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sábado, 23 de septiembre de 2017

La tentación de adentrarse en lo desconocido.

  Se suele afirmar, con o sin razón, que esta vida son dos días, y viendo como está el mundo, eso, en el mejor de los casos, es el tiempo que nos queda. No deberíamos atragantarnos con bobadas. 
  A menudo me pregunto el porqué de escribir en este rincón. Quizá sea mi válvula de escape, quizá necesito hacerlo. En el pasado esa válvula estaba monopolizada exclusivamente por mis palomas. Hoy la reparto entre muchas cosas.
  Hay días en los que nos levantamos opacos, faltos de positivismo, un tanto grises, cuestionándonos todo. Soy de esos "plomos" que tanto en mis días grises, blancos o negros, no paro de darle vueltas a las cosas. Lo llevo en la sangre, me entretiene, pero me genera unos enormes dolores de cabeza y sobre todo me conduce a muchos caminos sin salida. 
 Aquellas mañanas que nada más abrir las ventanas del palomar puedo observarlas salir a volar con esa fuerza que las caracteriza, reconozco que es uno de los momentos más agradables del día. Sedante natural que supera con creces a otros de tipo químico. Hay algo de magia en ese momento, sin duda. La mañana recién desperezada, los primeros rayos del sol dibujando sombras a tu paso, esa hierba mojada que desprende un caduco aroma a campo, y por fin, mi bando de palomas volando alto y lejos. Es una emoción fugaz, dura tan sólo unos breves instantes, pero de tal magnitud, que ya deseas que amanezca otro día para que vuelva a suceder. Supongo que son las locuras propias del colombófilo. A buen seguro, alguno de vosotros se sentirá identificado con mis palabras.
 El texto de hoy es antiquísimo pero deja una lección para el recuerdo que no deberías olvidar.





PabS.

viernes, 22 de septiembre de 2017

La combatividad de una paloma, apreciado tesoro.

  Muchas son las condiciones que una mensajera de fondo debe poseer para el desempeño con éxito en las grandes batallas. Las más determinantes, sin duda alguna, están escondidas en su interior, en algún rincón donde la ciencia probablemente jamás llegará.
Los pedigrees, los no dudosos, nos ayudan a aglutinar en un pedazo de papel números, palomas, campeonas, todas ellas con ese coraje, ese legado tan buscado transmitido generación tras generación. Y es ahí cuando las cartas quedan marcadas definitivamente. Sin duda, mejor que ello tenga lugar en tu casa, de ese modo no habrá duda alguna de que lo que afirmo es cierto. Si te lo cuentan, por el camino a buen seguro caen muchas migas.
  Lo contrario, el papel, el sello, y la firmita engañan a unos y a otros. Unos se acostumbran a mentir en ellos por un puñado de euros, y otros lo agradecen, pues el mero manoseo de aquel papel merece el desembolso. O cabe también la posibilidad de que no hubiera mentira alguna,  pero si handicaps por el camino. Algo que al apasionado colombofilo medio le cuesta entender. 
   Los amantes de las palomas tienen una gran cualidad, y es que hablamos de gente con un apasionamiento desmedido, desbordado e infinito, pero pesa sobre ellos un defecto congénito difícil de extirpar. ¡Somos muy inocentes!. 
No quiero nombres, quiero hechos. Con las palomas sucede lo mismo. Ese querer regresar a casa bajo cualquier circunstancia, deshidratada, mal herida, o, como en muchas ocasiones sucede,  mal preparada, y que a pesar de ello, se pose en el tejado de tu palomar, eso y no otra cosa es lo que distingue a una buena mensajera, a una elegida, del resto de gregarias, del resto de los de su generación.
   Sucede sin embargo que en esos días soleados en los que nos levantamos alegres y positivos, llegamos a creer que tenemos el palomar lleno de ese tipo de animales excepcionales, y lo cierto es que suele ser todo lo contrario. Somos tan ingenuos que tendemos a pensar que esa nueva adquisición, tan sólo por proceder de un gran campeón, aliviará nuestros resultados. O incluso peor, tenemos la capacidad para olvidar nuestra pésima campaña anterior y verlo todo de color de rosa meses más tarde. Adolecemos de criterio, un mal muy extendido.
Finales de un verano cualquiera, recién destetada la pichonada del año, todo se torna en ilusiones, proyectos, cientos de pensamientos positivos, todo es verde, pero... al finalizar la campaña, por lo general, se  nos presenta un cuadro que nada tiene que ver con aquellas expectativas que nos habíamos generado. Un año mas...

La combatividad, la garra, el querer a pesar de todo, el carácter, el tesón, son cualidades determinantes para las pruebas de fuego, pero nosotros preferimos quedarnos con los nombres, con las formas, con la fotografía, y con un sin fin de estupideces. Nos regodeamos en la salsa, y despreciamos por norma al plato principal.  
Esas cualidades  enumeradas poseen un valor incalculable, pueden adquirir formas inimaginables, pero los eruditos, los profesores sin aula, los necesitados de impartir clases sin haberse graduado, tratan de instruirnos en sus causas perdidas, y por encima de todo, su objeto es acotarlo todo. Que nada quede suelto. Que si las palomas tienen que ser así,  que si asa, el ala, el chalado del ojo, .... 
La colombofília no entiende de límites. En ese saco caben todos los locos que uno quiera imaginar.

Os dejo con un texto de 1974 de Francisco Pérez Tester. Claro, al grano, conciso y sin grietas. No, no se notan esos 43 años, en los que ha pasado de todo. El texto es inmaculado.






PabS

jueves, 21 de septiembre de 2017

La alimentación de las palomas y su puesta a punto.

Artículo de la revista Alas sobre el Mediterráneo, recopilado a su vez de Lainez&Coloms. Tendrá unos 10/12 años, pero merece una apasionada lectura, especialmente para aquellos que creemos que en la alimentación residen algunas de las claves del éxito de este negocio. 
  A un servidor le resulta frecuente hacer analogías con el deporte, sus deportistas, y  de lo que se alimentan para realizar grandes esfuerzos. La alimentación  es la base para que nuestras palomas puedan entrenarse como lo que son, ATLETAS, y puedan realizar esfuerzos cuasi  heroicos en carreras para el recuerdo.
En lo personal,  en plena temporada deportiva,  no necesitaría coger una paloma entre mis manos, ni importunarla abriendo picos, gargantas y demás. Sólo su vuelo me tiene en vilo y me dice en que punto nos encontramos. Y para ello, la alimentación  es el instrumento que poseemos como preparadores. Importantísimo.
En alguna ocasión, circulando con mi coche, he visto un bando de palomas de algún compañero, volar dibujando círculos sobre su palomar, sin más. Alejándose un poco y vuelta a empezar, círculos y más estériles círculos. Para mi esa escena sólo tiene una nombre: Un rival menos.







PabS.

viernes, 15 de septiembre de 2017

Prevenir siempre es mucho mejor que curar.



Hoy va de "breves". De unos años para acá, y muy especialmente en zonas donde la temperatura es un regalo, la aparición de diferentes tipos de enfermedades en forma de virus,  adenovirus, adenocolis, etc están a la orden del día.
No soy veterinario ni pretendo serlo, pero tengo los dos ojos bien abiertos. Si vacunamos a nuestros pichones con la vacuna para la paramixovirosis al destetar (y revacuamos meses después), abusamos del vinagre, o de algún producto similar que baje el ph del agua, o acidifique especialmente durante los meses de calor, y destetamos más tarde que pronto a nuestros bebés, las posibilidades de que no tengamos problemas aumentan exponencialmente.
  Si además, nuestros bebederos lucen limpios y desinfectados, muy difícilmente sucederá algo desagradable.¿Lo cumplimos? ¡Que coño vamos a cumplir!. Sólo nos lamentamos cuando nos sucede a nosotros, y el aprendizaje de esa tristeza nos dura dos o tres temporadas. Luego, eso sí, nos preocupamos de las bandadas, de los planes de vuelo, y de mil mariconadas más, ...
 Comento todo esto por lo de siempre. Y me gustaría enfatizar, especialmente para algunos colombófilos mallorquines, que es una soberana estupidez sin sentido alguno, vacunar contra paramixovirosis con una vacuna basada en cepa de pollo. Lo barato siempre sale caro, muy caro. ¡Por dios!.


Importante
Una vez abierto el botecito de la vacuna, vacunad. No se puede utilizar otro día. Si el número de pichones a vacunar son 30, prefiero tirar a la basura el resto, que engañarme a mi mismo. No se puede volver a guardar el bote y revacunar al día siguiente o cuando nos de la gana. A ver, por poder se podría, pero por mis informaciones y experiencia yo no lo haría jamás. Y sobre todo, tomad en serio el acto de vacunar, que no tiene nada que ver con el de pinchar. 
  Y último inciso, pero es que clama al cielo, porque todo esto se supone que se debería saber: Sólo se puede vacunar a nuestras palomas si están sanas y saludables.



PabS.

Demasiadas normas pa´l body.

 Hoy seré más breve que la luz de una estrella fugaz. Prometo serlo incluso más.
 En la lectura del texto de más abajo se invierte escasos dos minutos. Tras hacerlo, uno se da cuenta que siempre los hubo con ansias de imponer sus criterios sobre los demás. Al efecto, el amigo Mariano alude en la obligación que imperaba en la época sobre los pichones y  adultas. ¡Cuán equivocados estaban por aquel tiempo!. Exactamente igual que en nuestros días. 




PabS.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Alimentación. Rodolfo Bellani.


 Tras días de agotadora lucha, como un náufrago con todas sus letras, buscas desesperado llegar a la orilla, casi entregado y exhausto, tratando de sobrevivir al inmenso mar, y allí, por fin, siendo consciente de haber nacido de nuevo, llegas a la conclusión que todo esto es una estéril guerra de egos, no de palomas. 
  Circula por ahí una especie de colombófilo muy dañina para su supervivencia, parásitos con ansias de poder,  a los que  sólo les interesa mantener un estatus, y de ahí no se moverán. No razonaran, ni lo intentarán, porque ellos ya decidieron. Un muro amigos, hablamos de una granítica pared sin mucho cerebro.
  Uno observa con asombro que a mis detractores lo que más cachondo les pone no es el negro de WhatsApp, sino cuando me da por  hablar de mis logros. Y ahí, como ratas de alcantarilla recién salidas de su guarida, buscan cualquier resquicio para ver si pueden meter la cuña.
  Hablando de mi, para que se queden tranquilos de una vez, destacaría unas cuantas cosas (todavía me queda una abuela), pero tres por encima de todas:
  Una, mi Campeonato de Baleares Absoluto ganado en la isla más complicada contra los casi 300 colombófilos de entonces. Remarcar que eso sólo ha sucedido en dos ocasiones en nuestra larga historia menorquina, y con sueltas desde la península, sólo yo (a fecha de hoy) tengo ese honor. Que pedante soy :(
  Dos, en casi todas las distancias desde península (haciendo memoria) y recordando que en las islas lo jodido es meterla y que lo mío es el fondo, poseo los récords de mayor número de palomas marcadas en una sola suelta, en las distancias de 400, 500, 650 y 880 km, ojo, de toda la historia de la colombófilia menorquina
En 270 km tendría que mirarlo (pero ahí ahí). Si el de mayor número de palomas enjauladas y marcadas con un 100%.
Y, salvo estos últimos dos años, que evolucioné  a modo granjero, la mayoría de esos récords fueron logrados comenzando con la mitad de palomas que mis rivales. Récords (algunos de ellos vueltos a ser superados por mi mismo)  que no me han llevado toda una vida, sino obtenidos los últimos 9 años.
 Obviando las distinciones nacionales, sociales u otras regionales, mi tercer mayor logro es que nadie en la isla mete más palomas desde la península(fondos) que un servidor desde hace 10 años. Y por último, y quizá el más importante, no desaparezco jamás, y esto me otorga argumentos para callar bocas, una y otra vez.
 Dicho lo cual, todos queremos más, o sentimos temporadas como oportunidades perdidas, o creemos necesitar dar varios pasos hacia adelante, pero esto nos sucede a todos, por lo menos a los inquietos.  Parece ser que para tener opinión haya que ser una campeón intachable, pero ellos no predican con el ejemplo, de ahí mis credenciales, yo sí las tengo.

  En mi club, que no es excepción en nada de esto, en un corrillo de esos que se forman a veces entre colombófilos, se hablaba hace unos meses, para variar, de mi persona, y sin estar yo presente. Uno de ellos, tras escuchar verdaderas barbaridades les espetó: ¿Pero de qué habláis?, Pablo es el mejor colombófilo de la isla de los últimos 30 años sin ningún género de dudas. Como veis,  a la misma persona, se la puede ver blanca o negra, pero parece que nunca gris.  

 Tras esta retahíla de estupideces por mi parte, necesarias para los obtusos de mente, me centro en lo importante, la colombófilia, que es lo que realmente importa. Y ahí también destaco, formando a muchos colombófilos repartidos por la geografía española. ¿Y tú, amigo, que haces tú, aparte de criticar todo lo que se mueve? En fin...
Prometido, lo dejo aquí.

 Nuestro amigo Bellani a buen seguro rebaja la tensión y nos alegra la mañana con una de sus inteligentes reflexiones. En esta ocasión sobre la alimentación.
 De ella podríamos hablar horas. Factor determinante en nuestros resultados. Os dejo, una nota que a buen seguro ya he comentado por aquí en el pasado:
  Imaginad a dos colombófilos vecinos. Ambos suministran la misma marca comercial a sus palomas y ambos la misma cantidad por paloma. Sus instalaciones son idénticas, pero al primero las palomas le vuelan como posesas, y en cambio al segundo, ese vuelo nunca acaba de convencer. El cómo y cuando las alimentas tiene su importancia.





PabS.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Entrevista con el Presidente de la Federación territorial de Tenerife, César Escobar Hernández, 1982.

  
  Treinta y cinco años contemplan esta entrevista al entonces presidente de la Federación territorial de Tenerife, César Escobar Hernández. 
Me gustaría enfatizar que soy una apasionado por la colombófila. Podría escoger un verbo cursi, y afirmar que la amo y siento este deporte como algo muy mío, pero no puedo obviar que también sufro su desamores constantemente.
 Tengo la inmensa fortuna que la competición y sus recompensas han sido muy generosos conmigo, pero algo la rodea que la hace difícil de digerir ciertas semanas del año.
 Muy de vez en cuando disfruto de una buena lectura, aunque sea de alguien, como el protagonista de esta entrevista, con el que te sientes identificado por ese amor por la colombofília, esa fidelidad que profesamos aquellos que tuvimos que esperar décadas para poder volar.
  El texto nos deja una fotografía muy exacta de la época, de sus problemas, de sus sueños. Y, sinceramente, muchos aspectos siguen exactamente igual, que entonces, aunque con una notable diferencia. Hoy, somos bastantes menos que ayer.

Os recomiendo su lectura.











PabS.

jueves, 24 de noviembre de 2016

La naturaleza en estado puro.



La naturaleza es un pilar indiscutible de nuestro mundo, más aún que nosotros mismos. Somos parte de ella, pero sorprendentemente nos inunda un sentimiento viciado demasiado pretencioso. Tenemos la muy mala costumbre de pensar que el mundo empieza y acaba con nosotros. Un arraigado sentir de que lo demás son alimañas y nosotros los únicos con derechos reales sobre todo aquello que pisamos.
Nos miramos demasiado el ombligo. Nos hace falta levantar la cabeza, y mirar hacia adelante y poder así ver lo que en  realidad  está sucediendo. 
Tan sólo hay que escuchar, ver o leer las barbaridades que a diario hacen nuestros congéneres para darse cuenta de la mierda de mundo en el que vivimos. 
Asumo mi cuota, y siento vergüenza ajena. Se violan niños, guerras por un líquido viscoso, asesinatos, una parte del planeta muriéndose de hambre y la otra no sabiendo que hacer con lo que poseen, el deshielo de los polos como consecuencia de cómo vivimos. Nada ni nadie puede salvarse de nuestra huella. 
Y lógicamente en lo a colombofilo , nos sobra todo aquello que nos incomode. ¡Matemos, arrasemos con todas las rapaces!, ¡A la hoguera con ellas!. Cada vez me siento menos orgulloso de este colectivo.

El peregrino estuvo en peligro de extinción en los años 50, 60 y 70 como consecuencia del uso de pesticidas, especialmente el DDT. Curiosamente se llego a extinguir en el este de Estados Unidos y, ojo al dato, en Bélgica. Es al menos sorprendente que en la cuna de la colombofilia dicha afición tuvo un desarrollo brutal sin la presión de su depredador natural.
Obviamente todo ello repercute en muchas conclusiones. Ellos las seleccionaban sin presión de ningún tipo, en terrenos sin mar y en muchos casos, sin montañas. En la época de los fondos además con grano por el camino y ríos donde avituallarse. No me extraña que aquellos pájaros al traer su descendencia al sur de Europa no rindieran lo esperado en la mayoría de casos. Ellos pudieron seleccionar animales, extraordinarios en muchos casos,  para una distancia, pero una sin dificultades.

Nosotros con el medio en el que nos ha tocado vivir, no nos queda más remedio que escudarnos en las rapaces, en el halcón o el azor de turno para justificar lo malo que podemos llegar a ser.
Hablo con muchos de ellos. Con una sóla conversación ya sabes de que pie cojean, hueles que aquel nunca hará nada o que el otro tiene madera. Sus gestos, sus justificaciones más variopintas, su forma de pensar, hablan de ellos mismos sin profundizar mucho más. 

¿Recordaís aquella estadística de pérdidas en el propio palomar?. Con aquella información  fui consciente de que el vicio de quejarse es muy arraigado en determinadas comunidades autónomas.  
Aquella estadística quedó en un proyecto fallido, pero un día os comentaré porque hubo una comunidad entre todas ellas, muy numerosa últimamente por cierto, de la que no tuve constancia en absoluto de su supuesta presión. ¡Se "escondieron"!. 
Conocía su situación con anterioridad a  la estadística y lo tuve más claro tras ella. No entraré en detalles. Si un día me da por redactar un artículo sobre ello, no dudéis que entraré en faena.

La llegada de los "turistas del norte" se ha hecho patente estas últimas semanas. Llegan hambrientos, con técnicas de caza actualizadas a la última. Es un momento de dificultad que coincide además con el final de la muda de nuestros atletas y con la estúpida obligación de comenzar a mover nuestros pájaros en una época que no es la adecuada. Todo ello para dar placer a un calendario que sólo se cumple trasnformándolo en un sin parar de dobletes y tripletes continuos, con sueltas suspendidas cada semana en espera del "buen tiempo" que disfraza una extraordinaria colombofilia en otra adulterada. Un desmadre.



El pasado fin de semana me acerqué a las jornadas cetreras correspondientes al campeonato de Baleares celebradas por primera vez en Menorca. Ya  estuve presente en su primera edición. En ambas sólo a dos colombófilos les pico la curiosidad. Se ve que estos animales generan pánico. Será aquello del miedo a lo desconocido.
Una vez más, fue muy interesante lo que allí pude presenciar. Pude desempolvar varias conclusiones. Estos animales tienen bajo sus alas como mucho medio ataque. No más. A una buena mensajera entrenada dificilmente podrían acercarse. Nada que ver con sus parientes "libres". La cetrería como la colombofilia tiene sus aspectos buenos pero también adolece de otras cosas . De ambas me llevé un poquito. 

Volvamos a las mensajeras. Estos días me está tocando perfilar un grupo de voluntarios emplumados. Muy jóvenes todos ellos. Les sobra ganas pero sin experiencia. Sólo pueden quedar los mejores. Asumir lo que la naturaleza es y no tener miedo de ella, nos hace colombófilos más fuertes. Y por encima de ello, nos hace mejores seleccionadores. Esto último es la cruz de muchos.
Podría aceptar aquello de que hay que dar tiempo al tiempo. Es muy cierto, pero no lo es menos  que dar con una pepita de oro (si ese es tu objetivo) cuesta un "huevo". Mejor saberlo antes que después.  El después suele traer más decepciones que satisfacciones. Me lo susurra la voz de la experiencia.

En lo personal, opino que esta época no es para mover palomas. Mi filosofía sigue intacta, pero he modificado varios aspectos condicionados también por unos campeonatos nacionales de pichones a los que ni me acerco, y por un tema estrictamente monetario. Así que con este nuevo panorama debo seleccionar un grupo. Las adultas y los pichones que considero mejores no se mueven.
 Filosofías hay muchas. Se ha puesto de moda por esta latitudes encerrar las palomas estos meses. Encerrar las palomas puede ser una solución . No me niego en rotundo a ello, pero no en Baleares, y menos comenzando la temporada en Noviembre. Podría extenderme sobre este tema, pero no puedo ayudar a aquellos que luchan contra molinos de viento.

En el video de más arriba podéis observar a un cernícalo vulgar (macho) dando buena cuenta del festín que le ha caído del cielo. Más que probablemente él no tuvo nada que ver, pero vió la oportunidad y no dudó en alimentarse. La vida le va en ello. Nunca sabré que sucedió.



Pabs.