidad destruida por los batacazos de décadas de decepciones, fue recibido con un fruncido de ceño. Fue un antes y un después. ¿Por qué?. Por la simple razón que uno de los enormes problemas aquí era poner a la paloma en el aire. Ninguna suelta, era fácil, todos eran a vida o muerte. Tener que vaciarse en un 100km, lastraba toda la campaña. Por una parte, por las pérdidas, por otra, las que lo lograban, quedaban "marcadas".
En esas circunstancias, ni el apellido de adultas, te otorgaba cierta ventaja. En muchos casos, era precisamente al revés, porque el perfil psicológico y emocional de la mensajera pesaba más de la cuenta.
  
  Sólo dos colombófilos, nos animamos a enjaular cada semana. Pedro Mir, y el que os escribe. Particularmente yo manejaba muchas menos palomas, noventa (90) solía ser mi número, pero enjaulaba casi todo, casi cada semana.Nadie arriesgó más que yo. Vaya si se notó. No fue hasta el 5º o 6º Inca, en el que algunos socios, tímidamente, se fueron incorporando. Primero, una patita, más tarde, la segunda, como si estuvieran haciendo una pequeña locura. Con el tiempo, aunque esa inercia tardo en incorporarse en el modus operandi del colombófilo de Mahón casi dos años, con la confianza que te dan los resultados, aquello se convirtió en casi una ley no escrita, que hoy sigue en plena vigencia. Nadie se plantea lo contrario. Muchos, muchísimos, lo pusieron en duda.

  En el foro podéis leer en multitud de ocasiones  a Jusué escribir aquello, y lo otro. Casi nada de lo que afirma de la isla es cierto. Esos relatos viven tan sólo en su imaginación. Es una buena persona, no tengo nada contra él, más bien al contrario, pero vive inmerso en los "libros de caballerías", y eso le ha convencido de que los molinos son monstruos enormes imposibles de vencer. Para mi, es todo lo que no se debe hacer, al menos, si quieres tener resultados. Hay más como él.
  Los últimos años, habré ido a Inca unas 40 veces, estoy seguro que si hago una relación estadística personal de todas esas sueltas, mi % estaría más cerca del 90% que del 80%. Lees a Juanjo, y te queda un poso amargo, la sensación de que vuela en otro país, que desde luego no es el mío. Esto, no quiere decir que no se pierdan palomas en Mallorca y en adelante. Si no haces las cosas bien, claro que se pierden, y muchas, pero las que perdemos, es por nuestra propia ineptitud. "Venderlo" como si esto fuera un infierno, tampoco. En otra época, no lo discuto. Hoy, no. Volar aquí es más difícil que en la mayoría de regiones de España, ahí están los % de recepción, pero lo que hace Juanjo es estirar demasiado el "chicle". 
 Desde la vecina Mallorca, nuestras palomas no regresan  por calidad, sino por salud y preparación. No puedo decir más.

  Os pongo un ejemplo. Demos un salto al año 2012. Aquella temporada debí volar 6,7 u 8 Incas. Vaciaba el palomar por completo. Debí realizar, más de 400 envíos. Me explico, en el primero, 80, en el segundo 75...ya me entendéis. Los siguientes no iban las que fueran mal de pluma, las heridas, etc...el caso es que no perdí ninguna paloma en todos esos envíos. Las marqué, todas, en el día. Ni una perdida. Esto, tengo claro que sí vieron mis ojos, y que no ha sucedido en ningún palomar en la isla jamás. Había un trabajo previo, y la temporada fue sublime, pero de Mallorca regresaron por salud y preparación. Las que no valían, que como siempre , son la mayoría, esas, se perdieron en las sueltas, en las que se deben perder la palomas, no antes.

  Regresemos en el tiempo al 2008. La adquisición del camión ayudó enormemente. Que algunos se atrevieran a exponer todo su palomar cada semana, también, pero lo que dio el espaldarazo definitivo, fue hacer regresar palomas en esa cantidad y porcentaje, una y otra vez. Eso provoco un diminuto punto de inflexión, de reflexión, de cierto debate, de efecto "dominó". 
¿Mis porcentajes y la cantidad palomas marcadas?. Una vez vale, pero aquello era continuo...Hasta el más incrédulo, comenzó a rascarse la cabeza. ¿Cómo lo hace?.
Recuerdo que Ciudadela vivía aquello con asombro. Una anécdota. Uno de los socios de Ciudadela, mejor no diré su nombre. En esa estúpida guerra de egos, llego a afirmar, que no es que Ciudadela fueran malos, sino que Mahón tenía a Messi. Os podéis imaginar, la que se estaba gestando. 

Han sido muchos los enjaules en mi vida,  llevando muchísima paloma,  seleccionando como una "túrmix". Resulta curioso, ver como algunos van con lo puesto, y tú, una y otra vez apareces con 30 y 40 palomas, vaciando con sentido, aprendiendo de ellas. Sentía las miradas clavadas en mi espalda. Algunas de ellas, de asombro, porque ya lo habían perdido casi todo, otros ya miraban por entonces, de otro modo. Aprendí también a asumir esa nueva situación.

Muy pronto corrió la voz de que Carlos me estaba ayudando. Éste tenía muchos amigos en la isla, pero a pesar de su fama y de su alargada sombra, aquí no le hacían ni puñetero caso, porque por por encima de todo, pesaba más el hecho de que Menorca era el infierno de la colombofília, y aquí daba igual lo que hicieras. Algo estaba estaba apunto de cambiar.
  Y en esas, Carlos comenzó a divertirse como un "enano". Yo había sido la "llave". Ahora, Carlos tenía otro cartel en la isla,  otra credibilidad, y no es que la hubiera perdido, sino que en las islas, esto es muy normal. La clave estaba en Carlos. Cambiamos el dopaje, por la ayuda "divina" de Carlos.
  Me sentí raro y extraño al mismo tiempo. Siempre voy con la verdad por delante, y no vacilaré hoy en lo contrario. Dudé, dudé de mi. Creía, en aquel momento, que mi colombófila dependía de dos productos y tres cajas cuyos nombres Carlos me había facilitado.
   Acababa de destrozar registros inimaginables, pero ahora me iba a encontrar en igualdad de condiciones con los demás, porque Carlos era muy generoso. O peor, yo llevaba menos años en colombófila, menos experiencia que el resto, menos de todo. Dudé, y creo que fue muy humano por mi parte.
Había traído la semilla a la isla, una que nos sacaría del "hambre", pero me sentía perjudicado. Hoy percibo aquellos pensamientos, como muy naturales, muy humanos.
  Lo que no sabía todavía, es que en mi interior llevaba encerrado un colombófilo como la copa de un pino. Uno de época. 
No son pocas las ocasiones en las que algunos  compañeros de la isla no han dudado en calificarme como el mejor colombófilo de la historia menorquina. Me halaga, aunque no creo que haya que llegar tan lejos, teniendo en cuenta , eso sí,  que hice cosas que lo cambiaron todo.
  A pesar de la "desclasificación" de la información que Carlos tuvo a bien compartir con el resto de la isla, algo con lo que él se lo paso "pipa", y me tuvo a mi en vilo, aquello me vino muy bien, pues mis resultados mejoraron todavía más, y me sirvió, para darme cuenta, cuán importante fueron "mis manos" (mi cabeza) en todo este relato. 

 Tras un majestuoso 2008, llegó el 2009. Fue una temporada algo más ruda. No hay dos iguales. También fui el colombófilo que más palomas marco de la península. Marque de gran fondo, que por otra parte, se cumplía la ley de los 7 años. Ese año me lo tome de otra forma. Me medí más. Comencé a preocuparme en el tema de las designadas, de hecho, cayeron CINCO trofeos a nivel nacional.
   En el gran fondo, continuábamos teniendo sólo uno, envíe 5 palomas, y marque 2. La primera en regresar, marco el futuro de mi palomar. Al efecto, recuerdo que Carlos vino a visitarme en verano. Vio al 77. "Ferru" (hierro) repetía. Me dijo: Síguelo volando. 
Como dándome a entender que él no lo pondría en la reproducción. No le hice caso, ni se me paso por la cabeza. Necesitaba el apoyo de Carlos, su inestimable empujón, pero también tenía claro, donde nacen las cosas. Aquella primera paloma de gran fondo, hermano de la del año anterior, Miss Hellín, para mi era una "señal" y fue más tarde la confirmación de que algo gordo se estaba gestando, algo que hoy puedo adelantaros y confirmaros, lo fue.

  Aquel 2009 comenzó mal. Desde aquel 2003, en el que di mis primeros pasos colombófilos, aquí se hacía lo que se denomina "la tardor",  sueltas de pichones en Otoño. Yo no creía en nada de eso. Participé el primer año por pura inercia, pero tras eso, deje de hacerlo. Hubo un momento en el que era uno de los pocos socios que no iba. El tiempo me dio la razón, y se dejó de hacer. Para mi no era un problema que hubiera Otoño o no lo hubiera, creo que en la libertad residen las claves de una buena convivencia, pero yo no creía en él. La paloma estaba inmersa en uno de los procesos más complicados del año, la muda. Ese axioma, era sagrado. 
  Por aquel tiempo, yo solía irme de vacaciones el mes de Diciembre(a veces también en Enero) a Tailandia, Vietnam, al Sudeste asiático. Ese año decidieron (siempre está Pedro tras ese "decidieron") premeditadamente poner un velocidad (Ibiza) en esas fechas, valedero para el campeonato absoluto del año siguiente. Fue una "putada" bien diseñada. 
  Los Ibizas comenzaban casi en Marzo, ¿qué sentido tuvo colocar ese Ibiza aislado en un mes de Diciembre?. Presión en toda regla para que fuera, sí o sí. Me sentí muy perjudicado, pero tragué. ¿Qué podía hacer?. Nada. Inicialmente me molesté, en privado naturalmente, y tras eso, "ajo y agua". Sabía cual era el camino, ellos todavía no. Fue una forma de tratar de obligarme. No lo consiguieron, y me fui de vacaciones.
  Sabía que ese año 2009, comenzaría último, y para mi competir lo era todo. Y así fue, último destacado, pero, y a pesar de ello, y del terrible sistema de clasificación decimonónico, en la última suelta estaba arriba de todo, aunque no pudo ser. Demasiados obstáculos. Volví a ser el mejor en los penínsulas y los fondos, pero los puntos, en aquel "orden" perfectamente diseñado, no decían lo mismo.  

 Para perfilar algo más lo que aquel año sucedió, recuerdo un día en el club, un socio preguntándome que me parecía una paloma. ¿Mi opinión, pregunté?. Pude ver a Pedro Mir susurrar por detrás: ¿Ahora le preguntamos a él, que nos parece una paloma?. Qué puedo decir, el fenómeno envidia se había despertado. Pedro, al ser un tío muy muy diplomático, alargo esa diplomacia conmigo, un par de años más. Tras eso, mostró su cara más sincera, la verdadera. Dejemos que el texto nos lleve a eso.

El sistema de clasificación social por aquellos años era "sangrante", parecía diseñado para algunos (convencido de ello estoy). Designabas 5, y la primera en llegar, te daba todos los puntos. Daba igual que la metieras el primer día, que el cuarto, valía prácticamente lo mismo. Y si tu palomar, tenía una buena situación, cogías muchos puntos, que costaban mucho recuperar. Llego a ser tan flagrante, que esa temporada el que gano, fue de los pocos que no marco de gran fondo. Surrealista porque lo difícil en la isla siempre ha sido marcar, no hacer un primero. Al año siguiente, cambió todo. Las decisiones de palacio, van despacio.

Ese  2009, fue de transición para mi. Todavía tenía que descubrir muchas cosas. En Octubre de ese mismo año, hice el viaje colombófilo que uno debe realizar, al menos una vez en su vida. Repetirlo muchas veces, ya es vicio. Lo que vi, me ayudó a entender muchas cosas. A desmitificar otras, a ordenar mi mente.
Recuerdo que Carlos, delante de Thoné, de Lietaer, presumía de mí, de mis logros, de mi buen hacer como colombófilo, como hace un padre colombófilo con su hijo. Aquello, me hacía subir el color de mis mofletes.

  Y por fin, llegó el año 2010. Éste fue, simplemente, fabuloso. Y con la perspectiva que el tiempo me da, puedo situar el origen de muchos conflictos futuros en aquella inolvidable campaña,y como no,  también mi despegue definitivo. En ciertos aspectos, incluso mejor que la del 2012. Aquello, ya no lo paraba nadie.
En este punto, debo decir que me sentía preparado para todo.
Fue una temporada sublime, marqué 30 palomas de península, y casi todas en el día. ¡Otra vez, lo había vuelto a hacer!. 
Para situarlo en el contexto adecuado, el que ganó metió 8, y muchas de ellas al segundo día. 
Seguía volando menos de 100 palomas, menos que mis adversarios, pero no había color.
Pasaron muchas cosas durante aquella temporada.

  Tan sólo un inciso final. Quiero, en el último párrafo de este quinto capítulo, hacer una breve aclaración. Me he prestado a contarlo todo, en esta serie de improvisados capítulos, porque en el fondo, esto para mi tiene un poco de despedida. No es mi deseo, pero hay situaciones que nos marcan. Tendréis que leer el final de mi historia para comprenderlo.
  Durante demasiado tiempo me fui mordiendo la lengua, y necesito vomitarlo, para que, al menos, la versión oficial, deje de ser la que circula por ahí, la mentirosa. Nada más.
  Si estoy dispuesto a vaciarme, es porque tengo asumido, al menos en mi interior, que a la larga, me será muy complicado volar palomas, pero soy de los que va de cara, de los que muere de pie.
Contar mi historia, servirá de poco, pero al menos mi conciencia estará tranquila. No sé si a algunos, les sucederá lo mismo. 

(Continuará)...


PabS.


miércoles, 24 de enero de 2018

Mi historia. (Cuarta parte). La amistad con Carlos.




  Decíamos ayer, que todo episodio doloroso lleva consigo adherido algo positivo. Bueno, lo cierto es que no siempre es así, pero en este caso, de algo, que me dolió muchísimo, y que yo sentía como dramático, nació un brote de esperanza. Se abrió una puerta.
  A raíz del "saqueo" que sufrí por parte de aquellos dos gamberretes, conocí a Carlos. Éste no sólo me regaló 12 palomas, sino que me hizo un regalo aún mayor si cabe, sí, mucho más grande que eso,  una gran amistad, y sobre todo, dio forma al colombófilo que soy hoy.
  Ser colombófilo es ser tú mismo. Hay cosas que se aprenden, otras que no, pero como en cualquier oficio, la experiencia, o tener un buen maestro, pueden sentar las bases de algo grande.
 Carlos siempre me decía: "Te he hecho campeón, te he hecho famoso, y ahora te haré rico". Eran bromas que los dos nos hacíamos. 
  Para mi, fue un maestro colombófilo, mi maestro. Si podemos imaginar en la cabeza una figura en la que apoyarnos, alguien que nos sirva de guía, un espejo donde mirarse, ese era Carlos Márquez Prats para mi.
En no pocas ocasiones bromeaba y me decía: "Debo reconocer, que calvo o con canas, pero TÚ habrías llegado. Lo llevas dentro".
A él, todo aquello le divertía. Disfrutaba lo mismo o más que yo. Se sorprendía de mi voracidad, del revolucionario que llevaba escondido. Solía afirmar que quería el sol sólo para mi. El futuro se encargó de demostrar que eso no era así. 
  Sucede sin embargo, que yo tenía todos mis sentidos en aquello. El reto era muy grande, yo , así lo sentía.
Nos llamábamos a diario. Fueron unos años muy divertidos que tuvieron un final muy doloroso. Su inesperado fallecimiento.

  Siempre fui muy lógico y sensato, pero él me dio las herramientas para comprender como moverme entre plumas. Siempre me hablaba del que había sido su maestro en el pasado, el gran Norbert Norman. Escuché muy atentamente, cada una de las historias que él iba compartiendo conmigo. Fueron muchos, los momentos mágicos. Y a partir de ahí, desarrolle mi colombofília. Todos llevamos una dentro, la nuestra.
  Quizá, en mis primeros pasos,  había aprendido mal, porque hacerlo rodeado de gente que ya no tiene la seguridad en nada, contagia a aquellos que se acercan al mundo de la colombofília . Eso, y que los hay que de ayudas, las mínimas, obsesionados en poner piedras por el camino a los demás, en lugar de avanzar en el suyo propio.
Sí, tuve que volver a empezar, y comencé con algo muy importante: Desaprendiendo.
  Viajé con él a Bélgica y a Holanda, en una experiencia muy enriquecedora. Estuvo en casa esperando palomas conmigo.
Ese día no lo olvidaré. Rosalía y Carlos tuvieron a bien acompañarme en la llegada de un Villajoyosa (420km). Esto fue en el año 2010. Queráis o no, tenía mis nervios. En mis adentros pensaba:"..y si no marco ninguna".
 Me inundaba cierto sentimiento de inseguridad. No, no quería quedar mal delante de él, jajaja...bueno fue una suelta bastante dura. A la isla sólo llegaron dos palomas en el día. Las dos juntas, y como siempre la mía lograba un segundo. Salve la "bola de partido" delante del maestro.
 Este es un tema en lo que no insistiré más, pero si alguna paloma se pegaba a rueda de las mías, o viceversa, los primeros puestos me estaban "vetados", dada la nefasta  ubicación del palomar, o la entrada natural de las palomas. Es algo que con el tiempo, acabé por descartar de mi cabeza. O tenía las palomas en un nivel de super héroe, nivel leyenda,  algo que he logrado unas cuantas veces en mi vida, o el primer premio era una anécdota para mí. No importaba si a la isla llegaban sólo 5 palomas juntas, a mi me correspondía el 2º,3º,4º y 5º. Al principio pensé que había cámaras ocultas, pero no, era un tema de entender por donde entraban las palomas, y donde estaba situado mi palomar. Lo asumí.

  Regresemos al año 2007. Fue una muy buena temporada. Fue el primer paso de algo muy grande. Aquel año ya fui el colombófilo con más palomas marcadas desde la península. Fueron muchísimos los trofeos y campeonatos obtenidos. Esa temporada fue algo distinta. Se intentó algo nuevo. Campeonato de adultas y de yearlings por separado. Ambos, en bandos distintos. Tras el análisis de final de temporada, vistos los resultados,  se acabó desechando. 
No hubo diferencias ostensibles, es más, me atrevería a afirmar, que las sueltas de yearlings fueron mejores que las de adultas. Separarlas no ayudaba.

  El año 2008 (hace 10 años), simplemente exploté. Fácilmente lo podemos catalogar de orgasmo colombófilo. Marqué 36 palomas desde la península, algo inimaginable en el pasado. De hecho, el 95% de los colombófilos de la isla, hoy en día, diez años más tarde, todavía no pueden ni acercarse a esos números. 
Ya os podéis imaginar. Muchos comenzaron a dudar, si dopaba las palomas. Para situarlo en un contexto adecuado, 36 eran números de extraterrestre. Muchos colombófilos en la isla llegaban con esfuerzo a 3, 4, ó 5 palomas en una temporada.
Todo comenzó en una suelta de Calpe, en la que marqué 22 palomas, y os puedo asegurar que fue un Calpe correcto, pero no uno de esos de ahora que viene todo, ni por asomo. Muchos en el club habían enjaulado 5 y tenían sólo 1.
Recuerdo que enjaulé 34 palomas. Yo ya llevaba incorporado el "chip" de seleccionador nato. No me guardaba nada. Algo comenzaba a "cocinarse", y olía muy bien.

  A pesar de mis números, el gran fondo seguía resistiéndoseme. ¿Por qué?. En primer lugar porque sólo había uno, y en segundo, parecía que tenía una inmensa facilidad para derribar los fondos, por difíciles que éstos fueran, pero el gran fondo no me dejaba pasar. Supongo que el filtro de los 7 años, seguía vigente. Aclarar que no marque de gran fondo, pero fue una suelta en la que llegaron sólo 3 palomas. Tenía que afinar más. Aquello, una vez superado el luto, me motivaba más si cabe. De todos modos, es cierto que a toro pasado, y reflexionando sobre ello, cometí ciertos pecados de juventud, que con el tiempo, fui capaz de enderezar. Por otra parte, en realidad, estaba comenzando, me faltaba depurar el cuadro reproductor. Algo que fue sucediendo progresivamente, al incorporar las palomas más voladas en él.

Ese año, descubrí a Miss Hellín, 1º social, y única paloma comprobada en el día, y con ella, a mi pareja de oro. Aquella jornada "medía" palomas de verdad. Viento de levante (en contra). Más de 12 horas para cubrir esos 520km que separan la localidad de Hellín de San Luis (Menorca). Recuerdo que la tarde se nos echaba encima, y no había ni rastro de paloma, hasta que escuche ese sonido tan característico,  las patitas y sus uñas, recién aterrizadas sobre la uralita. En aquel instante, yo estaba en el interior. Me quede petrificado. Una enorme alegría recorrió mi cuerpo. Hoy, aún sonrío.
  Ese día, el club de Ciudadela marcó dos palomas, de hecho marcaron ellos antes que yo. Una de las que llegó fue de Salord, la otra de Bagur (q.e.d). Muy probablemente, aquellas palomas, por la hora de llegada, recorrieron los 520 km juntas. 
 Hoy me resulta sorprendente que Ciudadela marcara dos y Mahón una. Mi opinión, es que a partir de ahí, los destinos de estos dos Clubs comenzaron a separarse. 
  Habrá tiempo, más adelante, para analizar todo, y el porqué hay personas que pueden arrastrar hasta lo más profundo del pozo al resto, obstinados por ideas que no tienen ni pies ni cabeza. 
 La gente debe comprender que las palomas son nuestras, de cada uno de nosotros, y que vivimos en democracia. Unidos somos más fuertes, pero el interés, debe ser COMÚN. Un club no puede estar guiado por alguien al que se le olvido marcar de la península, porque sus ideas y conceptos, arrastran al resto. Esto sucede hoy en Ciudadela desde hace 10 años. 
Hay cosas que son inadmisibles, y que al menos, en un dialogo sano, deberían poder exponerse diferentes puntos de vista. Llegará ese capítulo, con nombres y apellidos. 

  Volvamos al hilo de la historia. Todo lo que sucedía a mi alrededor, era admiración. Estaba construyendo algo muy grande. Haciendo las cosas muy bien, y comenzaron a llegar los frutos a borbotones, como nunca antes había sucedido.

Por aquel tiempo, cuando me llegaban rumores, alucinantes por cierto,  de que dopaba a las palomas, en cierto modo me halagaba, porque como yo tenía claro porque estaban funcionando tan bien, y llegaba a la conclusión de que si los cuatro tontos de turno,  pensaban que las dopaba, era sin duda, porque lo que estaba logrando les parecía imposible. Siempre es más sencillo, decir tonterías, repetir estupideces y mentiras, que pararse a pensar en las cosas. Eso, también cayó por su propio peso años más tarde, y explicaré la razón en su momento.

Aproximadamente a lo largo de aquel extraordinario año 2008, no puedo precisar la fecha concreta, comencé a escribir en un blog. Palomasmenorca se titulaba. Necesitaba expresarme, contar lo que me estaba sucediendo. Comenzó, como eso, como un diario, como un rincón donde exteriorizar mis pensamientos y reflexiones. 

Mis resultados habían explotado, desconocía hasta donde tendrían continuidad, pero hoy con la perspectiva del tiempo, puedo afirmar, que aquí comenzó el cambio en la isla. 
La gente necesita que les demuestres las cosas, haciéndolo, no contándole "milongas". Quieren verlo, ... y lo vieron.

(Continuará...)



PabS.

martes, 23 de enero de 2018

Mi historia. (Tercera parte). Cambio de palomar, nuevos objetivos.




  
   El 2006 fue un año extraño por varias razones. Por una parte, iba a ser, sin yo saberlo, mi último ejercicio en aquellas instalaciones. El palomar estaba ubicado en un terreno de mi familia, y todo en él, era mejorable. Aunque dada su situación, tenía algo muy positivo. Era un palomar "social". ¿Qué quiero decir con eso?. Al estar situado junto a una carretera, la intimidad no era su fuerte. En un abrir y cerrar de ojos, podían ver si estabas allí, por lo que las visitas eran continuas.
  Recuerdo como mi padre me ayudó en esos primeros pasos, como lo hizo en mi primer palomar en 1986 en Fuerteventura. ¿Qué haríamos sin los padres?.
En estos primeros años, los comienzos fueron "durillos". La zona estaba rodeada de gatos, de esos que tienen pocos amigos. No, aquello, no eran gatos, más bien ex presidiarios. Si una paloma llegaba tarde, si una paloma dormía fuera, si....el resultado ya os lo podéis imaginar. Continuamente buscaba por la zona, montoncitos de plumas y sus correspondientes anillas. Esas escenas me llegaban al corazón.  Lo único positivo del palomar, era su situación. Para que luego digan que eso no es importante. Estar situado en la zona de "bonus", aunque tú estés muy verde en la materia, era algo fantástico, y para alguien que comienza, ávido de emociones, ayudaba. No me puedo imaginar volar hoy en día en aquella zona. Sinceramente, creo que ya me habrían extraditado. 

  Por otra parte, el 2006 fue el año de la gripe aviar, y sólo se nos permitió volar hasta Ibiza. Hicimos dos o tres de ellas. Y la verdad es que mis resultados subieron varios escalones, pero aquello tenía fecha de caducidad. Al finalizar la campaña me mudaría.
Acaba de adquirir una casita de campo y mi única obsesión era montarme unos palomares. Esa sensación, ¿también la conocéis, verdad?.
 En mis nuevas instalaciones, me rompí los cuernos con su diseño. De hecho no hay otro con esas características en la isla. Aquello fue mi obsesión. Como todos aquellos que os habéis construido una casa, hoy cambiaría mil cosas, porque hay que vivirla para extraer conclusiones, pero resolví muy bien el tema de la ventilación, en una época , en la que, por aquí, este tipo de cosas, o eran poco importantes, o lo diseñaban como se había hecho toda la vida, sin pararse a reflexionar realmente el porqué de las cosas. Eso es lo que pienso y pensé, tras realizar todas las visitas que me fueron posible, recabando información, que me permitiera edificar algo que mereciera la pena. No, no quería simplemente estar, yo quería hacer algo "grande". 
  El novato, generalmente busca el "hecho diferencial", como si los que ya están, no se hubieran percatado de aquel detalle. Eso, es una realidad, que el tiempo acaba recordándote. No es menos cierto, que aquí ya se daba todo por sentado, el pesimismo abanderaba una colombófila muy complicada. No, no había el más mínimo resquicio para lo nuevo, porque, señores, volar en Menorca, por lo visto, era otra cosa. Y lo era.
  Siempre me fueron los retos. Me resultaba emocionante que me hubiera tocado volar en un lugar tan sumamente difícil. Aquello me motivó, aunque en realidad, desconocía a qué me iba a enfrentar, pero mi sensación era de que era un novel afortunado.

  Volvamos al pasado por unas líneas. En mis primeras aproximaciones al Club en el año 2002, mi única obsesión era estar rodeado de colombófilos. Los Jueves había reunión, y finalizando la primavera de aquel 2002, acudía como un reloj, con la ilusión de un niño el día de reyes. No me perdía ninguna. Sí, tenía muchísimas ganas de palomas, pero me encontré un ambiente que no fue el que esperaba. Recordad que cada final de campaña, la gente se tenía que reponer de los "palos" de la temporada anterior. Campañas desastrosas, miles de palomas perdidas, y algún afortunado con su palomita de gran fondo, que era la envidia del resto.
  En lo personal, pienso, que hasta que no llegaba el mes de Octubre, Noviembre, como si de un calendario emocional se tratara,  los colombófilos seguían "jodidos", lamiéndose todavía las heridas de la batalla anterior. No obstante, si algo tiene el isleño, es que se repone, se levanta como otros no lo harían. 
 Asimismo recuerdo, que en mi interior, pensé que había llegado tarde 10 años. Como si la etapa social de aquellos colombófilos hubiera pasado hace ya algún tiempo. Algunos con niños, otros,...parecía que no era el mejor momento. Narraban historias, viajes, pero yo no veía nada de aquellos relatos en mi día a día, nada de aquella energía que desprendían sus bocas. Con el tiempo, comprendí esas sensaciones, que tenían que ver, más con su forma de ser, que con otra cosa. Todo aquello sí había sucedido, pero en sus relatos cobraba más fuerza si cabe, de lo que en realidad había sido.

 Seguía a lo mío. Trataba de aprender todo lo que fuera posible. Ojos muy abiertos, oídos en modo "on", busqué  aproximarme a los que a mi juicio, parecían saber más del tema que mi tanto me apasionaba.Visité a casi todos los colombófilos, buenos y malos. Tenía que aprender de todos, pero no, no encontré lo que esperaba porque poco podían enseñarme cuando ellos mismo estaban ahogados en su propio mar de lágrimas. Sabían muchísimo más que yo, pero habían perdido lo que te mueve. Hay que comprender el contexto. Nada funcionaba, nada tenía sentido.

  En aquellos años, cualquier  almuerzo, cualquier celebración, entrega de trofeos, etc, aunque yo no me llevara nada, era una fiesta para mi, un día grande, uno señalado en el calendario. No, no me llamaba Pablo Suárez, me llamaba Pablo Ilusión. Estaba enamorado de este deporte. Lo sigo estando, de otra forma, pues sigo teniendo esa pasión por ellas, tan sólo, que conocí la otra vertiente, la de las personas.

En esta época teníamos a nuestra disposición, un arma muy poderosa y afilada, INTERNET. Aquello supuso montañas de información, contactos. La colombófila había encontrado un gran aliado. El "foro de Márquez", fundado en el año 2002, fue mi compañero diario durante casi 15 años. Allí pase por todas las etapas posibles. Aquel foro es un símil de lo que a la colombófila le está sucediendo. El final es parecido.

  Internet provocó en mi, que siempre tuviera en mis manos una fotocopia, un papel, algo que leer sobre palomas. En el trabajo, en mi descanso, desayunaba leyendo breves  artículos, o algún tema interesante que se hubiera escrito en el foro la noche anterior,  lo que fuera. La colombófila seguía revoloteando en mi cabeza.

  Regresemos de nuevo al 2006. Me quedaron 15 palomas adultas, que tuve que llevarme a mi nuevo palomar. Aquello fue curioso. No volaban por casa. Cada mañana cuando las soltaba, salían disparadas al antiguo palomar, y pasaban allí el resto del día, para, con el ocaso, regresar a casa. Una de esa en el año 2007, acabo siendo AS paloma social adulta. En concreto, el "91", el primero de su generación,  hermano del 57, de la última mohícana, de la 37, etc.

En mi nueva morada todo era nuevo, rejilla de madera, paredes, techo, nidales. Que sensación más buena. Aunque no todo fue tan positivo. En el tiempo que medió desde que tuve acabado el nuevo palomar, hasta que pude trasladar aquellas supervivientes, me entraron uno chiquillos aburridos, y me abrieron el viejo palomar donde tenía alojadas mis reproductoras. Muchas de ellas ya no las volví a ver nunca más, otras, sí regresaron. Aquello me dolió.

De todo lo negativo siempre hay que buscarle lo positivo, y aquella mini tragedia tenía algo muy grande escondido.

(Continuará...)



PabS.

lunes, 22 de enero de 2018

Mi historia. (Segunda parte). El comienzo.




   Me acerqué por primera vez al club (La Mensajera Mahonesa) en el año 2000. Me hice socio, pero no volví a aparecer por allí durante algún tiempo. Tenía otras cosas en la cabeza.
Dos años más tarde, aproximadamente en un mes de Abril, Mayo del capicúa 2002 finalmente me decido a comenzar lo que tantos y tantos años había sido un gran sueño. 
En mi cabeza, hasta ese año, había quedado congelada la pasión por las mensajeras. Siempre fue una pequeña obsesión volver a disfrutarlas. Comenzar en serio. 
 Desde aquel lejano 1986, que siendo un chiquillo, anillé mi primer pichón, revoloteaban en mis pensamientos. Imposible quitármelas de la cabeza. Se dice pronto, pero han transcurrido 32 años de aquello. Me da hasta miedo pronunciar esos dígitos.

  Recuerdo que comencé, como lo hacen todos en sus primeros pasos. Te regalan pichones, te prestan parejas, tu compras una por aquí, otra por allá. Hoy, siempre digo lo mismo,  comenzaría de otro modo, pero creo que es algo por lo que todos debemos pasar, si queremos aprender. 
  En esta fase estamos convencidos, que tenemos el enfoque adecuado, y no solemos escuchar a los demás, pero sobre todo tampoco sabemos a quien escuchar, ni de quien fiarnos. Por otra parte, es tanta la información que masticamos en tan poco tiempo, que  acabamos por empacharnos.

 El primer palomar que visité fue el de Lorenzo Cardona "Sito", un señor enamorado de las palomas, y especialmente de los papeles que las acompañan. Uno de los últimos palomares, sino el último, ubicado en Mahón ciudad. Me estuvo horas "comiendo" literalmente la cabeza con los pedigrees. Me resulto abrumador. Tras pasar el papeleo de rigor, me presto 4 parejas. Aunque fue muy ambiguo, te las presto pero te las regalo. No, no me quedo claro, no lo entendí. Semanas más tarde, salí de dudas.

El caso es que me fui de allí más contento que un niño con zapatos nuevos. ¿Supongo que conocéis esa sensación, no?.
Habilité provisionalmente una perrera para criar con ellas. Cuando los pichones estuvieran listos, los trasladaría al nuevo palomar de vuelo, también situado en Mahón.

Por aquel tiempo Jusué se había jubilado, y había venido a vivir a la isla, y cumplir su propio sueño. Chalet nuevo, palomar de madera increíble. El retiro dorado para aquel que vive la colombófila como nosotros. El caso es que "Sito", cíclicamente cada cierto tiempo se va quitando parejas, y si puede las vende, y por lo general, hasta donde yo sé, se desprende de lo que no le funciona, que en su caso, es mucho. Se va cargando de palomas hasta que aquello le resulta muy pesado. Tiene ya una edad.
Jusue le había conseguido venderlas en Barcelona. Así que tres semanas después de prestármelas/regalarmelas a mi, me llama y me dice que las tiene vendidas, pero que si yo las quiero, eran 25.000 pesetas por cada ejemplar. Lo cierto, es que aquello me contrarió. No lo entendí, pero tenía pichones apunto den nacer, y mi satisfacción era tal, con el mero hecho de comenzar en  colombófila, que, y a pesar de que no tenía un duro, accedí a comprárselas casi todas. Me gasté más de lo que ganaba en aquella época en un mes. Acababa de entrar a trabajar en una notaría, y mis ingresos eran pírricos.
¿Qué compré?. Un macho inglés de 11 años, un negro de 10 años, una paloma portuguesa, una croata, etc, etc...Compré mierda, o mejor, me vendió mierda. Con el tiempo me di cuenta, pero no porque no funcionaran, sino porque aquello no tenía ni pies ni cabeza. Debemos situar el momento. Ni me planteaba la vida reproductora de una paloma. Había cosas que ni me había parado a pensar, y por otra parte, me faltaba mundo. ¿Por qué me iba a engañar?. Esto es lo que no se debe hacer jamás. Aprovecharse de un novato. Es más bien al contrario. No hace falta ayudarle con palomas, los consejos , los buenos, son más valiosos en esta fase, que cualquier otra cosa.
Años más tarde, cuando mis resultados explotaron en la isla. Hasta en dos ocasiones Sito vino a casa a comprar, y en las dos se fue de vacío, porque tenía claro que el precio para él, era el doble o el triple que para cualquier mortal en la isla. Me tomé mi pequeña venganza.
Pasemos página. 

Aquel año 2002 se había decidido dar un golpe de timón a lo bestia. Recordais  el desesperado  impreso de Pedro Mir de 1999, pues bien en el año 2003, mi primer año, soltaríamos desde Barcelona. Varios Mallorca, y un nuevo reto llamado Barcelona. ¿La razón por la que ibamos a cambiar la línea de vuelo de toda la vida?. Por lo que contaban, no regresaban palomas desde ninguna distancia. Se había tocado fondo, y se decidió explorar nuevas vías, como la de Barcelona. Percibí mucha ilusión en el club. Era como si todo volviera a comenzar. Si aquello iba bien, ya planeábamos continuar la línea dirección Francia. El salto de mar era mayúsculo, 250 km de mar, pero nuestra ilusión estaba desbocada.

Recuerdo mi primera suelta. Un Cala Ratjada, 7/13. Mismo porcentaje que el club. En la segunda creo recordar que perdí una de esas 7. 
Y por fin, llegó el gran día. Nuestro Barcelona. Hasta el nombre le daba lustre a la suelta. No dejaban de ser 270 km, pero para mi era como el Gran National. Me costó dormir aquella noche previa a la suelta.
Para seros sinceros, era mi primera carrera, por no saber, no sabía ni distinguir si lo que venía era una de las mías, una tórtola, o un pájaro. Todo lo que se movía en mi campo visual parecía transformarse en la llegada de una de mis guerreras.
 Estuve horas y horas en el palomar, de hecho, todo el día. Mis instalaciones estaban ubicadas en un terreno, así que por llevarme, me lleve hasta un bocata para comer. 
No llegó nada. Me dolió. Al llegar al club, y debo recordaros que en aquel 2003,  no era como ahora, que con el dichoso whatssap te enteras antes de que llegue la mismísima paloma. Pues bien, al llegar al club, el fracaso no sólo era mío era un ko generalizado. No había pluma. De los 250 animales que se enjaularon, no llego nada. Creo recordar, que al día siguiente regresó una a un socio del club, pero no puedo precisar si fue en el día, o al segundo día.

  Misma operación, otros dos Mallorcas, y un segundo intento desde Barcelona, que acabó como el primero, con un final muy infeliz. Habíamos variado completamente la línea de vuelo, pero no lo que cada uno hacía en el palomar. Anquilosados con el pesimismo del transcurrir de los años, quedaba manifiestamente claro que aquello, tampoco había funcionado. En este segundo Barcelona, creo que también llego una sola paloma.
 De hecho mi famosa "Barcelona" fue a uno de estos dos Barcelonas. Criada y volada por Florencio Mercadal, regresó a los 6 meses de esa suelta.
Estos dos experimentos se habían realizado con pichones. Quedaban las adultas por salir a escena. Al ser mi primer año, obviamente no disponía de ellas. El caso es que esas adultas, las supervivientes del ejercicio anterior, se prepararon desde Mallorca, para posteriormente ir con la avioneta de Vicente Roca. Fueron soltadas desde las Pitiusas. ¿Resultado?. No regresó ninguna.
Tocar fondo ya resultaba muy poco acertado. El pesimismo se apoderó de todos nosotros.
Para ser mi primer año, todas estas experiencias me abrieron un mundo nuevo de sensaciones. Tenía los ojos muy abiertos, podía percibir lo que ellos sentían, después de décadas de frustración.
Aclarar en este punto que en el pasado siempre hubo momentos mágicos. No todo fue negro, pero si que el denominador común fue siempre, una colombófila de muchísimas pérdidas. Sólo gente que ama la colombófila puede soportar esto.

  Al año siguiente, 2004, se retomó con resignación la línea de vuelo de toda la vida. Aquella temporada fue mi primera completa. Y fue una al uso. El Club se manejo bien hasta hasta los Calpes, luego se marcaron  4,5,6 palomas por suelta desde la península. Cuando digo bien hasta los Calpes, estamos hablando de sueltas del 15/20%, pero hasta esa distancia más o menos, había cierta seguridad en ver alguna paloma llegar. 
En lo personal, logré un 2º social, y 1º designada del Club desde Ibiza, eso sí, sin tener ni puñetera idea de que iba esto. Resulta curioso, años más tarde traslado el palomar, a la peor zona de la isla, y logro primeros puestos en todas las distancias, con sangre sudor y lágrimas, pero de Ibiza, diría que ese 2º puesto ha sido el mejor que he obtenido desde esa distancia. ¿La razón?. La ubicación de los palomares en distancias cortas o en aquellas en las que un ramillete de palomas se lanza en grupo, es absolutamente determinante. En aquella época, yo no entendía nada de todo esto. Hoy, sí. Lo aprendí por el camino.

  En el año 2005, por fin meto desde la península, marcando dos hermanos de nido desde Calpe. Como os dije antes, estaba en la media, en ese filtro que no tenía compasión, ni con novatos, ni de expertos. Indescriptible la experiencia de marcar desde un 400km. De hecho  aquel día, apunto de llegar las palomas, estaba sentado en un restaurante, comiendo en familia. No, no podía esperarlas. El caso es que entre el primer plato y el segundo, nervioso por la situación, me levanté de la silla, y me fui al palomar guiado por un feeling. Llegando con mi coche, las vi llegar. Un subidón increíble de adrenalina que jamás podré olvidar.

Los años siguientes continuaron parecidos. El club seguía en la senda de toda la vida. Muy pocas palomas marcadas desde la península, y poquísimas desde el único gran fondo que teníamos en nuestro calendario.

(Continuará...)


PabS.

Mi historia. (Primer parte). La colombofília menorquina.



    "Para avanzar, uno necesita tener enemigos. Si no los tienes,  es porque pasas por esta vida sin cambiar nada".

  Que mejor encabezamiento para un artículo, que una frase que deja un intenso aroma a verdad en su significado. No, no debería ser así, pero lo es. La frase no es mía, me la pasó ayer un amigo, por razones obvias.
 En ocasiones logramos cambiar el devenir de los acontecimientos, y rápidamente nos acostumbramos a la nueva situación, al nuevo orden establecido, pero cometemos el mayúsculo error de olvidar de donde venimos, y donde estuvimos perdidos tanto tiempo. Quedarse con algo de mierda en el bolsillo no es mala idea, para recordar como huele.

En esta serie de capítulos os voy a contar mi historia, la colombófila, una historia muy personal, para que podáis juzgar por vosotros mismos, y sobre todo, para que tú, que repites sin conocer, tengas la otra versión de un cuento, que algunos, se empeñaron en cambiar su final.

  El Club la Mensajera Mahonesa fue fundado en 1928.  A lo largo de su dilatada trayectoria obtuvo algunos éxitos sonados, muy sobresalientes por la dificultad de volar en la isla. Para poneros en situación, amigo lector, debes recordar que en esta isla, no hace mucho tiempo, con una sola paloma marcada desde la península se ganó algún campeonato. O el fatídico 2011, año en el que no volé, y que se tuvo que suspender el final de fiesta. Ese año regresamos al pasado, porque éste, está siempre recordándote que puede volver a llamar a tu puerta. Ese 2011 fue un paso hacia atrás. 

  En el año 2010, llevábamos más de 70 años de colombófila en la isla, y, salvo algún episodio asilado, se había instaurado un sólo gran fondo (Baza), donde marcar ya era un milagro, y hacerlo en el día de la suelta, un casi imposible. 
Normalmente entre los socios, la media para lograr meter una paloma desde un gran fondo corto como es Baza, estaba situada en los 7 años. ¡Una paloma de gran fondo cada 7 años!. Yo mismo, en una colombófila deprimida, tuve que pasar por ese filtro. Comenzar hoy, es mucho más fácil que antaño.
Desanimarse era muy fácil por aquellos tiempos. Uno cuando se mueve en semejantes océanos, debe ser muy duro, querer mucho a la colombófila para aguantar esa bravura, ese mar que te escupe a la cara, y te grita: ¡No pasarás! .  Y  los isleños, como los vikingos de antaño,  somos graníticos, porque una sola paloma, aunque no volvieras a ver  más pluma en otros 7 años, era suficiente para mantener la llama de la ilusión. El barco se hundía, pero ninguno de aquellos colombófilos gladiadores estaba dispuesto a abandonar.

Ilusión sí, pero aderezada siempre con grandes dosis de pesimismo, uno que se iba transmitiendo de generación en generación, de padres a hijos. Esto, muchas veces te hace perder la confianza en ti mismo, y observas desde la distancia, que lo que practican en la península, y ya no decir los Belgas, holandeses, etc, no es colombofília, sino otra cosa, porque perder la mitad de las palomas en simples velocidades, y hacerlo cada año desde que la colombófila se fundo en la isla, hacía algo más de 70 años, era una losa muy pesada, incluso para un doctorado en optimismo.




El verano solía ser un oasis, donde los menorquines recobraban fuerzas, olvidaban aquellos "palos", y se visitaba a aquellos afortunados (dos o tres) que habían podido marcar de gran fondo. Y la temporada siguiente, nuevamente, la primavera volvía a florecer. Este ciclo se repetía en un interminable bucle que siempre concluía con la siguiente frase: Aquí no se pude volar. U otras del estilo de:
¡Que venga Márquez con sus "Mickys" y los suelte desde Monte Toro!, afirmaban socarronamente otros. Sí, había que estar ahí, para entenderlo. 

En el año 1999...Pedro Mir, insertaba en el interior de una de las revistas de la época, la siguiente encuesta, en un grito de auxilio totalmente desesperado.




El poso de tristeza era tan grande que se llegaba a extremos como ese. O peor aún, en el año 2003, el mismo Pedro,  hizo venir a la isla a un conocido colombófilo holandés (o Belga, no lo recuerdo), para que con lupa incluida, les seleccionara las palomas. Lo que no valía, algunas de las "sentenciadas",  que sí habían demostrado con hechos su calidad, fueron "ejecutadas". Una lupa a la luz del sol, decidía, al estilo antiguo,  como en los antiguos circos romanos. Pulgar arriba pulgar hacia abajo, si merecían o no, vivir. Una pupila, un círculo de correlación, uno más o menos, podía ser la diferencia.
  En aquel momento, yo era un imberbe colombófilo, al que le faltaban varios hervores para comprender aquel cúmulo de despropósitos,  pero  aquello a mi me causó verdadero estupor. Hoy, me escandaliza sólo pensarlo. Ni que decir, que nada cambio en sus vidas. Todo siguió igual, porque el problema no se escondía ahí. 
  Llevaban más de 70 años sin dar con la solución al problema. Ni se acercaban. Volar en Menorca no es volar en cualquier lugar, pero equivocaban las formas, el fondo, erraban en casi todo. 
  Llego un momento, en el que aquí se depuraban los cuadros reproductores enviando pichones a derbys en la península. En la isla no respondía nada, pero delataba el estado de animo local.
Poseo emails de Pedro Mir, en los que sus desesperación era mayúscula, y puesto en el contexto de hoy, no me sorprende. Ya iréis viendo el resto de la historia.


(Continuará...)



PabS.

domingo, 21 de enero de 2018

El maravilloso mundo de los pájaros.



Jennifer Ackerman,divulgadora científica, articulista en ‘The New York Times’.

Resulta obvio que a todos nosotros nos fascinan los pájaros. Esas maravillosas criaturas que siempre estuvieron presentes en nuestras ajetreadas vidas. 

Hoy os dejo una breve entrevista con Jennifer Ackerman, autora de la obra, "el ingenio de los pájaros". 
Me ha llamado la atención muchas de las cosas que en ella se dice.
En lo negativo, leer algunas tan terribles, como que en los próximos 50 años se prevé que la mitad de las especies de pájaros se extingan, tan sólo en EE.UU. Leerlo me resulta una tragedia. Ahí es cuando todos deberíamos relativizar muchas aspectos de la colombofília, como por ejemplo, el deseo de muchos de erradicar de la faz de la tierra todo aquello que se llame halcón, azor, etc. Un poquito de cordura, que no estamos sólos en este mundo. Aunque a este paso, quien sabe, quizá hasta lo lograremos.

Aquí os dejo el enlace.

http://www.lavanguardia.com/lacontra/20180120/44130304674/los-pajaros-recuerdan-piensan-sienten-hacen-regalos-y-aman.html


PabS.

sábado, 20 de enero de 2018

CONCURSOS DE ANECDOTAS.

 

    La colombófila es un auténtico oasis de emociones. Una afición que nos sustenta en el día a día. Algo que llevamos tan dentro, que se nos hace difícil imaginar la vida sin ella. Un entretenimiento por el que algunos se convierten en auténticos burros, si no lo eran ya antes, y donde otros, dejamos de ver el mundo como algún día fue. Sí, algo muy especial tiene esto que se convierte en una forma de vida para todos los que la sentimos de una forma muy especial.
¿Quien no ha llorado alguna vez por una paloma?, ¿quien no se ha enfadado o frustrado en muchas más ocasiones de las que nos hubiera gustado desear?. La colombófila debería ser un nexo de unión entre colombófilos. Nuestro deporte lo tiene todo. Pasión, alegría, tristeza, ilusión, etc...
  La de hoy, es una anécdota que nos acerca Orestes Cendrero, donde resume lo que yo he visto en los ojos de algunos compañeros de viaje que ya no podían disfrutar de la "carretera" como tantas y tantas veces hicieron en el pasado. 
 Hay que valorar lo que tenemos cuando está en nuestras manos su disfrute. El tiempo ya se encargará de poner las cosas en su lugar.




PabS.